Helkanor – Mercado de Kibil-dûm
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20/11/2014 at 18:28 #345053
TurinhorParticipant– Yo soy Rírian, antiguo montaraz Dúnedain del Norte. Y él es Nír, metalurgo de la corte del mismísimo Dáin Pie de Hierro, Rey Bajo la Montaña. ¿Decís que vuestra caravana fue asaltada por huargos? Es extraño, muy extraño diría yo. Y por casualidad ¿vio si esos huargos iban solos o eran monturas de otras criaturas?
Como suponía los dos eran gente con un pasado guerrero.
-Los huargos que yo vi iban sin montura. A decir verdad creo que eran la avanzadilla de un grupo más grande, y al parecer vosotros os habéis cruzado con otra avanzadilla. Escuché muchos aullidos, sobre todo al este del camino, hacia Kibil-Dûm. Por eso he cambiado de rumbo hacia Candur. Aunque seais muy buenos con las armas, no creo que podremos resistir ante un grupo más numeroso, así que estoy de acuerdo de ir cuanto antes a Candur y alertar a los habitantes. Allí podremos hablar más a gusto y me gustaría hacer algún negocio con Nír. Veo que tiene cosas interesantes-
20/11/2014 at 18:42 #345054
lordnazgul9Participant-Negocios haremos muchos-afirmó Nír, quien aún tenía el hacha de Mithril a la vista. Baelim la estuvo viendo un buen tiempo antes de que la vigilancia de Rírian se cruzara con un lobo cabalgado por una cruel figura.
Nír dirigió el hacha hacia un último animal que apareció. El huargo trató de sostenerse de la carreta pero fue repelido por un golpe del hacha en el hocico. Baelim se había cubierto con unas capas que había en la parte de atrás de la carreta.
El huargo gimió de dolor, pero efectivamente esta vez si traía a un Orco encima. Un puñal de hueso afilado por poco alcanzó a Nír en la garganta.
-¡Rírian! ¡Un poco de asistencia no estaría mal!-gritó el Enano.
A lo lejos avistaron una manada. Los jinetes traían espadas y poseían armaduras de cuero, con el símbolo de la Corona de Hierro.
Las flechas de Rírian alcanzaron al rastreador Orco en el pecho. El carro de Nír se alejó a máxima velocidad, y el montaraz le siguió al galope. Nír le pidió a Baelim que dirigiera al cerdo mientras él sacaba unos maderos de entre sus herramientas de trabajo. El huargo y su jinete fueron alcanzados por el palo en llamas, pero no tardarían en alcanzarles.
Nír odiaba a los orcos del Norte más que a todos los demás. Nír nunca conoció a su padre, caído en la Batalla de Azanulbizar. Los orcos de Gundabad habían colonizado Moria, y su líder, Azog, mató al rey Thrór de Erebor y al señor Náin de las Colinas de Hierro. Dáin Pie de Hierro acabó con Azog y dispersó a los orcos, pero tomó más de 140 años para que su sucesor Bolgo cayera en la Batalla de los Cinco Ejércitos ante los ojos de Nír.
Nír iluminó la última sección del sendero con el hacha de mithril. Ya habían llegado a Candur.
02/12/2014 at 0:15 #346215
BattosayParticipantDesde luego había sido una larga carrera, pero había llegado a Kibil-Dûm e iba bien de tiempo. Empezaba a tomar en consideración la idea de montar a caballo. Empezaba, nada más. Qué diría su madre.
No tenía tiempo para curiosear en el mercado, así que fue directo a los puestos de comida. Lo primero era la fruta: limones, manzanas y naranjas. Las vio en el primer puesto y pidió unas pocas de cada. El tendero se las metió en una bolsa y tendió amablemente.
En ese mismo momento se dio cuenta de que no llevaba sus ropas y peor aún, ¡su dinero! Una bolsa rebosante de oro perdida en un solo día. No sabía qué hacer y empezó a registrarse la ropa de forma nerviosa. Cuando ya estaba a punto de disculparse con el mercader notó algo en un bolsillo. Tres monedas de plata. Llegaría.
Lo siguiente era más complicado, había muchos mercados en los que ni siquiera habían oído hablar de ellos. Encontró el licor en una tienda de bebidas regentada por un enano que sólo hablaba Kuzdul. Hablarle en la misma lengua ayudó a que se lo vendiera a un precio que podía permitirse, no sin antes ser amenazado con hacha más grande que él y responder durante un buen rato cómo lo había aprendido.
Las semillas tostadas sólo las encontró en el puesto de un mercader del este. Intentó regatear durante un buen rato, pero el hombre se negaba a aceptar un precio que pudiese pagar en ese momento. Desde luego el término fiar no estaba en el vocabulario que dominaba en la lengua común. El filo de sus espada fue mucho más convincente esta vez, hasta el hombre parecía hablar mucho mejor su idioma.
Ya lo tenía todo. Pensó en comprar algo para picar antes de la cena, ya que llegaría tarde a Candur. Se sorprendió al notar que no tenía ni pizca de hambre. Estaba claro que la comida élfica tenía algo… bueno, élfico.
Cuando ya se iba pasó por delante de la forja de Floin Manomartillo y vio algo que le llamó la atención, una pareja de dagas perfectamente forjadas. Recordó la que le había perdido a Yaiwen.
– ¡Maestro! ¿Cuanto cuestan estas dagas?
– Cien piezas de oro cada una – respondió Floin martilleando una espada.Ni con la bolsa entera del otro día podría haberlas comprado. Una sensación nueva se apoderó de él, todo lo que había vivido estos últimos días, la emoción, la diversión… Cogió ambas dagas y salió corriendo. Antes de que pudieran dar la alarma ya se había perdido entre la multitud.
De vuelta a Candur.
16/12/2014 at 21:05 #348148
NarradorParticipantUna caravana del este había llegado a Kibil-dûm. Comerciantes extraños se paseaban por las tiendas haciendo negocios con productos aún más extraños. Los que no compraban, habían establecido sus puestos en las calles del mercado. Eran bienvenidos con alegría por los comerciantes del lugar, dispuestos a hacer grandes negocios con ellos.
Entre la multitud recién llegada, había otros menos amistosos y menos dispuestos a hacer negocios. Los guardias de la caravana apenas se relacionaban con el resto de sus compañeros de viaje y menos aún con los comerciantes locales. Habían alquilado una pequeña posada para ellos solos en la que nadie entraba sin el permiso de su jefe, Îbal.
18/12/2014 at 18:20 #348252
NELLAParticipantKira despertó confusa, le dolía el cuello y no podía moverse, notó que tenía las manos atadas a la espalda, y en ese momento recordó… había salió con Aiwë de la posada y alguien los atacó… pero ¿Dónde estaba? … no podía ver mucho en esa oscuridad…estaba tumbada.. ¿y el Mago? lo último que vio de él fue su cuerpo tendido en la nieve.
Se quedó quieta intentando no pensar en el miedo que la atenazaba. Cuando sus ojos se acostumbraron a la oscuridad vislumbró un cuerpo tendido no lejos de ella…. estaban en una habitación oscura pero un rayo de luz se filtraba por la puerta.
-Aiwë..-dijo Kira con un hilo de voz, le costaba hablar, tenía la garganta seca- Aiwë??.. estáis ahí?, no obtuvo respuesta. tomó aliento…. AIWË!! -Gritó desesperada.
En ese momento alguien abrió la puerta de golpe y la luz la cegó21/12/2014 at 11:51 #348520
NarradorParticipant-¡Cállate ya chica! Un oriental de unos treinta años se acercaba a ella con un cuchillo en la mano. Sólo se le veían los ojos y el pelo – ¿Qué piensas, que gritando te van a rescatar? Lo que voy a hacer si gritas de nuevo es cortarte esa molesta lengua.
-Tranquilo – dijo una voz más atrás. – Tenemos orden de no tocarles… de momento. Ya sabes que él tiene planes para ambos.El primero retrocedió hasta la puerta.
21/12/2014 at 14:54 #348527
Fenix-OscuroParticipantEn una antigua fortaleza, donde ya la gente no recuerda ni su nombre, estaban unos 30 orcos. Llevaba bastante tiempo investigando el lugar, y todo lo que había encontrado era ruina y desesperación. Las paredes tenebrosas eran negras, escritas con sangre de las victimas que habían muerto allí. Se adentró sintiendo como los orcos se movian buscando el momento para atacar.
Entonces fue cuando llegó a lo más profundo de la fortaleza y vio a un orco que tenía una daga sacrificial clavada en el pecho de un joven, que chorreaba sangre desde su boca, tenía el rostro lastimado por las torturas y lo último que el joven hizo fue mirarle y suplicarle. Desenvainó su espada y asesinó al orco sin piedad alguna. Le tomó las manos al joven y entre llanto y susurros le dijo que llevaba tiempo buscándolo. El joven le rogó que lo matara, ya no quería sufrir más, nadie puede decir cuanto sufrimiento soportó aquella alma. El hombre no tenía el coraje para darle muerte al muchacho y parar su sufrimiento. Juntó todas sus fuerzas y trató de sanarlo. Pero fue en vano. El joven en un ligero momento de lucidez le agradeció al mago todos los buenos momentos y el haberlo encontrado. Al menos ahora su alma encontraría la paz y descansaría sin pena alguna. Se acercó y lo último que hizo fue besarle mientras dejaba su pensamiento en la mente del mago. «Te amo».Aiwë se despertó con un escalofrío y un grito de horror. ¿Que había sido eso?
No podía ver nada en la oscuridad. Le dolía todo y estaba amarrado. Alguien abrió la puerta y hundió su puño en el estómago del mago.
-Dejen de gritar ¡ya! O verán lo que es bueno.Sinceramenre Aiwë no tenia fuerzas ni para respirar. ¿Por que había usado el plural?
Entonces recordó a la joven que estaba caminando con él. Las fuerzas le abandonaban.
-K.. Ki… Kira… -dijo finalmente con mucho esfuerzo. ¿Estás bien?21/12/2014 at 19:08 #348537
NELLAParticipant-K.. Ki… Kira… -dijo finalmente con mucho esfuerzo. ¿Estás bien?
Kira respiró aliviada cuando oyó la voz del Mago, al menos no estaba sola.
-Estoy bien Aiwë -contestó- ¿Y vos estáis bien? … alguien os golpeó en Candur no tuve tiempo de pedir ayuda.. también me atraparon -Añadió Kira atropelladamente, estaba nerviosa y asustada.
-¿Quien es esta gente?… ¿Por que nos han secuestrado? -Algo le decía que esta situación no tenía que ver con ella. El Mago se había mostrado muy misterioso en Candur… ¿Por que desapareció la otra tarde de la posada?.. donde estuvo y con quien?… y que iban a hacer ahora?
-Aiwë… ¿vos no podéis hacer nada?…22/12/2014 at 2:24 #348613
Fenix-OscuroParticipant-Estoy bien Aiwë -contestó- ¿Y vos estáis bien? … alguien os golpeó en Candur no tuve tiempo de pedir ayuda.. también me atraparon
Pensó dos veces, la verdad es que no se sentía nada bien.
-He tenido mejores momentos, pero no te preocupes, no es la primera vez que he estado en situaciones similares, y aquí estoy.-¿Quien es esta gente?… ¿Por que nos han secuestrado?
No lo sé, pero por su forma de actuar diría que son mercenarios… Me pregunto si aquella babosa de Framburgo se habrá atrevido a mandar secuestrarme. -Kira no entendía nada de lo que decía el mago, pero Aiwë murmuraba más para él que para ella. Finalmente añadió- Creo que tú has sido solo una victima de un infortunio ajeno. Estabas en el momento y el lugar incorrecto y con la persona incorrecta…
-Aiwë… ¿vos no podéis hacer nada?…
Aiwë estaba casi sin fuerzas. Le costaba respirar y aún le dolía la cabeza y el estómago por los golpes de sus secuestradores. Casi perdiendo la noción del día y la noche, o directamente el tiempo, le respondió al fin.
-Sí, quizás… pero necesito recuperar fuerzas para poder hacer algo, y ahora que estoy aquí, quisiera investigar un poco a esta gente, es obvio que me buscaban a mí ¿pero para qué? ¿Quién estaba involucrado en esto? Espero encontrar las respuestas, y también mi vara.
24/12/2014 at 19:44 #348737
NELLAParticipantLas palabras del Mago no consiguieron tranquilizar a Kira,
Creo que tú has sido solo una victima de un infortunio ajeno. Estabas en el momento y el lugar incorrecto y con la persona incorrecta…
Eso era justo lo que se temía, Kira estaba pasando rápidamente del miedo a la indignación… ¿Por que se acercó a él en Candur?… ¿es que acaso no lo sabía ya?.. todos los Magos siempre andan metidos en líos y cosas oscuras… como ése gris, si no hubiera sido por ese Mago él aun estaría con ella… y ella no estaría ahí atada con otro Mago… y encima había perdido la vara.. ¿como iban a salir de ahí?.
Lo que mas amargaba a Kira era la incertidumbre de no saber si Elbaneg estaba vivo o muerto, la última vez que vio al Elfo fue en la Ciudad del Lago, él había decidido partir con el Rey del Bosque y el Mago Gris a la batalla de Erebor, las noticias que le llegaron después decían que lo habían visto luchar al lado del Mago Gris, pero nunca volvió y tampoco se encontró su cuerpo entre los cadáveres, el Mago también había desaparecido, le dijeron que había viajado hacia el oeste…
Intentó alejar de su mente esos pensamientos y pensar en como podrían escapar, ni siquiera sabía donde estaban, ¿Cómo estaría Nube, su caballo? … Baldric la echaría de menos al ver que ella no estaba pero sí su caballo… una ligera esperanza nació en ella, miró al Mago y dijo:
-Espero que no tardéis mucho en recuperaros28/12/2014 at 23:21 #348953
BattosayParticipant– Fueno, feñoref, aquí eftamof – anunció Battoin con la boca llena.
El mercado estaba cien veces más activo que la última vez que lo había visitado. Hombres del este habían montado sus puestos y los que no estaban vendiendo su mercancía, estaban vaciando la de los mercaderes nativos.
Battoin se quedó pensando en qué hacer, habían venido en amor y compañía pero tampoco se había parado a pensar por qué. Recién levantado le pareció buena idea. Ahora mismo no tenía nada claro por qué lo había hecho, tenía sueño y echaba de menos la cama de la posada. ¿Desde cuando dejaba una cama mullida por ir de compras?
No obstante, no siempre tenía la oportunidad de ver tales mercancías, seguro que encontraba algo interesante. Y si no, algún licor extranjero que probar. Battoin era un firme defensor de que acercar culturas delante de una copa era la mejor forma de evitar conflictos. Lo difícil era calcular el número de copas.
– Creo que voy a ver si encuentro algo interesante por ahí, parece que la caravana esta ha traído de todo. Si vendéis eso por más de cinco monedas de oro, espero que invitéis a algo.
Se despidió del resto de la compañía y se fue a buscar el puesto de licores. Aunque antes se intentaría encontrar el de bebidas isotónicas, la noche de ayer le empezaba a pasar factura. Y no quería a ninguna elfa riéndose de lo poco que aguantaban los enanos. Dos veces en una semana, con la misma elfa además, sería demasiado.
29/12/2014 at 18:43 #348985
lordnazgul9ParticipantEn cuanto la compañía entró a la plaza de Dáin, Nír suspiró de satisfacción. Estaba de regreso en la ajetreada vida del mercado y el demandante trabajo en los metales.
-Aquí estamos al fin todos, Kibil-Dûm, la última ciudad de las Montañas Grises, fundada por Thorin I del linaje de Durin-presentó Nír.
El mercado estaba mucho más concurrido de lo normal, y en numerosas esquinas de la plaza, varios grupos de Hombres del este montaban ferias encima de donde usualmente se detenían los vendedores ambulantes.
Nír se acercó con el carro a un enano de barba rojiza que salía de la taberna en dirección a una gran aglomeración de enanos frente a la estatua de Dáin I.
-Ah, Nír! Amigo mío-saludó el enano pelirrojo.
-¿Qué huargos ha ocurrido en la ciudad mientras no estaba, Rórin?-preguntó Nír. Los demás miembros de la compañía le seguían el paso lentamente.
-Los herreros se están haciendo ricos, sobretodo Flóin Manomartillo. Han llegado frenéticamente un montón de orientales sin explicación y no sabemos que buscan aparte de joyas, pero están montando sus propios puestos para vender al menos en esta plaza. Pronto tomarán las otras, pero los enanos estamos encantados de hacer negocios con ellos-dijo Rórin. -El vino de Rhûn no es tan malo.
-¿Vienen al mando de alguien?-preguntó Nír. Yaiwen, la elfa, se detuvo por un instante.
-No tengo idea. Pero ahora los enanos están reunidos en la plaza con un representante de los orientales. Los que no van a comprar joyas forman alianzas con los comerciantes.
-De ahí te alcanzo, Rórin, tengo que explicarle mis negocios a un amiguito-dijo el enano rubio, y, despidiéndose de la compañía, se fue con Baelim en dirección hacia donde estaba «El Herrero Encabronado».Afortunadamente no había ningún oriental tratando de abrir la tienda, pero habían unos cuantos mirando el letrero, que incluso no encendido era lo suficientemente llamativo. Nír se bajó del carro dando la vuelta a la tienda, y le señaló a Baelim un poste donde podía sujetar al caballo de Kira. El enano sacó su llave y abrió la puerta. En pocos minutos «El Herrero Encabronado» ya había abierto de nuevo y estaba propiamente destacado.
30/12/2014 at 17:40 #349026
NELLAParticipantKira estaba empezando a desesperarse, le dolía todo el cuerpo, sobre todo las muñecas y los tobillos debido a las ataduras, tenía hambre y sed… sobre todo sed.
Miró al mago… llevaba mudo horas, parecia dormir. Aiwë… -le llamó-… ¡Aiwë!..no obtuvo respuesta.
Le llegaban sonidos y murmullos de voces lejanos, ¿donde estaban?… ahora que sus ojos se habían acostumbrado a la oscuridad podía ver la habitación donde se encontraban, también gracias a la luz que se filtraba por las ventanas aunque estaban cerradas, prestó oidos a los ruidos de fuera, no estaban en un lugar aislado… podía oir cascos de caballos y ruidos de carros y también voces humanas… era como… como los ruidos de una ciudad
Tenía mucha sed… ¿que podía hacer? … se incorporó en el jergón donde estaba tumbada y trató de ponerse en pie, dando saltos llegó a la ventana y empezó a golpearla con el hombro mientras gritaba
-¡¡SOCORRO¡¡… ¡¡AUXILIO!!30/12/2014 at 17:50 #349027
Fenix-OscuroParticipantEn eso alguien abrió la puerta y estaba a punto de abofetear a Kira cuando una voz autoritaria y grave como un trueno en medio de la tormenta cesó lo que nunca llegó a pasar.
-¡LARGO! -la puerta se cerró y Kira estaba asustada.- Sé como te sientes, pero aún no podemos hacer nada. Necesito algo más de tiempo hasta que sea capaz de usar la mitad de mi fuerza, pero no temas. Ahora quedate como si no hubieras hecho nada.La chica hizo caso al mago y cuando estuvo cerca le dijo unas palabras en quenya, era un viejo truco para engañar al estómago.
-Confía en mí, he pasado situaciones peores. Pero incluso nosotros, los que venimos del oeste, tenemos dificultades. Cuando recupere algo más de fuerza, la balanza girará a nuestro favor. Pero se paciente por favor.
Gritando solo lograrás que te hagan daño.Dicho eso el mago volvió a caer en estado de inconciencia temporal.
30/12/2014 at 22:20 #349050
JRM-008ParticipantCuando llegó a Kibil-Dum, Rírian fue directo a varios pequeños puestos para observar sus productos sin mucho interés. Había dejado a su caballo en los establos y se había encargado de que Nube estuviera en buenas condiciones. Después de una media hora, decidió que le apetecía toma un trago y buscó una posada. De repente le entró la curiosidad y sacó de nuevo el medallón caminó hacia la posada mirando fijamente la joya, pero no se dio cuenta de que dos hombres flanqueaban la puerta. Se chocó con uno de ellos y se le calló el medallón al suelo. Fue a recogerlo, pero los guardas ya lo habían visto.
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