- Categoría: Mundo Tolkien
- Etiquetas: Bosque de los Trolls, El Hobbit, El Señor de los Anillos, El Silmarillion, esdla, Las Dos Torres, Lord of the Rings, Los Anillos de Poder, lotrrop, mordor, moria, Trolls
- Comentarios: Sin respuestas.
- Imágenes relacionadas:
Durante la emisión del séptimo capítulo de la segunda temporada de “El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder”, pudimos ver en pantalla mas sobre Damrod, un troll residente en las Ered Mithrin que se une a las tropas de Adar en Mordor. ¿Qué es un troll? ¿Qué tipos existen? Todo esto y más te lo contamos en el siguiente artículo.
Los trolls son criaturas enormes, de unos cuatro metros de altura, con pies planos sin dedos, manos nudosas con garras, fuerza excepcional, pieles duras como la piedra y de escasa o nula inteligencia. Su origen incierto se remonta, presumiblemente, a la Primavera de Arda, en la Edad de las Lámparas, no siendo criaturas especialmente agresivos o poderosos. Morgoth cambió esto, corrompió y crio a estas bestias en las profundidades de Utumno con el fin de tener bajo su mando a una raza similar a los ents de Yavanna. Los trolls serían una burla de estos como los orcos lo eran de los elfos.
Durante la Edad de los Árboles y la Primera Edad del Sol, participaron activamente en las fuerzas de choque del Señor Oscuro. Destaca su presencia en la Batalla de las Lágrimas Innumerables (Nirnaeth Arnoediad), donde formaban la nutrida guardia personal de Gothmog, señor de los Balrogs, y donde Húrin dio muerte con su hacha a setenta de ellos antes de ser hecho prisionero. Se destaca que peleaban portando grandes mazas y martillos, luchando fieramente y sin mostrar miedo alguno, siendo su mayor debilidad la luz del sol.
Tras la caída de Morgoth en la Guerra de la Cólera, Sauron ocupó su lugar y, a lo largo de la Segunda Edad del Sol, los continuó criando en las montañas de Mordor, agudizando su inteligencia y maldad para hacerlos mucho más peligrosos. Perfeccionaría este arte hasta lograr, en la Tercera Edad del Sol, la creación de los Olog-Hai (de los que hablaremos más adelante). Los emplearía activamente en sus ejércitos durante todos sus conflictos bélicos, especialmente durante la Guerra del Anillo.
Los lugares de residencia más comunes de estas criaturas eran las zonas montañosas (sobre todo en Mordor y las Montañas Nubladas), el Bosque de los Trolls y los Páramos de Etten (en Eriador). No eran capaces de realizar construcciones y preferían cuevas y grutas.
A continuación, vamos a hablar de los diferentes tipos de trolls conocidos en la obra de Tolkien:
Trolls de Piedra: Los más comunes. Destacan por la peculiaridad de que se convierten en piedra al recibir la luz del sol, lo que los lleva a ser criaturas nocturnas que se refugian durante el día en grutas y cuevas, donde acumulan tesoros y restos de sus incautas víctimas. Los más conocidos son Berto, Tom y Guille, los tres trolls que Bilbo Bolsón encuentra en El Hobbit y que acaban convertidos en piedra. Se alimentan generalmente de cualquier tipo de carne y saben hablar, empleando generalmente una torpe forma de la lengua común que tiende a resaltar la letra «r».
Trolls de las Colinas/Montañas: No queda claro si estos son una subclase de los trolls de piedra o un sinónimo para referirse a los mismos. Se sabe que abundaban en los Páramos de Etten y que fueron los asesinos de Arador, capitán de los Dúnedain del Norte y abuelo de Aragorn. Sin embargo, se menciona en El Retorno del Rey, durante la Batalla de Morannon, que trolls de las Ered Gorgoroth peleaban a plena luz del día, con la costumbre de morder el cuello de los enemigos vencidos. Esto podría significar que los trolls de las montañas son realmente Olog-Hai o una rama de la que descienden, quedando en duda si resisten o no la luz solar. Su sangre era negra y desprendían un fuerte hedor. Portaron el ariete Grond en la Batalla de los Campos del Pelennor y Pippin dio muerte a uno de sus jefes frente a la Puerta Negra.
Trolls de las Cavernas: De escamas oscuras verdosas y sangre negra. Viven en el interior de las Montañas Nubladas y, durante la película de La Comunidad del Anillo, uno de ellos aparece en Moria, atacando a la Compañía del Anillo y casi matando al portador. Su piel era tan fuerte que podía quebrar una espada de acero en pedazos, como le sucedió a Boromir durante la pelea en la Cámara de Mazarbul. Sin embargo, no pudo resistir el filo élfico de Dardo cuando Frodo se la clavó en el pie. También aparecieron dos mas junto al Daño de Durin en el Puente de Khazad-Dûm
Medio-trolls: Se mencionan solo una vez en El Señor de los Anillos, durante la Batalla de los Campos del Pelennor. De Lejano Harad, se dice que acudieron hombres negros y altos, con una fuerza descomunal que hacía pensar que eran medio-trolls. Sus ojos eran blancos y sus lenguas rojas. Posiblemente, se trata más de una comparación que de una raza real.
Trolls de las Nieves: Habitaban las regiones más frías de la Tierra Media, como Forodwaith y Angmar. Se desconoce información detallada sobre ellos, y solo se mencionan en los apéndices de El Señor de los Anillos, comparando al rey Helm Manomartillo con uno de ellos cuando salía a abatir enemigos con sus propias manos. En diversas representaciones, como en la serie y los videojuegos, se les muestra algo más bajos que los trolls comunes, con hombros anchos, casi sin cuello y de piel blanca. No se puede garantizar su existencia, ya que podría ser una comparación del autor
Olog-Hai: En sindarin significa “Pueblo Troll”. Son la evolución que Sauron consiguió sobre los trolls que habitaban en Mordor. Eran más feroces, fuertes, ágiles, astutos y duros que el resto de su especie, pudiendo hablar la Lengua Negra y soportar la luz del sol. Aparecieron por primera vez en la Tercera Edad del Sol, en las montañas de Mordor y la linde sur del Bosque Negro (posiblemente criados en Dol Guldur). En las adaptaciones cinematográficas y videojuegos solían ir fuertemente pertrechados y algunos portaban tambores de guerra, mazas o espadas grandes y anchas.
Tras la destrucción del Anillo Único y la derrota de Sauron, se sabe que los trolls supervivientes se movían sin guía ni rumbo durante la Cuarta Edad del Sol, siendo cazados y eliminados hasta su probable extinción.