Helkanor – Cueva de Scatha
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06/05/2015 at 19:53 #355261
NELLAParticipant¡Está allí! He visto el mojón-hacha. Lo teníamos muy cerca y se aprecia el sendero. Cuando queráis nos ponemos en marcha de nuevo.
-Vaya… menos mal, parece que no nos perdimos- Pensó Kira aliviada.
No le gustaba nada la idea de que les cayera la noche encima antes de encontrar el sendero, que según Faerim se adentraba en la montaña, si podían llegar a la cueva aun de día sería de agradecer, aunque no tenía ni idea de a que distancia estaba la cueva, y… ahora que lo pensaba tampoco tenía ni idea de quien era Scatha. Era un dragón si, eso lo había oído, pero… que clase de dragón. Se aproximó a la carreta de Nír, los Enanos sabían mucho de dragones y éste era bastante versado en muchos asuntos, como ya había podido comprobar, quizás él le aclararía algunas cosas.
-¿Cómo vais, mi Señor Enano?- Dijo Kira cuando estuvo a la altura de Nír, que estaba un poco atrasado por el peso de la carreta. -Me alegra ver que no ha sufrido muchos daños con la avalancha- Añadió echando un vistazo a la carreta. El cerdo a duras penas podía tirar de ella con la nieve tan alta, pero lo peor sería cuando se adentraran en la montaña. Kira dudaba de que el sendero del que hablaba Faerim fuese tan ancho como para que pudiera subir por el la carreta.
-Me preguntaba si vos podíais contarme algo sobre Scatha y su fabuloso tesoro- Dijo Kira mirando esperanzada al Enano. -Es la primera vez que viajo tan al norte y por la tierras del sur no se habla mucho de dragones- Añadió al tiempo que escrutaba la expresión de Nír, últimamente no estaba muy hablador, esperaba que no estuviera «Encabronado»
06/05/2015 at 21:38 #355270
NarradorParticipant-¡Está allí! He visto el mojón-hacha. Lo teníamos muy cerca y se aprecia el sendero. Cuando queráis nos ponemos en marcha de nuevo.
Zamîn dio un salto. LA noticia de Yaiwen la animó de golpe. El frio y la nieve empezaban a hacer mella. Sin embargo, ahora que sabía que estaban en el buen camino, su ansia de tesoros le dio fuerza.
Se encaminó tras la elfa hacia el mojón, al tiempo que echaba la vista atrás. Había salido de la avalancha sin demasiados daños. Dulvak parecía recuperado y sólo Yaiwen y Battoin tenían alguna molestia evidente. Pero el que más le sorprendía era el enano, habría jurado que vio como la nieve se lo llevaba barranco abajo, sólo para comprobar instantes después que había aprecido casi a su lado. Además, había descubierto que el mago lo era de verdad. Si podía utilizarlo sería muy útil.
Al poco tiempo llegaron al mojón. Zamîn se acercó y lo examinó con detenimiento, sabiendo que estas cosas suelen ser más de lo que aparentan a simple vista. Sobre todo con dragones y tesoros cerca. Aún así, no vio nada que llamase su atención, salvo un grabado de Dos Hachas sobre la piedra. Era extrañamente visible en una roca tan vieja.
– Qué curioso – pensó para sí -, quizás simplemente es que sea reciente.
En cuanto fueron llegando el resto dejó el mojón y echó un vistazo al camino. Se empinaba cada vez más y según subía se hacía también más estrecho. Iba a ser una ascensión difícil.
– No va a ser fácil, sobre todo con esta maldita nieve, pero si no me equivoco estamos cerca. Esa enorme grieta en la montaña tiene que ser la entrada de la cueva. Es el único sitio que se ve dónde cabría un dragón. ¡Vamos! Si nos damos prisa llegaremos con la puesta del sol.
06/05/2015 at 22:50 #355271
lordnazgul9ParticipantEl enano alzó la mirada para responder a Kira.
-Un poco complicado, mi señora. Me intriga cómo seremos capaz de escalar hasta esa gigantesca grieta que se asoma del otro lado, pero espero que el mago tenga algunos trucos nuevos, que aún no consigo fabricar ruedas todoterreno o herraduras de alpinismo para jabalíes.
-Me preguntaba si vos podíais contarme algo sobre Scatha y su fabuloso tesoro- dijo Kira. -Es la primera vez que viajo tan al norte y por la tierras del sur no se habla mucho de dragones-
El enano tomó un pañuelo y se sonó la nariz, el frío ya le estaba empezando a afectar.
-Hace mucho tiempo, quizás unos 900 años, las grandes serpientes del Norte devastaron la región aledaña a las Montañas Grises. El Brezal marchito, por si no ha oído hablar de él, fue en su tiempo el sitio ideal para que dragones de todas las clases y tamaños habitaran y se multiplicaran. Cada cierto tiempo, uno o más dragones descendían de la cordillera a saquear ciudades y apropiarse de sus riquezas. Scatha fue el mayor de una raza de gusanos largos sin patas. Aparte del amuleto de Celebrimbor, el condenado había robado una gran parte del tesoro de Kibil-Dûm y las demás colonias mineras de los enanos. Al parecer también llegó hasta Framburgo, porque fue el fundador de aquella ciudad quien persiguió y mató a Scatha y reclamó el tesoro sin tener en cuenta los reclamos de los enanos de Kibil, y se cuenta, que, a modo de burla, sólo les envió un collar hecho con los dientes del dragón, y los enanos lo mataron a cambio. Desde entonces los enanos de Kibil y los hombres de Rhovanion han estado bastante enemistados y nunca se acordó la repartición del tesoro, de modo que parte del botín terminó en manos de los humanos, otra la recuperaron los enanos y el resto permaneció en la cueva.Ya habían avistado la grieta en la ladera de la montaña, pero sería una ascensión muy complicada. A lo mejor debía prestar más atención a los consejos de Kira y buscar una forma seria de subir con la carreta y mantenerla a salvo.
08/05/2015 at 13:21 #355292
NeumeModeratorCuando llegaron al mojón de nuevo, la medio-elfa se percató de que Zamîn se quedaba observando pensativa la piedra con el dibujo. Al retirarse la caza-tesoros, se aproximó ella también y esta vez se fijó mejor que en la primera ocasión.
Pasó sus dedos sobre el relieve. Este era profundo. Dos hachas sencillas cruzadas.Faerin y Zamîn ya habían comenzado a subir por el sendero. En lo que su vista élfica alcanzaba, en algunos tramos subía y en otros parecía bajar hasta que volvía a subir hacia la grieta.
Yaiwen empezó a subir por la senda. Le pareció demasiado estrecha. Bueno, al fin y al cabo así eran los senderos. Podían subir los caballos, pero… Se paró y giró hacia el resto de compañeros
-Señor Dulvak -dijo en voz alta. ¿Cómo se encuentra, algo mejor? Ya no queda mucho, pero este tramo no va a ser sencillo. Y vos Nir, ¿dejaréis la carreta abajo o vais a intentar ascender con ella?
08/05/2015 at 23:14 #355305
BattosayParticipantBattoin empezaba a estar cansado y cuando estaba cansado le entraba hambre. Y cuando tenía hambre se ponía de mal humor. Decidió que no era momento de ponerse a refunfuñar, cuando antes subieran, antes comerían. Había que centrarse en lo importante.
— No creo que podamos subir con los caballos y menos con la carreta. Al menos no de forma segura — dijo al grupo —. Quizá sea mejor dejarlos aquí. En cualquier caso, no podemos demorarnos mucho en decidir, se nos echa la noche encima y no creo que la temperatura sea agradable. Por mi parte, voy subiendo ya que no tengo que preocuparme de mi caballo, a saber dónde habrá ido. Además, mejor que vayamos primero lo que seguimos a pie, no quiero que ningún caballo tropiece y se me caiga encima. Iré preparando la cena para quién vaya llegando.
Se ajustó la espada a la espalda, bajo el escudo y la bolsa para evitar que le molestase en la subida. Guardó la capa en la bolsa, aunque hacía frío, prefería aguantar al riesgo de que la capa le jugase una mala pasada con el viento. Por último se hizo una trnaza en el pelo para que no le tapase la vista y empezó a subir. Fácilmente al principio, pero pronto el camino se hizo más estrecho y la nieve cada vez cubría más el suelo.
– Cenar, cenar, cenar — pensaba únicamnente mientras subía.
09/05/2015 at 16:14 #355309
Elfo_NegroParticipantLa entrada a la cueva del dragón estaba a la vista pero ascender a ella prometía ser complicado para los caballos. Así que decidió bajar del animal de Aiwë. Justo cuando iba a hacerlo, Yaiwen le dirigió la palabra. Dulvak le contestó –Sí, mucho mejor, gracias por preguntar, y gracias, claro, al amble Aiwë- Se masajeó la nuca y añadió- ha sido un buen revolcón, pero he tenido suerte- torsionó su cuerpo hasta quedar de medio perfil hacia Aiwe y le comunicó su decisión –muchas gracias por cuidar de mi, pero no quisiera molestarle más, el camino se complicará en nada, y no quisiera ser un fardo molesto para tan noble caballo, así que me bajaré aquí- el maia, como buen anfitrión, intentó detenerlo, pero Dulvak insistió -¡oh, no!, no se preocupe, de verdad que estoy bien y, de todas maneras tengo que ocuparme de mi propio caballo y tengo que ver si en mi bolsa llevo, al menos, unos pantalones de recambio, que ir empapado con este frio no es demasiado saludable-
Con un movimiento terriblemente ágil y preciso, descabalgó. Ya en suelo, hizo una teatral reverencia a la semielfa y al maia. –estaré con ustedes en un brevísimo tiempo- dijo Dulvak mientras iba en busca de Sabaka y del caballo, en cuya grupa estaba atada su escasa bolsa de viaje.11/05/2015 at 22:34 #355368
BattosayParticipant– Cenar, cenar, cenar — pensaba únicamnente mientras subía.
Finalmente Battoin llegó a la entrada de la cueva. Desde abjo parecía grande, allí era simplemente enorme. Miró hacia abajo y vio como sus compañeros todavía se afanaban en subir. Por suerte había algo de madera seca en la entrada y aprovechó para encender un fuego. De su bolsa sacó un pata que le sobró del oso que había cazado a mediodía.
Se sentó a esperar a sus compañeros y a la cena. No necesariamente en ese orden.
12/05/2015 at 16:40 #355389
Elfo_NegroParticipantSe dirigió, con paso ligero hacia su gran caballo, le acarició su pelo negro. Sabaka le ladraba y daba saltos a su alrededor. –¿ahora te interesas por mi? ¿Y hasta ahora què?- Sabaka seguía ladrando feliz. -Maldito chucho- pensó Dulvak –no cabe duda que es un buen amigo-.
Desató la pequeña bolsa amarrada al caballo, en la que guardaba un poco de ropa de recambio. Se colocó tras el caballo y con un falso pudor comprobó que nadie le estuviera mirando (en realidad no le importaba demasiado que lo vieran o lo dejaran de ver desnudo).
Se quitó la levita, la camisa, los pantalones, las botas y la ropa interior (vamos, quedó en pelota picada). Hacía frio, pero apenas le afectaba, en cambio, llevar la ropa mojada, era realmente desgradable.
De la bolsa sacó ropa seca: camisa y pantalón negro y unas chillonas botas amarillas. No llevaba levita de recambio así que, de momento, debería ir con una sencilla y ligera camisola como único abrigo para el cuerpo.
Cuando se hubo vestido, ató al caballo a una roca y, tendió la ropa sobre una rocas vecinas, con la precaución de ponerle una piedra encima para que el viento no se la llevara y, esperando que, al menos, se secara un poco.Así, vestido con ropas adecuadas más para un picnic primaveral que para una aventura en una montaña nevada, tomó el camino a la cueva del dragón.
-Tú- le dijo al perro -quédate vigilándolo todo-. –guau, guau, guau- dijo Sabaka, y Dulvak se lo agradeció con una sonrisa.12/05/2015 at 19:42 #355393
NELLAParticipantKira agradeció a Nír su relato sobre el dragón, al menos ya tenía una idea de lo que podrían encontrar en la cueva. Battoin no quería perder tiempo y enseguida emprendió la subida, Kira pensó que sería buena idea seguirle pero no quería dejar a Nube ahí abajo de modo que se arriesgó a subir con él, las sombras que proyectaban las montañas ya eran muy alargadas y pronto caería la noche.
El sendero era ancho al principio, pero hacia la mitad de la subida se fue estrechando cada vez más, además la nieve impedía ver las piedras y cantos rodados que podían ser peligrosos si se pisaban. Nube se estaba portando muy bien, su instinto le decía donde debía pisar y no tuvieron ningún percance, Kira se alegró de haber subido con él, aunque la bajada sería diferente, seguramente tendría que descabalgar.
A medida que iba subiendo el viento empezó a soplar mas fuerte y cada vez era mas gélido, se alegró de ver la entrada de la gruta al girar el último recodo.
Battoin había subido muy deprisa y ya tenía la hoguera encendida. A la entrada de la cueva había una pequeña zona de piedra lisa resguardada por unas rocas de las que brotaban unos arbustos retorcidos. Kira desmontó y ató a Nube a uno de ellos, el caballo enseguida se puso a comer las pocas hojas verdes que quedaban.
-¡Hola Battoin!- Dijo Kira acercándose a la hoguera -Has subido muy rápido, se ve que en realidad eres del Pueblo de Durin- Añadió, al tiempo que le daba unas palmaditas en el espalda. -¡Eso huele bien!13/05/2015 at 7:18 #355395
Fenix-OscuroParticipantAiwë iba cargando al hombre, no le molestaba del todo, simplemente, era un poco incómodo el sentir constantemente la temperatura fría de su acompañante. Después de escuchar unas palabras, se quedó impregnado de aquella voz cautivante. Se perdió entre pensamientos hasta que el hombre decidió bajarse, Aiwë se sintió un poco ofendido, porque jamás supo el nombre de ese extraño ser.
-Menudos amigos te consigues ¿eh? Aiwë -se imaginó la voz de su hermano Soron en la cabeza
-Sí, muy «buenos», ¿eh?, precioso -cuando dijo «precioso», una vieja historia sobre un anillo mágico vino a su mente, pero fue regresado a la realidad cuando Peludo relinchó molesto. ¿Y ahora qué le pasa? -se preguntó el maia. Fue cuando notó que el camino se hacía cuesta arriba y empezaba a caer la noche.
-Tranquilo, mellon, tranquilo, Yavanna guiará tus pasos y llegaremos a la gruta sin más percances.
El caballo se calmó y como por bendición de los Dioses, no tropezó ni falló al subir. El ambiente, era más acogedor ahora, había una fogata, y en ella, Battoín, estaba preparando algo de comer, a su lado estaba Kira. El maia se echó al lado de su caballo, allí, sentado, miraba el cálido fuego, y a veces sus ojos miraban a Kira, y a veces a Battoin, hasta que terminaron perdiéndose en la oscuridad que descendía más allá. Entonces, para calmar el ambiente y relajarse un poco, se aclaró la garganta y entonó una melodía con su voz, no tenía letra, simplemente, emitía un canto lírico y melódico, parecía como si el universo durmiera profundamente, todo el ambiente se llenó de paz, y sobre la palma de Aiwë, un pequeño fuego fatuo de color lavanda, bailaba lentamente siguiendo el sonido de su voz, al poco rato notó que su querido Peludo, yacía dormido a su lado.13/05/2015 at 12:09 #355396
NeumeModerator–estaré con ustedes en un brevísimo tiempo
El humano había hecho una graciosa reverencia antes de retirarse a buscar sus pertenencias.
“Es simpático este hombrecillo, curioso pero simpático” pensó.
La semielfa había dejado a Daûr atado abajo así que el ritmo se lo imponía ella. A ratos subía deprisa y en otros ralentizaba su paso vigilando cómo iban los más rezagados, se adelantaba y volvía para atrás. “Total, no creo que Battoin vaya en busca del tesoro sin esperar. Si lo hace le cortaré algo…”
Yaiwen portaba su arco, carcaj repleto y una daga pues la otra la había perdido con la avalancha.
Kira ya había llegado arriba y pudo ver al mago muy próximo a la cueva. Se unió a la fila que habían formado Zamîn, Faerin y Calatar, pero al pasar junto a Rírian recordó que todavía no había hecho algo.– Montaraz, Hannon le (te doy las gracias). Os agradezco que me ayudarais a salir de la avalancha. No creáis que me había olvidado. -Yaiwen se sintió un poco culpable recordando que habían intentado Battoin y ella robarle la espada días atrás –Espero que no os duela ya la herida de la espalda.
Escucharon unos ladridos. La medio elfa se asomó al terraplén y vio a Sabaka y a Dulvak quien comenzaba a subir por el sendero. El enano y el hobbit también se habían puesto en camino así que ya estaban todos.
El día se despedía con sus últimas luces cuando llegaban a la entrada.
El olor del guiso le provocó repulsa. Sacó un trozo de lemba y la mordisqueó.-¿Alguien ha inspeccionado la cueva? Quizá cuando hayáis cenado podríamos echar un vistazo.
13/05/2015 at 17:20 #355400
Dain-IParticipantBerilack estaba cansado y con los pies helados cuando llegó a lo que parecía ser la entrada de la cueva. era una cuesta empinada, y al final de esta, un agujero se habría paso en la montaña.
Battoin subió corriendo cuesta arriba, el enano y Kira conversaban y Yaiwen y el mago empezaban a subir cuesta arriba. Al llegar arriba del todo Berilack se dejó caer pesadamente sobre su mochila de viaje.
Battoin ya estaba arriba, había encendido un fuego y se estaba preparando para comer. A Berilack le empezó a resonar el estomago y miró en su mochila. Nieve, una olla, nieve, ropa mojada, un poco mas de nieve y un poco de cerveza. En los bolsillos llevaba una cantimplora y una caja de cerillas.
Dejó de pensar en comida y miró a la entrada de la cueva. Era gigantesca y más para un mediano, el interior estaba oscuro y un viento frío salía del allí.
El hobbit se sentó en la entrada y cogió la cerveza, se la bebió y se llenó de energía.
-Voy a inspeccionar la cueva,¿ Alguien me acompaña?- Dijo con un brillo en los ojos, olvidando por un momento su terror a la oscuridad.15/05/2015 at 13:13 #355439
NarradorParticipantTal y como había previsto, la mayoría llegaron con la puesta de sol.
La temperatura era algo más fría ahora que había desaparecido el Sol así que buscó abrigo. Echó una rápida ojeada y se sentó muy pegada entre Battoin y Faerin con Kira y el mago enfrente.-No hay nada como el calor humano para subir la temperatura ¿verdad? -y les dedicó una mirada pícara a los dos caballeros que la flanqueaban.
Puso las manos cerca del fuego y estuvo así unos minutos mientras veía a Battoin cocinar.-¿Alguien ha inspeccionado la cueva? Quizá cuando hayáis cenado podríamos echar un vistazo.
Quien había hablado era la elfa que seguía de pie.
-Mmmmm no sería mala idea, pero sí, esperemos a cenar algo antes. La subida ha sido más complicada de lo que parecía.-Voy a inspeccionar la cueva,¿ Alguien me acompaña?-
-Dadnos unos minutos para que acabemos señor hobbit. No es bueno que vaya uno solo además. Yo misma os acompañaré a explorarla luego si queréis. -¡Qué bien huele el guiso!
En ese momento aparecía Dulvak tras el último recodo.
-¡Hola! -dijo agitando la mano -Corred u os quedaréis sin nada.
Zamîn se dispuso a comer lo que le habían servido, que no era una gran cantidad. -Poca pata de oso para tanta boca- pensó.16/05/2015 at 19:27 #355451
TejoCazador14561ParticipantEl sol estaba en lo más alto cuando Dalation, antes de volver a la cabaña, terminó de preparar su nuevo caballo, Nieve, llamado así por su intenso color blanco. Lo había encontrado perdido en el bosque, cerca de la cabaña. Allí lo había cuidado hasta ponerlo fuerte y veloz. Y tras meses de espera, ya estaba listo para ver el mundo.
Se había ausentado muchos días debido a que una herida que un desgraciado orco le había hecho se había infectado, y por los pelos no llegó a ser mortal. Eso fue lo que pensó Dalation, así que se alejó de la gente para no preocuparles, dejando una falsa nota: »Un primo segundo me ha llamada porque su padre se muere. Me tengo que ir ya. Saludos al mago» El mago… no se acordaba muy bien de su nombre, pero cada noche pensaba en la tienda de alquimia que podría haber montado.
Por suerte para el chico, su padre le había enseñado mucho de plantas medicinales, y gracias a el athelas se pudo curar del todo. Aún cojeaba un poco, pero ya no le dolía como antes. Terminó de comer los gachos, y salió de la cabaña preparada para reunirse con el caballo. Llevaba una bolsa de cuero con provisiones y agua del río para al menos una semana. También estaban en la bolsa piedras de sílex, por si necesitaba encender un fuego y unas monedas de cobre. En el traje tenía un machete, un arco y su carcaj y dos espadas cortas de una mano. Ensilló a Nieve, se montó, le dio una patada en el costado y salió al galope.
No tardó en llegar al otro bosque, y seguir hacia el mercado enano. Pero tras horas de camino, se dio cuenta de que se había equivocado de camino y que debería de estar a 200 millas de su destino. Resopló enfadado y se giró. Ya había desaparecido el Sol cuando vio un fuego cerca de una cueva, y una ropa que le sonaba. ¿Podría ser el mago?
-Perdonen, me he perdido…18/05/2015 at 16:25 #355481
JRM-008ParticipantRírian se sentó y estiró las piernas plácidamente mientras comenzaba a fumar con su pipa. Observó las estrellas, mientras oía al impaciente hobbit queriendo entrar en la cueva.
– No se preocupe, señor Mediano. Lo que haya ahí dentro no se irá a ningún sitio, relájase y disfrute de la cena.
Cerró los ojos tranquilamente mientras acariciaba a Sombra. Disfrutó de unos segundos de paz cuando la voz de un desconocido le sobresaltó.
-Perdonen, me he perdido…
El montaraz abrió los ojos y se volvió para ver a un hombre delante de ellos. Le resultaba familiar, puede que algún hombre de Valle o de la Ciduad de Lago… Entonces recordó donde había visto antes a aquel hombre.
– ¡Vaya! Si usted es el montaraz de a la posada. Venga, venga, acérquese al fuego, hace una noche helada… -
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