A continuación podéis descubrir lo que pasó el 11 de noviembre en la Tierra Media creada por J.R.R. Tolkien.

Continuamos con la sección ‘Hoy en la Tierra Media’ con una jornada en la que un honrado saqueador decidió dar un paso hacia adelante e intentar resolver la difícil situación en la que se encontraban él y sus amigos. Os recordamos que todas estas fechas se corresponden con el Calendario de la Comarca o con otros calendarios de la Tierra Media (como el Cómputo del Rey o el Cómputo de los Senescales) y no con el calendario gregoriano (ver nota), y que todas proceden de diferentes libros y textos de J.R.R. Tolkien como ‘El Hobbit‘, ‘El Señor de los Anillos‘ (incluidos los Apéndices), los ‘Cuentos inconclusos‘ o los Manuscritos Marquette, y de otros libros de estudiosos de la obra del Profesor como el ‘Atlas de la Tierra Media‘ de Karen Wynn Fonstad, ‘El Señor de los Anillos. Guía de Lectura‘ de Wayne G. Hammond y Christina Scull, y ‘The History of The Hobbit‘ de John D. Rateliff.

Esto fue lo que pasó en la Tierra Media el 11 de noviembre, o el 11 de Blotmath según el Calendario de la Comarca.

 

Año 2941 de la Tercera Edad del Sol:

* Los cuervos informan a Thorin de que Dáin está a dos días de Valle (ver nota 2).

* Bilbo deja la Montaña Solitaria y entrega la Piedra del Arca a Thranduil y Bardo.

* De vuelta a la montaña, Bilbo se encuentra con Gandalf.

 

(Pinchad en las imágenes para verlas a mayor resolución)

(Thorin y Roäc, por el artista canadiense John Howe)

«Las cosas siguieron así por algún tiempo hasta que los cuervos trajeron nuevas de que Dáin y más de quinientos enanos, apresurándose desde las Colinas de Hierro, estaban a dos días de camino de Valle, al nordeste.

—Mas no alcanzarán indemnes la Montaña —dijo Roäc—, y mucho me temo que habrá batalla en el valle. No creo que convenga esa decisión. Aunque son gente ruda, no están preparados para vencer a la hueste que os acosa; y aunque así fuera, ¿qué ganaríais? El invierno y las nieves se dan prisa tras ellos. ¿Cómo os alimentaréis sin la amistad y hospitalidad de las tierras de alrededor? El tesoro puede ser vuestra perdición, ¡aunque el dragón ya no esté!

Pero Thorin no se inmutó.

—La mordedura del invierno y las nieves la sentirán tanto los hombres como los elfos —dijo—, y es posible que no soporten quedarse en estas tierras baldías. Con mis amigos detrás y el invierno encima, quizá tengan una disposición de ánimo más flexible para parlamentar.

Esa noche Bilbo tomó una decisión.”

(‘El Hobbit‘, capítulo 16: Un ladrón en la noche).

 

(Bombur, por el artista estadounidense Jeff Lee Johnson)

“—Eres una buena persona, señor Bolsón, y aceptaré con gusto tu ofrecimiento. Si ocurre algo grave, llámame primero, ¡acuérdate! Dormiré en la cámara interior de la izquierda, no muy lejos.

—¡Lárgate! —dijo Bilbo—. Te despertaré a medianoche, para que puedas despertar al siguiente vigía.

Tan pronto como Bombur se hubo ido, Bilbo se puso el anillo, se ató la cuerda, se deslizó parapeto abajo, y desapareció. Tenía unas cinco horas por delante. Bombur dormiría (podía dormirse en cualquier momento, y desde la aventura en el bosque estaba siempre tratando de recuperar aquellos hermosos sueños); y todos los demás estaban ocupados con Thorin. Era poco probable que uno de ellos, aun Fili o Kili, se acercase al parapeto hasta que les llegase el turno.

Estaba muy oscuro, y al cabo de un rato, cuando abandonó la senda nueva y descendió hacia el curso inferior del arroyo, ya no reconoció el camino. Al fin llegó al recodo, y si quería alcanzar el campamento tenia que cruzar el agua. El lecho del río era allí poco profundo pero bastante ancho, y vadearlo en la oscuridad no fue tarea nada fácil para el pequeño hobbit.”

(‘El Hobbit‘, capítulo 16: Un ladrón en la noche).

 

(Bilbo entrega la Piedra del Arca a Bardo y Thranduil, por la artista finlandesa Ulla Thynell)

«—¡Podéis verla! —dijo Bilbo—. ¡Aquí está! —y puso ante ellos la Piedra del Arca, y retiró la envoltura.

El propio Rey Elfo, cuyos ojos estaban acostumbrados a cosas bellas y maravillosas, se puso de pie, asombrado. Hasta el mismo Bardo se quedó mirándola maravillado y en silencio. Era como si hubiesen llenado un globo con la luz de la luna, y colgase ante ellos en una red centelleante de estrellas escarchadas.

—Ésta es la Piedra del Arca de Thráin —dijo Bilbo—, el Corazón de la Montaña; y también el corazón de Thorin. Tiene, según él, más valor que un río de oro. Yo os la entrego. Os ayudará en vuestra negociación. —Luego Bilbo, no sin un estremecimiento, no sin una mirada ansiosa, entregó la maravillosa piedra a Bardo, y éste la sostuvo en la mano, como deslumbrado.

—Pero ¿es tuya para que nos la des así? —preguntó al fin con un esfuerzo.

—¡Oh, bueno! —dijo el hobbit un poco incómodo—. No exactamente; pero desearía dejarla como garantía de mi proposición, sabéis. Puede que sea un saqueador (al menos eso es lo que dicen: aunque nunca me he sentido tal cosa), pero soy honrado, espero, bastante honrado. De todos modos regreso ahora, y los enanos pueden hacer conmigo lo que quieran. Espero que os sirva.

El Rey Elfo miró a Bilbo con renovado asombro.

—¡Bilbo Bolsón —dijo—. Eres más digno de llevar la armadura de los príncipes elfos que muchos que parecían vestirla con más gallardía. Pero me pregunto si Thorin Escudo de Roble lo verá así.”

(‘El Hobbit‘, capítulo 16: Un ladrón en la noche).

 

Bilbo y Gandalf, según el artista belga Jordy Lakiere

(Bilbo y Gandalf, por el artista belga Jordy Lakiere)

«Cuando atravesaron el campamento, un anciano envuelto en una capa oscura se levantó de la puerta de la tienda donde estaba sentado y se les acercó.

—¡Bien hecho, señor Bolsón! —dijo, dando a Bilbo una palmada en la espalda—. ¡Hay siempre en ti más de lo que uno espera! —Era Gandalf.

Por primera vez en muchos días Bilbo estaba de verdad encantado. Mas no había tiempo para todas las preguntas que deseaba hacer en seguida.

—¡Todo a su hora! —dijo Gandalf—. Las cosas están llegando a feliz término, a menos que me equivoque. Quedan todavía momentos difíciles por delante, ¡pero no te desanimes! Tú puedes salir airoso. Pronto habrá nuevas que ni siquiera los cuervos han oído. ¡Buenas noches!”

(‘El Hobbit‘, capítulo 16: Un ladrón en la noche).

 

(*) Nota importante: Aunque el Calendario de la Comarca no coincide con el calendario Gregoriano (hay una diferencia de 10 u 11 días entre uno y otro dependiendo del día en el que se celebre el solsticio de verano), hemos decidido publicar los acontecimientos según su fecha original y no adaptar las fechas a nuestro calendario (de hacerlo, el 25 de marzo del Calendario de la Comarca sería nuestro 14 ó 15 de marzo). Nos parece lo más lógico no solo para evitar confusiones sino para mantener la coherencia con el hecho de celebrar el Día Internacional de Leer a Tolkien el 25 de marzo (fecha en la que se derrotó a Sauron) y el Día Hobbit el 22 de septiembre (fecha de los cumpleaños de Bilbo y Frodo).
 

(*) Nota 2: A diferencia de lo que ocurre con ‘El Señor de los Anillos‘, no hay una cronología completa de los acontecimientos de ‘El Hobbit‘. En los libros de Tolkien apenas se dan unas pocas fechas (que Gandalf visitó a Bilbo el 25 de abril, que Gandalf, Bilbo y los enanos partieron de Rivendel el Día de Año Medio, que Bilbo y los enanos llegaron a Esgaroth el 22 de septiembre y que Bilbo volvió a Bolsón Cerrado el 22 de junio). La cronología que seguimos es una aproximación que se basa principalmente en esas fechas, en las fechas del intento de Tolkien de crear una cronología en su revisión de ‘El Hobbit‘ y aportadas por John D. Rateliff en su libro ‘The History of The Hobbit‘, en la narración del libro y en la cronología realizada por Karen Wynn Fonstad (una cronología basada únicamente en una estimación del tiempo que le llevó a la compañía recorrer las distancias entre unos puntos y otros).

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