Zona de rol – Fichas de personajes
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Elfo_Negro.
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01/03/2015 at 19:25 #353628
Dain-IParticipantNOMBRE:Berilack Bolge
RAZA:Hobbit (de la Comarca)
DESCRIPCIÓN:Pelo oscuro recortado,ojos negros,tez blanca algo bronceada por pasar tiempo del dia en el huerto, trabajando,es un hobbit fuerte y ágil, inteligente,muy avispado y,a diferencia de otros hobbits,le encanta las aventura y lleva botas. Le encanta beber y comer caliente todos sus comidas,(Contando con el segundo desayuno).
Historia: Nació en la comarca en el 2947 de la Tercera Edad, solia ir a la casa del señor Bolsón para que le contara sus historias del viaje con los enanos. Esto fue lo que fascino al niño a hacer pequeñas escapadas para buscar elfos, lo que llevaba a una reprimenda de su padre. Su padre hacia joyas, las mejores de las Cuatro Cuadernas se decía, pero un dia llevando un cajamento fue atacado por unos bandidos y falleció. No se supo que hacían los bandidos tan cerca de Hobbiton se tomaron medidas, pero ya era tarde para su padre. Antes de partir su padre a su aciago final le ragalo una daga de rubí puro, para que se protegiese cuando el no esté.
Ahora a la edad de treinta años decidió viajar al norte, de aventuras , buascando elfo y enanos.15/03/2015 at 13:11 #354095
NarradorParticipantZamîn
Nacimiento. Año 2916 de la Tercera Edad (27 años)
Hija de un corsario de Umbar, cuando apenas tenía cinco años el barco de su padre fue abordado por otro pirata rival. La tripulación entera fue asesinada y su padre torturado ante ella antes de ser arrojado al mar. Sólo su madre y ella conservaron la vida.
Durante más de un año sirvieron a la tripulación. Ella, como sirvienta, su madre, como entretenimiento. Una noche, aprovechando un atraque en pequeño puerto, su madre consiguió que ella escapase del barco.
Durante años sobrevivió como pudo, aprendiendo a luchar como un hombre. Su habilidad le granjeó fama, comenzando a trabajar como guardaespaldas de algunos mercaderes ricos. Al mismo tiempo que su habilidad crecía, lo hacía ella también. Se convirtió en mujer y descubrió cómo hacer que los hombres sucumbieran a su voluntad. Aprendió a seducirlos, tanto por interés como por diversión.
Cuatro años atrás tuvo su último trabajo como guardaespaldas. Un rico mercader recién llegado, receloso de su seguridad. Ella descubrió su verdadera identidad, el antiguo corsario que la había secuestrado. Se valió de todas sus armas para alcanzar su venganza.
Ese día, a solas con el cadáver del corsario, rodeada de toda su riqueza, descubrió su sangre de pirata. No sería jamás como esos malditos corsarios, pero desde ese momento se dedicaría a buscar tesoros por toda la Tierra Media.16/03/2015 at 13:51 #354122
aratirModeratorFaerin, El de las Pieles.
Nacimiento: Año 2911 de la Tercera Edad (32 años)
Faerin es un mercader de aspecto afable, cara sonriente, de unos 1,80 cm, ojos negros y cabello rubio, atado a una coleta. Se le puede encontrar en cualquiera de los mercados de las villas de Helkanor donde es conocido como El de las Pieles, famoso por el curtido de sus pieles. A veces pasa temporadas en otros lugares de la Tierra Media, como Ciudad del Valle.
Sus padres, Arald y Arein, eran habitantes de Tharbad, descendientes de los antiguos Dunedain de Cardolan que aún persistían en el valle de Gwathló. Tharbad había sido, desde la caída de Cardolan, una decadente ciudad que se gobernaba de forma autómata. Sin embargo, cuando Faerin tenía solo un año, unas terribles inundaciones, que siguieron al Cruel Invierno de 2912, cuando Eriador fue atacada por los lobos blancos, devastaron el lugar y sus padres y los pocos supervivientes se convirtieron en errantes.
Arald acabó siendo un buen montaraz y a veces pasó largas temporadas con los Montaraces del Norte mientas que su esposa Arein, se convirtió en una experta en el curtido de pieles, conocimientos que había adquirido de sus antepasados. De ahí que Faerin acabara siendo tanto montaraz como mercader de pieles, pasando el año habitando distintos lugares del norte de la Tierra media, especialmente Ciudad del Valle, Framburgo, Kibil-dûm y Candur, aunque a veces se aventura a ir más abajo, hacia Rivendel, o incluso Rohan y Minas Tirith. Es amante también de las aveces rapaces, por lo que no es extraño verle acompañado de alguna de ellas.
10/05/2015 at 21:03 #355333
Elfo_NegroParticipantuna nueva imagen de Dulvak:
(lo de las botas amarillas es, evidentemente, un homenaje a ese entrañable y alegre sujeto,
de chaqueta azul brillante y botas amarillas,…)
.
🙂
27/08/2015 at 16:20 #357903
pablouyParticipantNombre: Beregond
Raza: Dunadan del Sur
Nacimiento: 2918 T.E.
Armas: Arco y espada
Descripcion:
Como todo Dunadan de Gondor, Beregond posee el cabello oscuro y ojos de color gris asi como una altura acorde a su descendencia Numenoreana
A pesar de su joven edad, posee varias cicatrices en sus brazos fruto de las muchas escaramuzas con orcos cerca del Morannon y las landas de Ered Lithui.
Sus habilidades con el arco se han ido perfeccionando ya que al tener pocos hombres toman mas acciones de «guerrilla», golpeando caravanas de Hombres y orcos por igual; convirtiendose en el mejor tirador de la compañia.
Hombre de pocas palabras, lento para la cólera y mas aún para la piedad.
Porta un pendiente de plata del cual cuelga una esmeralda verde brillante, regalo de su fallecida madre antes de partir a la guardia del Morannon; según ella regalo de un señora elfa desconocida hace muchos años a sus antepasados de las tierras de Lebennin, la cual brillaba con mayor luz en momentos de abatimiento iluminando su ya cansado ánimo.Historia:
Nacido en los campos a la orilla del Rio Erui en el año 2918 de la Tercera Edad, hijo único de un soldado de la guardia del senescal y una simple granjera; heredaría de su madre el amor por los campos verdes y la paciencia; y de su padre la fuerza para blandir un arma y su taciturna conducta.Elegido por su padre a la edad de 15 años para acompañarlo a la compañia de montaraces de las puertas del Morannon donde había sido enviado; pronto se convertiría en hombre al quedar huérfano de padre en una de las primeras escaramuzas con orcos que intentaban adentrarse en Mordor.
Viendo un incremento en las fuerzas del enemigo, Beregond decide tomar camino a Minas Tirith y tomar consejo del senescal Turgon hombre viejo y debil y su hijo Ecthelion II, quienes le aconsejan dirigirse al norte donde ocurrio no hace mucho una gran batalla entre hombres, elfos, enanos y orcos, en búsqueda de aliados para fortalecer la ya debil vigilancia de las puertas del Morannon.Con pocas esperanzas y menores deseos de separarse de su cada vez mas debil tierra, parte al norte con cartas de pasaje, visitando la ciudad del lago y viendo en primera persona los ecos de la destrucción del gran dragon Smaug asi como de la batalla de los cinco ejercitos.
Poco y nada de recursos puede conseguir de una tierra que esta en plena recuperacion de tan gran acontecimiento, por lo que contra el deseo de su corazon sigue camino mas al norte, a tierras inexploradas o poco conocidas llevando consigo solo el deseo de volver cuanto antes con aliados dignos de la defensa de su tierra.
03/11/2015 at 18:04 #359840
Elfo_NegroParticipantHa caido en mis manos un texto que habla de Dulvak, estaba en lengua común y yo diría que data de principios de la 4a Edad, lo firma Findegil, pero después de estudiarlo bien, yo diría que no deja de ser uno de esos pseudo-Findegil que tanto abundaron en los siglos III y IV. Lo he resumido un poco y le he quitado algunas partes que pecaban de una pedantería horrorosa, ya sabeis, ese estilo cancilleresco con aspiraciones artísticas típico de la 4a edad. No se si lo que dice es cierto o no (no se yo qué fuentes pudo haber tenido un tipo del siglo III de la cuarta edad para dar toda esa precisa información), yo diría, (aunque es cierto que en esa época eso no estaba de moda), que es pura ficción; pero vamos, por si a alguien le interesa, os lo pego.
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Al principio, cuando Eä tomó forma fruto del canto de Eru y los ainur, él apareció. Surgió como un viento, como una sombra, en lo que luego sería el sur de Hildorien, cerca de Almaren, donde, en la primavera de Arda, vivirían los valar. Pero al principio, antes de los kelvar, antes de los olvar, antes de los valar, antes de la Luz y antes de la Oscuridad, estaba él.
Vagó en un mundo sin tiempo y se hizo preguntas sin usar palabras, se preguntó ¿Soy? Se preguntó ¿Por qué soy? Y luego vinieron los demás y, lentamente, Arda se fué llenando. Al principio prefirió a los olvar pero, a medida que iba entendiendo a los kelvar también los fué amando. Le gustaba Yavana, porque hacía crecer a los olvar; y también le gustaba Ulmo, con sus fuentes, sus rios y el gran mar.
En la edad de las lámparas vivió solo en las selvas de Harad pero, de vez en cuando, visitaba a los valar, a los que apreciaba y de los que aprendía, le gustaba escuchar las historias que hablaban de Eru y del canto. Les preguntó quién era él y por qué era, pero no supieron contestarle, porque hay cosas que ni siquiera los valar saben, porque hay partes del canto que sólo pertenecen a Eru y sólo él conoce.
Con el trancurrir de los milenios aprendió de la sabiduría de los valar y de las leyes de Arda y llegó un momento que casi nada lo diferenciba de los que habían sido alguna vez los ainur del canto, casi nada, salvo un detalle, Dulvak aun no había tomado cuerpo, seguía siendo un espíritu, un álito que se desplazaba sinuoso entre los troncos rugosos de los árboles y entre la hierba fresca de las interminables praderas.
Pero su amistad con los valar le indujo a desear tener cuerpo, como ellos, y de ellos aprendió como conseguirlo, cómo modificar su naturaleza. Y fué entonces cuando todo se precipitó: uno de los valar, uno malvado y oscuro, uno envidioso y estúpido, derribó las lámparas e hizo que todo cambiara, cambió Arda y los valar se fueron al Oeste. Invitaron a Dulvak pero él no los siguió, prefirió quedarse en su hogar, en sus bosques, en sus montañas, perfirió seguir escuchando el rumor de las fuentes y los rios.
Primero en la oscuridad y luego a la pálida luz de las estrellas vivió durante milenios en Arda, olvidó su antiguo proyecto de tomar cuerpo y viajó a lo largo de toda la Tierra. En ocasiones se sentía solo porque, aunque amara a los habitantes de la Tierra Media, tanto a los que tenían raices como a los que vagaban libremente, echaba de menos hablar con alguien. Así que, en alguna ocasión, emprendía el largo viaje hacia Aman, andando sobre el hielo de Helcaraxe, y allí visitaba a Manwë y a otros de los Poderes, y allí vió la luz de los árboles,… pero nunca se demoraba mucho tiempo lejos de su hogar, sentía que su Destino estaba ligado a la Tierra Media y algo lo atraía ahí con fuerza.
Luego vinieron los primogénitos y los segundos. Le gustaron enseguida, sobre todo los atani, por sus ganas de vivir, de conocerlo todo, y porqué, pese a su fragilidad y a su naturaleza efímera, parecían capaces de grandes actos. De modo que, al poco de encontrar a los hombres, decidió que había llegado el momento de tomar forma, y de ellos la copió: acordándose de las viejas palabras de los valar y, tal como ellos hicieran antes, usó buena parte de su poder en transformar lo que hasta ese momento no era sinó espíritu, en un cuerpo, en una forma. Conjuró a los Cuatro Elementos para que le otorgaran un cuerpo incorruptible y saludable; resistente, fuerte y ágil. Al hacerlo perdió mucho de su antiguo poder; conservó el suficiente para, quizá, volver a recuperar su no-forma pero sabiendo que si lo hiciera, sería para convertirse en un espíritu menor, privado de todo poder. Así, Dulvak se ató a la materia, pero en todos los milenios que estaban por llegar, jamás se arrepintió de su decisión: ahora sentía más que nunca su relación con Arda y, como recordaba todo lo aprendido en su antigua vida, comprendía mejor que nadie todo lo que formaba parte del Mundo.
A lo largo de las edades que se sucedieron convivió con Hombres y Elfos, con Enanos e incluso con Orcos pero, la mayor parte del tiempo, vivió solo, vagando por bosques rebosantes de vida, por altas montañas nevadas y por ámplias praderas.
(esta imagen birriosa acompañaba al texto, es algo entre estilo Eldarion y el kitsch más espantoso).Con el transcurso de los siglos aprendió muchas cosas e incluso encontró a alguno como él, pero nunca supo desvelar el Destino que le estaba asignado.
Su corazón nunca fué completamente humano, aunque de los hijos de Ilúvatar, era a los Segundos Venidos a los que más se parecía.
Sí, se parecía a los humanos, pero su corazón era más frio y, aunque le hubiera gustado, era incapaz de compartir sentimientos tan importantes para los Atani como la compasión (un ser que jamás se ha visto atacado por el miedo, y al que el frio, el hambre, el dolor,… aun no serle ajenos son sólo algo diluido que apenas siente, difícilmente sentirá piedad por quien está afectado por tales cosas), sin embargo sí era sensible a las grandes cuestiones morales, sabía lo que estaba bien y lo que estaba mal, y sabía que había nacido para servir al Bien.
Jamás luchó en guerra abierta, alineado con los hijos de Ilúvatar, contra al Mal; limitaba su papel a observar, a dejar que las edades se derramaran, como arena encerrada en vano en un puño. Su acción se centraba en el pequeño mundo que lo rodeaba y, en ocasiones, frenaba las “malas” acciones de los servidores de los Señores Oscuros que (al realizar alguno de sus muchos actos infames) tenían la poca fortuna de toparse con él.
Su poder había disminuido mucho, es cierto, pero aún conservaba el suficiente para, junto a la sabia aplicación de los muchísimos conocimientos recopilados de Valas, elfos, hombres, enanos, dragones,… convertirse en un enemigo poco común y al que, con el paso de los siglos, se aprendió a temer de manera instintiva.
Él era Dulvak, el que nació con Arda, el que a lo largo de los milenios había adoptado innumerables nombres, acumulado infinitos conocimientos,… el que seguía sin saber cual era su Destino.
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