El 15 de septiembre de 1977, hace hoy 40 años, la editorial británica George Allen & Unwin publicó ‘El Silmarillion‘, el primer libro póstumo de J.R.R. Tolkien editado por su hijo Christopher Tolkien.

Hoy, en 2017, tenemos la suerte de contar con todo un corpus tolkieniano que permite que nos adentremos en todos los resquicios de la obra del Profesor de Oxford, tanto en lo relacionado con su obra fantástica, como en su vertiente académica; pero no siempre fue así: durante mucho tiempo, todo lo que se podía saber sobre Arda pasaba por la lectura de ‘El Hobbit‘, ‘El Señor de los Anillos‘ y ‘El Silmarillion‘. De esta forma, ‘El Silmarillion‘ fue, durante mucho tiempo, un paso imprescindible para todos aquellos que querían saber más sobre el riquísimo mundo inventado por Tolkien, y que se insinuaba como algo profundo y de múltiples niveles cuando se leía, como máximo exponente de su obra literaria, ‘El Señor de los Anillos‘ o, en menor medida pero con suficiente fuerza como para ser conscientes de ello, ‘El Hobbit‘.

(Pinchad en las imágenes para verlas a mayor resolución)

(Ejemplar de la primera edición de ‘El Silmarillion‘ publicada por George Allen & Unwin el 15 de septiembre de 1977)

Pero ¿qué es ‘El Silmarillion‘? Para muchos, profanos en el tema, es  simplemente “un libro” (algunos lo dirán con la boca pequeña, sabiendo que hay algo más); “una novela”, dirán otros con desparpajo (sin haber leído la obra). Pero, qué es o deje de ser ‘El Silmarillion‘ no es fácil de comunicar, porque es muchas cosas. Si me atreviera a escribir una breve descripción, diría que es un conjunto de relatos interrelacionados, ambientados en el mundo de Arda, mundo creado por Tolkien con gran detalle y profundidad, en el que cuentan historias que ocurren a lo largo de miles de años, en distintas épocas y que está centrado en varios acontecimientos de la llamada Primera Edad, donde los Elfos ostentan el protagonismo principal, protagonismo compartido, en ocasiones, por algunos Hombres especiales. Pero, sin duda, con ello no haría sino rascar la superficie de  algo muy complejo y con muchas capas y que no pretendo explicar aquí.

(Beren y Lúthien ante Thingol y Melian en Menegroth, según el artista estadounidense Donato Giancola)

Uno de los puntos principales para entender qué es ‘El Silmarillion‘, y que nos interesa especialmente en una celebración como la que nos ocupa, es su génesis, su proceso de creación y posterior edición.

En su faceta de lingüista y a modo de juego, Tolkien disfrutaba inventado lenguas y, como filólogo, era consciente de la necesidad de un determinado contexto socio-cultural para la existencia y evolución de dichas lenguas. Así, el detonante que culminó en la creación de ‘El Silmarillion‘ (con su geografía, su historia, sus pueblos y razas,…) respondía a una necesidad lingüística a la que se sumó su interés por la mitología y los mundos fantásticos.

El Silmarillion‘ se empezó a gestar en 1917, cuando un joven John Ronald Reuel Tolkien, de 25 años, garabateaba en una libreta de notas los primeros esbozos de lo que, con el paso de las décadas, llegaría a ser un enorme conjunto de textos en diferentes estados de elaboración.

Todo este material, que había ido creciendo durante más de 50 años, ya con una estructura más o menos clara pero no definitiva, llegó a manos de Christopher Tolkien en 1973, al morir su padre.

Así, fue Christopher quien, tras la muerte de su padre, se encargó de la complicada tarea de convertir una enorme cantidad de material sin aún forma definitiva en una obra relativamente breve y con una estructura bien perfilada. La monumental labor de compilación y síntesis se hace evidente al comparar la redacción de ‘El Silmarillion‘ con otras obras que recogen el texto con voluntad de fidelidad filológica, como puedan ser las obras recogidas en la colección ‘Historia de la Tierra Media‘ o en obras editadas recientemente, como ‘Los hijos de Húrin‘ (que presenta una de las historias que aparecen en ‘El Silmarillion‘ más extensamente, en forma de novela).

(Morgoth y Fingolfin, según el artista canadiense John Howe)

Así, cuatro años después de la muerte de J.R.R. Tolkien, veía la luz ‘El Silmarillion‘, un libro fruto de décadas de trabajo del Maestro y una dura tarea de edición por parte de Christopher Tolkien. Un libro que ha sumergido a varias generaciones de lectores en un mundo fantástico, repleto de grandes historias, donde hemos conocido a personajes épicos y dramáticos, ciudades blancas de altas torres, bosques susurrantes, historias de amor, juramentos aciagos… En fin, ‘El Silmarillion‘.

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