Helkanor – Viaje al Sur
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Elfo_Negro.
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09/12/2015 at 23:00 #361267
Elfo_NegroParticipant-Esos pequeños montículos, que asoman tanto al sur como al norte, que se pierden en la neblina- comenzó Dulvak, contestando a Kira pero hablado para todos, con voz firme pero preocupada –no son formas naturales, o al menos eso creo- “eso creo” dijo, aparentando cierta duda, aunque estaba seguro de lo que eran. –Los he visto en otras ocasiones, más al sur- Continuó – son túmulos funerarios, sistemas complejos de entarramiento que algunos antiguos señores usaban para sí mismos- se detuvo un instante a pensar cómo continuar –no tiene porqué ser algo malo, del mismo modo que una tumba sencilla no es más que el lugar donde descansa un muerto, los túmulos son lo mismo, sólo que se trata de una tumba magnífica, tumbas de grandes reyes enterrados con sus riquezas en una mansión eterna; sin embargo… he oido decir que las almas de algunos de los señores enterrados en túmulos similares… debido a sus malos actos en vida… no descansan en paz y eso, eso es lo que me preocupa-
No quería compartir con sus compañeros lo que había sentido, ese mal oscuro y pagajoso que se extendía a todo lo largo del campamento, en un principio apenas perceptible, un mero desasosiego, pero que poco a poco se hace tan evidente como el estallido de una cristalera, admitir esa sensación, esa percepción, sería desvelar demasiado sobre sí mismo y, por lo menos de momento, prefería mantener desconocida su peculiar naturaleza; pero tenía que alertarlos del peligro que corrían, así que expuso lo que no era más que una conjetura, esperando que fuera suficiente para, al menos, prevenir a los viajeros.
-En esta fría y desolada zona norteña, pocos grandes señores ha habido, pocos imperios y reinados han regido esta tierra, si ha habido señores aquí, tan cerca de Ered Mithrin y camino a Gundabad, han sido siervos del mal. Si fuera un túmulo o dos, no me turbaría, pero tantos, tantos rodeándonos, me hace pensar que quizá podamos encontrarnos en un lugar muy poco recomendable, incluso peligroso-13/12/2015 at 3:35 #361326
pablouyParticipantLlegaron al campamento con las piezas de caza y algo de leña, mas alegres por la experiencia compartida, y esperaba que diera para todos pues no eran mas de cinco liebres y dos eran bastante jóvenes por lo que no eran bastante grandes.
-Muy bien compañeros aqui esta parte de la cena- dijo mientras dejaban las liebres junto al fuego -no es mucho pero espero sea suficiente para esta noche y si se puede de algo para mañana.-Levantó su mirada esperando la respuesta de algún compañero pero todos estaban escuchando a Dulvak quien al parecer les comentaba algo importante o al menos eso parecía por su tono.
En esta fría y desolada zona norteña, pocos grandes señores ha habido, pocos imperios y reinados han regido esta tierra, si ha habido señores aquí, tan cerca de Ered Mithrin y camino a Gundabad, han sido siervos del mal…
«¿Túmulos aquí?» pensó mientras miraba su alrededor, ya había sufrido bastante las apariciones de espíritus de joven en la Ciénaga de los Muertos en un recorrido de vigilancia; no le apetecía verlos nuevamente.
-Perdonen la tardanza, les trajimos la cena, pero veo que deberá esperar. Si lo que dices es cierto creo que lo mejor sería mover el campamento a un lugar mas seguro, o si están cansados aún, montemos una guardia hasta que todos podamos movernos a mejor lugar.-
15/12/2015 at 19:53 #361382
JRM-008Participant-Creo que he ganado- dijo sonriendo a Rírian -Aunque no es una victoria justa, ya que tu blanco estaba en movimiento mientras que el mío estaba comiendo. Dejémoslo en un empate hasta que encontremos blancos de la misma característica para los dos.
El Montaraz frunció el ceño tras el comentario de Beregond cargado de suficiencia. «Ya te daré yo victorias, Niñato de los Bosques…» Y después marcharon de vuelta al grupo.Tras las palabras del extraño personaje, un ambiente de tensión reinó en el grupo. Poca cosa había oído hablar Rírian sobre los Túmulos, pero había sido suficiente para asustar a un pueblerino no demasiado valiente.
– Bueno, ya es muy tarde y creo que sería casi peor movernos ahora. Encendamos un fuego y esperemos a que la luz de la mañana nos proteja para irnos de aquí. Me ofrezco a montar guardia, si es necesario. Pero lo mejor será comer y descansar.
Y acto seguido, ayudado por el Señor «Ojo de Halcón», comenzó a preparar las presas que habían cazado. Tras esto, repartieron la comida entre todos y sentados alrededor de la hoguera, comenzaron a comer, hambrientos.
Después, el Montaraz se estiró, encendió su pipa y comenzó a cantar una vieja canción que había oído hace mucho tiempo en un lugar muy muy lejano…22/12/2015 at 18:17 #361535
NELLAParticipantLas palabras de Dulvak no asustaron a Kira tanto como su semblante, aunque no parecía darle demasiada importancia al hecho de haber acampado en un cementerio, lo cierto era que se le notaba intranquilo. Kira recordó las viejas historias que escuchó de pequeña sobre reyes que habían sido corrompidos por el mal y que vagaban como espectros por la tierra bebiendo la sangre de quien tenía la mala suerte de encontrarse con ellos, por un momento se le pusieron los pelos de punta.
La llegada de Rírian y Beregond la tranquilizó en parte, venían cargados con unas buenas liebres que se pusieron a preparar en el acto. La verdad era que todos estaban cansados y hambrientos y nadie parecía dispuesto a levantar el campamentoBueno, ya es muy tarde y creo que sería casi peor movernos ahora. Encendamos un fuego y esperemos a que la luz de la mañana nos proteja para irnos de aquí. Me ofrezco a montar guardia, si es necesario. Pero lo mejor será comer y descansar.
Kira se mostró de acuerdo con el montaraz, el olor de las liebres asándose le quitó el miedo de golpe y le abrió también de golpe un apetito voraz. Comieron y bebieron todos alrededor del fuego y cuando terminaron Rírian les deleitó con una hermosa balada.
-Supongo que ahora con el estomago lleno podemos arriesgarnos a pasar la noche aquí- Dijo Kira -¿Quien hace la primera guardia?
23/12/2015 at 13:56 #361546
TurinhorParticipant-pero tantos, tantos rodeándonos, me hace pensar que quizá podamos encontrarnos en un lugar muy poco recomendable, incluso peligroso-
Baelim pensó que Dulvak tal vez fuera un paranoico. Aunque su afirmación lo dejó intranquilo y le llevó a pensar en las extrañas rocas que acababa de ver en la cima. Su conciencia le animaba apremiante a compartir ese información a los demás, pero mirando fijamente el fuego decidió que no debía alimentar un miedo estúpido que no les dejaría descansar. Al levantar la mirada del fuego se encontró con los ojos de Dulvak, y el miedo no le pareció tan estúpido. Pero entonces le llegó el olor del guiso y se olvidó.
-Supongo que ahora con el estomago lleno podemos arriesgarnos a pasar la noche aquí- Dijo Kira -¿Quien hace la primera guardia?
-Yo mismo haré la primera guardia. Aunque agradecería a Nír que me prestará un poco de su hierba para pasar más agradablemente las horas que esté de guardia.- Miró al enano con su sonrisa más embaucadora. Dos horas de buen fumar bien valían gastar esa sonrisa.
07/01/2016 at 20:45 #361803
Elfo_NegroParticipant-Quizá he sido demasiado sutil, quizá debería haber insistido más o, quizá soy yo el que estoy equivocado, quizá, quizá,… sí, quizá no haya ningún peligro, un túmulo funerario no es más que una tumba ostentosa, no tiene porqué implicar la existencia de ningún espíritu atormentado y vengativo, sin embargo… sin embargo lo que sentí, lo que siento, no es una alucinación, aquí hay algo, algo siniestro- Algo así (aunque talvez fuera menos dubitativo y más sentencioso) estaba pensando Dulvak mientras mordisqueaba sin demasiada hambre algo que le habían alcanzado amablemente.
Con el estómago lleno y a la lumbre de un fuego nada parecía demasiado siniestro, el grupo, sus voces alegres, parecían conjurar todo posible mal.
Se habían repartido los turnos de las guardias y el grupo se disponía a descansar unas horas tras la dura jornada de viaje, se preparaban para arrebujarse bajo alguna manta caliente, con el fin de intentar dormir algo sobre un suelo helado en una noche helada.Pero, de momento, no podrían descansar, y es que lo que Dulvak había temido fue tomando forma, una forma vaga, sin perfiles, la forma de una niebla densa que se esparcía muy lentamente por el llano en que habían acampado y, dentro de ella… la oscuridad y, cuando a la vista de todo ello todos hubieron olvidado el descanso, cuando todos se removían perplejos e inquietos, intentando demostrar entereza, unos gritos espantosos rompieron la noche fria, unos gritos que, de ninguna manera podían provenir de una garganta humana, eran metálicos, como hierro oxidado chirriando, unos gritos que parecían surgir de los más oscuro de la niebla.
09/01/2016 at 19:56 #361832
JRM-008ParticipantRírian estaba dormitando un poco, sin querer dormir del todo por el siniestro lugar en el que habían acampado. El sueño se estaba apoderando de él poco a poco, pero entonces un espantoso grito hico que abriese los ojos y se levantase de un salto, con el corazón en la garganta. Miró a Dulvak frunciendo el ceño.
– ¿Qué ha sido eso?
Entonces se oyó otro grito e instantáneamente el fuego se apagó de golpe. La niebla se hizo más y más densa a los ojos de todo el grupo. El montaraz, dubitativo a la par que miedoso, se adentró un poco en la niebla y a pesar de que no era buena idea, desenfundó Roulon , iluminando la zona de alrededor.
Ante las estupefactas miradas de sus compañeros, Rírian tragó saliva y al no ver anda dio unos paso hacia atrás. Todavía con la espada en alto, miró a la compañía con un deje de terror en la voz.
– ¿Qué hacemos ahora?26/01/2016 at 20:14 #362250
NELLAParticipantUnos alaridos despertaron a Kira, se incorporó y prestó atención, al principio pensó que era el viento que aullaba entre las rocas, pero un nuevo grito le heló la sangre en las venas. Al momento oyó relinchar fuerte a Nube, se levantó deprisa para ver que le pasaba pero no pudo llegar donde estaba el caballo, la hoguera se apagó de pronto y todo fue oscuridad.
Kira se quedó quieta, temblando, no se veía nada. De pronto chocó con alguien, y al instante una luz la deslumbró, era Rírian con la brillante Roulon en la mano.– ¿Qué hacemos ahora?
La voz del Montaraz denotaba terror y Kira se quedó muda, lo único que se le ocurrió fue correr hacía donde había dejado a Nube, ahora que podía ver algo gracias a la espada. Desató al caballo que relinchaba nervioso y lo llevó al circulo de luz. Todos se habían apiñado en torno a Rírian y su espada.
07/02/2016 at 16:35 #362419
TurinhorParticipantBaelim se había ofrecido para la primera guardia. Parecía un acto altruista a ojos de sus compañeros, pero lo que verdaderamente le había motivado a ello era que siempre había detestado despertarse en mitad de la noche porque luego le era difícil conciliar el sueño de nuevo. De esta forma podría dormir después sin interrupciones. Así que se adentró en la niebla pero sin perder de vista el resplandor del fuego. No distinguía el lugar por el que iba, pero la luz de la hoguera se reflejaba en las gotitas de agua suspendidas y lo guiaría de regreso a ella. Estuvo dando vueltas en torno al campamento con la mente en otro lado. Meditando sobre sus últimas peripecias con Aiwë y el malvado Îbal.
Estaba preparando la pipa dispuesto a fumar placenteramente la hierba de Nír cuando el horrible grito lo sacó de sus pensamientos. Había sonado justo detrás de él. Un escalofrío le sacudió la espalda. Con los ojos completamente abiertos y temblando se dio la vuelta lentamente. Allí en lo alto del túmulo donde antes subió a otear las cercanías, había una figura siniestra que emanaba una luz mortecina entre las piedras colocadas en círculos. Un chillido agudo de terror salió involuntariamente de su propia garganta, cayéndose la pipa de su boca, e inmediatamente dio media vuelta para volver echando leches al campamento, pero ya no veía la luz de la hoguera. Estaba completamente desorientado, y la criatura volvió a emitir el horrible grito en respuesta al suyo de miedo. Baelim completamente aterrado se acuclilló en el suelo tapándose los oídos sin ser capaz de dominarse. Sintió unas manos heladas que se cerraban sobre su cabeza.
09/02/2016 at 21:34 #362471
Elfo_NegroParticipantUn frio que casi se podía tocar cayó sobre ellos, era húmedo y pesado y venía acompañado de un viento racheado que apagó el fuego con una rapidez imposible. La oscuridad se hizo casi total. La niebla amortiguaba los sonidos, las voces de los compañeros de viaje sonaban lejanas… Estaban en una llanura helada, no muy lejos de las siniestras estribaciones de Ered Mithrin, rodeados de túmulos de los que, al menos, había despertado un espíritu atormentado, una de esas almas a las que, muy de vez en cuando, les era dado arrastrarse por el mundo de los vivos. Dulvak se había topado alguna vez con alguno de esos seres y sabía que, tan grande era el mal que habían provocado, tan grande era el mal que las corroía en sus oscuras tumbas, que les era imposible alcanzar la paz reservada a los muertos. No tenían un gran poder, pero si una gran maldad; tal maldad, fría y despiadada, que habían olvidado, incluso, el placer por el mal que los había guiado en vida. Ahora eran puro mal, casi inconsciente, sólo el reflejo de un hambre atroz por provocar miedo y dolor. Su mayor poder consistía en aterrorizar y en embotar los sentidos (hasta el punto de ser capaces de sumir a un bravo guerrero en un pánico incontrolado o a un fuerte campesino, curtido por la dura vida de un trabajo exigente, en un guiñapo incapaz de mover sus propios miembros, narcotizado por algún oscuro poder).
Pero si uno se mantenía firme y dejaba pasar el miedo a través de él, si uno tenía suerte y no se topaba cara a cara con uno de “ellos”, podría salir airoso de la presencia de un tumulario.
Dulvak había sido un espíritu incorpóreo durante milenios pero, claro está, nada comparado a un alma malvada y atormentada, el había sido luminoso y alegre; y, si en alguna ocasión, se había topado con alguno de esos seres desgraciados y peligrosos, fuera él mismo un ser espiritual o ya hubiera tomado forma, hacía mucho de todo ello, y nunca los había considerado peligrosos para sí mismo, por lo que nunca se preocupó demasiado en averiguar cómo ahuyentarlos o cómo derrotarlos.
Pero sí intuía que algo en concreto los pondría a la fuga, algo sencillo pero que, de momento, y si podía evitar usarlo, se guardaría por un tiempo. Quizá no pudiera esperar mucho, porque la situación era cada vez más compleja y peligrosa. En la Tierra Media, pocas cosas pueden tomarse a broma, pocas cosas deben infravalorarse, y mucho menos un tumulario, mucho menos una sombra ancestral que aúlla en la noche.El “grito”, por llamar de alguna manera al sonido chirriante que había surgido de la niebla, de alguna garganta inexistente desde hacía años, se repitió… y un soplo helado los envolvió a todos.
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