Helkanor – Posada La Yegua Desbocada
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09/11/2014 at 16:18 #344288
NeumeModeratorEscuchaba medio divertida, medio avergonzada, a aquel humano que decía ser del pueblo de Durin. Le había hecho un par de preguntas, pero estaba segura que no recordaría nada al día siguiente.
Cuando le entregó la botella medio vacía, Yaiwen aceptó, aunque tampoco es que quedara mucho contenido y al poco él se había quedado medio dormido en la mesa. Fue entonces cuando Kira y ella decidieron tomar algunos chupitos para probarlo, a la vez que declinaron amablemente la oferta del hombre misterioso por despertar a Battoin. De momento le iban a dejar dormir tranquilo.-«¿Puedo preguntaros vuestro nombre señora?… la verdad es que no esperaba ver Elfos en esta región… O medio Elfos?» – inquirió su interlocutora.
-Si podéis, naturalmente. Mi nombre es Yaiwen, y soy Medio-Elfa como habéis intuido. Tenéis razón, no somos habituales por aquí, pero a algunos nos gusta viajar y… – en ese momento un chico se acercó hasta ellos.
-«Perdonen, ¿les importa que me meta debajo de la mesa para coger la moneda? Se me cayó mientras jugaba con ella…»
Las dos mujeres se miraron mutuamente, – no claro, adelante, pero ten más cuidado que una moneda de oro no se consigue así como así – dijo Yaiwen mientras las dos retiraban un poco sus sillas para dejarle paso.Aunque Kira y Yaiwen seguían hablando, la peredhil no perdía de vista al recién llegado a la posada. Era… era… no sabía cómo definirle, pero tenía algo inquietante, esa vestimenta morada, la voz…
Battoin de vez en cuando balbuceaba algunas palabras sin sentido y la medio-elfa le daba palmaditas en la cabeza mientras le decía que «ya pasó, ya, tú sigue durmiendo». Hasta que Yaiwen pensó que debía sacar provecho de aquello pues estaba empezando a tener sueño y pronto se retiraría.
Pidió ayuda a Kira para subir a Battoin hasta una habitación. Se acercó a la barra y preguntó cuál era el importe total que debía el humano por la comida y bebida, más la noche de alojamiento y lo sacó de la bolsa que llevaba Battoin. Yaiwen se puso de nuevo la capa, se la abrochó y zarandeó al humano.
Entre las dos y a duras penas consiguieron que se mantuviera más o menos en pie para acompañarle hasta arriba. Las escaleras supusieron un verdadero problema y por dos veces Battoin se les cayó de bruces.-Ups, me temo que eso mañana le va a doler.
Le tiraron en la cama, le dejaron con las mismas ropas y por consejo de Kira le echaron una manta por encima, pues en la noche haría mucho frío. Cuando estaban en el umbral de la puerta, Yaiwen puso la excusa de haberse olvidado algo dentro de la habitación. Le dijo a Kira que bajara, que ella no tardaría mucho. En ese momento Yaiwen le cogió varias monedas de la bolsa, pero no quiso dejarle sin nada, en cierto modo le daba pena, «esto es por el servicio de atención y cuidados que le hemos dado» – pensó divertida. Estaba a punto de salir cuando vio la espada tirada también en la cama. Era una buena espada, de eso no cabía duda. No sabía si se la quedaría o la vendería para obtener la mayor suma posible, así que la metió bajo la capa y descendió las escaleras.
Salió de la posada despidiéndose sonriente y prometiendo volver en cuanto le fuera posible. No quería pararse a hablar con nadie, para que el bulto no llamara la atención. Se puso la capucha pues caían algunos copos de nieve y se dirigió a su hogar.09/11/2014 at 22:16 #344315
JRM-008ParticipantA la mañana siguiente, Rírian despertó completamente descansado y con la cabeza despejada. Quería cambiarse de ropa, pero no tenía otra, así que bajó al salón de la posada y después de desayunar, preguntó al posadero un lugar donde comprarse ropa nueva y este le dijo que fuese al mercado de Kibil-Dum, a varias horas de camino. Rírian no vio rastro de aquel extraño hombre llamado Battoin ni de su amiga. Se arrepintió de su violento comportamiento, pero todavía tenía muy reciente la muerte de su amigo Thomas, y su humor había empeorado cada día un poco más.
Se encojió de hombros y tras despedirse del posadero salió afuera, se colocó a Roulon en el cinto y caminó hacia el mercado, esperando llegar a la hora de comer.09/11/2014 at 22:17 #344316
BattosayParticipantBattoin tuvo un sueño intranquilo. Al principio soñó que era un perro, se restaba en el regazo de su ama y ésta le daba palmaditas. Más tarde volvió a soñar con el trabajo en la mina de su padre y los días que se caía por las escaleras. Un sueño bastante realista que hasta dolía. Finalmente tras recordar como su madre le daba un beso de buenas noches durmió un sueño tranquilo hasta bien entrada la tarde.
…
Se despertó con un dolor de cabeza fuera de lo común. Menuda resaca, ¿cómo había llegado a la habitación? Se llevó las manos a la cabeza y se notó un par de chichones. Deseó no habérselos hecho haciendo su bailecito. Aunque eso explicaba también tal dolor.
Se levantó e intentó despejarse un poco paseando por la habitación. Se notaba raro, aunque tardó un poco en darse cuenta de que le faltaba la espada. Miró distraídamente para ver dónde la había dejado. En apenas 38 segundos la habitación parecía arrasada por un tornado.
– Ay, ay. Cómo se entera mi madre la colleja que me va a caer – pensó. – Estoy a medio mundo de distancia y seguro que se entera.
Bajó las escaleras de la posada por el rápido médoto de tropezarse con sus botas, rodar, caerse y hacerse un chichón más. Comenzaba a pensar en volver a comprarse un yelmo.
– ¿Qué hice ayer por la noche? – preguntó al posadero agarrándolo por la camisa – ¿Dónde está mi espada?
– No, no… no lo sé – balbuceó el dueño – Se durmió cuando estaba bebiendo con esa joven y Yaiwen, después la subieron entre los dos y la elfa se fué a su casa.
– ¿Dónde vive? ¿Dónde la puedo encontrar?
– Vive en las afueras del pueblo, pero creo que se ha ido a Kibil-dûm.
– Gracias – salió volando por la puerta mientras se ponía las botas – ¡Por las molestias!El posadero no tuvo tiempo de decirle que ya había pagado, pero tampoco iba a rechazar esas monedas de oro que le había lanzado.
Battoin llegó a la casa de Yaiwen pero estaba vacía. Cinco minutos después volvía a estar vacía, pero esta vez desordenada y con una puerta necesitada de bisagras.
– Me encanta viajar con resaca. Voy a hacer elfa a la parrilla – se dijo y se encaminó a Kibil-dûm. – Y con patatitas, que siempre vienen bien.
11/11/2014 at 3:44 #344397
Fenix-OscuroParticipantAiwë regresó del mercado y llamó a la camarera como de costumbre y pidió algo para comer.
Tenía ganas de recorrer más pero decidió quedarse y pensar en ciertas cosas que había visto, no le gustaba mucho la gente de este lugar, pero quizás con el tiempo se acostumbraría.-¿Qué quiere almorzar Sr…?
-Aiwë… -dijo el mago poco contento por tener que vivir repitiendo su nombre. -Tráeme tostadas como las de anoche con bastante mantequilla, algo de asado y agua, por favor.
-¿Solo agua, Sr?
-Sí. Gracias.Al rato la muchacha había llevado lo que el mago había encargado. Buscó entre sus bolsas unos frasquitos que tenía, «mmm, esencia de fresas» -pensó, y acto seguido, destapó el frasco y vertió un poco del polvo dentro del agua. Revolvió un poco con una cuchara que llevaba en sus pertenencias entonces, el agua enrojeció y tomó un sabor y un olor tan fragante y exquisito que se olía en toda la taberna. Pensaba sí podría hacer negocios en este lugar tan desolado, tampoco había conocido a nadie interesante. Masticaba el asado, acompañándolo con las tostadas y el jugo especial que se había preparado. Sacó su libro y empezó a leer y tanto en tanto pensaba en nuevos preparados y quizás encontraba algún lugar donde montarse una tienda y comenzar a trabajar. Parece que el día no tendría nuevas sorpresas. Pero por ahora, descansaría un rato y disfrutaría de la buena comida de la «Yegua desbocada».
14/11/2014 at 17:53 #344711
NELLAParticipantKira llegó a Candur cuando ya estaba anocheciendo, había empezado a nevar y un viento helado soplaba del norte, se apresuró a entrar en la posada después de dejar a Nube en el establo, la capa que había comprado era agradable y abrigaba bastante cosa que era de agradecer en ese lugar… pero la túnica… ahora se preguntaba porque había comprado la túnica… cuando podría lucirla?…
Miro a su alrededor y no vio a Elaen, pero si vio alguna cara conocida del día anterior, el joven que perdió la moneda debajo de su mesa, y también ese extraño personaje al que Battoin había llamado «Arandano»…. por cierto que sería de Battoin, no le habían dejado en muy buen estado, se preguntó si lo vería esa noche.
Pidió al posadero una pinta de cerveza tostada y algo de comer y fue a sentarse a la misma mesa de la noche anterior cerca del fuego.14/11/2014 at 19:17 #344715
TejoCazador14561ParticipantDalation subía ya las escaleras en dirección a su habitación, tras recoger la moneda de oro que se le había caído. Había escuchado la voz de alguien atrás suya, aunque no lo había escuchado muy bien. Lo había visto de lejos y se había interesado en él, ya que no lo encontraba como alguien normal, sino distinto. Espera que estuviera allí mañana. Como le dijo la camarera, el hombre llegó bien a su habitación. Dejó sus pocas cosas (una capa, una daga, un arco, un carcaj con flechas y su bolsita con monedas.
-Póngame unas tostadas con mantequillas y una taza de hidromiel- le dijo el recién despertado humano a la camarera, acomodándose al lado de aquel hombre que se había interesado la noche anterior.
Miró al hombre que estaba sumergido en sus libros, y al ver la vara supo que no era alguien cualquiera. Magia, fue la palabra que le vino a la cabeza. Había escuchado algo sobre los hechiceros, pero no le había traído la atención, ya que nadie le contaba nada y no podía investigar más en los libros porque no sabía leer.
-¿Le importe que me siente al lado suya?-le preguntó animado. Tenía hueco de sobra en la mesa tras los libros. Después de una vida en el bosque quería aprender más sobre la Tierra Media, sus razas y todo lo que le rodeaba-Bonita vara… Mi nombre es Dalation, hijo de Kalation. No te puedo decir nada, ya que lo único que he hecho es vivir en el Bosque Blanco y cazar. Encantado Sr…
14/11/2014 at 21:36 #344728
Fenix-OscuroParticipant-¿Le importe que me siente al lado suya?-le preguntó animado. Tenía hueco de sobra en la mesa tras los libros. Después de una vida en el bosque quería aprender más sobre la Tierra Media, sus razas y todo lo que le rodeaba-Bonita vara… Mi nombre es Dalation, hijo de Kalation. No te puedo decir nada, ya que lo único que he hecho es vivir en el Bosque Blanco y cazar. Encantado Sr…
-Aiwë, y claro, que puedes, por favor, hazme compañía, estoy solo y no esperaba que alguien tan encantador quisiera sentarse a mi lado.
La sonrisa del mago era gentil, hizo lugar en la mesa y le extendió la mano.-Siéntate por favor. ¡Camarero! Tráenos más tostadas y leche por favor. Aiwë miró a su nuevo compañero y sonriendo le dijo -Come tranquilo, no te sientas apenado. No suelo conocer gente agradable, cuando no intentan robarme, salen corriendo porque me temen. Es una cosa de locos.
El mago miró fijamente a Dalation, pero tuvo que desviar la mirada, esos ojos intensos le traían viejos recuerdos y de pronto sintió una punzada en el corazón. Hizo un esfuerzo, suspiró fuerte y terminó de leer la ultima frase que había interrumpido. Volvió a mirarlo a los ojos tratando de no pensar en «aquello».
-¿Estás de pasada? ¿Vienes en busca de aventuras o tesoros? ¿O a descansar?
15/11/2014 at 10:11 #344749
TejoCazador14561ParticipantEl hombre se sintió muy agradecido con la respuesta del otro hombre. No solía encontrarse con gente así, ya que al ser un hombre pobre y del bosque la gente lo miraba rara y lo rechazaran. Sonrió mientras soltaba unas monedas de plata, para pagar su comida. La camarera no tardo en llegar al lugar donde se encontraba, y colocó las tostadas mientras daba el dinero. No empezó hasta que el hechicero lo hiciera, como le había enseñado su padre.
-¿Estás de pasada? ¿Vienes en busca de aventuras o tesoros? ¿O a descansar?
-Bueno, siempre he vivido en el bosque, cazando para alimentarme. No he salido de los límites del Bosque Blanco en toda mi vida, y quería buscar algo mas, no sé como explicarme. ¿Diversión? Sí, esa es la palabra. Busco aventuras y tesoros- le respondí con una sonrisa-No quiero vivir con esta vida.
-Y perdón si soy un poco cotilla-prosiguió hablando-pero por tus libros, y la vara… He escuchado cosas sobre magos y hechiceros, pero escasas. ¿Eres un mago?-preguntó entusiasmado.
15/11/2014 at 13:53 #344757
Fenix-OscuroParticipant-Y perdón si soy un poco cotilla-prosiguió hablando-pero por tus libros, y la vara… He escuchado cosas sobre magos y hechiceros, pero escasas. ¿Eres un mago?-preguntó entusiasmado.
-No, descuida, sé identificar cuando alguien es sincero y bueno de corazón, y tú eres bastante transparente. Es por eso que he aceptado tu compañía.- Aiwë recordó sus últimos eventos en Framburgo y sonreía complacido. «Al fin alguien que tiene interés en mí por curiosidad, no por temor, interés material o por ignorancia, este muchacho no necesita pruebas, creo».
-Claro -añadió enseguida- Soy un Mago, es como la gente «normal» nos llaman. Y conozco gente como tú, pobre y humilde, hace muchísimos años estuve vagando en otros lugares, y ayudé a mucha gente, soy un sanador, sé preparar medicinas, brebajes y ungüentos para curar heridas. También la gente me daba regalos como ofrendas por bendecir sus hogares y cosechas. Amo a los gatos, sabes. Ah sí. y también conozco otros tipos de pócimas y preparados, ten uno para ti. -Sacó un pequeño frasco de vidrio que contenía polvo morado. El muchacho tenía una cara extraña, felicidad como si nunca hubiera recibido regalos y la vez un poco de confusión ¿Para que serviría eso?
-Se llama saborizante, los realicé en el último pueblo que estuve, había una gran cosecha de frutos rojos y me regalaron varios. Cuando tengas sed y no tengas dinero para pagar una bebida, pues consigue agua y vierte un poquito, y luego debes revolverlo. No te asustes cuando el agua cambie de color y también de sabor. Yo los uso mucho, no porque no pueda pagar una cerveza, sino porque no soy muy afecto a esas bebidas que se te suben a la cabeza. -Comentó gracioso el mago recordando al otro tipo que le había llamado «Arándano gigante» y luego había caído ridículamente sobre la mesa.
-Comprendo que no has tenido una vida fácil. ¿Vives solo en ese bosque? Quizás en otro momento, Eru junte nuestros caminos y puedas acompañarme a otros sitios, no todo es pena y dolor, hay mucho sufrimiento en el mundo, pero también hay felicidad para quien puede apreciarla y verla. He estado pensando en poner un local de alquimia. Aún no sé donde, quizás te guste trabajar conmigo o ayudarme en algo. No sé como se te dará el preparado de ungüentos. Pero quizás puedes aprender cosas.- El mago hizo ademán al posadero. -¿Por favor, puedes traer más tostadas? Es que están buenísimas ¡Yo las pago!
16/11/2014 at 18:36 #344845
TejoCazador14561ParticipantEl hombre hizo una sonrisa con el comentario del mago. Hacía unos días, no se imaginaba que iba a conocer a alguien que no todo el mundo lo hacía, y tenía que aprovechar la oportunidad y hacer amistad. Observó atento el frasquito que el mago sacaba del bolsillo. Entendía muy poco de ello, aunque el asunto empezaba a interesarle, por lo que empezó a escuchar muy atento al mago. Después recogió el frasco y lo metió con muchísimo cuidado en un bolsillo. Jamás había probado una bebida, con excepción de la anterior noche, y si tenía que volver al Bosque Blanco, no me vendría nada mal.
-Sí, siempre he vivido allí. Claro que me encantaría trabajar en una tienda de alquimia, aunque no creo que te sirva mucho… No sé ni lo que es alquimia, no se leer…-le dije con tono triste. Jamás había recibido una educación y no estaba acostumbrado con el tratado de gente así-Aunque con las cinco monedas de oro que me quedan, menos una que me la gastare en ropa, las demás podrías gastármelas en libros de alquimia y un profesor que me enseñe a leer, ¿qué te parece?
Sonrió cuando vinieron más tostadas. La verdad es que era mejor que unos ganchos y agua, que era lo que acostumbraba a tomar. No podía comer pan porque no se podía cultivar trigo debido a la nieeve y al frío, así que tenía que aprovechar la oportunidad.
17/11/2014 at 5:46 #344857
Fenix-OscuroParticipant-Conozco muchas historias, y no me parece mala idea, enseñarte. No vendo libros, lo siento, pero puedo enseñarte a escribir y leer, nunca es tarde para aprender. Aunque con este frío que hay ahí fuera, te convendría conseguir algo de ropa. Y mientras te enseño con tus necesidades, también podrías retribuirme el favor consiguiéndome ingredientes y elementos para mis trabajos. Siempre vengo a comer aquí, así que cuando quieras hablar de estos temas, ven y búscame aquí. -El mago hizo una pausa- Para serte sincero, no soy muy gentil con los extraños, como te mencioné antes, normalmente quieren robarme o me temen. Pero hay algo… en tus ojos… algo extraño. -Aiwë se quedó perdido en sus pensamientos, los brazos apoyados en la mesa, éstos a su vez con las manos unidas formando un solo puño y su mentón sobre ellas. Por primera vez en mucho tiempo, el sabio se sentía más humano que un ser espiritual.
-¿Tienes habitación? -preguntó el mago volviendo a la realidad- En donde me estoy hospedando es bastante acogedor y grande, puedo enseñarte ahí, tengo un par de libros que puedo prestarte cuando aprendas a leer. Preferiría que no regresaras a ese bosque, si no tienes a nadie a allí ¿por qué no te quedas? Digo, ahora tienes una oportunidad, y una buena, de ser alguien mejor y llevar una mejor vida. La llave está en tus manos. Tú deberás decidir que elección tomar, que puertas abrir y cuales cerrar. Sólo tú podrás encaminar tu éxito o tu fracaso. -Aiwë que había recuperado el ánimo ya volvía a hablar como los antiguos sabios, con voz tranquila pero implacable.
Miró por la ventana y vio que el sol estaba bastante alto, seguramente pronto sería mediodía.-¡Yavanna bendida! Casi es hora del almuerzo. El mago tomó un trozo de pergamino y una pluma, y escribió con una cuidada y bonita caligrafía: «D A L A T I O N» y se lo entregó a su joven compañero.
-Es para ti. Así se escribe tu nombre.17/11/2014 at 23:18 #344889
NeumeModerator**(En las proximidades de la posada)**
Le parecía asqueroso llevar dos patas ahí colgando, pero algo le preocupaba más. El rastro de sangre que iban dejando. Pequeñas gotitas caían de vez en cuando, así que le pidió a Battoin que al menos las cubriera para evitar dejar un rastro tan llamativo.
En ocasiones, se separaba un poco de él cuando el hedor le resultaba insoportable, se le había quitado el apetito y eso que llevaba horas sin probar bocado. Y al fin llegaron. Yaiwen divisó su casa. Se hallaba en la zona sur de Candur.
-Vos haced lo que queráis. Yo quiero ir primero a mi casa a ver cómo la dejasteis – dijo ella con el gesto serio – Battoin parecía un poco incómodo, pero la siguió, a fin de cuentas, ese era el acuerdo.
Aunque por fuera parecía una casa normal, por dentro estaba decorada al gusto élfico. Era cálida, con maderas talladas imitando hojas y otros motivos florales. Una chimenea, ahora apagada, se situaba entre dos pilares tallados, y encima de una silla había un pequeño tapiz que Yaiwen bordaba cuando no tenía nada mejor que hacer o quería relajarse.
Así es como la recordaba ella, pero en ese momento no se parecía mucho.
-¿Pero qué demonios ha pasado aquí? ¡Por Morgoth! -Estaba todo revuelto y había roto algunas cosas. Vio una botella de vino hecha añicos y todo el contenido esparcido en el suelo. El olor era demasiado intenso y hasta un poco ácido, seguramente de llevar ahí un tiempo.
Yaiwen se paseaba inquieta de un lado a otro de la casa. Puso a prueba los reflejos del humano pues le iba lanzando las cosas rotas que recogía del suelo. Esperaba estamparle alguna en la cabeza y en una ocasión por poco lo consigue. -¿Qué le has hecho a mi casa, era necesario todo esto? Parece que hubiera pasado por aquí un oso en lugar de un humano.
Su enojo iba en aumento. “Bien, bien, melenas salvaje. Las monedas que te quité cubrirán una puerta nueva y un par de botellas de las mejores cosechas”.
Tuvo cuidado de no pisar los cristales y se dispuso a limpiar y ordenar todo, pero ella no iba a ser la única que limpiara, no. Le tiró una escoba a Battoln. – Tú puedes empezar por el salón, y no destroces nada más o la próxima vez que te tire algo apuntaré mejor.
Aprovechando la ocasión Yaiwen se dirigió a su habitación. Cuando estuvo segura, levantó una pequeña alfombra y dejó a la vista un fino tirador metálico. Bajo el suelo escondía lo más valioso, y allí seguían las dos bolsas de cuero con las monedas de oro y plata, algunas joyas que no le gustaban y terminaría vendiendo y por supuesto, la espada.
No podía considerarse rica, pero se había encargado a lo largo de los últimos años de hacer acopio porque no se fiaba de lo que pudiera ocurrir. Volvió a colocar todo como estaba, ordenó un poco por encima la habitación y regresó al salón.
-Deberíamos ir a la posada a avisar a quienes estén allí de lo que ha pasado.
17/11/2014 at 23:50 #344894
BattosayParticipantAños de peleas con sus ocho hermanos y una madre con tendencia a lanzar sus botas forjadas le habían ayudado a forjar unos reflejos felinos. Aún así algún plato estuvo a punto de darle en la cabeza. Daba igual, que se enfadase, con la sangre subida a la cabeza no pensaría bien.
-No descarto que después de mí hubiera pasado algún oso, la verdad es que no recuerdo haberlo dejado tan mal.
La mirada que le dirigió le hizo saber que este no era el momento para bromas. Cogió la escoba y empezó a barrer un poco. Aprovechó para hacerlo con menos ganas cuando la elfa subió, el hombro seguía doliendole como si le hubiera pasado un olifante por encima. Inspeccionó un poco la casa y vió varias botellas de buen vino.
-Bueno, con tantas rotas no echará una de menos – pensó mientra se metía una en la bolsa.
-Deberíamos ir a la posada a avisar a quienes estén allí de lo que ha pasado.
-De acuerdo – respondió, – así podremos ver si nuestro amigo común está allí y pensar en qué haremos. Mejor será que te lleves un arco de verdad, no vaya a haber problemas.
Se echó de nuevo las dos patas de huargo al hombro y salió de la casa.
-¡Las bisagras! Espero que no me tire la puerta encima…
Justo en ese momento se fijó en que había algo en el suelo. Parecía una carta. Se lo entregó a Yaiwen que se lo arrebató de las manos con tanta fuerza que casi lo rompe.
-Bueno, por lo menos no se ha fijado en lo de las bisagras. Qué frío va a hacer cuando vuelva esta noche…
18/11/2014 at 0:51 #344899
NELLAParticipantHe estado pensando en poner un local de alquimia. Aún no sé donde, quizás te guste trabajar conmigo o ayudarme en algo.
-Alquimia?? -Kira aguzó el oído, el joven de la moneda y el Arándano estaban en una mesa cerca de la suya y no pudo evitar escucharlos, ¡así que es un Mago! -se dijo- Recordó a su abuelo… cuando era pequeña solía contarle historias antiguas sobre Magos y Elfos, allá en el sur, y a ella le encantaba oírlo.
-Pidió una copa de vino y algo de comer, mientras esperaba pensó que pronto tendría que buscar algo en que ocuparse… quizás podría ayudar al mago?… buscó alguna cara conocida pero no había mucha gente en la posada… en ese momento recordó al montaraz de la otra noche, lo había visto en el mercado de Kibil Dûm, seguiría alojado en Candur?…. se preguntó si aparecería esa noche… se había disculpado pero ella no había estado muy amable, ahora lo lamentaba, había percibido algo en el… bueno aún no era tarde..
18/11/2014 at 9:48 #344901
NeumeModeratorEmpezaba a oscurecer y hacía más frío aún. Nada más entrar en la posada percibieron un agradable olor a guisos y estofados. La temperatura ahí dentro era agradable.
Yaiwen saludó seria, se acercó hasta la chimenea y apoyó el arco en la pared. Sintió que Baldric la miraba algo extrañado, tal vez por ir armada, o por otro motivo y entonces recordó que alguien había hablado más de la cuenta sobre la espada de Battoin. Tendría que averiguar quien fue, pero eso podía esperar. No sentía las manos así que las frotó suavemente al calor del fuego. Los allí presentes miraban las dos patas que llevaba el humano. La medio-elfa observó a quienes se encontraban y reconoció tres caras, pero aquel de la famosa espada no estaba en el salón.
Cuando se sintió mejor se incorporó y sacó la carta del bolsillo para leerla tranquilamente. Oía de fondo hablar a Battoin, pero no le prestaba atención. Levantó la mirada y se fijó esta vez con más atención en el extraño humano vestido de morado. No estaba segura si Huznat se estaba refiriendo a él… la descripción física podía encajar, y esas ropas eran peculiares pero no le veía ninguna vara… “mucho poder, brillo rojo… interesante, tendré que estar más atenta” se dijo.
-Baldric – dijo alzando la voz – ponme un poco de ese guiso que huele tan bien, y una copa de vino tinto. Ha sido un día duro y extraño.
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