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De los tres guionistas de las trilogías de El Señor de los Anillos y El Hobbit, Fran Walsh ha sido siempre la más esquiva y la que menos ha aparecido en los medios, pero hace unos días el New York Times consiguió una entrevista con ella y ahora os la traemos traducida al castellano.
La componente no-tan-callada de los Magos de la Tierra Media
“Puedo llevarte a ver a Fran ahora”
En los Estudios de Stone Street, un gran complejo donde las películas de “El Señor de los Anillos” fueron grabadas (y donde Peter Jackson lleva dos años centrado en la producción de su versión de “El Hobbit”) esto es el equivalente a ser invitado a mirar detrás de la cortina y conocer al Mago de Oz.
Fran Walsh, siete veces nominada a los Premios de la Academia y tres veces ganadora, es la co-guionista de las películas de Peter Jackson, incluyendo la exitosa trilogía de los “Anillos”, que consiguió casi 3 mil millones de dólares en taquilla, y la venidera serie de “El Hobbit”. “Criaturas celestiales” (Heavenly Creatures), ópera prima de Jackson en 1994, fue un drama ideado por ella. Cariñosa e ingeniosa, Fran Walsh (compañera sentimental de Peter Jackson) también produce sus películas y compone música para ellas. Incluso dirige algunas escenas cuando Peter Jackson debe estar en otro lugar.
“Es imposible exagerar la importancia de Fran“, nos dice Andy Serkis, quien regresa a su papel de la ansiosa criatura Gollum en “El Hobbit: Un viaje inesperado”, que llega a las salas el 14 de diciembre.
Pero Fran Walsh, de 53 años, es también uno de los mayores misterios vivientes de Hollywood. Rara vez concede entrevistas y rechaza sentarse ante fotógrafos. Olvidando sus apariciones en la alfombra roja junto a Peter Jackson, Fran Walsh ni siquiera nos permite ver su rostro en la parte de comentarios de los DVD. Tambiñen se quedó en casa cuando Peter Jackson visitó la Comic-Con internacional en julio.
Pero, ¿quién es esta importantísima aunque increíblemente reservada mujer?
Fran Walsh y su protector equipo no nos hizo tarea fácil el responder a esta pregunta. Durante una visita de dos días al set de rodaje de El Hobbit el verano pasado, pude deambular muchas veces sin supervisión, viendo cómo los elfos marchaban con su pelo perfecto a la batalla y pillando a Ian McKellen, vestido como Gandalf, echando una siesta entre escenas. Pero Fran Walsh quedaba fuera de los límites. No, lo sentimos, no puedes conocerla.
Una educada persistencia consiguió un apretón de manos “off-the-record”. Vestida de negro, Fran Walsh llevaba el pelo recogido en lo alto de la cabeza (un poco como Helena Bonham Carter pero sin esa experimentada excentricidad) y estaba trabajando en una zona sin ventanas en Stone Street, cerca de la oficina-madriguera de Peter Jackson. “Ella no soporta a los idiotas“, mucha gente de su entorno me lo había advertido, y me cayó una reprimenda cuando me equivoqué y me referí a Peter Jackson como “su marido”.
Su réplica mientras reía es la que utiliza con frecuencia, según me comentó la gente que lleva conviviendo con ella desde hace años: “Él no es mi marido. Nunca me propuso matrimonio, y si lo hiciese, probablemente no le diría que sí“.
Cinco meses después, Fran Walsh por teléfono accedió a pasar media hora hablando de su colaboración con Philippa Boyens para adaptar la novela de JRR Tolkien a las pantallas. (Peter Jackson y Guillermo del Toro también estaban escribiendo). Philippa Boyens, que es la mejor amiga de Fran y su vecina, también ha producido seis de las películas de Peter Jackson (y ayudó en el guión de ocho), estaba también al teléfono.
“Criaturas quebradas, arruinadas“, parafraseando las descripciones de Tolkien para Gollum o Ella-Laraña, es como Fran Walsh describe jocosamente a sí misma y Philippa, que han trabajado duramente por más de una década en la trilogía del “Anillo” y las películas de “El Hobbit”. Estaban de buen humor, quizá un poco ebrias por la reciente finalización de “El Hobbit: Un viaje inesperado”.
Fran Walsh: “Phil es definitivamente Ella, con las patas peludas”
Philippa Boyens: “No te contengas, Fran. Dile lo que realmente piensas”
F.W.: “Empezamos siendo muy susceptibles acerca de los sentimientos de la otra. Ahora es algo que ya no nos preocupa”
P.B.: “Discrepamos sobre muchas cosas. Es parte de nuestra manera de trabajar juntas“. Se detiene por un momento y añade: “Esto va a sonar mal, pero colaboramos en la cama“.
F.W.: “En nuestros pijamas“.
P.B.: “Rodeadas de perros. Dejamos de ir a la oficina“.
F.W.: “Es ya como una rutina diaria más“.
Al contrario que los densos y oscuros libros de “El Señor de los Anillos”, “El Hobbit”, publicado por primera vez en 1937, es en esencia un libro de fantasía para niños; una bonita misión para Bilbo Bolsón, un pequeño bicho peludo con forma humana, y el mago Gandalf con el fin de encontrar el tesoro protegido por un temible dragón llamado Smaug y reclamar un reino enano. La novela, que ha vendido más de 100 millones de copias por todo el mundo, es fuerte en los episodios de acción pero ligera en su historia de fondo.
¿Cómo conseguir un gran manjar cinematográfico de eso, los tres sólos?. Para complicar aún más esta misión, los guionistas no tienen los derechos de la obra póstuma de Tolkien publicada como “Silmarillion”, un boceto anterior a lo que se escribió para crear “El Hobbit”. “Parte del reto a la hora de escribir el guión fue dotar a “El Hobbit” de una atmósfera más ligera pero aún influida por el tono y el espíritu de la trilogía de “El Señor de los Anillos”“, comenta Toby Emmerich, quien, como Presidente de New Line Cinema, jugó un rol vital a la hora de llevar las películas de “El Hobbit” a buen puerto.
Fran Walsh y Philippa Boyens, una antigua profesora y una fan purista de Tolkien, nos dicen que parte de la solución vino de los Apéndices escritos por Tolkien al final de “El Señor de los Anillos”. Esos materiales ayudaron a los guionistas a crear buena parte de Gollum, uno de los favoritos de los fans, y explican la relación entre Gandalf y Thorin, el rey exiliado interpretado por el actor británico Richard Armitage.
Pero sólo con eso no llegaron tan lejos. Sobre la ausencia de mujeres en “El Hobbit” de Tolkien, Philippa comenta: “La falta de energía femenina se hace muy evidente”
“Y opresiva“, añade Fran Walsh.
Para conseguir una solución, añadieron un personaje de “El Señor de los Anillos” a la historia de “El Hobbit”: la etérea elfa Galadriel, interpretada por Cate Blanchett. Este movimiento provocó inquietud entre algunos fans de Tolkien, pero Fran y Philippa dicen que era importante para ellas, en ambos aspectos de narradoras de la historia y mujeres, el añadir un personaje femenino que pudiera aportar más emotividad al espectáculo.
“Es realmente importante si quieres marcar a la audiencia de una manera significativa“, dice Philippa.
La extensión del texto, añade Fran, normalmente no supone un problema porque tendemos a escribir en demasía. “Tendemos a escribir cómo llegamos a una escena y a escribir cómo salimos“, comenta. Peter Jackson “luego nos revisa“, añade. “Y siempre nos recorta algo“.
Peter, Fran y Philippa reescriben en el momento, a veces para varias unidades grabando a la vez y modifican escenas y diálogos según van descubriendo agujeros o viendo que necesitan resaltar o atenuar personajes para hacer la historia más convincente y coherente.
“Están todos tan juntos e involucrados en cada nivel y detalle de sus producciones que a veces es difícil distinguir a quién estás siguiendo en alguna escena en particular“, nos dice Ken Kamins, un mnager de Hollywood que ha representado a Peter Jackson y Fran Walsh durante dos décadas y que también trabaja con Philippa Boyens. “Están perfectamente acoplados“.
Resumiendo: Fran Walsh tiene un don para expresar las emociones, Philippa Boyens sobresale en la estructuración (y lecturas de guión) y Peter Jackson es el genio visual.
Todos concuerdan, sin embargo, en que el crédito por una de las más famosas escenas en la trilogía de “El Señor de los Anillos” es de Fran. Ella fue quien tuvo un momento de revelación mientras trabajaba en “Las Dos Torres” y sugirió en el último minuto que Gollum, un personaje que comienza siendo un típico hobbit pero que se convierte en un adicto al Anillo y su poder, debería tener una conversación consigo mismo. La idea era cristalizar cómo diferentes partes de su mente luchaban entre ellas y el dolor que esto le causaba.
“Es un momento reconocible por todo el mundo”, dice Fran. “Todos tenemos dentro esa voz que nos dice: No eres lo suficientemente buenp y nunca llegarás a nada, eres un fracaso.Yo al menos la tengo“.
Fran Walsh nació en Wellington en una familia de origen irlandés. La hermana de su abuela vivía a tres puertas de la casa donde crecía Peter Jackson cerca de Pukerua Bay. “Nos debimos cruzar por esa calle en nuestras sillitas de bebé“, es una afirmación de Fran en la biografía “Peter Jackson: A FilmMaker’s Journey” escrita por Brian Sibley en 2006.
Siendo adolescente, Fran Walsh decidió convertirse en diseñadora de moda, pero enseguida se dio cuenta de que la costura no era lo suyo. Decidió centrarse en la música uniéndose a una banda punk llamada “Wallsockets”. Escribió canciones, tocó la guitarra eléctrica y alguna vez hizo de vocalista. También actuó con “Naked Spots Dance”, otra banda punk.
(Esto probablemente fue una buena preparación para lo que los fans de ESDLA conocen como el Grito del Nazgûl, el agudo chirrido que emiten los malvados Espectros del Anillo de Tolkien y que es interpretado por Fran. “Soy muy buena gritando“, nos dice por teléfono. “No es que grite a la gente, pero puedo gritar. Fui a la habitación con el micrófono y dejé salir todo el estrés, miedo y terror por hacer esas películas“.)
Tras conseguir graduarse en Literatura Inglesa por la Universidad de Victoria, Fran se vio metida en el mundo de los guiones, trabajando en programas de televisión como “Nuestro amigo el Espantapajaros” (Worzel Gummidge Down Under), que se centraba en un espantapájaros (algo tétrico) que caminaba y hablaba. Fue en el set de esta serie en 1986 cuando Peter Jackson, que acababa de empezar a dirigir películas, la vio por primera vez.
“Me fijé en una bonita y joven mujer sentada en la esquina de un invernadero hablando sobre el guión” comenta él en el libro de Brian Sibley. “Siempre recordaré la impresión que me causó con su larga melena negra“. Fran, que estaba viendose con un guionista llamado Stephen Sinclair en esa época, recuerda a Peter por tener una piel cetrina. “Francamente no sabía muy bien qué hacer con él, aunque enseguida me encariñé“. En el libro de Sibley hay una cita suya diciendo: “No había pretensiones, ni dobleces, ni segundas intenciones“.
En esa época Peter Jackson acababa de terminar su primera película, una mezcla de ciencia ficción, comedia y terror, llamada “Mal Gusto” (Bad Taste), que trataba sobre unos alienígenas que necesitaban carne humana para servirla en una cadena de restaurantes de comida rápida intergaláctica. Entonces Fran Walsh y Stephen Sinclair trabajando desde el abarrotado apartamento de Fran encima de un restaurante chino, comenzaron a ayudar a Peter con “El Delirante Mundo de los Feebles ” (Meet the Feebles), una bizarra película de marionetas del año 1989 que a veces es descrita como los Teleñecos colocados.
A principios de los 90, Fran había terminado su relación con Stephen Sinclair (de forma amistosa, él incluso colaboró en la trilogía de ESDLA) y estaba incordiando a Peter Jackson, con quien tenía ahora un romance, para hacer lo que más tarde se convertiría en “Criaturas Celestiales”. La idea de Fran era hacer una película sobre dos chicas adolescentes que desarrollan una relación enfermiza entre ellas que desemboca en un asesinato, un crimen real que conmocionó a Nueva Zelanda en los años 50. Peter no estaba muy encantado con la idea. Pero Fran no se rindió y poco a poco fue creando “Criaturas Celestiales”. “Hay veces que a mí me parecen co-directores“, dice Melanie Lynksey, a quien Fran descubrió en un instituto neozelandés y la contrató como coprotagonista. Melanie Lynksey, ahora conocida por su peculiar vecindad en la serie televisiva “Dos Hombres y Medio” (Two and a Half Men), añade: “Fran te transmite dos cosas en el primer momento. Tú estás segura (protegida) y te comportaste mejor de lo esperado“.
Fran y Peter, que tienen dos hijos adolescentes, Billy y Katie, trabajan en el ventoso distrito Miramar de Wellington y viven a cinco minutos en Seatoun, un barrio a la orilla del mar, yendo y viniendo todos los días en berlinas negras. También tienen una casa en la regíon vinícola de Wairarapa al norte de Wellington; ellos rescataron el hogar hobbit de Bolsón Cerrado del set de ESDLA y lo reconstruyeron allí como casa de invitados.
En opinión de sus conocidos, Fran no es una reclusa. Decidió junto con Peter Jackson hace varios años el evitar los focos para así garantizar a sus hijos una vida normal. La pareja quería que al menos uno de ellos pudiera llevar a los niños de compras o al parque sin ser acosado. Pero además, Fran es tímida.
“No me gusta ser el centro de atención“, nos comenta por teléfono (aunque no sabemos si habla en serio o en broma, creemos que un poco de cada cosa). “Siempre estoy un poco frustrada cuando alguien me dice: ¿No eres tú esa mujer? Oh, por el amor de Dios“.
La gente de Wellington se refiere a ellos como P.J. y Fran y prestan atención a todos sus buenos actos sociales. En 2007 destinaron unos 10 millones de dólares a salvar una iglesia de ser derruida. También se lanzaron para salvar el Bats Theatre, un teatro sin ánimo de lucro con 84 butacas que durante años ha servido de lanzadera de muchos escritores y actores neozelandeses. Fran ayudó a que se pudiera estrenar “West of Memphis”, un documental sobre tres hombres que fueron injustamente condenaods en 1993 por el asesinato de tres chicos de Arkansas. (Se estrenará en Nueva York y Los Ángeles del 25 de diciembre).
Pero como el estreno en las salas de “El Hobbit: Un viaje inesperado” es ya inminente, Fran tiene tiempo para muy poco, ayudando en labores de promoción (desde detrás de los focos). ¿Qué es lo primero que quiere que la gente sepa acerca de la primera parte de “El Hobbit”?
“Paciencia, aún hay más“, dice fríamente. A lo que Philippa responde: “¡Fran!”
Fran Walsh: “Y más aún”
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