¿Queréis descubrir qué sucedió el 27 de septiembre en la Tierra Media de J.R.R. Tolkien? Podéis hacerlo aquí.

Seguimos con la sección ‘Hoy en la Tierra Media’ con una jornada en la que la lluvia obligó a cuatro hobbits a pasar el día en casa de una de las criaturas más misteriosas y carismáticas de la Tierra Media, y en la que uno de ellos se puso el Anillo por primera vez. Queremos aclarar que todas estas fechas se corresponden únicamente con el Calendario de la Comarca o con otros calendarios de la Tierra Media (como el Cómputo del Rey o el Cómputo de los Senescales) y no con el calendario gregoriano (ver nota), y que todas ellas proceden de ‘El Hobbit‘, ‘El Señor de los Anillos‘ (incluidos los Apéndices), los ‘Cuentos inconclusos‘ y los Manuscritos Marquette de J.R.R. Tolkien, y de libros de estudiosos tolkiendili como el ‘Atlas de la Tierra Media‘ de Karen Wynn Fonstad, ‘El Señor de los Anillos: Guía de lectura‘ de Wayne G. Hammond y Christina Scull, y ‘The History of The Hobbit‘ de John D. Rateliff.

Unos sucesos que acompañamos con extractos y pasajes de los libros de Tolkien y con dibujos e ilustraciones de distintos artistas, aunque no siempre somos capaces de encontrar imágenes que representen los momentos que mencionamos ni imágenes que reflejen de forma fiel lo descrito por el Profesor.

Esto fue lo que pasó en la Tierra Media el 27 de septiembre, o el 27 de Halimath según el Calendario de la Comarca.

 

Año 3018 de la Tercera Edad del Sol:

* Los hobbits pasan el día en casa de Tom Bombadil.

* Tom Bombadil se pone el Anillo y los hobbits descubren que no tiene ningún efecto en él.

* Frodo se pone el Anillo por primera vez.

* Gandalf cruza el Aguada Gris.

 

(Pinchad en las imágenes para verlas a mayor resolución)

(La casa de Tom Bombadil, por el artista inglés Alan Lee)

“Tom Bombadil apareció trotando en una esquina de la casa, moviendo los brazos como para apartar la lluvia, y en realidad cuando saltó al umbral parecía perfectamente seco, excepto las botas. Se las quitó y las puso en un rincón de la chimenea. Luego se sentó en la silla más grande y pidió a los hobbits que se le acercaran.

—Es el día de lavado de Baya de Oro —dijo—, y también de la limpieza de otoño. Llueve demasiado para los hobbits, ¡que descansen mientras les sea posible! Día bueno para cuentos largos, para preguntas y respuestas, de modo que Tom iniciará la charla.

Les contó entonces muchas historias notables, a veces como hablándose a sí mismo y a veces mirándolos de pronto con ojos azules y brillantes bajo las cejas tupidas. A menudo la voz se le cambiaba en canto y se levantaba entonces de la silla para bailar alrededor. Les habló de abejas y de flores, de las costumbres de los árboles, y las extrañas criaturas del bosque, de cosas malignas y de cosas benignas, cosas amigas y cosas enemigas, cosas crueles y cosas amables, y de secretos que se ocultaban bajo las zarzas.

A medida que escuchaban, los hobbits empezaron a entender las vidas del Bosque, distintas de las suyas, sintiéndose en verdad extranjeros allí donde todas las cosas estaban en su sitio.”

(El Señor de los Anillos. La Comunidad del Anillo‘. Libro Primero, capítulo 7: En casa de Tom Bombadil).

 

Gandalf cabalga montado en Sombragrís, según Anke Katrin Eißmann

(Gandalf cabalga montado en Sombragrís, por la artista alemana Anke Katrin Eißmann)

“Pero el miedo crecía en mí mientras cabalgaba. A medida que iba hacia el norte me llegaban noticias de los Jinetes, y aunque les ganaba terreno día a día, siempre estaban delante de mí. Habían dividido las fuerzas, supe; algunas quedaron en las fronteras del este, no lejos del Camino Verde, y otras invadieron la Comarca desde el sur.”

(El Señor de los Anillos. La Comunidad del Anillo‘. Libro Segundo, capítulo 2: El Concilio de Elrond).

 

(Tom Bombadil con el Anillo, por la artista estadounidense Cynthia Blair)

“En verdad tanto sabía Tom, y sus preguntas eran tan hábiles, que Frodo se encontró hablándole de Bilbo y de sus propias esperanzas y temores como no se había atrevido a hacerlo ni siquiera con Gandalf. Tom asentía con movimientos de cabeza, y los ojos le brillaron cuando oyó nombrar a los Jinetes.

—¡Muéstrame ese precioso Anillo! —dijo de repente en medio de la historia: y Frodo, él mismo asombrado, sacó la cadena y desprendiendo el Anillo se lo alcanzó en seguida a Tom.

Pareció que el Anillo se hacía más grande un momento en la manaza morena de Tom. De pronto Tom alzó el Anillo y lo miró de cerca y se rió. Durante un segundo los hobbits tuvieron una visión a la vez cómica y alarmante: el ojo azul de Tom brillando a través de un círculo de oro. Luego Tom se puso el Anillo en el extremo del dedo meñique y lo acercó a la luz de la vela. Durante un momento los hobbits no advirtieron nada extraño. En seguida se quedaron sin aliento. ¡Tom no había desaparecido!

Tom rió otra vez y echó el Anillo al aire, y el Anillo se desvaneció con un resplandor. Frodo sio un grito, y Tom se inclinó hacia delante y le devolvió el Anillo con una sonrisa.”

(El Señor de los Anillos. La Comunidad del Anillo‘. Libro Primero, capítulo 7: En casa de Tom Bombadil).

 

(Frodo y el Anillo, por el artista canadiense John Howe)

“Era el mismo Anillo, o tenía el mismo aspecto y pesaba lo mismo; siempre le había parecido a Frodo que el Anillo era curiosamente pesado. Pero no estaba seguro, y tenía que cerciorarse. Quizá estaba un poco molesto con Tom a causa de la ligereza con que había tratado algo que para el mismo Gandalf era de una importancia tan peligrosa. Esperó la oportunidad, ahora que la charla se había reanudado, y Tom contaba una absurda historia de tejones y sus raras costumbres, y se deslizó el Anillo en el dedo.

Merry se volvió hacia él para decirle algo y tuvo un sobresalto, reprimiendo una exclamación. Frodo estaba contento (en cierto modo); era en verdad el mismo Anillo, pues Merry clavaba los ojos en la silla y obviamente no podía verlo. Frodo se puso de pie y se escurrió hacia la puerta exterior, alejándose de la chimenea.

—¡Eh, tú! —gritó Tom volviendo hacia él unos ojos brillantes que parecían verlo perfectamente—. ¡Eh! ¡Ven Frodo, ven aquí! ¿Adónde te ibas? El viejo Tom Bombadil todavía no está tan ciego. ¡Sácate ese anillo dorado! Te queda mejor la mano desnuda. ¡Ven aquí! ¡Deja ese juego y siéntate a mi lado! Tenemos que hablar un poco más, y pensar en la mañana. Tom te enseñará el camino justo, ahorrándote extravíos.”

(El Señor de los Anillos. La Comunidad del Anillo‘. Libro Primero, capítulo 7: En casa de Tom Bombadil).

 

(*) Nota importante: Aunque el Calendario de la Comarca no coincide con el calendario Gregoriano (hay una diferencia de 10 u 11 días entre uno y otro dependiendo del día en el que se celebre el solsticio de verano), hemos decidido publicar los acontecimientos según su fecha original y no adaptar las fechas a nuestro calendario (de hacerlo, el 25 de marzo del Calendario de la Comarca sería nuestro 14 ó 15 de marzo). Nos parece lo más lógico no solo para evitar confusiones sino para mantener la coherencia con el hecho de celebrar el Día Internacional de Leer a Tolkien el 25 de marzo (fecha en la que se derrotó a Sauron) y el Día Hobbit el 22 de septiembre (fecha de los cumpleaños de Bilbo y Frodo).

Imágenes relacionadas:

Esta noticia fue publicada en Mundo Tolkien y etiquetada con , , , , . Anota el permalink.

Deja una respuesta