Helkanor – Torneo de Framburgo
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26/01/2015 at 19:38 #350324
NeumeModeratorLos tres estaban estupefactos ante la escena. Por un momento Yaiwen temió que Battoin no hubiese recuperado la cordura del todo, pues unas horas antes estaba gateando comportándose como un bebé humano. Pero entonces habló y parecía que sus palabras eran coherentes, aunque no podía decir lo mismo de sus actos.
Iba a bajar del caballo cuando se percató de que el retenido la miraba fijamente. «Maldición Battoin. ¡Entrometido!». Había conseguido capturar a uno de los hombres de Îbal. Se mantuvo sobre la montura y no se quitó la capucha.
-¿Qué haces con ese hombre? ¿Qué mal te ha hecho para que le tortures a base de cosquillas? Anda, déjale ir que nos vas a causar un problema, y siempre nos toca sacarte de ellos. Por cierto, ese caballo… -añadió mientras miraba a Rírian frunciendo el ceño.
26/01/2015 at 21:27 #350327
JRM-008ParticipantPor cierto, ese caballo… -añadió mientras miraba a Rírian frunciendo el ceño.
Rírian se quedó estupefacto al reconocer a su querida montura junto con Battoin. Cerró los ojos, tratando de mantener la calma. Aquel hombre tenía una habilidad extraordinaria para cabrear al montaraz…
– Battoin, ¿puedes explicarme que **** haces con mi caballo? Porque de lo contrario
27/01/2015 at 22:48 #350368
BattosayParticipantBattoin se llevó las manos a las orejas y cayó al suelo arrodillado de dolor.
– ¡Por el DRAE, el María Moliner y el Panhispánico de Dudas! – gritó adolorido – ¡Un poco de cuidado, por el amor de Yavanna! Tengo los oídos muy delicados, dadme las hostias que queráis, pero esas haches fuera de sitio sí que provocan una onda expansiva.
Con esfuerzo se fue levantando con los oídos tadavía zumbándole. Le dolía la cabeza y le costaba mantener el equilibrio, pero pudo ponerse de nuevo en pie.
– En fin… ¿El caballo es vuestro? Yo pensaba que era un autoservicio, que cada uno cogía una cuando le hacía falta – dijo encogiéndose de hombros. – Bueno, podéis llevároslo. Que sepáis que las manchas de la tapicería se las hicieron en los establos.
La última frase la dijo sin demasiada convicción. Rápidamente se giró hacia Yaiwen para responderle a ella también.
– Aquí el amigo y sus felices compañeros me han hecho los chichones y moratones que llevo más frescos. Así que ya véis, tengo un asuntillo que resolver. No obstante, es un hombre razonable y me he contado lo que necesitaba saber – les dijo. – Y, ya que estamos, vuestras sospechas eran ciertas, ellos se llevaron a Kira y mago de Candur. He oído que los magos son expertos en salirse de aprietos, pero creo que habría que darse prisa.
Cogió al oriental a hombros de nuevo y lo echó al carro.
– ¿Me acompañáis? Tengo un par de sitios que visitar.
29/01/2015 at 15:47 #350413
NeumeModerator-«¿autoservicio?» – dijo en voz alta Yaiwen. -Tenéis la cara más dura que un silmaril.
Que el mercenario hubiese hablado complicaba las cosas y él mismo se las había enredado más cuando Îbal se enterase que les había traicionado y por no aguantar las cosquillas… La medio-elfa estaba disfrutando solo de imaginar la cara que pondría el oriental. Pero ahora tenía que asegurarse que no le cogerían por sorpresa, o por lo menos intentarlo.
-Sí, creo que os acompañaremos, además, ya estamos muy cerca -dijo mientras se aproximaba aun subida en el caballo. -Alguien debería daros algunos consejos sobre normas para la buena convivencia, como por ejemplo no robarle el caballo a un compañero, o al menos -dijo en un tono solo audible para Battoin – que no te descubran después.
-Vamos entonces, compañeros. Veamos qué está ocurriendo en la ciudad. Tal vez Battoin quiera compartir algún detalle más con nosotros. ¿Os ha dicho cuántos son, o… quien los lidera?01/02/2015 at 18:32 #350494
JRM-008ParticipantRírian, que había recuperado su compostura, se volvió a Yaiwen.
– A mí no me importan cuantos sean, como si se me interponen cien mil soldados, voy a hacer que ese maldito oriental me las pague. Además, como dijo Baelim, unos niños hablaron de una guerrera sureña en el Torneo, y conocemos a una sureña que ha desaparecido por arte de magia. Yo estoy decidido a ir, pero con MI caballo.- dijo echándole una mirada significativa a Battoin.01/02/2015 at 20:05 #350496
NELLAParticipantKira estaba confinada en una habitación de la casa de Theod, aunque no tenía barrotes seguía siendo una celda, no la dejaban salir y estaba estrechamente vigilada por los siervos de Théod. Estaba pensando en que habrían hecho con Aiwë, aún tenía la esperanza de que la soltaran cuando acabara todo ese asunto que se traían con el mago, en ese momento abrieron la puerta y entró un siervo portando una gran bandeja con comida y bebida acompañado por uno de los secuaces de Théod
-Hora de comer muchacha -le dijo con un tono de burla en la voz -Será mejor que te lo comas todo vas a necesitar fuerzas para lo que te espera- añadió con una sonora carcajada.
Kira lo miró con cara de asco y no le respondió -Te traigo un mensaje de Théod -dijo- mañana está previsto el comienzo del torneo que abre la temporada y… ¿sabes quien será el luchador estrella?, aunque… mejor debería decir «luchadora»… jajajaja -Añadió con una risotada- A Théod le gustó como te batiste hoy y ha pensado que mañana tendrás otra oportunidad de lucirte en el coliseo… pelearás con los mejores luchadores… a muerte. -dicho esto salió de la habitación
A Kira se le heló la sangre en las venas01/02/2015 at 20:15 #350497
BattosayParticipantO al menos -dijo en un tono solo audible para Battoin – que no te descubran después.
¿Por qué nadie le creía cuando decía la verdad? En efecto creía que que los caballos era para alquilar y no propiedad de alguien en concreto. Era lo que pasaba cuando no se entraba muy a menudo en un establo.
– Me ha dicho que son quince en total – dijo mientras se sentaba en el carro. – Sólo nos quedan catorce. No me ha dicho cómo se llama el jefe, pero le he venido persiguiendo y lo reconocería en cualquier parte. En cuanto llegue a Framburgo me acercaré al Coliseo a hacerle una visita. Si queréis preguntarle vos, igual os dice algo.
Se fijó en que el oriental no le quitaba ojo de encima a la elfa, quizá era la primera que veía.
– Creo que habéis ligado, señorita.
La mirada de la elfa le indicó que no era momento de hacer bromas. La cara de Rírian tampoco era de simpatía, así que optó por hablar con Baelim.
– Bueno, ¿y qué os contáis? Os veo muy callado para ser un bardo, ¿no? ¿Os ha afectado el frío?
01/02/2015 at 22:08 #350499
TurinhorParticipantEl sardaukar tenía la mirada fija en la elfa, ¿acaso se conocían? Y al parecer Battoin había tomado sin permiso el caballo de Rírian.
-«Es magnífica la capacidad que tiene este hombre para buscarse problemas»- pensó.
Hablaban de rescatar a Kira que supuestamente estaba capturada por los orientales, pero para ello seguramente habría que enfrentarse a ellos y eso no era lo que Baelim deseaba. Aparte de ser peligroso no sería bueno para el negocio de los shuriken, principal motivo del viaje a Framburgo. Además quería conocer al poderoso jefe de los sardaukar e intentar amistarse con él.
Battoin se dirigió a Baelim.
– Bueno, ¿y qué os contáis? Os veo muy callado para ser un bardo, ¿no? ¿Os ha afectado el frío?
El oriental capturado prestó ahora la atención en Baelim. A juzgar por su mirada lo reconoció. (Baelim le vendió armas en Kibil-Dum).
-eh..,tienes razón, el frío me quita las ganas de conversar…- debía ser cauto porque el oriental lo estaba escuchando y tenía que dejar claro que no estaba en contra de ellos.- …¡Y más cuando oigo semejantes sandeces!, ¿qué pretendéis? luchar contra un contingente de letales asesinos sin pararos a pensar que sería mucho más sensato negociar con ellos, en vez de matarse estúpidamente?. Tienes que dejarlo libre y ofrecerle una indemnización.-
Baelim se dirigió al oriental
-Perdone señor el terrible malentendido que le han hecho sufrir. Creo que ya nos conocemos, y no hemos venido para enemistarnos con tu gente, sino para negociar diferentes cosas. ¿Nos puedes decir donde podríamos contactar con tu jefe o algún representante suyo?
El oriental maniatado respondió
-Si quieres hablar con el líder él contactará contigo primero, mientras debes ir a Theod. En cuanto a ti..- refiriéndose a Battoin-..Ninguna indemnización me servirá. Más vale que cojas el caballo y huyas de aquí si no quieres sufrir la más lenta de las muertes. Nadie que osa atacarnos vive para contarlo.
01/02/2015 at 22:36 #350500
BattosayParticipant– Jamás se me ocurriría atacarte si mi vida fianlizase de tan terrible manera. Ahora bien…
Battoin sacó de nuevo la pluma y volvió a hacerle cosquillas.
– ¡JAJAJAJAJAJAJAJAJA! ¡Maldito loco! ¡JAJAJAJAJAJAJAJAJA! ¡Para, para! ¡JAJAJAJAJAJAJAJAJA!
02/02/2015 at 3:00 #350502
Fenix-OscuroParticipantLos hombres cruzaron y siguieron buscando, el mago les seguía sin hacer ruido y prestando atención a todo lo que decían.
-Si ese maldito mago no aparece, estamos muertos
-¿Quién fue tan estúpido para dejar a ese mequetrefe de guarda?
-No sé, pero lo hecho, hecho está
-Cuando Théod se entere, nos cortará las cabezasLos hombres revisaban las habitaciones, una por una, pero no encontraron nada, necesitaba escapar y pronto, les hizo un sonido con su voz y los hombres miraron hacia atrás, no vieron nada, excepto una neblina color lavanda, pero debido a la oscuridad de lugar, parecía púrpura, sin darle mucha vuelta, el mago desarmó a los 2 hombres que lo buscaban, puños, golpes y gritos de dolor salían de la neblina y al poco tiempo, también los hombres, heridos y sin armas, acto seguido las espadas y escudos que llevaban los soldados, cayeron al piso y la neblina se desvaneció. Aiwë corrió a toda prisa regresando a la celda, pero no estaba Kira, solo el oriental muerto. Siguió avanzando sigilosamente, llegó a divisar una gran puerta negra, no muy lejos, supuso que era la salida, mientras se dirigía a ella, unos hombres se le interpusieron, intentando atraparle pero el mago que era más astuto, los dejó petrificados, exhalando un aire mortal frente a ellos.
Cayeron desmayados con el horror congelado en sus rostros. Sin más impedimentos, Aiwë descubrió que esa era definitivamente la salida, se sintió feliz de volver a respirar aire fresco y puro, y también sus ojos agradecieron que fuera la puesta del sol, le fue más fácil y agradable, acostumbrarse a la luz que si hubiese sido pleno día. Observando y comprobando que no habían moscas en los alrededores, se marchó rápidamente y se escondió en los arboles. Necesitaba encontrar comida y algo de descanso, no probaba bocado desde que lo raptaron. Y quería recuperar todas sus energías para el encuentro definitivo.
02/02/2015 at 18:32 #350504
NeumeModeratorElla ya sabía cuántos eran pero necesitaba fingir. -¿14? Jummm siguen siendo demasiados para nosotros.
Escucharon entonces a Baelim. Le sorprendía la repentina predisposición del bardo a apoyar a los orientales, pero Yaiwen no iba a desaprovecharlo. Tenía que hacerle ver al secuestrado una vez más que ella estaba de su parte – Creo que Baelim tiene razón –dijo echando una mirada curiosa al bardo. – Con esta gente además nunca se sabe; imaginaos que son guerreros adiestrados y despiadados, y nosotros… nosotros cualquier cosa menos eso.
“Theod” pensó. Qué necio había sido Îbal tratando con él, cuántas veces le había prevenido. Pero el oriental la mayoría de las veces se burlaba de ella preguntándole si eran sus dotes adivinatorias élficas.
En cuanto llegaran trataría de que el hombre de Îbal escapara y pudiera avisar a su jefe, y si eso no era posible, se apartaría de sus compañeros e iría ella en su busca directamente.Puso su mano encima de la que tenía Battoin agarrando la pluma –parad, por favor, me va a levantar dolor de cabeza con su escandalosa risa y ya debemos estar cerca.
-Entonces señor Baelim, ¿ya se conocen? –dijo mirándoles a ambos con interés.02/02/2015 at 19:44 #350511
TurinhorParticipantSe sintió aliviado cuando Yaiwen le dio la razón. Habría sido muy difícil convencer a los dos belicosos humanos para que no atacaran. De hecho no sabía qué harían al final.
-Entonces señor Baelim, ¿ya se conocen? –
-Se puede decir que sí. Estos orientales además de gente honrada son unos excelentes compradores.-
se acerco a Rírian y le dijo en voz baja -«Si no lo dejáis libre tendréis que deshaceros de él pronto, porque pasearse por Framburgo con un hombre amordazado no es muy buena idea.»-
Elevando el tono de voz dijo.
– En Framburgo buscaré a ese tal Théod, y vosotros dos podríais esperar un poco antes de cometer un grave error. En el coliseo suele haber espectáculos emocionantes y combates a primera sangre (no a muerte) entre luchadores libres que se recompensan con oro. De esa forma satisfacéis vuestros valientes ánimos mientras yo y Yaiwen intentamos llegar a un acuerdo razonable con esta gente. No sé si es cierto que tienen presos a nuestros «amigos», pero dejad primero turno a la palabra, y luego ya veremos si hay que echar mano de la espada, que espero que no sea así.-02/02/2015 at 22:35 #350516
BattosayParticipantBattoin resopló.
– Aquí Maese Sonrisas ha dejado muy claro lo que van a negociar conmigo. No obstante me habéis malentendido si pensáis que quiero pelea, voy a exigir una disculpa por la paliza que me han dado. Ellos decidirán qué viene después.
La noche caía ya sobre ellos y entraba en Framburgo. La ciudad era silenciosa en las afueras y no parecía haber demasiada gente con las calles.
Battoin cogió al oriental por la cabeza y lo golpeó con fuerza contra el suelo del carro, haciéndole perder el sentido.
– Bueno, así no molestará más – dijo bajándose del carro. – Vigilidad que no escape. El Coliseo está cerca y voy a ver si sus compañeros están por ahí. Rírian, ¿te vienes? No te voy a esperar.
Y tan pronto con dijo esto salió hacia el Coliseo.
02/02/2015 at 23:25 #350517
NeumeModeratorYaiwen y Baelim se quedaron al cuidado del aturdido oriental mientras los otros iban en busca de noticias sobre los secuestrados. Cuando se marcharon, buscó el pulso al mercenario. Sólo estaba inconsciente. Revisó entre sus pertenencias y sacó el mismo frasco que había usado con Battoin para espabilarle.
Le dió un par de golpes en la mejilla y le zarandeó agarrándole de los hombros. Al fin despertó entre quejidos.
-Baelim, si queréis conocer a su jefe, no veo otra manera más que dejando que él nos lleve, ¿no creéis? – Y añadió – Es posible que se pueda hacer negocios con ellos.
Era osada al plantear aquello, pero le parecía que Baelim era el único que podía atenerse a bien. Y no le sobraba el tiempo.02/02/2015 at 23:28 #350518
NarradorParticipantThéod caminaba solo por los callejones de Framburgo, había recurrido a todos sus contactos pero la noticia de que los Sardaukar estaban allí había llegado antes que él. Nadie quería hacer negocios con él ahora. Su única esperanza estaba en una cueva en las afueras y ahora se dirigía hacia allí. No creía que pudiera conseguir el dinero que le pediría Îbal, pero quizás sí pudiera convencer al oriental.
De repente sintió un fuerte dolor en el pecho que le dejó sin aire a la vez que perdía el equilibrio. Se sintió caer pero no notó el impacto contra el suelo. Por un momento no supo dónde se encontraba, tardó unos momentos en darse cuenta de que estaba suspendido boca abajo.
– Te dije que no quería imprevistos – escuchó que le decía una voz. – Yo te daba un mago, tú una fortuna. ¿Dónde está mi oro?
A Théod le costó enfocar la vista y reconocer a su interlocutor. Le había colgado de un balcón, a unos cinco metros de altura. Detrás de él veía dos figuras en el suelo, no supo si estaba vivos o muertos. Serían los dueños de la casa.
Sintió una fuerte bofertada en la cara que le hizo recuperar el sentido.
– ¡Te he hecho una pregunta! – dijo entre dientes.
– Ha, ha, ha… sido todo un malentendido – balbuceó Théod. – Compréndelo, es mucho dinero, necesito tiempo.
– Eso no formaba parte del trato y mis hombres me han contado el espectáculo que has montado con la mujer. Y me he cruzado con unos niños muy simpáticos de camino aquí. Interesante espectáculo habéis montado sin pagar una moneda. Como promotor de vuestra principal atracción creo que una comisión del 80% sería lo más justo, ¿no creees?
– ¿Ochenta? ¡Eso es más de tres veces los que vale una mujer! – respondió casi gritando. – No era eso lo que habíamos acordado.Îbal cogió un trozo de tela y se lo metió a Théod en la boca. Sin apartar la mano de su cara sacó un puñal con la otra, atravesando la mano izquierda de Théod con él y clavándola en el balcón. Théod soltó un aullido de dolor que se apagó en la mordaza de Îbal.
– Escúchame bien, mequetrefe. No tolero que escoria como tú se diriga a mí en ese tono. Ahora presta atención – soltó la mordaza y cogiéndolo por la pechera lo atrajo hacia él. – Mañana en cuanto salga el sol iré con mis hombres a visitarte a esa ruina que llamas Coliseo y tendrás el pago que habíamos acordado. Dos de ellos se quedarán allí hasta los combates, en cuanto cierres las taquillas contarás el dinero y se llevarán el 80%. Y reza para que no cambie nada más del trato. ¿He sido claro?
– Sí, sí… pero…
– ¡Silencio! No quiero oír nada más. Sabes lo que tienes que hacer, ahora: ¡Largo! – dijo mientras se daba la vuelta.
– ¿Pero cómo voy a soltarme de aquí?
– Es verdad, se me olvidaba.Îbal cogió un trozo de cuerda y la ató al brazo izquierdo de Théod. El otro extremo estaba sujeto a la barandilla del balcón.
– Tres metros de cuerda, casi seis hasta el suelo. ¿Cuanto dices que medías?
– ¡Espera!Îbal desclavó el puñal que apresaba la mano de Théod y cortó la cuerda de la que colgaba. Los gritos de Théod se oyeron por medio Framburgo. Primero, el puñal saliendo de su mano. Después, la caía. Al final, el hueso de su brazo partiéndose en dos.
Sus hombres lo encontraron inconsciente colgado de un brazo que apenas volvería a moverse. Antes de que llegaran las escasas fuerza del orden de la ciudad, ya lo habían llevado de vuelta.
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