Helkanor – Cueva de Scatha
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Neume.
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23/04/2015 at 15:51 #354959
Dain-IParticipantBerilack estaba llevándole algo de sal a Nír cuando vio que la sopa de la olla empezaba a temblar. «¿Qué narices?» se preguntaba Berilack, entonces salió de dudas, una avalancha empezó a descender sobre la montaña, Berilack miró asustado la montaña y corrió hacia la entrada de la cueva tan rápido como le permitían sus pequeñas patas. Cuando estuvo a salvo y miró atrás vio como todos corrían y que a Nír y al extraño hombre que había ido con ellos arrastrados por la nieve y Yaiwen aplastada por una roca. El mago se acercó a ella y utilizó un hechizo lo bastante poderoso coma para partir en pedazos la piedra que apresaba a la elfa. Berilack ayudo al mago a traerla a la caverna en la que se encontraba.
-¡Hay que reanimarla!- Dijo al momento en el que cogió una botella que llevaba en los bolsillos y le echó un poco en la cara.
-Cogeré una antorcha de las que tengo en mi …- Se tocó la espalda y dijo- Mochila- Se dio cuenta entonces de que la mochila había quedado sepultada bajo la nieve.
Miró a su alrededor, estaba oscuro, un miedo despertó en él y buscó en su bolsillo hasta encontrar una caja de cerillas, encendió una con prisas y respiró hondo.
-Creo que va siendo hora de deciros que tengo miedo a la oscuridad- Dijo mirando a su alrededor.23/04/2015 at 21:41 #354979
JRM-008ParticipantRírian había disfrutado de la comida y sacó una pipa que había comprado Kibil-Dum y comenzó a fumarla, sonriendo. Entonces oyó un temblor y vio como una enorme avalancha se cernía sobre ellos. Guardó la pipa y se incorporó de un salto, mientras corría en forzosamente por la nieve. Agarró a Kira y la ayudó a correr, mientras miraba preocupado a Sombra, que corría pendiente abajo, relinchado asustado. Cuando entraron en la cueva, vio a Yaiwen, inconsciente, mientras Berilack gritaba:
– ¡Hay que reanimarla!
El montaraz se apresuró a socorrerla y se arrodilló mientras intentaba encontrarle el pulso. Suspiró de alivio cuando notó el latido de su corazón golpeando suavemente sus dedos.
– Está bien, solo inconsciente.
Le apartó un mechón de la cara a la elfa cuando Berilack dijo:
-Creo que va siendo hora de deciros que tengo miedo a la oscuridad.
El muchacho se rió.
– Bueno, no creoq ue pasemos aquí mucho rato.-se volvió a mirar a Yaiwen y comenzó a darle suaves palmaditas en la mejilla.- Yaiwen, ¿me oyes? Yaiwen, despierta…23/04/2015 at 22:35 #354980
NeumeModerator-¡vaya!, no sabía que tenía público, la próxima vez cantaré algo más alegre, ¿conoceis la canción del “Hombre de la luna”?, es una pequeña sandez la mar de divert…
Iba a decirle que no le sonaba o eso creía ella, que si la tarareaba un poco quizá pudiera reconocerla, pero no llegó a pronunciar nada de eso en voz alta. Sabaka se inquietó y comenzó a ladrarle a la montaña. Vio la angustia reflejada en el rostro de su acompañante, su mano extendida hacia ella pero no pudo alcanzarla. Todo sucedió en pocos segundos.
El ruido cesó. Todo parecía tranquilo, no sentía frío, ¿acaso estaría realmente en ese campo de Simbelmynë? No, eso había sido un recuerdo, no podía estar allí, y entonces comenzó a notar la presión. Y nada más.
despierta…
«Despierta….Yaiwen…» ¿Mi hermano?
La medio-elfa entreabrió los ojos a la vez que emitía una especie de gimoteo. Vio el rostro de Rírian -¿Qué…qué ha ocurrido, por qué estoy empapada? -preguntó mirándose las manos.
Se tocó la cabeza y sus dedos se mancharon de sangre. Suspiró. -Ahora entiendo por qué me duele tanto la cabeza. ¿Dónde está Dulvak? Trató de incorporarse, pero se mareó.23/04/2015 at 22:51 #354981
BattosayParticipantBattoin estaba comiéndose su segunda pata de oso cuando el suelo comenzó a temblar. Peró un momento, a veces se mareaba cuando comía demasiado. El estruendo que siguió le confirmó que no era ningún mareo.
En un instante la nieve les rodeaba y Yaiwen había caído bajo una roca, por suerte el mago la liberó rápidamente.
-¡Eh, tú! Es hora de que dejes de holgazanear y ayudes a tu amiga. -le ordenó ferozmente
— ¡Es una elfa, dadle un par de bofetadas para que despierte y estará bien! — respondió al mago. — ¿Alguien tiene una cuerda?
— Yo tengo varias — dijo Zamîn
Battoin cogió una y se la ató al pecho, cruzándola en forma de equis sobre los brazos. Con otra, la más larga hizó un nudo resistente sobre la que llevaba al pecho. Desenfundó su espada y ató el otro extremo a ella y luego la clavo en el suelo.
— Sujétala fuerte — dijo a Zamîn. — El filo apuntando hacia la salida, de lo contrario cortarás la cuerda y nos perderemos.
Se acercó a la entrada y trepó sobre un lateral. Alcanzó a ver a sus dos compañeros a lo lejos. Dulvak estaba siendo tragado por la nieve. Cogió el escudo que se había llevado de Framburgo y se lanzó a la nieve sentado sobre él.
Se iba a acercando a ellos, o a donde suponía que estaba Dulvak, sólo esperaba que una nueva tromba no se lo llevase por delante.
24/04/2015 at 3:54 #354990
lordnazgul9ParticipantUn feo temblor había ocasionado que Nír derramara un poco de sopa caliente encima de sus pantalones y al saltar hacia atrás se golpeó contra un trozo de roca en la nuca. Una avalancha amenazaba con arrastrarlos por la ladera. Preocupado por el estado de sus productos, cogió su arco rápidamente y disparó una flecha a la cuerda que amarraba su carro a una estalagmita, pero el cerdo, asustado, corrió pendiente abajo arrastrando el carro con él y desparramando parte de la mercancía por el risco. Nír dio un salto y alcanzó a tomar algunas herramientas y guardarlas en los bolsillos de su chaqueta antes que un brazo de nieve lo apartara de los demás golpeándolo de nuevo contra una piedra.
-Bendito Mahal-se dijo a si mismo Nír y cerró los ojos.
Cuando Nír volvió en sí unos instantes después, se apartó la nieve y buscó instintivamente a ciegas su hacha, su arco, su aljaba y su botella de licor. Antes de que el mago encendiera una luz con su báculo, Nír sólo había encontrado un último trozo de carne cocida y se lo comió. Pronto recuperó sus cosas personales y algunos productos que se habían caído del carro, pero su aljaba se había desgarrado por la mitad y las flechas estaban enterradas.
Estaban atrapados dentro. Yaiwen había quedado aprisionada por un trozo de roca y había uno, que parecía Rírian, reanimándola. El hombre misterioso del perro también había sido sepultado por la nieve. El frío calador pronto se llevó a lo más profundo de la gruta el agradable calor del caldo de oso y el cuerpo de Nír se estremeció al sentir una pizca de hielo escurrirse por su espalda.
Con el hacha golpeó la muralla de piedras y nieve que los separaba del exterior, sin conseguir nada. Se sentó frustrado en una piedra redonda, recogiendo las flechas esparcidas y guardándolas en la funda de su hacha. Cogió los trozos de la aljaba para meterlos en el bolsillo interior de su chaqueta para repararla en el viaje de regreso.
25/04/2015 at 19:40 #355027
NELLAParticipantKira estaba sentada sobre una roca, acababa de terminar la sopa que tan amablemente le ofreció Berilack cuando notó que los caballos estaban inquietos y Sabaka empezó a ladrar nervioso, se levantó para tranquilizar a Nube pero no llegó hasta él, un temblor en la tierra la hizo perder el equilibrio y cayó de rodillas en la nieve, miró hacia la montaña y vio con terror como un alud de nieve venía hacia ellos. De pronto Rírian la levanto y ambos corrieron hacia la gruta, entraron rápidamente junto con el Mediano,
Aiwë y Battoin que cargaba con Yaiwen inconsciente. Nada más entrar, la nieve tapó la entrada a la cueva y todo fue oscuridad.Creo que va siendo hora de deciros que tengo miedo a la oscuridad- Dijo mirando a su alrededor.
Afortunadamente el Mediano encendió una luz y pudieron verse. Rírian empezó a reanimar a Yaiwen, Kira estaba asustada, paralizada y preocupada por su caballo… -¿Y los demás?…¿Dónde están?- Algunos habían quedado fuera
26/04/2015 at 11:33 #355033
Dain-IParticipantBerilack se acercó curioso al borde por tal espectáculo, y entonces se resbaló por la nieve y empezó a descender la montaña.
-¡Socorrooo!- Gritaba el hobbit mientras caía colina abajo, A duras pena su puso en recto y el escudo que llevaba guardado en la espalda le sirvió de trineo. Al poco tiempo después adelantó a Battoin en la bajada, este le miraba con la boca abierta mientras el hobbit pasaba a su lado. La nieve había tapado las rocas de la ladera de la montaña, pero sus bordes aun sobresalían por la nieve, así fue que el hobbit fue directo a unos de los picos y salió volando. La caída fue desde muy alto y acabó con la cabeza entre la nieve, pataleando para salir y con un dolor del cuello de mil demonios, además tenía mucho frío y tiritaba mucho.
-¡Socorroo! volvió a gritar, desesperado.26/04/2015 at 17:54 #355048
Elfo_NegroParticipantLa cosa se estaba poniendo fea, el aire se le estaba acabando a Dulvak y, aún haberse concentrado y saber ya donde estaba arriba y donde estaba abajo, aún haber empezado a escarbar con fuerza, la luz todavía no se abría paso entre el espesor de la nieve gris.
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Con su último aliento, a punto de perder el conocimiento, consiguió pronunciar unas palabras:
«Elenion Ancalima!, naar i naira, naar i Anor. Túrë, túrë, Valar».
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Y, entre la consciencia y la inconsciencia, una luz cálida, abrasadora, surgió de su enjuto cuerpo. Una luz antigua, un fuego secreto del que incluso Dulvak había olvidado el origen. -…i Anor…Túrë…- Y el fuego del Sol, que surgía del cuerpo de Dulvak, que lo envolvía, expandiéndose en un intenso destello, abrasó la nieve. Luego, se desmayó.26/04/2015 at 21:04 #355051
BattosayParticipantBattoin vió como un fogonazo sursurgía de la nieve dónde se encontraba Dulvak. Se dirigió hacia allí, dónde ahora había un charcho enorme de nieve fundida. Cayó el agua que amortiguó su caída.
Vió como Dulvak yacía inconsciente en el agua y se acercó a él. Por suerte todavía respiraba, como pudo llegó al borde del charco y se lo echó al hombro. Trepó por la nieve e hizo señas a sus compañeros para que lo viesen.
— Tengo a Dulvak, ¡tirad de nosotros!
26/04/2015 at 21:36 #355052
NeumeModeratorRírian le explicó por qué estaba empapada casi por completo. Hizo memoria y recordó el temblor previo al alud. Recordaba tener cerca a Dulvak del que nadie sabía donde estaba pues en la cueva no se hallaba. Vio a Kira, a Nír; Calatar y Faerin también estaban allí igual que la cazatesoros.
Al parecer Battoin había salido hacía muy poco a echar un vistazo fuera y el hobbit en su afán curioso iba detrás y se escuchaban algunos gritos.
Yaiwen se tapaba la herida en la cabeza mientras escuchaba las explicaciones. Se había rasgado parte de la camisa y apretaba con fuerza para que dejara de salir sangre. Esperaba recuperar a Daûr y poder cambiarse de camisola pues la que llevaba, entre la sangre y el destrozo se había echado a perder.
La cabeza le dolía todavía pero podía mover tanto brazos como piernas, aunque los sentía doloridos. Miró al mago un segundo y frunció levemente el ceño. «Así que me has liberado, vaya, vaya, curioso».
-Deberíamos despejar la nieve que hay en la entrada, quizá por la parte por donde se ha colado el hobbit y tratar de salir. La avalancha ya ha parado.
Calatar y Faerin se acercaron a la entrada pero la recomendaron que se quedara sentada y no hiciera esfuerzos hasta que la herida dejara de sangrar.
Veía como sus compañeros estaban esmerados quitando la nieve cuando escucharon los gritos de Battoin. Todos hicieron un último esfuerzo y poco a poco pudieron ir saliendo.
La medio-elfa se sentó en un montículo de nieve. No se encontraba en condiciones de tirar sin embargo, confiaba en que con los que eran, no tendrían ningún problema. Volvió a apretar la herida mientras buscaba con la mirada al hobbit y a su caballo.
Silvó fuerte y al poco apareció el equino. Su color negro contrastaba con la blanca nieve y le pareció una estampa preciosa. «Bueno, ya solo falta el pequeño, ¿dónde se habrá metido?»27/04/2015 at 15:42 #355058
Dain-IParticipantBerilack consiguió sacar la cabeza de la nieve, estaba tiritando mucho y no podía mantenerse en pie, su estado era lamentable, estaba empapado por la nieve y no lograba ver bien, a lo lejos llegó a ver un cráter enorme en mitad de la nieve. Decidió intentar llegar allí utilizando las pocas fuerzas que le quedaba, empezó a caminar tiritando mucho con cada paso, la nariz le empezaba a moquear y el cuello le dolía muchísimo debido al impacto. Cayó después de una larga caminata al suelo de bruces y allí se paró un momento a respirar, se levantó y empezó a caminar hasta llegar al cráter.
Allí estaba Dulvak tendido en un charco de agua en medio de la fría nieve, y Battoin a su lado con la cuerda atada a la cintura acercándose a Dulvak para rescatarlo.
-E..esperad- Dijo con la poca fuerza que le quedaba- A…a…ayuda- dijo, al tiempo que se desmayaba y le rodeó una oscuridad penetrante.28/04/2015 at 19:15 #355087
Elfo_NegroParticipantEl golpeteo acompasado de unos pasos repercutiendo en su cuerpo le volvieron a la consciencia (alguien lo estaba llevando sobre los hombros, como a un saco de harina), le hubiera gustado quejarse de ese trato a la vez agradecer que le hubieran salvado, porque sin duda eso era lo que había pasado. Estaba completamente empapado, hilillos de agua helada se escurrían entre su ropa y su piel fría. Recordaba el alud y recordaba vagamente haber pronunciado antiguas palabras de poder, eso le sobresaltó -¿Qué había dicho, había provocado algún desastre?- lentamente estaba volviendo en sí, pero sabía que aun le costaría hablar, prefirió dejarse llevar hasta haberse recuperado. –¿Era el conjuro de la llama de Anor?, espero no haber dañado a nadie…- Pero no podía pensar, la postura en la que lo llevaban, los golpes continuados y rítmicos, le estaba destrozando el abdomen, tendría que dar señales de vida, agradecer a su portador los esfuerzos realizados… y ponerse de pié de una vez.
A lo lejos oyó unos ladridos. Estaba bocaabajo, pero le pareció ver un gran caballo negro increpado y “dirijido” por un perro (parecía que el perro había preferido ir a buscar al caballo que preocuparse por él).
Un paso brusco hizo que el hombro de su portador se le clavara a la altura del diafragma. Un gruñido se escapo de la boca de Dulvak, algo parecido a un “urggrch” o a un “kkfffttpmm”, o… “aarrggftgk” bueno… un sonido de lo más raro que hizo que Battoin se detuviera y dejara a Dulvak sobre la nieve.28/04/2015 at 23:39 #355112
BattosayParticipant-E..esperad- Dijo con la poca fuerza que le quedaba- A…a…ayuda- dijo, al tiempo que se desmayaba y le rodeó una oscuridad penetrante.
Battoin se volvió y vio a Berilack derrumbándose en el charco.
— Pero, ¿este de donde ha salido? — se dijo Battoin.
Se volvió y recogió al hobbit. Un hombre y un hobbit en cada hombro no era precisamente una carga ligera y su hombro empezaba a resentirse de su herida. Hizo un nudo improvisado sobre ambos para evitar que se moviesen demasiado y comenzó a trapar por la cuerda, al tiempo que intentaba no hundirse demasiado y ahogar a Dulvak y Berilack.
— Yo estaba de baja — farmullaba —. Cómo me tengan que amputar el brazo me van a oir estos dos. Aunque seguro que a la elfa se le iluminan los ojos si tuviera que hacerlo.
Dulvak no dejaba de gemir mientras subían, no debía de ir muy cómodo, pero tampoco es que tuviera muchas opciones más cómodas. Al fin consiguió llegar con sus compañeros. Dejó a los heridos en el suelo y se derrumbó en el suelo.
— ¿Alguien más que quiera tirarse por la ladera abajo? Venga, estoy en promoción dos por uno, ¿nadie? ¿No?
El hombro le empezaba doler demasiado y notaba como empezaba a sangrar. No debían quedarse ahí, no era seguro y menos con dos heridos.
— Coged cuerdas y atémonos todos, tenemos que salir de aquí y llegar hasta dónde están los caballos antes de que ocurra otro alud. Los que no sangréis os toca un herido.
Se fijó en Yaiwen, parecía que se había recuperado bien del golpe, a pesar de la sangre. Parece que era verdad que los elfos eran duros de pelar.
— Me alegro de que estés bien y me gusta cómo has dejado la camisa pero, ¿no crees que es demasiado escote para esta época del año?
29/04/2015 at 13:25 #355121
NarradorParticipantSentía las manos congeladas de haber estado apartando la nieve a montones para salir de la cueva en la que estaban atrapados, así que no paraba de frotar una contra la otra para que entraran en calor.
— Coged cuerdas y atémonos todos, tenemos que salir de aquí y llegar hasta dónde están los caballos antes de que ocurra otro alud. Los que no sangréis os toca un herido.
– Sí, salgamos cuanto antes de aquí – dijo mirando aterrorizada la zona. – ¿Estamos todos, verdad?
Hizo recuento y no echó de menos a nadie.-Ojalá encontremos el resto de nuestras pertenencias por aquí. El carro del señor Nír se encuentra allá y parece que está un poco dañado. Esperemos que pueda moverlo y no necesite ayuda.
Se terminaron de atar las cuerdas. Faerin que era el que mejor conocía el camino se puso al frente abriendo la marcha. Zamîn recordó las palabras del hombre unas horas antes. Tenían que andar más al este aún “al amparo de las faldas de las montañas, para encontrar un viejo camino que usaban los antepasados de los enanos de Kibil. El sendero de la piedra, lo llamaban. Un mojón de piedra, con forma de hacha, situado en el camino principal hacia Kibil señala el inicio de ese sendero. Desde ahí, el sendero se interna en las montañas, ascendiendo primero y descendiendo luego…”
No era muy sencillo caminar sobre tanto espesor de nieve, se hundía hasta la rodilla y le costaba avanzar, pero no tardarían en dejar atrás todo ese cúmulo y por suerte lucía el sol.
29/04/2015 at 20:22 #355128
NeumeModerator— ¿Alguien más que quiera tirarse por la ladera abajo? Venga, estoy en promoción dos por uno, ¿nadie? ¿No?
Yaiwen arqueó una ceja al escucharle. No podía recriminarle el sarcasmo, su hombro no estaba bien del todo y no había dudado en ayudar. Sin embargo, todos estos buenos pensamientos se disiparon tan pronto como volvió a abrir la boca.
— Me alegro de que estés bien y me gusta cómo has dejado la camisa pero, ¿no crees que es demasiado escote para esta época del año?
-Oh no, me encanta esta brisa refrescante. Los elfos no sentimos el frío igual que vosotros como seguro ya sabes. Y no me gusta mucho esta camisa por lo que decidí hacerle unos cambios –dijo mientras le tiraba una bola de nieve en toda la cara. –Te la debía –añadió fingiendo lástima.
Faerin lideraba el grupo ahora, seguido por Zamîn.
La medio-elfa no quiso atarse la cuerda pues caminaba ligera sobre la nieve. Se podía decir que no dejaba apenas pisadas sobre la nieve. Lo que sí seguía haciendo era taponar la herida.
-Pequeño hobbit, ahí está mi caballo –le dijo señalando unos metros más allá – Os lo cedo un rato si os sentís fatigado por la caída. Podréis ir solo porque no os va a tirar, podéis estar tranquilo.
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