No tenemos ningún ejemplo donde el sea elfo y ella humana. Esta el caso de Aegnor (Elfo) y Andreth (humana) que aparece en el libro “El anillo de Morgoth” ella estaba enamorada del elfo pero este solo se dedicaba a luchar contra Morgoth. No he leído dicho relato así que poco mas puedo decir espero que algunos de los eruditos de la pagina te respondan mejor

Creo que @Neume atina con lo de en este tema hay un poco de machismo. No se va a sorprender nadie de eso en un escritor nacido en 1892.

Si nos fijamos un poco, Aragorn, Beren y Tuor (no quiero dejar pasar la oportunidad de decir, de nuevo, que a este tío le tocó la lotería sin más mérito que “estar ahí”) son grandes guerreros, de hazañas insuperables y noble corazón. Esas cualidades son muy similares a las de los grandes señores elfos, se podrían decir que las elfas se enamoran de esa grandeza. Caso similar el de Finduilas con Turin.

Si seguimos la misma regla de tres, se diría que los elfos buscarían lo que ellos entenderían por grandeza en una mujer elfa, pero en una humana. El mejor ejemplo que tenemos es Galadriel, sabia entre las sabias. La mayoría de las grandes damas elfas se nos presentan como de gran corazón, sabias, generalmente duchas en el arte de curar (aquí podemos hacer un paralelismo y reirnos un rato de Elrond XDDD). Quizá es que Tolkien no era capaz de imaginar una mujer humana que igualase en sabiduría a Galadriel, sin embargo, sí podía imaginar un humano que tuviera el valor de un elfo. Y, eso, admitámoslo, queda un poco feo.

Por otro lado, recogiendo lo que dice @Nirnaeth en el hilo que indica @Neume, la idea de Tolkien es que cada una de las posibles uniones sirviese al propósito de Eru, razón por la que serían tan escasas. En este caso, podemos tomar dos caminos. Uno, creernos que el resto de Arda era tan idílica (a falta de una palabra mejor que ahora no se me ocurre) y que no hu)biese realmente más uniones entre humanos y elfos. Dos, echarle un poco de realismo al tema e imaginar que, seguramente en el este y el sur, dónde la influencia de los Valar y el Destino (con mayúsculas) era menor y vivían más a su libre albedrío, seguramente habría habido más uniones de este tipo.

Yo me inclino por la segunda, no por realista, si no por todo lo contrario, me parece mucho más esperanzadora y humana.

Es cierto que es curioso que todos (muy escasos los que conocemos) los “matrimonios mixtos” sean elfa-humano. No sé si es algo deliberado por Tolkien o, simplemente, algo insconsciente. Que sea puro azar… lo dudo.

En ello creo que se mezclan varias cosas, un poco de machismo, un poco de clasismo-racismo (esas uniones son raras, “anormales”), bastante determinismo (Eru dirige esas uniones “antinatura”) y un mucho de visón idílica, asexuada y romántica, de su mundo. Cosas que, en general, creo que deben mucho a la literatura medieval.

El machismo solo no es suficiente para que ocurran esas uniones unidireccionales, de hecho, el machismo “puro” haría lo contrario, un ejemplo lo tenemos en la mitología griega, donde Zeus, Apolo, Dionisos, Poseidon… se hartan a tener sexo con humanas (algunas diosas se encaprichan de humanos, pero son muchas menos). Y eso ocurre en una sociedad muy machista, donde las mujeres apenas tienen espacio social.

Creo que la cosa viene de mezclar un machismo de bajo nivel con una concepción clasista (y intoxicada por el concepto del amor galante tipo medieval) de la sociedad.

En la literatura medieval (en que se glorifica el “poder”) el hombre aporta el linaje, sí, pero sobre todo, la fuerza y el poder guerrero; la mujer aporta el linaje y la belleza. La Belleza es algo efímero, por lo que, el sentido-común-guerrero, no sacrificará a ello su linaje. En cambio, una mujer sí puede rebajarse al contraer matrimonio con un guerrero de inferior linaje, si él es muy valeroso, porque ese valor, mediante la guerra y la conquista, suplirá al linaje en la consecución del “Poder”.
¿Se casa acaso Sigfrid, Tirant lo Blanc, Amadís,… con una campesina? Sin embargo una princesa sí se enamora de un guerrro sin un Gran título de nacimiento pero al que su valor personal hará ascender (Tirant, Lancelot,…)

En el mundo de Tolkien es evidente la importancia del Valor guerrero personal y del “linaje” (al estilo de las novelas medievales). Y su concepto asexuado del mundo permite que los habitantes de Arda no se “desmanden” (no como en “Tirant lo Blanc”, o en “El caballero de la carreta”, donde el sexo conquista imperios… y arranca enrejados, jejeje).

Sin embargo, como Tolkien no es tan machista como la sociedad relatada en las obras medievales, como describe a mujeres fuertes y sabias (no todas, claro, pero sí algunas), queda un poco raro el encaje con los patrones medievales de guerrero-dama.

Pero hay que tener en cuenta lo que dijo Aragorn en las casas de curación: ” Éomer puedo decirte que a ti te ama con un amor más verdadero que a mí: porque a ti te ama y te conoce; pero de mí sólo ama una sombra y una idea: una esperanza de gloria y de grandes hazañas, y tierras muy distantes a las llanuras de Rohan”.