
- Categoría: Mundo Tolkien
- Etiquetas: El Señor de los Anillos, Guerra del Anillo, Hoy en la Tierra Media, JRR Tolkien, La Búsqueda del Anillo, libros
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¿Qué pasó en la Tierra Media creada por nuestro querido J.R.R. Tolkien el 28 de Septiembre? ¡Lo podéis leer a continuación!
Seguimos con la sección ‘Hoy en la Tierra Media’ con una jornada en la que los Hobbits reemprendieron su viaje y llegaron a un lugar siniestro en el que se enfrentaron a unos temibles enemigos. Todas estas fechas se corresponden con el Calendario de la Comarca o con el Cómputo del Rey (ver nota), y que todas ellas están extraídas de El Hobbit, El Señor de los Anillos (y sus Apéndices), los Cuentos Inconclusos y el Atlas de la Tierra Media de Karen Wynn Fonstad. Como es habitual nos gusta acompañar estos acontecimientos con citas de los libros de nuestro querido Profesor e ilustraciones de distintos artistas.
Esto fue lo que pasó en la Tierra Media el 28 de Septiembre.
Año 3018 de la Tercera Edad del Sol:
* Los Hobbits dejan la casa de Tom Bombadil y llegan a las Quebradas de los Túmulos, donde son atrapados por los Tumularios. Tom Bombadil rescata a los Hobbits, les da armas y ponis.
* Gandalf llega al Vado de Sarn.
(Pinchad en las imágenes para verlas a mayor resolución)
(Niebla en la Quebrada de los Túmulos, según el artista alemán Simon Schmidt)
“Pero aún mientras hablaba se volvió para mirar hacia el Este y vio que de aquel lado las lomas eran más altas y se alzaban por encima de ellos; y todas esas lomas estaban coronadas de montículos verdes y en algunas había piedras verticales que apuntaban al aire, como dientes mellados que asomaban en encías verdes.
De algún modo esta vista era inquietante; se volvieron y descendieron a la depresión circular. En el centro se erguía una única piedra, alta bajo el sol, y a esa hora no echaba ninguna sombra. Era una piedra informe y sin embargo significativa: como un mojón, o un dedo guardián, o más aún una advertencia. Pero ellos tenían hambre y el sol estaba aún en el mediodía, donde no había nada que temer, de modo que se sentaron recostando las espaldas en el lado Este de la piedra. Estaba fresca, como si el sol no hubiera sido capaz de calentarla, pero a esa hora les pareció agradable. Allí comieron y bebieron y fue aquel un almuerzo al aire libre que hubiese contentado a cualquiera, pues el alimento venía de ‘bajo la colina’. Tom los había aprovisionado como para toda la jornada. Los poneys desensillados retozaban en el pasto.
La cabalgata por las lomas, la comida abundante, el sol tibio y el aroma de la hierba, un descanso algo prolongado con las piernas estiradas, de cara al cielo: estas cosas quizá bastan para explicar lo que ocurrió. De cualquier manera los Hobbits despertaron de pronto, incómodos, de un sueño que no había sido voluntario. La piedra elevada estaba fría y arrojaba una larga sombra pálida que se extendía sobre ellos hacia el Este. El sol, de un amarillo claro y acuoso, brillaba entre las nieblas justo por encima de la pared Oeste de la depresión. Al Norte, al Sur y al Este, más allá de la pared, la niebla era espesa, fría y blanca. El aire era silencioso, pesado y glacial. Los poneys se apretaban unos contra otros, las cabezas bajas.”
(El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo. Libro Primero, capítulo 8: Niebla en la Quebrada de los Túmulos).
(Frodo se enfrenta al Tumulario, según el artista inglés Michael Herring)
“Frodo oyó detrás de su cabeza un rasguño y un crujido. Incorporándose sobre un brazo se volvió y vio a la luz pálida que estaban en una especie de pasaje, que detrás de ellos se doblaba en un codo. Allí un brazo largo caminaba a tientas apoyándose en los dedos y venía hacia Sam, que estaba más cerca, y hacia la empuñadura de la espada puesta sobre él.
Al principio Frodo tuvo la impresión de que el encantamiento lo había transformado de veras en piedra. En seguida sintió un deseo furioso de escapar. Se preguntó hasta qué punto, si se ponía el Anillo, el Tumulario dejaría de verlo y si encontraría entonces un modo de escapar. Se vio a sí mismo corriendo por la hierba, lamentándose por Merry y Sam y Pippin, pero libre y con vida. Gandalf mismo admitiría que no había otra cosa que hacer.
Pero el coraje que había despertado en él era ahora demasiado fuerte: no podía abandonar a sus amigos con tanta facilidad. Titubeó la mano tanteando el bolsillo y en seguida luchó de nuevo consigo mismo, mientras el brazo continuaba avanzando. De pronto ya no dudó y echando mano a una espada corta que había junto a él, se arrodilló inclinándose sobre los cuerpos de sus compañeros. Alzó la espada y la descargó con fuerza sobre el brazo, cerca de la muñeca; la mano se desprendió, pero el arma voló en pedazos hasta la empuñadura. Hubo un grito penetrante y la luz se apagó. Un gruñido resonó en la oscuridad.”
(El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo. Libro Primero, capítulo 8: Niebla en la Quebrada de los Túmulos).
(Tom Bombadil rescata a los Hobbits de los Tumularios, según la artista croata Romana Kendelic)
“Se oyó un ruido atronador, como de piedras que caen rodando y de pronto la luz entró a raudales, luz verdadera, la pura luz del día. Una abertura baja parecida a una puerta apareció en el extremo de la cámara, más allá de los pies de Frodo; y allí estaba la cabeza de Tom (con sombrero, pluma y el resto), recortada en la luz roja del sol que se alzaba detrás. La luz inundó el piso y las caras de los tres hobbits acostados junto a Frodo. No se movían aún, pero habían perdido aquel tinte enfermizo. Ahora sólo parecía que estuvieran sumidos en un sueño profundo.
Tom se agachó, se sacó el sombrero y entró en el recinto oscuro cantando:
¡Fuera, viejo Tumulario! ¡Desaparece a la luz!
¡Encógete como la niebla fría, llora como el viento
en las tierras estériles, más allá de los montes!
¡No regreses aquí! ¡Deja vacío el túmulo!
Perdido y olvidado, más sombrío que la sombra,
quédate donde las puertas están cerradas para siempre,
hasta los tiempos de un mundo mejor.”
(El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo. Libro Primero, capítulo 8: Niebla en la Quebrada de los Túmulos).
(Gandalf cruza el Vado de Sarn, según el artista alemán Simon Schmidt)
Del viaje de Gandalf solo existe la mención en los Apéndices de El Señor de los Anillos (en La Cuenta de los Años) de que el 28 de Septiembre llegó al Vado de Sarn.
(*) Nota importante: Aunque el Calendario de la Comarca no coincide con el calendario Gregoriano (hay una diferencia de 10 u 11 días entre uno y otro dependiendo del día en el que se celebre el solsticio de verano), hemos decidido publicar los acontecimientos según su fecha original y no adaptar las fechas a nuestro calendario (de hacerlo, el 25 de Marzo del Calendario de la Comarca sería nuestro 14 ó 15 de Marzo). Nos parece lo más lógico no solo para evitar confusiones sino para mantener la coherencia con el hecho de celebrar el Día Internacional de Leer a Tolkien el 25 de Marzo (fecha en la que se derrotó a Sauron) y el Día Hobbit el 22 de Septiembre (fecha de los cumpleaños de Bilbo y Frodo).