- Categoría: Mundo Tolkien
- Etiquetas: anillos de poder, Cirdan, El Señor de los Anillos, El Silmarillion, Elrond, Forja de los Anillos, Galadriel, Gandalf, Los Anillos de Poder, rings of power, Sauron
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Tras la forja de los primeros dieciséis anillos de poder, Annatar abandonó el reino de Eregion y se dirigió en secreto a Mordor para culminar su infame plan de gobernarlos a todos. Sin embargo, el maestro Celebrimbor quiso continuar su obra y perfeccionar su arte. Esto lo llevó a forjar los tres anillos élficos, su obra maestra. Los más perfectos y poderosos de los diecinueve anillos que había creado.
Estos tres anillos fueron creados exclusivamente y en secreto alrededor del año 1590 de la Segunda Edad, sin que Sauron participara activamente en su forja. Eran los más poderosos de todos, solo superados por el Anillo Único. No otorgaban invisibilidad ni podían considerarse armas de guerra; su única y principal función era evitar el deterioro del mundo, preservar la memoria de lo bello, y frenar el tiempo y la decadencia en los lugares donde se mantuvieran activos. En resumen, traían la belleza y santidad de Valinor a la zona de la Tierra Media donde se utilizaran.
Esto hacía que fueran los anillos más codiciados por el Señor Oscuro, ya que podían evitar la decadencia del tiempo y posponer el cansancio del mundo. Esto le permitiría establecer un reino eterno bajo su poder, prácticamente indestructible. No obstante, nunca pudo encontrarlos ni apoderarse de ellos.
Al no haber sido tocados por Sauron, estos anillos no eran malvados ni estaban malditos como sus homólogos creados anteriormente. Sin embargo, eran inferiores en poder al Único y, por tanto, estaban ligados a su poder; sus portadores serían dominados por el mismo. Del mismo modo, se perdería todo su poder cuando el Único fuera destruido.
Al enterarse Celebrimbor de que habían sido engañados por Sauron, tal como comentamos en el artículo anterior, intentó destruir los anillos sin éxito. Por ello, acudió al consejo de la dama Galadriel para decidir qué hacer con ellos. Ella le aconsejó ocultarlos del mundo, y así se hizo. Ella misma custodió uno de ellos en Lothlórien, mientras que los otros dos fueron enviados al rey Gil-Galad, en el reino de Lindon. Ni siquiera los propios elfos supieron dónde se escondían durante toda la Segunda Edad del Sol. No sería hasta la derrota de Sauron en la Guerra de la Última Alianza, y su separación del Anillo Único, cuando dichos anillos pudieron ser usados.
Nenya fue el anillo que conservó Galadriel. Conocido como el Anillo de Agua, estaba forjado en mithril y adornado con un diamante blanco capaz de irradiar luz. Según algunos textos de Tolkien, era el más poderoso de los tres anillos, aunque «El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey» contradice esto y atribuye ese poder a Vilya. Nunca cambió de portadora en su historia.
Durante la Tercera Edad del Sol, fue usado por su portadora en Lothlórien, permitiéndole preservar las cosas sin mancha ni deterioro, alterando el curso del tiempo en el reino élfico y permitiendo a su portadora enterarse de eventos lejanos y levantar una defensa mágica que ningún enemigo podría atravesar, salvo que Sauron mismo atacara personalmente.
Vilya, el Anillo de Aire, fue uno de los dos anillos que recibió el rey Gil-Galad y el que más tiempo conservó bajo su cuidado, hasta que en el año 1701 de la Segunda Edad del Sol se lo cedió a Elrond. Este anillo estaba forjado en oro con un zafiro engarzado y fue la principal causa de que Rivendel fuera considerado un refugio. Su principal poder era sanar y reparar cualquier herida causada por el mal, además de los poderes de preservación mencionados en Nenya.
Fue usado durante la Tercera Edad del Sol sobre Rivendel, logrando efectos similares a los de Nenya en Lothlórien, y se decía que las estrellas brillaban siempre con más intensidad sobre los cielos de Imladris. Su poder fue utilizado para sanar las heridas de Frodo Bolsón infligidas por el Rey Brujo de Angmar en la Cima de los Vientos, durante los acontecimientos de «La Comunidad del Anillo». Se especula que también influyó en la crecida del río Bruinen, que eliminó temporalmente la amenaza de los Nazgûl durante la persecución a Frodo.
Narya era el Anillo de Fuego, y fue entregado por Gil-Galad a Círdan, el carpintero de barcos. Este lo conservó en su poder hasta el año 1100 de la Tercera Edad del Sol, cuando los Istari llegaron a la Tierra Media. El elfo, en su sabiduría, consideró que Gandalf, pese a no ser el líder de la orden, era el más sabio de todos ellos y que necesitaría mucha ayuda en su misión. Por ello, le cedió el anillo en secreto al mago.
Era de oro, con un rubí engastado, y sus poderes diferían bastante de los de sus hermanos. Este anillo tenía la peculiaridad de encender los corazones de las personas y avivar el valor en su interior. algunos son la sanación del rey Théoden de Rohan, llevándole con renovadas fuerzas al combate, o durante el asedio de Minas Tirith, donde los soldados que se retiraban se reincorporaban a la batalla con valor y energía renovadas allá por donde Gandalf pasaba. También se especula que la gran habilidad del mago con el fuego pudo verse influenciada y potenciada por este anillo, aunque ningún dato lo confirma directamente.
Cabe destacar que los tres anillos compartían una relación con los tres elementos de la naturaleza que fueron el destino final de los Silmarils. Uno acabó en las profundidades de las aguas al ser arrojado al mar por Maglor al final de la Primera Edad del Sol. El segundo, pasto del fuego al arrojarse Maedhros a una sima ardiente con la joya en las manos. El tercero reposa en una diadema sobre la frente de Eärendil el Marinero, surcando los cielos por el aire como una estrella.
Los tres anillos compartieron el mismo final: la destrucción del Anillo Único causó la pérdida de todos sus poderes y acabaron siendo meros adornos en las manos de sus portadores. Los tres anillos cruzaron el mar junto con sus portadores (Elrond, Galadriel y Gandalf) hacia Valinor el 29 de septiembre del año 3021 de la Tercera Edad. Esto marcó el fin de dicha edad y el fin de los anillos de poder.
Por último, solo nos queda finalizar la historia de los anillos de poder hablando del más importante: El Anillo Único.
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