
- Categoría: La Desolación de Smaug
- Etiquetas: El Hobbit, La Desolación de Smaug, peliculas
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Por fin hemos visto La Desolación de Smaug, la segunda película de la trilogía de El Hobbit que se estrena este viernes, y aquí tenéis la crítica de @Aragorn_II, libre de spoilers, asi que podéis leer sin temor.
–ACTUALIZADO (12 de Diciembre)- Como muchos habéis preguntado cómo es posible que viera la película dos días antes de su estreno, quería aclarar que la vi en el pase de prensa organizado por Warner Bros España. Y como pequeña anécdota, tengo que decir que cuando toda la prensa abarrotaba la sala y ya llegaba la hora de que comenzara la proyección, una de las personas del departamente de prensa de Warner Bros España nos comunicó que se había roto el proyector de esa sala y que teníamos que ir a otra distinta (afortunadamente el cine era grande). Y decir que vi la película en 3D y en versión original subtitulada.
Hasta ahora, ni con las películas de El Señor de los Anillos ni siquiera con Un Viaje Inesperado los aficionados Tolkiendili habíamos separado la adaptación de la obra de Tolkien de lo que es la película en sí. Por regla general, a los que les gustaron las películas les gustó la adaptación (exceptuando algunos personajes y escenas concretas), y a aquellos a los que no les gustaron las películas obviamente no les gustó la adaptación. O quizás incluso es al revés, a los que les gustaron las adaptaciones de Peter Jackson y compañía, pese a sus numerosas licencias, les gustaron las películas, y a los que no vieron con buenos ojos su traslación de la obra de Tolkien a la gran pantalla, aborrecieron las películas.
Sin embargo, esto era hasta ahora. Hasta La Desolación de Smaug. Esta segunda película de la trilogía de El Hobbit ha cambiado las reglas del juego. Con esta entrega hay que separar ambos conceptos que hasta ahora habían ido de la mano en el caso de la mayoría de Tolkiendili. Es necesario separar lo que es la adaptación de la historia, la adaptación del mundo de Tolkien, de lo que es la película como obra cinematográfica en sí. Siempre he sido partidario de que la mejor forma de adaptar El Hobbit a la gran pantalla era haciéndolo con un tono más adulto, más cercano al de El Señor de los Anillos, y que en todas las encrucijadas narrativas a la hora de adaptar la maravillosa novela de Tolkien había que elegir siempre el camino más cercano a El Señor de los Anillos. El camino más cercano al tono general del Legendarium de nuestro querido Profesor y el tono que marcó Jackson en la trilogía de El Señor de los Anillos. En resumidas cuentas, era partidario de hacer una adaptación más fiel al conjunto de la obra de Tolkien que al libro de El Hobbit en sí, y que eso supondría modificar o eliminar algunos pasajes y añadir otros.
Siento extenderme tanto con esto, pero creo que es algo fundamental a la hora de abordar La Desolación de Smaug. Y empezaré por ese primer concepto, el de la adaptación, y lo que sigue a continuación es únicamente eso. Y para bien o para mal, es una adaptación horrible, es la película que más se aleja, pero con mucha diferencia, de la obra de Tolkien. Apenas queda un esbozo del libro original en el guion de esta segunda película de la trilogía de El Hobbit y se ha perdido completamente la esencia, el espíritu de Tolkien que impregnaba las películas anteriores. Hasta con Un Viaje Inesperado, con sus cambios y añadidos, seguías teniendo la sensación de estar en la Tierra Media de JRR Tolkien. Con La Desolación de Smaug tienes la sensación de estar en la Tierra Media de Peter Jackson. Personalmente me da pena perder esa esencia Tolkiendili. No hay ni un solo pasaje del libro original que no haya sido alterado radicalmente en la película, de tal forma que si se novelizara el guion de La Desolación de Smaug y lo pudiéramos leer, ninguno reconoceríamos a Tolkien en él. Aunque como ya se ha dicho en otras ocasiones, donde Jackson ya se lía la manta a la cabeza y se lanza al abismo es en el tercer acto de la historia, que no es sino una completa invención pura y dura.
Dicho esto, como obra cinematográfica, La Desolación de Smaug es una excelente película de acción y entretenimiento, que hereda las mejores virtudes de su predecesora pero no así sus fallos e inconsistencias. Todo lo que alabamos de Un Viaje Inesperado, la ambientación, el trabajo del equipo de Dan Hennah, la fotografía, la música (aunque ya la habíamos escuchado de forma aislada, la banda sonora compuesta por Howard Shore es simplemente magnífica en la película) y en general todos los aspectos técnicos siguen estando al mismo nivel de excelencia. Los efectos visuales son asombrosos, aunque es cierto que la película aún arrastra en ciertas ocasiones esa sensación de que Jackson abusa del CGI, aunque por extraño que parezca, estas sensaciones están más atenuadas que en su predecesora. Y después están las interpretaciones, algo que sigue siendo quizás lo más destacable de esta nueva trilogía. Martin Freeman hace una vez más una interpretación sublime mostrando la evolución de Bilbo, dejando entrever cómo poco a poco el Anillo va influyendo en él, pero también dejando espacio para algunos pequeños momentos cómicos fantásticos. El resto de los veteranos de la primera parte, especialmente Richard Armitage y cómo no Ian McKellen, firman también unas grandes interpretaciones, y para aquellos que os lo preguntabais, no, desgraciadamente Bombur tampoco habla en esta ocasión.
De los nuevos personajes es una lástima que tanto Beorn (personalmente no me ha gustado el toque de Jekyll y Hyde que le han dado al personaje) como el taimado y corrupto Gobernador de Esgaroth tengan tan poca presencia en la película, lo que nos priva del placer de ver a Mikael Persbrandt y a Stephen Fry más tiempo en pantalla. La incorporación principal a la historia es Tauriel, y dejando a un lado la polémica en torno a ella (ya he dicho que después de hablar de la adaptación solo hablaría de los aspectos de la película en sí), el personaje funciona bastante bien y la interpretación de Evangeline Lilly sorprenderá a muchos. Igual que la de Luke Evans, magnífico como Bardo. Lee Pace también realiza un buen trabajo como Thranduil (especialmente en su conversación con Thorin, aunque hay un aspecto físico del Rey Elfo que no me ha gustado), aunque su presencia en la película es también muy pequeña.
El ritmo de la película es mucho más ágil e intenso en esta segunda película, no dando lugar a escenas largas, y prácticamente desde el primer fotograma sientes la llamada de la aventura. El montaje y las transiciones de unas escenas a otras no está tan forzado como en Un Viaje Inesperado, se nota que han tenido mucho más tiempo para dar forma a esta segunda película y que han utilizado bien ese tiempo. Aunque desgraciadamente haya algunas escenas que se hayan caído del montaje final. En general, casi todas las preguntas y dudas narrativas que nos planteó Un Viaje Inesperado se resuelven en esta segunda entrega. Las secuencias de acción son espectaculares, aunque en la lucha con las Arañas hay momentos en los que los rapidísimos movimientos de cámara no te dejan ver la acción en sí, sino que lo único que ves es un caos de formas y objetos moviéndose frenéticamente (sin duda esa era la intención de Jackson). La secuencia de la huída en los barriles es trepidante, no en vano iba a ser el final de la primera película antes de que El Hobbit se convirtiera en trilogía. Y no, por si las echabais de menos, en esta secuencia no faltan las cabriolas imposibles de Legolas. Sin embargo sí es verdad que hay alguna repetición de recursos de las películas de El Señor de los Anillos, algunas bien traídas y otras no tanto.
Y sí, por supuesto, está Smaug, Smaug el Magnífico, la mayor de las calamidades de esta tierra. El trabajo del equipo de Weta Digital es asombroso, no menos que el de Benedict Cumberbatch que consigue ponerte los pelos de punta con su voz, pero personalmente el diseño del dragón no me ha entusiasmado. La escena entre Bilbo y el dragón es muy buena, aunque no llega al punto de extraordinaria. Y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, lo mismo digo de la trama de las investigaciones de Gandalf en Dol Guldur, que aunque está bien hilada te deja la sensación de que podría haber dado más de sí. Aunque probablemente eso nos lo guardan para Partida y Regreso. Y sí, el final abierto de esta segunda entrega te deja con ganas de más.
El resumen de La Desolación de Smaug es que es una excelente película de acción pero que está muy alejada de la obra de Tolkien y ha perdido todo su espíritu y esencia. Ya no estamos en la Tierra Media de Tolkien, estamos en la Tierra Media de Peter Jackson, y una vez asimilado y aceptado eso, y si eres capaz de ver la película y olvidarte del libro, solo queda disfrutar del viaje.
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50 Responses to ¡Ya hemos visto La Desolación de Smaug! Crítica de Aragorn_II