Helkanor – Posada La Yegua Desbocada
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lordnazgul9.
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26/11/2014 at 22:01 #345727
TurinhorParticipantVaya. Ririan también sabía que era mentira. En ese momento las caras de Yaiwen y Battoin eran para hacer un cuadro.
Rírian se volvió hacia él y le preguntó¿vos tenéis alguna idea de que ha podido pasar, señor?
Prudentemente, Baelim negó con la cabeza. No podía predecir cómo iba a acabar aquello. Se temió lo peor cuando con su recuperada espada el montaraz amenazó el cuello de la elfa.
– Sois unos mentirosos y unos ladrones, y en mi tierra eso se castiga con la muerte. Os queríais aprovechar de mí, pero me temo que os habéis caído con todo el equipo. Casi me apetece haceros pagar por vuestra desfachatez. Pero estoy cansado y sangriento, pero os advierto que la próxima vez me intentéis engañar, lo pagaréis caro.
Enojado el montaraz dio la media vuelta y empujó a Baelim casi haciéndolo caer en la nieve.
Había salido mal la jugada, pero si algo sabe hacer bien Baelim aparte de meterse en líos que no le corresponden es improvisar sobre el guión. Así que se tensó la ropa y haciendo caso omiso de Rírian se dirigió a la pareja “cleptómana”.-Creo que acabáis de tener mucha suerte. El montaraz no es la persona más adecuada para robarle algo valioso. Quizá sea la segunda persona menos adecuada después del mago- acabo esta frase con una sonrisa. Si ellos eran lo que aparentaban ser seguro que no se les habría pasado por alto la vara del mago, ni el hacha de Nír.- Mi nombre es Baelim. Para servir.- hizo una ligera reverencia- Decidme. ¿Qué os trae por Candur y cuales son vuestras intenciones? A lo mejor nos podemos entender muy bien.-
26/11/2014 at 22:32 #345728
lordnazgul9Participant-Bueno, Rírian me había dicho que mató unos cuarenta y tantos orcos en la Batalla de los 5 Ejércitos, y yo maté unos cincuenta y cuatro con unos cuantos huargos de regalo-mintió Nír -Y como el montaraz estaba picado, competimos de nuevo esta vez. Estoy esperando que regrese con su espada para que me diga cuantos mató.
Cuando Kira le preguntó sobre el de los relámpagos brillantes que defendía la plaza de Candur durante el ataque, Nír se acordó del cliente de ese enano loco que vendía productos para magos.
-Hoy en la mañana apareció un tipo de morado en la plaza de Dáin en Kibil-Dûm. Se pasó por un puesto donde vendían cosas para Magos, y al parecer se fue con unos remedios y hierbas medicinales. A lo mejor es un hechicero de otras tierras. La última vez que me topé con un mago fue en la Gran batalla de Erebor. Era el gris, que los enanos llamamos Tharkûn, pero creo que sus compañeros lo llamaban por otro nombre que ya no recuerdo-contó Nír.
Cuando Nír salió de la posada para ordenar de nuevo la mercadería en el carro y darle de comer al cerdo, Rírian ya estaba de camino a la posada. Andaba muy rápidamente con los puños cerrados y la espada recuperada.
-Parece que le fue bien y mal a la vez-dijo Nír a Brof, el cerdo.
Rírian entró a la posada sin saludarlo.
26/11/2014 at 23:14 #345731
BattosayParticipantYa estaba harto, se había metido en un lío sin comerlo ni beberlo. Había intentado arreglarlo como buenamente pudo. Le habían amenazado y robado. Podía haberse liado a tortas con todos, pero había preferido una forma pacífica de solucionar los problemas. Podía haber vendido la espada y no volver a preocuparse del dinero en un año.
Se le acabó la paciencia.
– ¡Eh, tú, popstar! A mí no me des la espalda – gritó a Rírian. – ¿Me viste con un extraño bulto? Iba en calzones y con tu espada colgada de ellos. No fingiste no haberte enterado, te acobardaste y esperaste a estar rodeado de gente para poder hacerte el digno e irte de aquí sin tener que hacer nada. ¿En tu tierra se castiga con la muerte? En la mía tenemos el valor de hacerlo nosotros mismos.
26/11/2014 at 23:27 #345732
NeumeModerator-¡Rach! – soltó la medio-elfa en su lengua cuando Rírian se había marchado. – Qué grosería irse sin dejarnos decir ni una palabra ¿no te parece, melón? – preguntó volviéndose a Battoin. -Sí, tú, melón. ¿Cómo no se te ocurrió disimular un poco mejor? En calzones y con la espada…
Yaiwen estaba molesta, pero sabía que en el fondo le divertían esas situaciones que podían suponer un reto.
-Lo que está claro, señor salvaje, es que no estoy recuperando la memoria con respecto a lo otro… vos ya me entendéis.
Y entonces el otro invitado a la “fiesta” habló.
-“Creo que acabáis de tener mucha suerte. El montaraz no es la persona más adecuada para robarle algo valioso. Quizá sea la segunda persona menos adecuada después del mago- acabo esta frase con una sonrisa. Si ellos eran lo que aparentaban ser seguro que no se les habría pasado por alto la vara del mago, ni el hacha de Nír.- Mi nombre es Baelim. Para servir.- hizo una ligera reverencia- Decidme. ¿Qué os trae por Candur y cuales son vuestras intenciones? A lo mejor nos podemos entender muy bien.”Entonces Battoin, sin mediar palabra fue tras Rírian.
-Bueno, puede que él haya tenido la suerte de cogernos de buen humor, aunque a Battoin se le acaba de cambiar -le dijo guiñándole un ojo. -¿Así que Baelim? Yo soy Yaiwen, y vivo aquí desde hace unos seis meses, y no recuerdo que este pueblo hubiese estado tan entretenido – dijo mirando la nueva escena. -¿Nos acercamos? Me siento en parte responsable del destino de esos dos. Por cierto, me tenéis que contar más de ese mago, no sé muy bien a qué os referís.
Tenía que mandar ya la carta. En cuanto tuviera papel, tinta y pluma se pondría sin demora.27/11/2014 at 3:01 #345747
lordnazgul9Participant-Ahí vuelvo, mi señora-se despidió Nír de Kira, desde fuera de la posada. Tengo que encontrar a un perdido-y en cuanto dijo eso el enano se alejó de la plaza encima de Brof para buscar a Baelim, que le tenía que agradecer la vigorosa tonada de su flauta que había revitalizado tanto a los candurianos, aunque estos ya se estuvieran cansando limpiando la plaza de orcos, huargos y sus armas.
Ya había amanecido. En cuanto Rírian se había acercado a la posada, Battoin le seguía de cerca. Al parecer habían tenido un pequeño malentendido, y no por primera vez.
Cuando Nír llegó a la calle donde vivía Yaiwen, encontró a Baelim junto a ella. Probablemente Battoin y Rírian recién habían estado junto a ellos.
-!Aguantaste bastante, pequeño amigo!-le gritó Nír desde la distancia-Mira, no se si llevas algún arma secretísima u otra cosa, pero esa flauta puede venir de un lugar muy exótico-dijo Nír, aunque no se sentía capaz de tomar y vender la flauta, le había cogido cariño a Baelim en el camino- Y ese “mago”, recién estaba echándose orcos de lo lindo, allá al otro lado de la plaza. ¿Llegó a Helkanor hace poco, cierto? No veo que aquí lo conozcan mucho.
Nír no había dormido en casi un día, pero aunque los enanos superaban bien una noche sin descanso, Nír cada vez bostezaba más seguido. Tenía unas ojeras de mapache y los brazos adoloridos. Sólo cada pocos minutos los movía para acomodarse la pipa o asegurar su hacha de manos ajenas.
-Hey, Baelim, ¿por casualidad no sabrás nada de la “hierba de la Comarca”? En Kibil-Dûm hay uno que vende tabacos de buena calidad, pero la otra vez oí a otro que venía de Eriador, y mencionó algo de la Cuaderna del Sur y de hojas de Vallelargo.
27/11/2014 at 9:39 #345764
TurinhorParticipant-Bueno, puede que él haya tenido la suerte de cogernos de buen humor, aunque a Battoin se le acaba de cambiar -le dijo guiñándole un ojo. -¿Así que Baelim? Yo soy Yaiwen, y vivo aquí desde hace unos seis meses, y no recuerdo que este pueblo hubiese estado tan entretenido – dijo mirando la nueva escena. -¿Nos acercamos? Me siento en parte responsable del destino de esos dos. Por cierto, me tenéis que contar más de ese mago, no sé muy bien a qué os referís.
– Encantado Yaiwen. Sí, Será mejor que vayamos a ver, y si las cosas se ponen feas intentar mediar entre ellos dos. Sobre el mago solo os puedo contar lo que sé de él de cuando nos conocimos en Framburgo, que no es mucho porque es una persona muy misteriosa. Pero créeme si te digo que hay que andarse con cuidado con él.-
Acto seguido vio a Nír acercándose.
-!Aguantaste bastante, pequeño amigo!-le gritó Nír desde la distancia-Mira, no sé si llevas algún arma secretísima u otra cosa, pero esa flauta puede venir de un lugar muy exótico-dijo Nír, aunque no se sentía capaz de tomar y vender la flauta, le había cogido cariño a Baelim en el camino- Y ese “mago”, recién estaba echándose orcos de lo lindo, allá al otro lado de la plaza. ¿Llegó a Helkanor hace poco, cierto? No veo que aquí lo conozcan mucho.
-Hey, Baelim, ¿por casualidad no sabrás nada de la “hierba de la Comarca”? En Kibil-Dûm hay uno que vende tabacos de buena calidad, pero la otra vez oí a otro que venía de Eriador, y mencionó algo de la Cuaderna del Sur y de hojas de Vallelargo.Tenía aspecto de estar muy cansado, cosa comprensible si se sopesa el número de enemigos que cayeron bajo su hacha esa noche.
-¿Cómo vas Nír?, se te ve cansado. Sí, me parece que tengo que hablar contigo largo rato sobre la hierba de la comarca y otros temas, pero antes creo que deberíamos ir a ver lo que hacen Rírian y Battoin. En cuanto a lo de las armas, lo siento, pero no pude negarme a ofrecer tus armas para que los candurianos pudieran defenderse. No te preocupes, estoy seguro que recolectando las armas de los orcos caídos recuperarás casi la totalidad de tu dinero.-
27/11/2014 at 12:51 #345768
Fenix-OscuroParticipantAiwë había exterminado a los orcos y sintió un gran vacío, tantos muertos, tanta sangre, pero él mejor que nadie sabía que los orcos atacan por simple maldad. Por eso los odia tanto. Estaba regresando a la posada cuando vio corriendo al hombre que había salvado “De nada”, pensó para sus adentros. Y poco después trás de él vio al hombre que en la noche había andado casi desnudo por todo el barrio.
-Ayer te veías mejor con poca ropa -pensó el mago y se contuvo una risa. También vio a la joven mujer y un enano. No tenía ánimos para conversar así que empezó a buscar a Peludo, lo encontró sano y salvo, Aiwë lo habia dejado en un lugar seguro. Acarició al animal para reconfortalo y calmarlo.El paisaje era tan solemne, abrazó al animal, extrañaba los gatos de los pueblos en los que había estado.
Estaba cansado psiquicamente, se metió a la posada y vio a su compañero entre la gente, lo vio lastimado pero él fingía estar bien. El mago puso su mano en la pierna de Dalation y éste se sintió incómodo, pero cuando el mago estaba por dirigirse a Baldric, Dalation le dio las gracias por sanarle la herida.-Necesito bañarme y quiero relajarme.
-Ah, claro iré a ver que el baño esté en condiciones mi buen Sr….
-Aiwë…
-Ah claro Aire -pero el mago lo miró amenazadoramente y le repitió claramente “Soy AIWË”El posadero volvió con la buena noticia de que el baño estaba pronto.
Aiwë se dirigió a Dalation, -Estaré abajo, tomando un baño y meditando. Tú sientete cómodo de hacer lo que gustes. Mi habitación está arriba. Es una bastante grande y tiene un cartel con mi caligrafía. La reconocerás apenas la veas, se diferencia muy bien del resto.El mago bajó al sótano y observó el lugar “Bueno, es mejor que nada” se dijo, miró el agua y se quedó allí un rato contemplándola, a sus ojos venían viejos y dolorosos recuerdos. Aiwë puso los ojos en blanco. Estuvo así 10 minutos. Nunca se dio cuenta que había algo humedo en su rostro… se lavó la cara, pero era un desastre, tenía los párpados hinchados y los ojos rojos, había estado llorando en silencio. Aiwë comenzó a desnudarse poco a poco y se metió al agua. Su cuerpo y alma agradecieron la temperatura de dicho lugar, cerró los ojos y se liberó de todo pensamiento. La tranquilidad habitaba su corazón ahora. Y su mente viajaba por bellos jardines de antaño. Todo era diferente en aquella época. Como a la hora se despertó.
Tomó un jabón que preparaba él mismo, se enjabonó y se quedó allí por más tiempo. No le apetecía irse.27/11/2014 at 16:07 #345785
JRM-008Participant– ¡Eh, tú, popstar! A mí no me des la espalda – gritó a Rírian. – ¿Me viste con un extraño bulto? Iba en calzones y con tu espada colgada de ellos. No fingiste no haberte enterado, te acobardaste y esperaste a estar rodeado de gente para poder hacerte el digno e irte de aquí sin tener que hacer nada. ¿En tu tierra se castiga con la muerte? En la mía tenemos el valor de hacerlo nosotros mismos.
Cuando oyó aquello, Rírian se paró en seco y se giró.
– ¿Te atreves a hablarme así, idiota? Te daré la espalda si me apetece, y ni se te ocurra volver a llamarme cobarde porque no tienes ni idea de por lo que he pasado, necio. ¿Has perdido a tu familia y visto como les rebanaban el cuello delante de tus ojos? ¿Has luchado en una batalla de proporciones tan inmensas que todas las noches sueñes con ella? Lo más peligroso que hayas hecho en tu vida ha sido pelearte con palitos. Y cuando pierdas a tu mejor amigo en un segundo, entonces podré tratarte como a un igual. Y no me tientes, porque a lo mejor me apetece tomarme la justicia por mi mano y rebanarte el maldito cuello.
Acto seguido, escupió a sus pies. Aquel hombre le había cabreado de verdad.27/11/2014 at 18:31 #345827
NeumeModeratorParecía que Baelim mostraba sensatez, y pensó que sería positivo contar con alguien con sentido común si aquellos dos se volvían demasiado tercos. Además de sensato aparentaba perspicacia también. Era de lo más curioso, de tamaño menor que un humano, pero más alto que un hobbit, pudiera parecer un chico a sus ojos y sin embargo, su forma de expresarse no era la de alguien tan joven. En el caos de la batalla no se había fijado bien, pero ahora le escudriñaba disimuladamente.
-Así que debemos tener cuidado con él…vaya, vaya, no me lo pareció. Me tenéis que contar más, sí.Se les había unido Nír y Yaiwen escuchaba atenta. (Y ese “mago”) había dicho el enano. En Candur parecía que todos habían llegado a esa conclusión.
Cuando Baelim terminó de hablar, la medio-elfa añadió – Señor enano, me alegra ver que estáis en buen estado después de esta locura. Si me permitís, es posible que podáis vender algún arma más a la gente del pueblo, sobre todo ahora que han visto la muerte tan cerca. Estarán más susceptibles me parece. Creo que podréis hacer negocio, sin ir más lejos conmigo. No necesito armas, pero la puerta de mi casa… ¿cómo decirlo?… las bisagras volaron por los aires – dijo mirando desde la distancia a Battoin. -¿Tenéis a la venta las herramientas para que pueda arreglarlo? -preguntó mientras empezaban a caminar hacia Rírian y Battoin.
Por el rabillo del ojo veía la otra escena y agudizaba el oído. “¿Estará montando otro número de compasión este montaraz?”
27/11/2014 at 23:59 #345852
BattosayParticipantPor un momento recordó a ciertos habitantes del desierto profundo en cuya cultura, tan escasa de agua, escupir al suelo era la mayor muestra de respeto que podía haber. Descartó que Rírian fuera de ellos, tenía los ojos demasiado blancos.
Por un momento sintió pena por él, pero demasiadas cosas había visto para ceder ante su numerito.
– Cobarde, sí, con todas las letras. E indigno de tus seres queridos, usándolos como excusa para cualquier cosa – le espetó. – Usas su pena y su memoria para disculpar cualquier cosa que hagas. En lugar de honrar su memoria, te dedicas a hacer trizas lo que ellos amaron de ti. Vergüenza me daría a mí justificar todos mis actos por la memoria de los caídos. No eres especial, mira a tu alrededor, idiota, todas esta gente a perdido sus hogares y sus seres queridos, ¿y tú te crees especial? No eres capaz de ver más allá de tus propias narices. Ellos se levantarán mañana y vivirán una vida digna por los caídos. Tú te contentas en revolcarte por el fango y manchar su memoria. Cualquiera de ellos merece mi respeto mucho más que tú
Se acercó a él y puso su cara a centímetros de la de él.
– Dime, ¿seguirás manchando la memoria de los caídos o harás algo para que se sientan orgullosos en las estancias de Mandos? Venga, responde ahora o seré yo quien honre la memoria de los tuyos y te envie con ellos antes de que reniegen de tu compañía para siempre.
28/11/2014 at 0:31 #345856
lordnazgul9ParticipantCuando la media-elfa habló, Nír escondió algunos cuchillos y hachas pequeñas que había recogido de la nieve, escondiendo su intención con una sonrisa descarada.
-Recién estuve las últimas horas del amanecer cobrándole a Baldric por reparar la puerta y un par de mesas de la posada. Tengo un par de martillos de buena calidad, unos tornillos y un formón que le pueden servir. Si no, puedo soldar las bisagras yo mismo y le cobro al final del trabajo-ofreció el enano, que cada vez hablaba más lento y conteniéndose el sueño.En cuanto comenzaron a andar de regreso a la posada, Nír observó atónito la acalorada discusión entre Rírian y Battoin.
-Cuando lo conocí, no estaba tan…cabreado-comentó Nír-Aunque ya lo había visto de lejos en la batalla de la montaña, no le había prestado atención. Estaba en la herrería, esperando su turno y conversando con Kira. Al parecer había tenido un incidente en este pueblo la noche anterior, aunque nunca me contó. ¿Sabe algo?-se dirigió a Yaiwen-O tú, Baelim, ¿nunca te habías topado antes con él o con otro montaraz?
Battoin se interpuso en el camino de Rírian amenazante. Al final capaz que nunca se hubieran llevado bien, pues seguramente ya se conocían.
“Humanos” pensó Nír, esbozando unas risas irónicas.
28/11/2014 at 15:35 #345873
JRM-008ParticipantRírian no pensó, simplemente le propinó tal puñetazo en la nariz que le saltó sangre en la cara y le empujó al suelo para empezar a golpearle una y otra vez, una y otra vez. Gritaba y a la vez lloraba, y mientras lo hacía, no paraba de insultarle.
– ¡MALDITO…! ¡NO SE TE OCURRA VOLVER A HABLAR ASÍ DE MÍ, TE MATARÉ, TE JURO QUE TE MATARÉ!28/11/2014 at 16:24 #345887
BattosayParticipantLas lágrimas de Ririan le hacían más daño que unos puñetazos sin convicción. Parecía que había dado en el blanco, ahora había quedaba lo más difícil, aplacar la ira para que diese paso a la comprensión.
Las heridas de Rírian jugaban a su favor, especialmente la de la cabeza, especialidad contrastada en las propias carnes de Battoin. Le dió un fuerte golpe en el cráneo que le hizo perder la concentración lo suficiente para rodar sobre él e invertir la posición. Un segundo golpe en el mismo lugar para dejarlo completamente atontado. Desenvainó a Roulon de su funda y la llevó al cuello de Rírian, pisando al mismo tiempo la herida que tenía en su pierna.
– Bien, ¿a parte de darme la razón piensas en hacer algo más? – preguntó. – Tú eliges, redención o muerte. La redención viene con una invitación a chupitos por parte de la casa. Están buenos, créeme.
28/11/2014 at 17:04 #345890
JRM-008ParticipantLa fría hoja de Roulon le rozaba el cuello, contrastada con el calor que despedía la cara de Rírian, roja de ira. La cabeza le dolía a horrores y su herida en la pierna no ayudaba.
Bien, ¿a parte de darme la razón piensas en hacer algo más? – preguntó. – Tú eliges, redención o muerte. La redención viene con una invitación a chupitos por parte de la casa. Están buenos, créeme.
Rírian cerro los ojos, frustrado.
– Redención.
Battoin aparto la hoja y cuando lo hizo, Rírian le empujó y se levantó.
– Dame mi espada y aléjate de mí, ya he tenido bastante violencia por hoy.-dijo, extendiendo la mano.28/11/2014 at 17:49 #345897
BattosayParticipant– Dame mi espada y aléjate de mí, ya he tenido bastante violencia por hoy.-dijo, extendiendo la mano.
Battoin le dió la espada mientras veía cómo se alejaba. Al final hasta sería simpático y todo.
– ¡Esta noche fiesta en la posada! – grito. – Te debo unos chupitos, que no se te olvide.
Pasado el momento y la tensión, los golpes y la heridas que le había propinado Rírian empezaban a doler. Corrió hacia un montón de nieve cercano y enterró la cabeza en él. Esperaba no le quedasen muchas marcas.
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