Perfil Básico

Nombre

nenlanteamenelva

Fecha de nacimiento:

1900-05-10

Ficha de Personaje

Nombre del Personaje

Nen

Raza

Ent-Mujer

Lugar de la Tierra Media

Rio de la Comarca, Hueco del Sauce

Descripción del Personaje

Con los ojos característicos de un Ent, la piel verde y suave cómo la corteza de un árbol joven, las mejillas rojizas cómo la piel de una manzana, alegre, jovial y distraida.

Historia del Personaje

Una tarde lluviosa en las afueras de Minas Tirith una pequeña niña lloraba, sentada en el portal de una casa en ruinas, con las ropas viejas y agujereadas, al tiempo que un hombre ya entrado en años paso a su lado, tal vez fue el destino que los hacía encontrarse, o tal vez haya sido un juego del azar. Él era un hombre sabio, cuyas facciones mostraban que una vez fue un hombre apuesto, que ha recorrido muchos caminos, que guarda una gran sabiduría producto de la experiencia, un caballero cuya cabeza gris llevaba el conocimiento de muchas generaciones, y cuyos ojos verdes cual esmeraldas demostraban que en su larga vida no había un solo momento que quisiera cambiar. Las lagrimas de la pequeña despertaron ternura y un poco de lástima en el corazón de éste viejo hombre, y decidió acercarse para intentar hallar una sonrisa donde cae una lagrima. Cuando la pequeña levantó el rostro para secarse las lagrimas lo encontró de rodillas frente a ella, él, con una mirada dulce y una voz melodiosa, le dijo:

-¨No se que circunstancias hayan hecho brotar las lágrimas en una doncella tan hermosa, pero si pudiera tal vez obtener de tu parte una sonrisa prometo contarte una historia, somos pocos los que la recordamos, y aun menos los que podrían contarla como pasó en realidad. Así que, ¿que me dices?, ¿aceptaras mi propuesta?¨-

a lo que la pequeña respondió con una sonrisa amable, y el caballero comenzó su historia de la siguiente manera:

Eh aquí la legítima historia de la última de las Ents – Mujeres:

Hace ya muchas vidas de los Hombres, cuando los Ents y las Ents – Mujeres todavía vivían juntos, en paz y armonía, nació un pequeño retoño, una Entanda de la familia del roble, de hermosa contextura (para ser un Ent), con 6 dedos en los pies, y una piel que, al igual que la corteza de un árbol que acaba de brotar de la semilla, era suave, un poco brillante, y tersa al tacto, pero se perdió cuando todavía era muy pequeña, buscaba una flor azul que estaba segura había visto en las cercanías pero se alejó demasiado, y no pudo encontrar el camino de regreso ,ya que se desviaba del camino cuando se veía atraída por una planta o retoño que no había visto antes, o cuya hermosura cautivaba su corazón. Así vivió los siguientes años, sola, sin tener contacto con otro de su especie, aprendiendo por su cuenta sobre el mundo que la rodeaba. Un gran amor por la lluvia y el agua tenía la pequeña, adoraba las mañanas lluviosas y el rocío en la madrugada, los grandes y frondosos árboles, y los pequeños arbustos frutales, las flores de suaves perfumes, y las pequeñas criaturas que habitaban el bosque. Se sentía llena de energía, y su paciencia (legado de su especie) le permitía concentrarse en las cosas que consideraba hermosas, pasaba horas admirando crecer una flor, o cuidando con cariño una planta enferma.

Fangorn caminaba por el bosque una mañana, fresca y nublada apenas, cuando notó a la pequeña que cuidaba de un rosal marchito, nunca antes de este día había visto a la pequeña, la observó por unos momentos, preguntandose de donde había salido la pequeña, ¿Quien era?, trató de pensar si tal vez había olvidado a alguno de los Entandos, pero no se parecía a ninguno, luego de un momento decidió acercarse, la pequeña al verlo se asustó un poco ya que no recordaba haber visto a una criatura semejante, Fangorn decidió dirigirse a ella en el viejo éntico, su ocupación y su nombre fueron las primeras cosas que le preguntó, pero la pequeña no tenía un nombre aun, Fangorn la levantó por un momento entre sus brazos para observarla un poco más detenidamente, luego le pidió que lo acompañara. Cuando llegaron a la Cámara de los Ents, la pequeña se presentó ante los Ents, los mismos que le pusieron un nombre en el viejo éntico, uno en élfico, y uno en la lengua común para que pudiese comunicarse con los más antiguos: los hijos de los Elfos y con cualquier otra criatura que así lo desease o necesitase, un día y una noche completos se demoraron en pronunciar el nombre en éntico de la pequeña, y sus nombres en élfico y en la lengua común fueron: Nen Lantea Menelva y Lluvia.
Al terminar el concilio dejaron a Nen Lantea Menelva al cuidado de la Ent – Doncella Fimbrethil ¨ la de los pies ligeros¨ cómo decía Fangorn, ella y el resto de las Ents – Mujeres se encargaron de enseñarle a la pequeña sobre las costumbres de los Ents, sobre el cuidado de las plantas y la comunicación que mantenían con otras criaturas.

Mucho tiempo después, cuando la obscuridad entró en el norte, y las Ents – Mujeres cruzaron el Río Grande, Nen Lantea Menelva fue con ellas, y luego de la derrota de la obscuridad las Ents – Mujeres tuvieron una época de prosperidad, con abundancia de frutas y granos, convirtiendo sus tierras en hermosos parajes llenos de arbustos y pequeños árboles, los Ents las visitaban cada ves menos, y Nen Lantea Menelva extrañaba a Fangorn que mucho le había enseñado, cuando sus jardines se vieron devastados y convertidos en lo que ahora son las tierras pardas, un grupo de Ents – Mujeres emigraron en busca de una tierra fértil y pacífica donde pudiesen levantar nuevos jardines, lejos de los Hombres y especialmente de los Orcos.
Una mañana, cuando pasaban por la Quebradas del Sur, Nen Lantea Menelva se separó de las Ents – Mujeres al ver un retoño de Abedul con dificultades para crecer, nadie notó su ausencia hasta mucho tiempo después, normalmente caminaba última un poco más despacio que el resto, disfrutando del paisaje y parando de ves en cuando para admirar alguna cosa en el camino, pero ésta ves al tratar de alcanzarlas se desvió un poco al sur y así fue cómo la ahora Ent – Doncella se volvió a separar de sus semejantes, perdida en un mundo nuevo, lleno de nuevas cosas hermosas y secretos para descubrir. Luego de caminar un par de días, a un paso bastante lento, llegó al Hueco del Sauce cerca del Río de la Comarca y el Bosque Cerrado, la vegetación la dejó maravillada y decidió vivir en éstas tierras, plantando y cuidando de su nuevo jardín. El tiempo pasó y Nen Lantea Menelva se sintió satisfecha con su obra, así que se dedicó a contemplarla, solo se movía cuando una de sus plantas estaba enferma y necesitaba cuidados, fue tanto el tiempo que estuvo de pie, contemplando crecer sus jardines, que comenzó a volverse arbórea. Una tarde cálida en otoño, cuando todavía quedaba un poco de luz en el cielo, una pequeña criatura que parecía huir de algo, corrió y se escondió a sus pies, temblaba cómo una hoja frente al viento del Oeste, nunca antes había visto algo parecido, y pronto, la curiosidad se saber que era aquella criatura, despertó a Nen Lantea Menelva, pero no molestó a la criatura, la vio asustada y no quería que huyera, así que le cantó una canción de cuna en el viejo éntico, arrullando a la pequeña con palabras que no podía entender, pero que le tranquilizaban el alma y el corazón, hasta que la pequeña criatura se quedó dormida.

Al despertar, Flor de Cerezo Brandigamo, hija de Flor de Manzano Brandigamo y Ted Brandigamo, después de recordar su escape de las fauces de un lobo hambriento, el mismo que mató a sus padres y a su hermano menor, bostezó, enjuagó una lágrima que se dejaba escapar al recuerdo de la muerte de sus padres, cuando notó que lo que ella creía era un árbol, tenía un rostro, y la miraba con detenimiento, un poco sobresaltada, se levantó de un salto, pero la criatura que la observaba no le inspiraba miedo.

-¨¿Que clase de criatura sois, pequeña?, nunca vi a nadie semejante, ¿Una especie de hombre tal vez?, ¿O de enano sin barba?¨- preguntó Nen Lantea Menelva después de que se tranquilizó la pequeña.

-¨Flor de Cerezo Brandigamo es mi nombre¨- respondió la pequeña con un rostro confundido y un tanto molesto -¨y no soy ningún tipo de hombre ni enano, soy una hobbit de la comarca, y debo decir que yo tampoco he visto a ninguna criatura semejante a usted, ¿Cual es su nombre?, y ¿Que es usted exactamente?, me parece un poco descortés que se dirija a alguien que no conoce sin haberse presentado¨-

-¨Oh, Hum. Disculpa si me he portado descortés¨- respondió Nen Lantea Menelva con una pequeña reverencia ( tanto cómo su rígido cuerpo se lo permitió).-¨Nen Lantea Menelva es mi nombre según los elfos, y soy una Ent – Mujer, en cuanto a mi nombre verdadero, tomaría un día y una noche decirlo, si tienes tiempo algún día te lo diré, aunque dudo que entiendas el éntico, pero también puedes llamarme Lluvia¨-

Luego de haberse presentado, y de contarse mutuamente las historias que les habían llevado a este lugar en este momento, Flor y Lluvia decidieron vivir juntas, y así lo hicieron por un largo tiempo, compartiendo sus costumbres y las historias de sus pueblos, aprendiendo la una de la otra. Así llegaron a convertirse en grandes amigas, hasta que un día soleado, varios hombres de aspecto maligno, descuidado y desagradable llegaron a la comarca, en un principio los hombres no notaron este pedazo de tierra, y tanto Lluvia cómo Flor pasaron desapercibidas, pero ésta suerte no duró mucho tiempo, y una noche, cuando Frodo y sus amigos trataban de recuperar la Comarca, una flecha que lanzó un hombre al tratar de huir alcanzó a Flor de Cerezo mientras cosechaba manzanas en los confines de la propiedad atravesando su corazón. La muerte de Flor de Cerezo devastó a Nen Lantea Menelva llenando su mente con un deseo de venganza, nublando sus pensamientos, y llenando su corazón con una gran pena. Era la tercera ves que se quedaba sola, y esta vez su pérdida sería permanente, llena de lágrimas tomó el cuerpo de aquella que había sido su confidente, su amiga y única compañera en estas tierras lejanas, la enterró bajo un cerezo en honor a su nombre, la despidió con unas palabras en éntico mientras lloraba su muerte hasta el amanecer. Flor ya no volvería a sonreír y su asesino iba a pagar muy caro por sus ofensas.

La venganza de Nen Lantea Menelva alcanzó al asesino al poco tiempo, él y los hombres que habían escapado de las manos de los hobbits cayeron muertos ante la furia de Nen Lantea Menelva, pronto vinieron tropas de hombres de corazones corrompidos por el mal, que encontraban placer en destruir a todo ser viviente que se encontrara en su camino, intentaron matarla, pero ella sola acabó con ellos en pocos momentos, obligando a los pocos que todavía podían ser buenos a rendirse y desistir. Pero pronto advirtió que en muchos otros lugares todavía vivían criaturas malvadas, destruyendo los bosques y matando las plantas, consciente de que sus fuerzas no eran suficientes para acabar con todas las criaturas malignas fue en busca de las Ents – Mujeres , pero no pudo encontrarlas, así que fue en busca de aliados en la lucha que deseaba comenzar, para desaparecer de una vez a esas criaturas que no tienen respeto por la vida, y que disfrutan con el sufrimiento de otros, -¨para arrancarlo de raíz¨- decía Nen Lantea Menelva. Así nació el sueño de que estas tragedias no se vuelvan a dar en la Tierra Media, y así fue cómo la última de las Ents – Mujeres se convirtió también en la única Ent – Guerrera.

***

La pequeña niña lo miraba atentamente, no pronunció una palabra, pero no era necesario, el caballero se levantó, le extendió la mano y juntos caminaron, no necesitaban presentarse ya que sus almas se conocían desde tiempos inmemoriables, una vez más se encontraban, y ésta vez irían en busca de lo que muchos creían un mito pero que ellos sabían era cierto, fueron en busca de la última de las Ents – Mujeres…