Nací en Laurelindórinan (Lothlórien) al amparo de los bosques de la Dama Galadriel y el Señor Celeborn. De muy joven partí en busca de aventuras y me alisté en el ejército de Gil-galad, el último gran Rey de los elfos. Combatí en la batalla de la Última Alianza matando a incontables orcos con mi arco y mi espada. Posteriormente volví a mi amada Lórien y pasé allí un tiempo, después volví a emprender mi camino recorriendo toda la Tierra Media durante lo que restaba de Segunda Edad y casi toda la Tercera. Conocí a mucha gente interesante durante esos viajes, como al mago Mithrandir, cuyos consejos me sirvieron de mucho en mis viajes. Conocí también al Rey Thranduil del Bosque Negro y a su hijo Legolas, con el cual entablé gran amistad. A Trancos, el montaraz, lo encontré viajando por las fronteras del país de los Medianos y pude conocer más sobre esa extraña gente pequeña. Conocí a mucha más gente en mis viajes: el rey Thengel de Rohan y su hijo Théoden, a Echthelion, senescal de Gondor, al Señor Elrond de Imladris, y un largo etcétera. Una vez terminados mis viajes volví otra vez a la bella Lórien, donde coinicidí con la llegada de la Compañía del Anillo, y me reencontré con mis viejos amigos Aragorn (Trancos) y Legolas, y me entristeció mucho la noticia de la caída de Mithrandir, pero en el fondo de mi corazón sabía que eso no era posible y que el viejo mago regresaría en horas de necesidad. Acompañé a mis amigos a la presencia del Señor Celeborn y la Dama Galadriel, y también estuve cuando partieron. Mientras duró la Guerra del Anillo me mantuve en Lórien guardando sus fronteras de los peligros que la acechaban, después, y antes de partir hacia Valinor, ayudé a Legolas con su colonia de Elfos, y cuando llegó nuestra hora, juntos, partimos hacia las Tierras Imperecederas.