- Categoría: Mundo Tolkien
- Etiquetas: anillos de poder, Bilbo, el anillo único, El Señor de los Anillos, El Silmarillion, Forja de los Anillos, Frodo, Gollum, isildur, Los Anillos de Poder, rings of power, Sauron
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Tras la forja de los dieciséis Anillos de Poder, Annatar abandonó el reino de Eregion y se dirigió en secreto a Mordor para culminar su infame plan de gobernarlos a todos. En los fuegos del Monte del Destino, el Señor Oscuro forjó en secreto el Anillo Regente, para controlar a todos los demás. Esto sucedió en el año 1600 de la Segunda Edad del Sol.
El Anillo Único estaba forjado en oro, sin adornos ni gemas, a simple vista uno más de los ensayos que los Gwaith-i-Mírdain habían forjado antes de crear los Anillos de Poder. Solo mediante el calor intenso podía revelarse un grabado en lengua negra, realizado con caracteres tengwar. Este grabado se situaba en ambas caras (interna y externa) del anillo, y su escritura reza así:
Ash Nazg durbatulûk,
ash Nazg gimbatul,
ash Nazg thrakatulûk
agh burzum-ishi krimpatul.
En la lengua común, según la traducción de Gandalf, significa:
Un Anillo para gobernarlos a todos,
Un Anillo para encontrarlos,
Un Anillo para atraerlos a todos
y atarlos en las tinieblas.
Su poder principal era someter y controlar a los portadores de los demás anillos de poder, subyugando su voluntad, leyendo y adueñándose de sus pensamientos hasta el punto de esclavizarlos. También contaba con todos los poderes de los demás anillos (potenciar las habilidades naturales de su dueño, invisibilidad, ver cosas del mundo invisible, preservación…) y poseía una especie de voluntad propia, que lo empujaba a regresar siempre junto a su amo.
Cualquier otro portador sentía un deseo irresistible de poseerlo, lo cual llevaba a ser dominado por la voluntad del Anillo, que devoraba y alargaba la vida hasta hacerla insoportable, utilizando a su portador. Esto se vio en el hobbit Sméagol, que acabó convertido en la criatura Gollum tras poseerlo durante 500 años, y, en menor medida, también en Bilbo Bolsón.
Otro de sus poderes era la habilidad de cambiar de tamaño, adaptándose al dedo de su portador o siendo capaz de deslizarse de él. Un ejemplo de esto fue la muerte de Isildur en el Desastre de los Campos Gladios, donde el Anillo se deslizó de su dedo, provocando su ejecución a manos de orcos. También permitía la comprensión de todas las lenguas, como pudo observarse en el episodio de Bilbo y las arañas del Bosque Negro durante los acontecimientos de «El Hobbit».
Este inconmensurable poder fue obtenido mediante el volcado de gran parte de la propia esencia y poder de Sauron en el Anillo, ya que los anillos élficos eran muy poderosos y solo así podría doblegarlos. Esto hizo que su poder dependiera de la posesión y existencia del Anillo Único, lo cual no preocupaba a su creador, ya que solo podía ser destruido en el Monte Orodruin, situado en el corazón de su reino. Y para ello, primero debían arrebatárselo de su candente mano y resistir la tentación de poseerlo.
Su único miedo vino tras perderlo, y fue que alguien con suficiente poder pudiera dominar el Anillo y usar su poder para destruirle y suplantarle como Señor Oscuro. Este pensamiento fue el que en todo momento le llevó a precipitarse en sus movimientos durante la Guerra del Anillo.
En cuanto Sauron se puso el Anillo recién forjado, Celebrimbor y los elfos se supieron engañados, y se desarrollaron los acontecimientos de la Guerra de Eregion. Sauron mantuvo el Anillo en su poder hasta su derrota en la Guerra de la Última Alianza, en el año 3441 de la Segunda Edad del Sol. Tras dar muerte a Elendil y Gil-Galad, Sauron cayó muerto e Isildur lo cortó de su mano. Elrond y Cirdan trataron de convencerle de destruirlo, pero Isildur lo reclamó como suyo.
Esto convirtió al rey de Gondor y heredero de Elendil en el portador del Anillo hasta su muerte en el año 2 de la Tercera Edad del Sol. Mientras viajaba a Arnor, fue emboscado por orcos en el río Anduin, intentando escapar usando la invisibilidad del Anillo hasta que este se escurrió voluntariamente de su dedo, lo que causó la muerte de Isildur y la pérdida del Anillo en el fondo del río durante siglos.
Esto llevó a Saruman el Blanco a afirmar que el Anillo se había perdido en el mar arrastrado por las corrientes del río. Pero esto solo era una mentira para ganar tiempo mientras lo buscaba, porque anhelaba hacerse con él.
Reapareció el 5 de marzo del año 2463 de la Tercera Edad durante un accidente de pesca sufrido por un hobbit de la rama de los Fuertes llamado Déagol. Este lo sostuvo por poco tiempo, siendo estrangulado por su primo y compañero de pesca, Sméagol, que quiso adueñarse de él nada más verlo. Esto coincidió con el regreso de Sauron a la región, al haberse establecido en el Bosque Negro como El Nigromante.
Sméagol lo mantuvo en su posesión, escondido en las Montañas Nubladas, durante 500 años. El Anillo envenenó su mente y alargó su vida antinaturalmente, hasta transformarlo en la decadente criatura conocida como Gollum. Pero el Anillo ansiaba regresar con su dueño y abandonó a Gollum durante los acontecimientos de «El Hobbit», llegando a manos de Bilbo Bolsón. Este lo llevó a La Comarca tras finalizar sus aventuras y lo mantuvo allí durante 60 años.
Bilbo, aconsejado por Gandalf, legó voluntariamente el Anillo a su sobrino Frodo, siendo el primer portador en renunciar a su posesión. Frodo comenzó su viaje hacia Rivendel como portador del Anillo y, posteriormente, hasta el Monte del Destino. Manteniéndolo hasta el final de dicho viaje como se narra en «El Señor de los Anillos». Cabe destacar que durante el viaje de Frodo brevemente lo portaron y devolvieron tanto Tom Bombadil (que era el único inmune a sus poderes) como el leal compañero de Frodo, Samsagaz Gamyi. También destacar que Gandalf y la dama Galadriel fueron tentados por Frodo, al ofrecerles el Anillo. Ambos soportaron la tentación y se negaron a cogerlo.
Durante todo este tiempo, Sauron siempre sospechó que Aragorn, heredero de Isildur, reclamaría el Anillo para enfrentarse a él. No obstante, el plan era destruirlo, y el Señor Oscuro solo fue consciente de ello cuando ya era demasiado tarde. El 25 de marzo del 3019 de la Tercera Edad del Sol, Frodo reclamó el Anillo en el Monte del Destino y, tras una pelea con Gollum, la criatura le arrancó un dedo y recuperó la posesión del Único. En su euforia, comenzó a saltar de alegría, resbalando y cayendo a la lava del volcán. Criatura y Anillo encontraron su final en sus fuegos, Sauron fue derrotado y todo su poder se dispersó, causando también que todos los anillos de poder perdieran su fuerza y se perdieran todos en la ruina de Barad-dûr, salvo los tres anillos élficos.
Con la destrucción del Único, finaliza su historia, la de los anillos de poder y también la de Sauron, el Señor de los Anillos.