Helkanor – Cueva de Scatha
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Neume.
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04/07/2015 at 19:04 #356532
JRM-008ParticipantCuando la puerta se abrió, Rírian seguía pensando en diferentes maneras de resolver el acertijo. Se había decantado por abrir la condenada puerta de un espadazo cuando Battoin logró hacerlo, no sin antes tirar a Yaiwen por si acaso.
– Un gesto muy caballeroso por tu parte.- dijo riéndose.
Se apresuró a entrar en la sala y observó atónito todos los tesoros que esta albergaba. Se fijó en una preciosa y vistosa armadura de color oro y rojo, visiblemente de calidad.
Sonrío.
– Esta me la pido.
La cogió con extrema delicadeza y la dobló sobre sus brazos. Después la guardaría en una de las alforjas de Sombra.06/07/2015 at 0:36 #356544
lordnazgul9ParticipantEn cuanto el salón quedó a la vista del grupo, Nír quedó tan deslumbrado que cayó hacia atrás, casi desnucándose. El enano recuperó el equilibrio en cuestión de instantes y se apuró en recoger elementos. Había una gran estatua de un señor enano completamente armado. En una mano sostenía el famoso amuleto, y en la otra, una magnífica hacha de doble filo.
Nír trepó a la estatua y tomó el hacha del mango, deslizándola con cuidado y sacándola de la estatua que la tenía asida. Nír sostuvo el hacha con su mano. Era sin duda brillante y una magnífica adición a su arsenal.
Mientras el enano guardaba pequeños tesoros en sus bolsillos, que lo harían inmensamente rico allá en Kibil-Dûm, dio contra una serie de armaduras enanas montadas. Rírian tomó una de ellas para sí; Nír trató de imaginarse si el humano sería capaz de llevarla puesta o no.
Nír miró hacia abajo. Entre todas las monedas de oro, encontró un yelmo cobrizo y una cota de malla. Siguió hurgando hasta dar con el resto de la armadura. Una armadura muy similar a la que vestían los guardias de Erebor, la Montaña Solitaria, que seguramente descendían de las de Ered Mithrim. Nír midió la talla de la armadura, y concluyó que le cabría. Junto a las piezas de la armadura encontró un mazo y otras armas que podría tener en El Herrero Encabronado.
Nír encontró un saco y comenzó a guardar las piezas de la armadura en el. Esperaba que no se demoraran mucho en salir de la cueva para cargarlas en el carro. El hacha y las demás armas las llevó colgando del brazo mientras que el saco increíblemente se lo cargó a la espalda.
06/07/2015 at 19:36 #356553
NeumeModeratorNo había llegado a ver lo que había puesto Zamîn pues estaba observando las figuras enanas de la sala, pero sí vio que la caza tesoros se esfumaba y la puerta permanecía cerrada.
-¿Qué clase de magia es esta? Preguntó en voz baja.
Entonces Dulvak se acercó a la puerta y Yaiwen esta vez sí prestó atención. Era un acertijo. ¿Y si Zamîn lo había adivinado y estaba ya recogiendo el tesoro? Pero la puerta tendría que haberse abierto, además era una cabeza hueca, dudaba que supiera lo que hacía. Y tampoco la escuchaba del otro lado, lo cual era más misterioso. ¿A dónde habría ido?
El humano se rascó la barba pensativo. Eran números, estaba claro. La elfa los había podido reconocer cuando se aproximó, pero no tenían sentido a primera vista. Dulvak finalmente puso una combinación y desapareció.
Yaiwen se volvió con cara de espanto a sus compañeros. En sus rostros también pudo ver la sorpresa y desconcierto.
Battoin fue el siguiente. Ella se colocó detrás mirando el suelo por si localizaba el conducto por el que podrían desaparecer misteriosamente, pero no veía nada. El humano se agachó a recoger algunas runas mientras ella trataba de descifrar lo que tenía delante. ¿Una suma? No, no parecía…
Vio cómo Battoin colocaba la serie 312211
-El 3 sí pero ¡AAAAAHHHHH! –su compañero la había empujado.
Había sacado por instinto la daga con su mano derecha apuntando a la nada que había delante de ella, mientras que con la izquierda había conseguido agarrar a Battoin por el cuello de la camisa, desgarrándosela en parte con el tirón.
Le miró enfurecida. Sus ojos centelleaban. Le enganchó de una oreja y tiró fuerte hacia abajo-¡Serás miserable! Te habría reconocido el mérito, pero eres peor que un orco –Sin soltarle Yaiwen miraba de reojo la nueva sala, más pequeña. Una fuerte luz lo inundaba todo.
-¡Cobarde! -le liberó la oreja y guardó la daga. No parecía haber peligro.
-Zamîn, Dulvak ¿estáis ahí? –Nadie respondió.
Sus compañeros estaban entrando. Rírian y Nír se habían acercado a unas magníficas piezas, pero ella había posado sus ojos en un par de cosas que le interesaban. Con tanta belleza alrededor casi se había olvidado del feo gesto del “mellon”.
El vello se le erizó y sintió un agradable cosquilleo. Sus ojos brillaban pero ahora de deseo.
06/07/2015 at 23:56 #356555
BattosayParticipant-¡Serás miserable! Te habría reconocido el mérito, pero eres peor que un orco –Sin soltarle Yaiwen miraba de reojo la nueva sala, más pequeña. Una fuerte luz lo inundaba todo.
-¡Cobarde!
Battoin se puso a dar saltos por toda la estancia, la oreja le ardía y no se le ocurrió mejor cosa que meter la cabeza en la fuente. Por suerte, el agua salía helada y le calmó el dolor de la oreja. Esperó a que se le calmó un poco la oreja y sacó la cabeza del agua. Todavía notaba como la oreja le vibraba.
– No sé por qué te has puesto así — dijo dolorido. — Sólo era una broma, sabía que había puesto bien el acertijo. Además, esa cerradura es cosa de elfos, no te iba a pasar nada malo. Probablemente nos encontraremos con ellos a la vuelta. ¡Ay! — se fijó en su camisa. — Y ahora voy con medio torso al aire, voy a coger un resfriado.
Se acercó a la sala que se había abierto y echó un ojo. Le llamó la atención el colgante que tenía la estatua en la mano, así que lo cogió para él.
— ¿Me queda bien? ¿Parezco un señor elfo?
Se llevó la mano derecha a la oreja para rascarse y descubrió que ya no le dolía. Al final no era para tanto. Movió un poco el brazo en círculos. Iban mejorando bastante, al final las curas de Yaiwen parecía que habían dado resultado, a pesar del encuentro con los orcos.
Curioseó un poco por la habitación y no encontró nada que le llamase la atención. Se limitó a coger un par de joyas que parecían de valor, le darían para vivir tranquilamente más de un año.
Se fijó en Yaiwen, tenía una mirada que nunca le había visto. Le recordaba a sí mismo delante de un buen asado. Le pasó la mano un par de veces delante de los ojos.
— ¿Estás con nosotros?
08/07/2015 at 13:45 #356615
NeumeModeratorOía la voz de Battoin de fondo. Parecía que provenía de lejos, muy muy lejos, era apenas un murmullo. “Y ahora voy con medio torso al aire, voy a coger un resfriado”.
Todo era espléndido, brillante y hermoso mirase donde mirase. La sala refulgía en tonos dorados y verdes y de repente sintió la calidez de la estancia.
Se había fijado en una tiara que estaba apoyada en vertical sobre la pared, cerca de las bolsas con monedas. Parecía de filigranas de oro blanco y tenía pequeñas piedras de jade y topacios blancos.
— ¿Me queda bien? ¿Parezco un señor elfo?
Los ojos de Yaiwen se posaron en el gran zafiro.
— ¿Estás con nosotros?
-¿Eh? sí. Te queda demasiado bien, tu no sabrías apreciar su valor. Claro que podrías quitar esa piedrecita azul de en medio, dármela y el colgante te seguiría quedando igual de bien -le guiñó un ojo.
Le vio mover el brazo herido como si no le doliera. La medio elfa frunció el ceño. No sabía que fuese tan buena sanadora, sobre todo después de que él no hubiera seguido su recomendación de no hacer esfuerzos.
Se fue a recoger la tiara y se la probó. No podía verse pero no lo necesitaba, aquella joya quedaba bien en cualquier cabeza. Con la tiara puesta se acercó hasta Battoin de nuevo mientras veía como sus compañeros escogían objetos.
-Deberíamos llevarle algo a Dulvak ¿no crees? ¿A que yo sí parezco una elfa importante?
Y entonces vio unas letras élficas grabadas en el colgante de Battoin. -Espera un momento y déjame ver eso -dijo mientras agarraba el amuleto y le daba la vuelta una y otra vez. Por la parte de atrás tenía una inscripción en quenya.
Los dedos de Yaiwen pasaron con delicadeza por encima del zafiro, como si lo estuviera acariciando.
-No sabes lo que pende de tu cuello. Deberías quitártelo.09/07/2015 at 16:51 #356653
Elfo_NegroParticipantUn destello de luz le cegó un instante, y en un instante fue transportado al exterior de la cueva. La luna iluminaba las formas redondeadas y aterciopeladas de la nieve que cubría las irregularidades rocosas. El viento soplaba, frio pero lento, agitando algunos hierbajos que se escapaban de de la nieve. No quería hacerse muchas preguntas sobre lo sucedido, la montaña lo había llevado (más o menos) donde en realidad deseaba estar. No sabía si era un “castigo” o un “premio” o, simplemente una reacción a su intento de completar la sucesión de símbolos, esa especie de acertijo.
Dulvak miró hacia el cielo, buscando estrellas conocidas que le indicaran donde estaba: entre la posición que ocupaban los astros de Varda Elentari y las siluetas montañosas que se recortaban sobre el cielo negro, dedujo que no se encontraba muy lejos de la entrada de la Cueva de Scatha.
Canturreando, contento de haber salido de la cueva, empezó el descenso sin perder tiempo, dejándose llevar por lo que debía ser una torrentera.09/07/2015 at 20:07 #356658
NELLAParticipantKira quedó maravillada ante la belleza de la sala, el olor fétido había desaparecido para dejar paso a un agradable aroma que venía del centro de la sala, donde crecía un suave césped lleno de flores alrededor de una fuente. Se acercó y metió las manos en el agua, estaba fresca, se limpió las manos y la cara que tenía sucia después de la caída.
El resto del grupo se acercaba a una puerta tallada al fondo, Kira se acercó también pero no vio a Zamîn ni a Dulvak, iba a preguntar por ellos cuando se fijó en Battoin, estaba absorto colocando unas piezas que recogió del suelo en unos huecos que tenía la puerta. De pronto ésta se abrió y un destello de luz verdosa la cegó. Cuando abrió los ojos todos estaban dentro de una nueva sala… la sala del tesoro.
Cuando Kira entró quedó aun mas maravillada, Nír trepaba a una gran estatua que representaba a un Señor Enano para cogerle un hacha que sujetaba con una mano, mientras Battoin se quedó con un medallón que le pendía de la otra. Vio a Rírian con una hermosa armadura y Yaiwën se probaba una tiara digna de una reina Elfa, que la hacía parecer mas bella aún.
Kira empezó a reír y a dar vueltas por la sala, había algunas joyas y monedas de oro. Buscó algo para ella
y encontró un collar, era sencillo, de oro con gemas de colores engastadas, esmeraldas, perlas y rubís.
-Me hace juego con la túnica- Penso, y se lo guardó. También cogió unas pocas monedas de oro, con eso tendría suficiente para una larga temporada. Seguía sin ver a la caza tesoros, lo cual era muy extraño, ella los había llevado hasta ahí.
-¿Donde está Zamîn?…. y Dulvak?- Dijo Kira acercándose a Yaiwen09/07/2015 at 23:44 #356666
BattosayParticipantBattoin se fijó en como Nîr llenaba sus alforjas alegremente, él sí que era un enano de manual. Ahogó una carcajada pensando en cómo se vería Rírian con la armadura de enano, esperaba que tuviese un ombligo bonito.
– Vas a estar divino de la muerte, Rírian, te favorece el rojo y tienes buenos abdominales que lucir – le dijo conteniendo la risa.
Kira también estaba buscando algo que llevarse pero era mucho más comedida que los otros dos.
-¿Donde está Zamîn?…. y Dulvak?
– Pues es una buena pregunta, vete a saber. No creo que anden muy lejos, esta puerta no parece más que un poco gamberra.
-Deberíamos llevarle algo a Dulvak ¿no crees? ¿A que yo sí parezco una elfa importante?
— Creo que le haría más ilusión alguna de esas flores que cualquier cosa que le llevemos, no tiene pinta de muy materialista — la miró de arriba a abajo, como juzgando su aspecto. – Con la ropa que llevas pareces más una niña jugando con las joyas de mamá, pero con cierto vestido la cosa cambiaría drásticamente.
-No sabes lo que pende de tu cuello. Deberías quitártelo.
– Ahora mismo lo que pende de mi cuello es una elfa es estado de semi-shock. No es que me queje, pero puestos a acariciar, yo tengo sugerencias.
10/07/2015 at 13:54 #356670
NeumeModerator– Con la ropa que llevas pareces más una niña jugando con las joyas de mamá, pero con cierto vestido la cosa cambiaría drásticamente.
-No hay vestido que iguale esta tiara, y no me voy a poner nada poco apropiado para una dama elfa –añadió con una reverencia.
“No mientras esté sobria al menos” pensó.
Cuando le dijo al humano que debía quitarse el colgante, la respuesta que obtuvo la dejó por un momento confusa.
-Deberías ser más delicado con quien te sana cuando tu vida está en juego, ¿no te parece? –le decía mientras le empujaba levemente con el dedo índice apoyado sobre su pecho –con quien se llena las manos de sangre cosiéndote en su casa para que no pases a mejor vida, ah no, perdona, que los humanos no tenéis mucho más que hacer tras la muerte.
Volvió a agarrar el colgante y leyó la inscripción trasera que decía algo así.
Luin ve nén síre, envinyarye larka ar sa líve vanyarye. Vala i Eldar kaita símen (Azul como el agua de río, cura rápido y que la enfermedad desaparezca. El poder de los Altos Elfos yace aquí)
Era tan bonito y ¡ese don! No era digno de un humano o enano. Él nunca lo entendería.
-Sí, estoy conmocionada, ¿quieres saber el motivo? Es este colgante. Está maldito. Dice que fue creado con sangre. En él hay desgracia y sufrimiento y todo eso lo portará quien lo lleve. Hay cosas que están más allá del conocimiento de los humanos –le dijo muy seria -Deberías al menos guardarlo en tu alforja… a menos que quieras que la desdicha y el dolor te visiten ya.
El final de la charla tendría que esperar pues se acercaba Kira. Se la veía especialmente contenta y relajada. Se había guardado un bonito collar.
-¿Donde está Zamîn?…. y Dulvak?- Dijo Kira acercándose a Yaiwen
– Pues es una buena pregunta, vete a saber. No creo que anden muy lejos, esta puerta no parece más que un poco gamberra.
-Cerca no andan, eso desde luego pues ya nos habrían oído y estarían con nosotros. A este mellon no le preocupa demasiado –dijo en referencia a Battoin -pero todo esto es de lo más extraño. Y el mago no ha dicho nada… quizá para él sea algo normal, o sepa de qué va esto, pero para mí esta magia es particularmente extraña.
La medio elfa le pidió que le dejara ver el collar.
-Es precioso.
“Podría robárselo en Candur, pero quizá sería demasiado egoísta teniendo aquí otras joyas, y también la pobre ya tuvo bastante con el secuestro. Además, prefiero robarle a los hombres”
Yaiwen sonrío -desde luego tenéis buen gusto –le dijo a Kira. –Le estaba comentando a Battoin precisamente que voy a coger algo para Dulvak. A la caza tesoros no sé… no me cae muy bien –y se rió – pero el humano es un personaje curioso ¿no os parece? Creo que fue valiente por intentarlo tras ver lo que le pasaba a Zamîn. Y tiene un carácter agradable, excepto cuando canturrea cosas lúgubres –y volvió a reírse. – Sin embargo, Battoin opina que no le interesan los tesoros, pero ha venido hasta aquí con nosotros ¿no? Algo de interés debe tener. Quizá salgamos de dudas si se le ofrece algo. Y… yo, yo no me quedaría aquí más tiempo del necesario. No sé qué pensáis vosotros. Esta sala es muy bonita, pero la Cueva… la Cueva no nos quiere, ya nos lo ha “dicho” Y quizá fuera encontremos respuestas de los compañeros. Quizá Faerin o Calatar les hayan visto.
Eso sí, estaba dispuesta a no dejar nada de valor en la sala. Seguramente no volvería nunca más por allí y tenía que aprovechar. Rebuscaría un poco más para tratar de encontrar una daga que repusiera la perdida con la avalancha.
11/07/2015 at 21:44 #356736
BattosayParticipant-No hay vestido que iguale esta tiara, y no me voy a poner nada poco apropiado para una dama elfa –añadió con una reverencia.
– Quizá ese sea el problema, querer lucir como una dama elfa, ¿sabes?
-Deberías ser más delicado con quien te sana cuando tu vida está en juego, ¿no te parece? –le decía mientras le empujaba levemente con el dedo índice apoyado sobre su pecho –con quien se llena las manos de sangre cosiéndote en su casa para que no pases a mejor vida, ah no, perdona, que los humanos no tenéis mucho más que hacer tras la muerte.
– Tenemos sala exclusiva en las habitaciones de Mandos, con derecho de admisión. Pero podría conseguirte una entrada, te lo pasarías bien.
-Sí, estoy conmocionada, ¿quieres saber el motivo? Es este colgante. Está maldito. Dice que fue creado con sangre. En él hay desgracia y sufrimiento y todo eso lo portará quien lo lleve. Hay cosas que están más allá del conocimiento de los humanos –le dijo muy seria -Deberías al menos guardarlo en tu alforja… a menos que quieras que la desdicha y el dolor te visiten ya.
Battoin le cogió el amuleto de entre sus manos e intentó leer lo que ponía. Tenía nivel medio de Sindarin, pero de Quenya apenas sabía un par de palabras, así que no tenía manera de saber si le estaba diciendo la verdad. Aún así, se sentía bien y con fuerzas, posiblemente a causa del ambiente de la sala.
– ¿Seguro que no intentas asustarme? Los elfos y los enanos no se dedicaban a hacer esas cosas y esto es una caverna de enanos y una puerta de elfos. Quizá te has equivocado leyendo, el Quenya es bastante complicado.
Battoin se fijó en las pertenencias de Zamîn, su bolsa de viaje había caido cuando desapareció. La recogió del suelo y echó un vistazo. Herramientas del buen landrón, se dijo. Pensó que gracias a ella estaban allí, así que también le correspondía una parte del tesoro. Entró dos brazaletes con joyas engastadas y los metió en la bolsa, seguro que ella le agradecería que le llevase algo, pensó mientras recordaba la noche anterior.
– Bueno, si no queda nada más que llevarnos, propongo que vayamos saliendo. Se hace tarde, tengo sueño y dentro de poco será hora de desayunar. ¿Nos vamos?
12/07/2015 at 9:16 #356739
Fenix-OscuroParticipantDespués de fallidos intentos por ingresar en la bóveda del tesoro de Scatha, finalmente y milagrosamente Battoin dio con la clave del enigma. Ya que todos estaban encantados de ver cosas brillantes y hermosas, él, decidió que no era mala idea tomar algo para sí mismo, aunque poco encontró que pudiera servirle, observó un cofre no muy grande, estaba cerrado, “Mmm, a ver si… listo” con un par de habilidad y encanto pudo abrirlo. A pesar de lo extravagante que pudiera parecer el cofre, en su interior, solo tenía ropa, pero ropa fina, de los altos elfos, de una tela muy trabajada y con hermosos detalles. Una túnica púrpura con estrellas y lunas en plateado, y soles en dorado. Otra de color rosa, con un cinturón de tela de color violeta y una capa entretejida en color lavanda, también había sombreros de punta de los respectivos colores de los anteriores trajes, y una tercera prenda con capucha, pero el color era extraño, según se mirara, podía verse roja escarlata, o morada.
Con esto basta -pensó y volvió a cerrar el cofre. Exploró la cueva en busca de alguna otra cosa pero no había nada que le gustara. Tomó un pequeño cofre de monedas de oro que le permitiera vivir tranquilo. Abrió nuevamente el otro cofre y metió el pequeño dentro y volvió a cerrarlo.Se había distraído mucho y pronto su mente regresó a la realidad, seguían en la cueva y dos de sus compañeros de viaje habían desaparecido misteriosamente, si bien la cámara del tesoro no parecía amenazadora, el hecho de permanecer más tiempo dentro de la cueva, le estaba empezando a preocupar, sobre todo al examinar los muros de dicha bóveda. Un extraño presentimiento le invadió la mente, perdió el equilibrio y cayó sobre la pared.
-Ahrg -un sonido doloroso escapó del maia, que cerró los ojos y trataba de entender el presagio, pero no tuvo que esforzarse mucho, pronto el presentimiento se transformó en visión y vio sangre, muerte y sombras del pasado. Respirando con dificultad, se puso de pie y con cara de preocupación se fue hacia el resto del grupo.
-Tenemos que salir inmediatamente de aquí, no preguntéis más, mentes sombrías nos vigilan. Cargad las cosas que habéis elegido y marchaos ya mismo. Quizás no veamos el mañana si permanecemos aquí por más tiempo. Dicho eso. Salió de la cámara con su cofre a toda prisa, iluminando el camino con su bastón, necesitaba encontrar a Peludo con urgencia y salir cuanto antes de la cueva.
-La vida de esos dos puede peligrar -dijo sin prestar atención si alguien lo escuchaba.13/07/2015 at 17:01 #356755
NeumeModeratorLe vio dudar al observar el amuleto, pero era muy terco.
– ¿Seguro que no intentas asustarme? Los elfos y los enanos no se dedicaban a hacer esas cosas y esto es una caverna de enanos y una puerta de elfos. Quizá te has equivocado leyendo, el Quenya es bastante complicado.
-¿Me estás preguntando en serio si entiendo el quenya? Tenéis un humor muy raro los medio humanos, medio enanos ¿sabes? No me equivoco –le dijo mientras echaba una mirada más al objeto –al final la maldición se cumplirá y más vale que no esté en tu poder. Hemos tenido nuestros roces, pero coser y cocinar para alguien, une. No quiero asustarte, además no podría, a alguien tan gallardo y valiente como tú sé que no se le asusta fácilmente. Sólo quiero prevenirte –añadió en tono grave. –Al menos no podrán decir que no te advertí.
“Si no se lo quita se lo robaré del cuello, ya lo he hecho antes con otros”
Cogió dos dagas que había encontrado, una de las bolsa de monedas, una gema desprendida de no sabía qué joya, más la tiara, pero entonces el mago pareció estar indispuesto repentinamente. Le vieron apoyarse en la pared, aquejado de no sabían qué.
Kira, Battoin y ella se miraron algo alarmados. Si el mago estaba intuyendo algo, era hora de aligerar los pies pensó Yaiwen.
Iniciaron el camino de vuelta siguiendo la luz de Aiwë.
-Oye, mellon nîn ¿a qué te referías antes con querer parecer una dama elfa? Soy una elfa ¿o no te has fijado aún en mis orejas? –preguntó retirándose el pelo un poco. -¿No vas a volver con lo de los olores, verdad? Porque si regresas con eso te encierro en esta maldita cueva…
13/07/2015 at 18:26 #356759
Elfo_NegroParticipantCon pasos rápidos y ágiles, que podrían muy bien recordar a los de un elfo, descendía la estribación montañosa.
Un gran búho nival lo sobrevoló, silencioso; se miraron, el búho con ojos amarillos y Dulvak con ojos verdes, y cada uno siguió su rápido camino. La sombra blanca ululó y la sombra negra sonrió en silencio.
No tardó en hacerse visible el camino que ascendía a la entrada a la caverna, serpenteando, aferrándose a la montaña; y no tardó Dulvak en saltar sobre él desde una elevación de unos 5 o 6 metros. La entrada quedaba a su espalda, pero su atención se centró camino abajo, donde Sabaka le estaría esperando, donde había dejado el caballo atado, esperaba que el frio no hubiera matado a ninguno de los dos.
Curioso, quizá preocupado, agudizó la vista, que penetro la oscuridad y atravesó los rayos plateados de la luna. Sí, algo se movía, un ladrido desafió al vientecillo frio que bajaba pegado a la espalda de Dulvak.13/07/2015 at 20:05 #356761
NELLAParticipantAl parecer nadie sabía donde estaban el Hombre y la caza tesoros. Kira se fijó en el colgante que había recogido Battoin, era bello y tenía una inscripción por detrás que Yaiwen estaba traduciendo, se la veía particularmente interesada en el medallón, pero Kira ya se había dado cuenta del amor que ésta sentía por los objetos brillantes.
yo no me quedaría aquí más tiempo del necesario. No sé qué pensáis vosotros. Esta sala es muy bonita, pero la Cueva… la Cueva no nos quiere, ya nos lo ha “dicho” Y quizá fuera encontremos respuestas de los compañeros. Quizá Faerin o Calatar les hayan visto.
Kira se mostró de acuerdo en que debían marcharse, esa cueva le ponía los pelos de punta.
Bueno, si no queda nada más que llevarnos, propongo que vayamos saliendo. Se hace tarde, tengo sueño y dentro de poco será hora de desayunar. ¿Nos vamos?
-¡¡Por mi, de acuerdo!!- Dijo Kira, mientras miraba si estaban los demás preparados, Nír seguía metiendo cosas en el saco y Rírian no sabía donde meter la armadura. Echó de menos al Mediano. -¿Donde se habrá metido?- Se preguntó. De pronto la voz de Aiwë la sacó de sus pensamientos.
Tenemos que salir inmediatamente de aquí, no preguntéis más, mentes sombrías nos vigilan. Cargad las cosas que habéis elegido y marchaos ya mismo. Quizás no veamos el mañana si permanecemos aquí por más tiempo.
Kira y los demás se apresuraron a salir detrás del mago, al tiempo que las paredes y el suelo de la sala empezaban a temblar.
13/07/2015 at 23:18 #356765
BattosayParticipant– No quiero asustarte, además no podría, a alguien tan gallardo y valiente como tú sé que no se le asusta fácilmente. Sólo quiero prevenirte –añadió en tono grave. –Al menos no podrán decir que no te advertí.
– Vale, si lo digo yo suena gracioso, si lo dices tú, suena ridículo.
-Tenemos que salir inmediatamente de aquí, no preguntéis más, mentes sombrías nos vigilan. Cargad las cosas que habéis elegido y marchaos ya mismo. Quizás no veamos el mañana si permanecemos aquí por más tiempo. Dicho eso. Salió de la cámara con su cofre a toda prisa, iluminando el camino con su bastón, necesitaba encontrar a Peludo con urgencia y salir cuanto antes de la cueva.
– Jo, estos magos son como las ganas de cagar. Empiezan y tiene que ser ya — dijo Battoin. — Ya nos vamos, tranquilo. Manda narices que después de que nos ataquen orcos y atravesemos un laberinto de ilusiones te entren las prisas en el único lugar seguro de esta montaña.
-¡¡Por mi, de acuerdo!!- Dijo Kira, mientras miraba si estaban los demás preparados, Nír seguía metiendo cosas en el saco y Rírian no sabía donde meter la armadura. Echó de menos al Mediano. -¿Donde se habrá metido?- Se preguntó. De pronto la voz de Aiwë la sacó de sus pensamientos.
Mientras salían de la sala, Battoin encontró a Berilack acurrucado contra una escalera. La experiencia con los orcos parecía que no le había sentado bien, todavía estaba semicatatónico.
– Lo siento, pequeñín, hora de irse. Se te ha pasado la hora, te vas sin premio.
Lo cogió con el brazo derecho por el cuello de la camisa y se lo echó al hombro. Le pasó a Kira la bolsa de Zamîn.
– ¿Puedes llevarlo? Llevando al mediano este, me faltan manos – le dijo a Kira.– Entre esto y lo del montaraz (¿Dalation se llamaba?) empiezo a pensar que alguien se está olvidando de algunos de nosotros. Suena un pelín perturbador, ¿no creeis? — se volvió hacia Kira. — Bonito collar, si me permites, de vuelta te indicaré un vestido que te conjuntaría muy bien con él y realzaría tu belleza.
-Oye, mellon nîn ¿a qué te referías antes con querer parecer una dama elfa? Soy una elfa ¿o no te has fijado aún en mis orejas? –preguntó retirándose el pelo un poco. -¿No vas a volver con lo de los olores, verdad? Porque si regresas con eso te encierro en esta maldita cueva…
– Me he fijado en tus orejas, muy puntiaguadas, pero pequeñas para ser una elfa, ¿no crees? – Yaiwen le miró de extrañada. — No, no tiene que ver con como hueles… Aunque quizá sí – se quedó pensativo un momento. – ¿Sabes? Creo que no se me ocurre ninguna forma de explicártelo sin que quieras pegarme, casi mejor me quedo callado, entre la mi bolsa, el escudo y el hobbit no creo que pueda defenderme – sonrió.
Apretó un poco el paso, para poner un par de metros entre él y la elfa, no se fiaba mucho de ella ahora mismo. Además, el mago parecia que tenía prisa y se estaba empezando a alejar.
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