La semana pasada, durante la San Diego Comic-Con, se estrenó el tráiler oficial de la segunda temporada de El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder. Durante su transcurso, y como era de esperar, se reveló la forja de los Anillos de Poder.

Sin embargo, mucha gente no conoce en detalle la información existente sobre dichos anillos. Este será el primero de una trilogía de artículos en los que contaremos todo sobre estos objetos clave del legendarium de Tolkien. Antes de entrar en materia, vamos a recordar el Verso del Anillo, escrito por los Pueblos Libres, para recordar cuántos fueron en total los Anillos de Poder:

«Tres Anillos para los Reyes Elfos bajo el cielo,
Siete para los Señores Enanos en palacios de piedra,
Nueve para los Hombres Mortales condenados a morir,
Uno para el Señor Oscuro, sobre el trono oscuro
en la Tierra de Mordor, donde se extienden las sombras.

Un Anillo para gobernarlos a todos,
Un Anillo para encontrarlos,
Un Anillo para atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas,
en la Tierra de Mordor, donde se extienden las sombras».

Su historia comienza durante la Segunda Edad del Sol, en el reino élfico de Eregion, alrededor del año 1500 de la Segunda Edad. Los Gwaith-i-Mírdain, una hermandad de herreros encabezada por Celebrimbor (nieto de Fëanor), deseaban adquirir conocimiento sobre todo lo que había en la Tierra Media y cómo controlarlo, con el fin del entendimiento y la preservación. Esto permitió a Sauron, disfrazado como un enviado de los Valar llamado Annatar, engañar a los elfos para fusionar sus conocimientos y crear los anillos.

El objetivo de Annatar con estos anillos era controlar y someter mentalmente a los elfos para hacerse con el control total de la Tierra Media, mediante la forja en secreto de un Anillo Único que pudiera controlar todos los demás.

Durin III (Peter Mullan) con su Anillo de Poder – El Señor de los Anillos. Los Anillos de Poder (2024)

Existían una serie de anillos menores forjados entre el año 1200 y el 1500 de la Segunda Edad, cuyo número no se especifica y que se sabe eran redondos, lisos y sin gemas, muy similares en apariencia al Anillo Único. Estos anillos se consideraron pruebas para perfeccionar sus creaciones y fueron desechados por su escaso poder. Se creyó durante muchos años que el anillo de Bilbo Bolsón era uno de estos antes de revelarse que era el Único.

Estas pruebas llevaron al cenit del poder de los Mírdain, dando pie a dieciséis anillos de poder forjados conjuntamente con Sauron, lo cual los vincularía aún más a su Anillo Único pese a estar almacenados en una bóveda de Ost-in-Edhil cuando el Único fue creado. Todos estos anillos, al contrario que las pruebas anteriores, portaban gemas engarzadas, aunque se desconocen los materiales y el tipo de gemas de dichos anillos.

Todos los anillos eran lo suficientemente poderosos para no ser destruidos por medios convencionales, siendo la única forma de hacerlo el aliento de los dragones o ser arrojados a los fuegos del Monte del Destino. Esto aplicaba a todos los anillos existentes menos al Único, que ni siquiera el aliento de los dragones podía destruir.

El poder principal de estos anillos era preservar y evitar el deterioro de las cosas, lo cual alargaba indefinidamente las vidas de sus portadores y potenciaba sus poderes y habilidades naturales. Sauron también les imbuyó poderes como la invisibilidad, lo que hacía que su uso reiterado y prolongado llevara a sus usuarios a la invisibilidad permanente, desvaneciéndose y pasando lentamente al mundo de las sombras.

Los siete anillos enanos – El Señor de los Anillos. La Comunidad del Anillo (2001)

Debido a su vinculación con el Anillo Único, también permitían al Señor Oscuro leer los pensamientos de los portadores y establecer control mental sobre ellos. Esto llevaba a sus dueños a obtener primero un gran poder, para finalmente ser sometidos a una esclavitud perpetua bajo el yugo del Sauron.

De estos anillos hay varias versiones sobre cómo fueron distribuidos, siendo la principal en El Silmarillion que Sauron, tras destruir Ost-in-Edhil, torturar y asesinar a Celebrimbor, reclamó los anillos y los repartió entre los enanos y los hombres para someterlos, ya que su plan inicial era repartirlos solo entre los elfos, pero sus intenciones ya habían sido descubiertas por los mismos. Otros textos, como el apéndice de El Señor de los Anillos, dicen que Celebrimbor entregó a Durin III (rey de Khazad-Dûm) un anillo de poder personalmente.

A los enanos se les entregaron siete anillos. No está confirmado a quiénes se otorgaron, salvo la identidad de Durin III, pero se especula que cada uno pudo ser entregado a los reyes de los siete clanes enanos de la Tierra Media (Nalgudos, Barbas de Fuego, Puños de Hierro, Barbatiesas, Morenos, Pies de Piedra y Barbiluengos). Los anillos no tuvieron el efecto deseado ya que los enanos eran criaturas indoblegables y Sauron nunca pudo controlarlos ni les afectaba la invisibilidad. Sin embargo, despertaron en sus portadores una tremenda obsesión y codicia por el oro, llevándolos a acumular ira y resentimiento en sus corazones y grandes tesoros que acabaron acarreando la ruina de sus reinos. Ejemplos de esto son el Daño de Durin en Khazad-Dûm o Smaug en Erebor.

Anillo de Durin en la mano de Thráin antes de ser reclamado – El Hobbit. La Desolación de Smaug (2013)

Se sabe que, de estos siete, cuatro anillos fueron devorados o destruidos por dragones y tres de ellos fueron reclamados por Sauron. Del único que se tienen detalles es del Anillo de Durin, que fue pasando de heredero a heredero hasta llegar a manos de Thrór, quien se lo legó a su hijo Thráin antes de partir a Moria. Finalmente, Sauron recuperaría este anillo en Dol Guldur tras hacer prisionero a Thráin.

Durante la Tercera Edad del Sol, Sauron ofrecería mediante un mensajero estos tres anillos y el reino de Khazad-Dûm al rey de Erebor, Dáin II Pie de Hierro, a cambio de información sobre Bilbo Bolsón en su búsqueda del Anillo Único. Esta oferta fue rechazada y Gimli mandado a Rivendel a informar sobre este hecho, llevándole a formar parte del Concilio de Elrond y de la Comunidad del Anillo.

Los otros nueve anillos fueron entregados a los hombres. Se sabe que tres de estos portadores eran señores númenóreanos (entre ellos el que acabaría siendo el Rey Brujo de Angmar) y un cuarto, cuya identidad es la única conocida, era Khamûl el Oriental. Del resto se desconocen sus identidades, pero al igual que los anteriores, se sabe que eran grandes reyes, guerreros y hechiceros, posiblemente orientales y sureños.

Los nueve anillos de los hombres y sus portadores – El Señor de los Anillos. La Comunidad del Anillo (2001)

Estos anillos otorgaron poderosas habilidades mágicas y la capacidad de influir en la voluntad de las personas, además de alargar sus vidas, estancando el tiempo hasta volver cada minuto algo asfixiante. Sin embargo, en ellos sí tuvieron efecto los ardides de Sauron y con el tiempo comenzaron a ver cosas del mundo invisible hasta finalmente desvanecer su existencia humana, convirtiéndolos en espectros esclavizados. Nacen así los Nazgûl, los sirvientes más leales y terribles de Sauron. Hay versiones contradictorias sobre si los Nazgûl conservaron sus anillos hasta la caída de su señor o si Sauron los reclamó en algún momento para aumentar su poder y control sobre ellos.

En cualquier caso, el destino de los anillos reclamados por Sauron (12 de los 16) fue el mismo, siendo destruidos junto a sus portadores o perdidos al destruirse el Anillo Único y colapsar la fortaleza de Barad-dûr. De haber sobrevivido, todos estos anillos habrían perdido su poder y serían meros adornos.

Continuaremos esta historia siguiendo el orden en que fueron forjados, con los tres anillos élficos.

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