Helkanor – Mercado de Kibil-dûm
Inicio›Foros›El Anillo Único›Juegos de Rol en EAU›Helkanor – Mercado de Kibil-dûm
- This topic has 124 replies, 11 voices, and was last updated 10 years, 3 months ago by
lordnazgul9.
-
AuthorMensajes
-
13/11/2014 at 15:08 #344585
JRM-008ParticipantRírian sonrió y cuando el enano se extrañó de su presencia en Helkanor, este se encogió de hombros.
– Quedamos muy pocos, sí. Una verdadera lástima…
Se quedó mirando a un punto indefinido, recordando su juventud en las montañas, pero entonces recordó que había venido a comprar.
– Busco una capa de viaje, la mejor que tenga; un arco de guerra, el más preciso y el de mejor calidad; una daga y ropajes abrigados para hombre.14/11/2014 at 1:40 #344671
lordnazgul9Participant-Vamos por partes-dijo Nír-Esta es una de las últimas capas para Hombres que queda-continuó señalando la misma capa negra con franjas que le había enseñado a Kira. Si quiere se la prueba. Los chalecos y túnicas están un poco más allá. Los hay con incrustaciones de diamantes y otros con topacios. Son de cuero de carnero y las joyas de las minas de Kibil-Dûm.
Después el Enano se corrió hacia la armería.
-Acá hay algunos arcos. Estos de acá son importados de las Montañas Azules. Los otros son de las Colinas de Hierro y los hice yo. También tengo arcos largos de Valle, que creo que le vendrían mejor a usted. Incluso tengo ballestas de orcos reforjadas. La daga, ¿la prefiere curvada o recta? Son todas de aquí por si pregunta, si quiere dagas élficas, en la taberna de Rórin recién vi salir a un salvaje y a una Medio-Elfa, a lo mejor ella sabe.
Nír notó que Rírian recordaba algo, aunque luego no le prestó mayor interés. Miró hacia afuera, Théod ya se había despedido de Elaen y Harald.
-¿También viene de la aldea de Candur?-le preguntó a Rírian. -¿Y esa pareja de allá le suena conocida?-señaló a Elaen y Harald.
14/11/2014 at 16:38 #344702
JRM-008ParticipantRírian asintió ante la pregunta del enano.
– Sí, llegue ayer después de un largo viaje desde Valle, queriendo cambiar de aires ¿sabe usted?. La chica creo haberla visto en la posada, pero al muchacho no le he visto en mi vida. Ahora, empezaré eligiendo la capa negra de la que habla y la daga la prefiero recta. Sobre los arcos, no quiero unos demasiado grandes, solo como arma por si acaso. ¿Cómo de largos son los de Valle? Y los chalecos los preferiría sin adornos, no quiero llamar demasiado la atención.14/11/2014 at 17:07 #344706
NeumeModeratorSintió como tiraba de ella hacia arriba y la ponía en movimiento. Sí, la verdad es que ella también estaba cansada de correr, pero no le hacía ninguna gracia tener que regresar a Candur con el “Salvaje”. No se fiaba de él y además era un poco bruto.
“Espero que la otra espada valga tanto como dice. Aunque el hacha de Nír es una pieza mucho más jugosa” se dijo dubitativa. Sin embargo aquel Enano le había caído simpático y había visto tristeza en su rostro. No sabía si sería capaz de intentar robarle. “Nunca digas de este agua no beberé, Yaiwen”.-Mi caballo está allí – señaló ella.
Guardó en la alforja de su montura la copa que había comprado aquella mañana y los ungüentos. Antes de subir al caballo sacó del bolsillo la pulsera y se la abrochó en la muñeca izquierda. – Pues me queda bien – dijo satisfecha.
-No me digáis que todo eso también lo habéis…
-¡No! ¿por quién me tomas, humano loco?. Sólo esto, es que hace juego con mis ojos – dijo ella levantando la muñeca hasta las mejillas -¿veis? – Tras unos segundos la medio-elfa arqueó una ceja – ¿Me estáis oliendo…? Sois muy raros los humanos.Se aupó al caballo y sujetó las riendas. – Supongo que no hace falta decir que en cuanto lleguemos a Candur me vais a devolver esa daga…
14/11/2014 at 17:35 #344710
BattosayParticipant– Un caballo… – pensó. – Odio los caballos.
Sacó una cuerda de su bolsa y antes de que ella pudiese reaccionar ató su muñeca izquierda con un nudo resistente. Ella reaccionó sorprendida.
– No me gustan los caballos, iré a pié y no quiero que salgáis corriendo.
Mientras hacía un nudo en su muñeca la miró sonriente.
– ¿Veis? Así no nos separaremos – levantó su muñeca – y tampoco podrás desenfundar la daga. Venga, vamos, no os retrasaré.
Le dió un golpe al caballo en los cuartos traseros y comenzó a andar a su lado.
– Sí, os huelo. Oleís muy raro hasta para un elfo y, desde luego, no creo que sea por no lavaros.
14/11/2014 at 18:25 #344712
NeumeModeratorEl caballo relinchó inquieto.
-Tranquilo chico – susurró ella mientras le daba palmaditas donde el cuello se une con la cruz – no pasa nada. No le gustáis, y a mi tampoco – le espetó al humano. Roza ¿sabéis? Me atáis como si fuera un criminal, o peor aún, un objeto. Eso sin contar que habéis entrado en mi casa sin permiso y que me habéis robado.
“Pero tranquilo, que esto no se quedará aquí, esperaré el momento adecuado”-Así que huelo raro… bueno, os puedo asegurar que me encanta darme baños en agua caliente.
No entendía a que se refería. No parecía que pretendiera insultarla, pero es que nunca antes le habían insinuado algo así. “Va a ser un viaje muuuuy largo me temo”.
14/11/2014 at 18:42 #344713
lordnazgul9ParticipantNír sacó otro chaleco del colgador. Este no tenía joyas incrustadas, sólo la silueta de un cuervo y un cuerno de muflón estampados encima, que el Enano quería asegurarse de que sus productos se reconocieran y no se replicaran.
También tomó una daga recta y la capa con franjas para Rírian. Se los dejó a Rírian para que los viera y escogiera.
-Los arcos largos por lo general miden 1.8 metros. Son complicados de aprender a usar pero una vez bien acostumbrados sirven de mucho. Habría pensado que siendo uno de esos Montaraces Dúnedain no le costaría tanto, pero para eso tengo las versiones perfeccionadas de las Colinas de Hierro, que son más cortos y cómodos, pero igual de precisos.
14/11/2014 at 19:33 #344716
JRM-008ParticipantA Rírian le encantó el chaleco que le ofreció Nír, y no veía el momento de ponerse la capa.
– Me llevo el chaleco, la capa y la daga.
Luego observó los arcos de las Colinas de Hierro, que parecían bastante buenos.
– Prefiero llevarme los arcos de las Colinas de Hierro, quiero tener mejor maniobrabilidad para cuando la situación lo requiera. ¿Son todos iguales o puedo elegir modelo?15/11/2014 at 11:43 #344750
BattosayParticipant– A mí los caballos sólo me gustan con patatitas – refunfuñó. – Yo no ato ninguna cosa porque no suelen tener la tentación de salir corriendo, vete a saber qué clase de muebles tienen los elfos. Además, seguro que alguno de esos ungüentos que lleváis os dejará las manos suaves y oliendo a frutas. En cuanto a lo de ladrona, dentro de poco me disculparé si tengo que hacerlo.
Siguieron el camino en silencio. Battoin prefería callar, estaba claro que la tregua que se habían dado era muy frágil y no quería estropearla hasta recuperar su espada. Ella, aún atada, iba a caballo, no creía que tuviera fuerza suficiente para que él no pudiera tumbarla, pero la perspectiva de correr a rastras detrás de un caballo no le atraía demasiado, ya llevaba muchos golpes en la cabeza en dos días.
De vez en cuando respiraba más fuerte intentando distinguir qué era lo que le extrañaba del olor de la elfa. Era consciente de que cada vez que lo hacía Yaiwen apretaba los dientes, pero no podía evitarlo. En una inspiración más fuerte de lo normal olió algo conocido. Apenas un segundo después su oído se confirmaba. Un lejano aullido se mezclaba con el viento. Un oído experto lo detectaría en seguida. El respingo de su compañera de viaje le confirmó que, aunque tenía las orejas pequeñas para un elfo, le funcionaban perfectamente.
– Genial, ¿ahora qué? ¿Cómo se os da la caza con puñal? – preguntó sacásticamente.
Sí, definitivamente su racha de suerte se había esfumado.
17/11/2014 at 10:06 #344860
NeumeModerator**(A medio camino entre Kibil-Dûm y Candur)**
A veces tenía la tentación de poner al caballo al galope, pero no confiaba que le fuera a salir bien la jugada. Aquel salvaje tenía mucha fuerza y era posible que la tirara a ella abajo antes, con lo que podría lastimarse la muñeca y quién sabe si algo más, así que por el momento tuvo que descartar su plan.
Lo que peor llevaba de la travesía era tener que escuchar su respiración profunda de vez en cuando, parecía un sabueso rastreando. Pero entonces un ruido poco habitual la sacó de su estado. Battoin también lo había percibido. Giró la cabeza hacia el lugar de donde provenía el ruido tratando de distinguir algo.
– Genial, ¿ahora qué? ¿Cómo se os da la caza con puñal? – preguntó el humano.
– No llego a verles aún, pero pronto serán visibles hasta para tus ojos. No tenemos mucho tiempo. ¿Caza con puñal dices? ¿No habréis pensado que cuando viajo sola lo hago exclusivamente con un cuchillo?, bueno dos, llevo otro que aún no habéis visto – añadió con una media sonrisa. – Afloja la cuerda, corre – le dijo a Battoin.
Levantó un poco la manta estribera y sacó del lado opuesto a donde se encontraba Battoin un arco no muy grande y un carcaj.
Yaiwen fijó la vista por unos segundos y al fin los distinguió.
-¡Huargos! Rápido, suéltame – El humano dudó por un instante – Oh vamos, no voy a salir corriendo con el caballo. Uno solo no tiene opciones en esta situación.
Battoin cortó la cuerda y la medio-elfa se quitó el nudo rápidamente.
-He visto sólo dos, deben ser rastreadores, así que se puede decir que tenemos suerte. – Miró en todas las direcciones, no se veía a nadie más por el camino, ni amigo ni enemigo. Lamentó no tener al Enano Nír con su hacha de mithril por allí cerca.17/11/2014 at 19:03 #344880
BattosayParticipant¿Dos puñales? Se sintió un poco ridículo. Había visto el primero y se lo había inutilizado. Estaba completamente convencido de que la tenía bien atada, ¿y ahora podía haber sacado un puñal y liberarse? ¿Dónde lo escondería? Se quedó mirando a la Elfa intentando averiguarlo.
Un nuevo aullido le devolvió a la realidad, ya tendría tiempo de buscar el cuchillo después. Si tenía un arco habría que utilizarlo. La cogió del brazo obligándola a bajar y azotó al caballo en la dirección contraria, si se alborotaba al llegar los huargos sería más un problema que ninguna ayuda.
– Espero que tengáis buena puntería – le dijo buscando un árbol al que subir. – Este, venga, ¡arriba!
La ayudó a subir, a la vez que cogía el otro puñal de su antebrazo.
– Esto para mí, me hará falta – le dijo. – Apuntad al que venga segundo y, por lo que más queráis, ¡no me déis a mí!
La elfa parecía tan soprendida como él, hace un momento planeaban como jugársela al otro y ahora deberían pelear juntos por su vida. Si ella se la salvaba a él era otra cosa que no pensaba contar en casa. Esperó a que llegasen los huargos.
Apenas unos segundos que se hicieron eternos fue lo que tardaron en llegar. Entre los árboles nevados iba a ser difícil que la elfa pudiese disparar hasta que estuvieran cerca. Se obligó a esperar a que se acercasen aún más.
¡Ahora! Salió gritando a pleno pulmón.
Lanzó el primero de los cuchillos al huargo que corría en cabeza, clavándoselo en un costado. El huargo siguió corriendo, pero ese pequeño desequilibrio era lo que había buscando desde el principio. Con un salto agarró al huargo del cuello, cortándoselo con la otra daga. Ambos salieron rodando en una masa de aullidos y sangre, parándose de golpe contra una roca.
Con el huargo encima y semicubierto por la nieve no podía ver ni oir que había pasado con el segundo lobo, esperaba que Yaiwen hubiera apuntado bien.
17/11/2014 at 20:58 #344881
NeumeModeratorTrepar por aquel árbol le había recordado a los tiempos en que era una chiquilla-elfa y jugaba con su hermano a ver quien llegaba más alto. Escogió la rama que le pareció más apropiada y sacudió las que tenía más cerca para que cayera la nieve que empezaba a acumularse en esa época del año. Así tendría una mejor visión.
Sacó una flecha del carcaj que se había colgado a la espalda y ajustó una en la cuerda. La tensó con su brazo derecho mientras el izquierdo sostenía firmemente el arco. Apuntaba directamente al segundo huargo en movimiento.
El grito no solo había asustado a los wargos, la medio-elfa casi se cae de la rama. “¡Pero qué ruidosos son los humanos!, ¿para qué usar el sigilo?” pensaba irónica con el ceño fruncido. Por suerte estaba bien sujeta. Yaiwen estaba sentada sobre una rama bastante gruesa y tenía el pie izquierdo sujeto a otra más pequeña. Sin embargo, perdió la concentración y tuvo que volver a apuntar. Más valía perder un segundo en apuntar correctamente si no quería fallar el tiro. “Bien bicho gordo y peludo, ya eres mío”
Una primera flecha silbaba en el aire yendo a parar al costado del animal. Rápidamente sacó otra y volvió a hacer el mismo proceso. Esta segunda le dio en una pata trasera. El animal gruñía moribundo.
Desde la altura solo veía un enorme bulto un poco más lejos. Se ajustó el arco a la espalda y descendió del árbol tan rápido como pudo. Cuando quedaba un metro aproximadamente dio un saltito.
Volvió a sacar el arco, y apuntó mientras andaba hacia el bulto donde se encontraban el huargo y Battoin. El humano asomó la cabeza por un lado para poder respirar mejor.Entre los dos quitaron al animal de encima echándolo hacia un lado. Battoin tenía la capa manchada de sangre. – Espero que sea del bicho porque no podemos demorarnos. Si hay alguno más por las cercanías, está claro que con tu grito les has llamado la atención, así que será mejor que nos pongamos en marcha en seguida –apremiaba la peredhil.
El humano le dijo que no se preocupara, que podía continuar, aunque ella sospechaba que algún arañazo se había llevado.
Yaiwen silbó –ven aquí Daûr, buen chico. – Su caballo, de buena estampa y negro como la noche se acercó hasta su dueña. Le dio unas palmaditas para tranquilizarlo.
17/11/2014 at 21:21 #344882
BattosayParticipantCuando intentó levantar el huargo notó que algo no iba muy bien, el hombro izquierdo le dolía bastante. Al levantarse disimuló haciendo que se comprobaba si tenía alguna herida. No podía mover bien el brazo. Pensó que sería sólo el golpe y se pasaría.
-Los huargos no suelen andar solos, tenéis razón, es mejor que nos apresuremos, pero antes…
Alargó la mano derecha hacia el puñal que había clavado el huargo, lo hundió hasta cortar el hueso, separando la pata trasera del animal e hizo lo mismo con la otra.
-Lección primera del viajero, nunca dejes de comer, beber y dormir, nunca sabrás cuando podrás hacerlo de nuevo – dijo mientras ataba las patas del huargo. – ¿Las habéis probado con patatitas? Están deliciosas.
Yaiwen le devolvía una mirada sorprendida y, quizás, un tanto asqueada. Se echó las dos patas al hombre y comenzó a caminar.
-Vamos, después de esto no creo que os arriesguéis a ir sola, no hace falta que me déis la muñeca – aún lo miraba extrañada. – No me miréis así, si queréis os lo cocinaré para que veáis que está bueno, vos ponéis las patatas.
Y se encaminaron hacia Candur.
18/11/2014 at 16:33 #344910
lordnazgul9ParticipantNír volvió a correrse hacia la armería, desde donde tomó un arco en especial que tenía muy buena pinta.
-Al igual que los cuadros y los platos, viene con diseños marcados, sobretodo en la aljaba-describió Nír. El hombre tomó la aljaba y en los dibujos entretejidos se representaba una escena de batalla, con dos enanos y sus hachas enfrentando a un gran líder orco encima de un huargo
-Por cierto, no hemos compartido nombres-continuó Nír, olvidándose de que el dúnadan ya estaba ahí cuando el enano se presentó a Kira-Necesito que alguien me conduzca a Candur. No se si ha estado allá lo suficiente para haberse topado con el comerciante de licores, Rórin, o la tejedora y artesana Caryne, que regresaron a la ciudad anoche. No confío en los humanos, pero si se que les encanta el poder y las riquezas. Unos buenos platos de metal a nombre del Herrero Encabronado venderían bien en las aldeas de Helkanor. Además ejercitaría bastante al pobre Brof-Nír le dio unas palmaditas en la frente al puerco, que estaba recostado encima de las alfombras.Lo que era cierto es que quería seguirle la pista al framburgués, ahora gracias a Rírian sabía que Elaen era de la posada de Candur, donde probablemente alguien más hubiera estado antes en los torneos de la ciudad.
18/11/2014 at 16:40 #344912
JRM-008ParticipantA Rírian le encantó el arco, era perfecto.
– Me llevo ese arco, con un carcaj de flechas al completo, por favor.
-Por cierto, no hemos compartido nombres.-dijo Nír- Necesito que alguien me conduzca a Candur…
Rírian aceptó encantado llevar a Nír hasta Candur.
– Me llamo Rírian. Por supuesto, le acompañaré, pero necesito un caballo. ¿Me podría decir donde puedo encontrar uno?, y si es negro azabache mejor. Me recuerda a mi antiguo corcel, es una manía que tengo. Y ya de paso, cóbreme. -
AuthorMensajes
You must be logged in to reply to this topic.