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Seguimos con la serie de entradas que tratan todas las armas con nombre propio de la Tierra Media. En esta segunda parte continuamos con distintas hojas del legendarium de Tolkien: una daga y varias espadas.

-Anguirel:

En síndarin significa “Hierro de la Eternidad”, aunque también se ha traducido como “Hierro de la Estrella de Fuego”. Fue forjada por Eöl, el elfo oscuro, al igual que Anglachel. A pesar de no contar con voz ni personalidad propia, el resto de los atributos de Anguirel eran idénticos a los de Anglachel.

Eöl forjó ambas espadas con el metal negro de un meteorito y se quedó con Anguirel para él. Pero su hijo, Maeglin, se la acabó robando antes de huir a Gondolin desde Nan Elmoth con su madre, Aredhel. Se cree que la espada pudo ser llevada a Gondolin, pero se perdió en la caída de la ciudad oculta del rey Turgon. Según se cuenta en los relatos sobre el suceso, la compañía de Maeglin portaba hachas, por lo que podemos deducir que Anguirel no participó en la batalla.

 

-Aranruth:

“Ira del Rey” en síndarin. Forjada por los enanos de Nogrod, es la hoja de Elu Thingol, Gran Rey de los síndar de Doriath en el Silmarillion, convertida después en la espada de los reyes numeroneanos, Fue portada, tras la muerte de Thingol, por su hijo, Dior, el más antiguo de los medio elfos. Tras el segundo saqueo de Doriath, la hoja llegó hasta Elwing, que se la acabó entregando a Elros. Aranruth fue pasando a sus descendientes como parte de su linaje, y así se convirtió en la espada de los reyes de Númenor hasta que la ciudad fue devorada por las aguas en las costas de Aman junto a su último portador: Ar-Pharazon.

 

-Dardo:

Gran daga élfica que portaron Bilbo y Frodo Bolsón durante los hechos narrados en El Hobbit y El Señor de los Anillos. Forjada por los altos elfos durante los días antiguos, era capaz de cortar sin esfuerzo las telarañas de Ungoliant, Ella la Araña y las arañas del Bosque Negro. Fabricada durante la Primera Edad por los herreros de Gondolin, pudo haberse extraviado durante su caída, en la misma batalla en la que cayó Turgon. De algún modo, pasó a formar parte del tesoro de unos trolls que vivían al este de Eriador, donde en el año 2941 de la Tercera Edad, Bilbo, Gandalf y sus compañeros enanos encontraron la daga junto a Orcrist y Glamdring. Las tres brillaban con una luz fría si había orcos cerca, pero solo la daga lo hacía como una llama azul y era la única que no tenía su nombre inscrito con runas.

De la talla de una daga o un cuchillo para hombres o elfos, su reducido tamaño la convertía en una espada magnífica para un hobbit. Se nos cuenta que Bilbo podía guardarla dentro de sus calzones y correr con ella sin demasiados problemas, y que la empleó para enfrentarse a las arañas gigantes del Bosque Negro. Después de liberarse de un capullo y de matar una araña con la daga, Bilbo la llamó “Dardo”.

Años después, Frodo había quedado desarmado al romper su daga de los tumularios, obsequio de Tom Bombadil, durante su enfrentamiento con el Rey Brujo en la Cima de los Vientos. Y tras el Concilio de Elrond, Bilbo regaló Dardo a su sobrino, junto a su cota de malla de mithril, para que la usara en su viaje hasta el Monte del Destino para destruir el Anillo Único.

Tanto Gollum como los orcos tenían un miedo instintivo a cualquier objeto hecho por elfos, y su odio por el portador de Dardo, fuera quien fuera, siempre sería enorme. Pero tanto Bilbo como Frodo usaron ese miedo cuando se enfrentaron a Gollum para someterlo. Siendo posesión de Frodo y en un momento dado, Dardo fue empuñada por Sam Gamyi, quien la usó para enfrentarse a Ella-Laraña en las fronteras de Mordor. La daga fue confiscada por el enemigo y recuperada por Gandalf tras la destrucción del Anillo, y Frodo volvió a lucirla durante la coronación de Aragorn como Rey. Se desconoce si Frodo llevó Dardo hasta las Tierras Imperecederas o si se la dejó a Sam como hizo con el Libro Rojo. De ser así, Dardo habría acabado en manos de sus descendientes.

Es bastante probable que exista algún tipo de conexión entre el nombre de Bilbo y su arma. En Europa, durante la Edad Media, las hojas de bilbo eran espadas cortas, excepcionalmente templadas y afiladas, llamadas así por la ciudad de Bilbao donde se fabricaban. William Shakespeare, cuyos textos eran de sobra conocidos por Tolkien, se refirió dos veces como “bilbo” al acero de Bilbao, de gran valor y extraordinaria calidad, a lo largo de su obra. Una para referirse a una magnífica espada corta, y otra para hacerlo a unos grilletes sin igual.

 

-Glamdring:

“Martillo de la Bruma” en síndarin, “Martillo de Enemigos” en quenya. Fue forjada por los Altos Elfos durante la Primera Edad en la ciudad oculta de Gondolin. Su rey, Turgon, fue su primer dueño. Miles de años después, Gandalf se apropió de ella al descubrirla junto a Orcrist y Dardo como parte del tesoro de los trolls en El Hobbit. Las tres hojas de Gondolin emitían un intenso brillo de luz fría cuando había orcos cerca para advertir a sus portadores del peligro. Tantos estragos provocó la espada durante la Primera Edad, que miles de años después seguía siendo conocida como “Golpeadora” por los orcos de las Montañas Nubladas.

HISTORIA: Durante más de seis mil años estuvo perdida, y después de ser descubierta por Gandalf y sus compañeros enanos en Eriador en el 2941 de la Tercera Edad, la espada fue llevada hasta Rivendel, donde Elrond pudo reconocerla al traducir las runas que llevaba grabadas. Se trataba de Glamdring, forjada por los Altos Elfos de Gondolin para el rey Turgon en la Primera Edad. En los Cuentos Inconclusos se cuenta que la espada de Turgon era blanca y dorada, con una vaina de marfil, aunque no se menciona su nombre. Es razonable pensar que Turgon usó Glamdring en la Nírnaeth Arnoediad (La Batalla de las Lágrimas Innumerables) y en la caída de Gondolin. La espada, de algún modo, sobrevivió a la Guerra de la Cólera. Cuando Gandalf recuperó la hoja, ya no se separaría nunca de ella, y la empuñó para luchar en la Batalla de los Cinco Ejércitos, para enfrentarse al Balrog en Moria, y después, ya como Gandalf el Blanco, en la Batalla del Abismo de Helm, en la defensa de Góndor y en la Batalla de la Puerta Negra.

Glamdring es descrita como una espada de mano y media, y al igual que su hermana Orcrist, tenía una hermosa vaina y empuñadura enjoyada. Trabajo de los herreros elfos de los días antiguos, se nos cuenta que brilló, ya empuñada por Gandalf, como una llama azul por el placer de matar al Gran Trasgo en su ciudad, pero en el resto de ocasiones que Glamdring brilló de manera intensa lo hizo en destellos blancos.

 

-Guthwine:

“Amigo de Batalla” en la antigua lengua de Rohan, es la espada de Eomer, tercer mariscal de Rohan, que usó para luchar en el Abismo de Helm, en la Batalla de los Campos del Pelennor y en la Puerta Negra. Su nombre fue sacado del poema épico Beowulf como epíteto de la espada Hrunting, que Unferth le prestó al héroe para enfrentarse a la madre del monstruo Grendel. Eomer exclamó el nombre de su espada cuando luchó junto a Aragorn en Cuernavilla. Después, en el Pelennor, Eomer lanzó Guthwine hacia la luz del sol para cogerla mientras cantaba, al ver el estandarte de Elendil en uno de los barcos que llevó Aragorn por el Anduin hasta la batalla.

 

-Herugrim:

“Espada Feroz” en la lengua de los rohirrim, era una reliquia de su realeza y el arma de Théoden, último rey de la segunda línea de Rohan. En los hechos narrados en El Señor de los Anillos, Herugrim tenía 500 años de antigüedad y se describe como una espada larga en una vaina con cierre de oro y engastada con gemas verdes.

Poseído por maléficas palabras, Théoden le entregó Herugrim a Grima, secuaz de Saruman, que ocultó la hoja en un cofre bajo llave y dejó que allí se oxidara. Pero Gandalf liberó a Theoden, y Hama le devolvió su espada. Théoden luchó con Herugrim en el Abismo de Helm, y murió empuñándola y aplastado por su propio caballo en la Batalla de los Campos del Pelennor. Théoden fue enterrado junto a ella en el montículo de su familia.

 

-Orcrist:

En síndarin, “Hiende Trasgos”. Antaño fue la espada de Ecthelion de la Fuente, que hizo que los orcos de las Montañas Nubladas la temieran y se refirieran a ella como “Mordedora”. Muchos siglos después, Thorin Escudo de Roble la encontró junto a Glamdring y Dardo en el tesoro de unos trolls. Las tres hojas brillaban cuando había orcos cerca. Orcrist lucía runas con su nombre, tenía una empuñadura enjoyada y reposaba en una hermosa vaina. A primera vista, Gandalf la identificó simplemente como una «buena hoja». Pero después llegó a Rivendel, donde Elrond reconoció aquella espada: era Orcrist, la hoja de Gondolin.

Durante la Primera Edad, Orcrist fue forjada por herreros elfos y pudo ser utilizada por el Rey Turgon o uno de los Señores de Gondolin. Se cuenta que mató a cientos de orcos en su tiempo, cuando los elfos los cazaban en las colinas o luchaban con ellos ante los muros de Gondolin, y probablemente se perdió durante su caída.

Thorin prometió honrar la espada, y la empuñó durante el resto de la búsqueda de Erebor para matar orcos hasta que fue capturado por los elfos del Bosque Negro. Orcrist fue confiscada, pero tras la muerte de Thorin Escudo de Roble durante la Batalla de los Cinco Ejércitos, Thranduil devolvió la espada, que reposa junto a los restos de Thorin bajo la Montaña Solitaria. Allí brillaría por siempre en la oscuridad cuando los enemigos se acercaran.

 

-Ringil:

En síndarin, “Espada de Hielo”, es el arma del Gran Rey de los nóldor: Fingolfin, según se narra en el Silmarillion y las Baladas de Beleriand. Fingolfin la empuñó para herir siete veces al Señor Oscuro antes de caer ante él. Pero aquella hoja, que brillaba con luz pálida y mordía con un frío escalofriante, dejó cojo a Morgorh de por vida. Pues antes de morir, Fingolfin envío un tajo a uno de los tobillos de Morgoth, haciéndole brotar sangre negra y humeante que regó los boquetes que habían generado los impactos de Grond, su temible maza de batalla. Después, el Señor Oscuro aplastó el cuello de Fingolfin con su pie.

Ringil brillaba en azul, como el hielo a la luz de las estrellas, y se desconoce su paradero o si fue destruida por Morgoth.

En los primeros escritos de Tolkien anteriores al Silmarillion, Ringil era uno de los dos pilares que levantó Mélkor/Morgoth para sostener las Dos Lámparas tras la llegada de los Valar a la Tierra Media.

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