
- Categoría: Mundo Tolkien
- Etiquetas: Año 2941 de la Tercera Edad, Año 3001 de la Tercera Edad, Año 3019 de la Tercera Edad, Año 61 de la Cuarta Edad, El Hobbit, El Señor de los Anillos, Hoy en la Tierra Media, JRR Tolkien, libros
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El 22 de septiembre en la Tierra Media de J.R.R. Tolkien ocurrieron muchas más cosas además de los cumpleaños de Bilbo y Frodo. ¡Podéis descubrirlas aquí!
Seguimos con la sección ‘Hoy en la Tierra Media’ con un día muy especial, en el que además de celebrar los cumpleaños de dos hobbits notables, una compañía llegó de forma inesperada a una antigua ciudad, en el que un hobbit dejó Hobbiton para vivir nuevas aventuras, en el que unos sirvientes del Enemigo continuaron su inexorable avancea, en el que dos villanos llegaron a una tierra idílica y apacible, en el que dos viajeros se unieron a una espléndida compañía que marchaba hacia el oeste, y en el que el último de los Portadores del Anillo inició el camino para dejar la Tierra Media. Queremos recordar que todas estas fechas se corresponden únicamente con el Calendario de la Comarca o con otros calendarios de la Tierra Media (como el Cómputo del Rey o el Cómputo de los Senescales) y no con el calendario gregoriano (ver nota), y que todas ellas proceden de ‘El Hobbit‘, ‘El Señor de los Anillos‘ (incluidos los Apéndices), los ‘Cuentos inconclusos‘ o los Manuscritos Marquette de J.R.R. Tolkien, y de otros libros de estudiosos de la obra del Profesor como el ‘Atlas de la Tierra Media‘ de Karen Wynn Fonstad, ‘El Señor de los Anillos. Guía de Lectura‘ de Wayne G. Hammond y Christina Scull, y ‘The History of The Hobbit‘ de John D. Rateliff.
Eventos que nos gusta acompañar con pasajes de los libros del Profesor y con ilustraciones y dibujos de diferentes artistas, aunque no en todas las ocasionee encontramos imágenes que sean completamente fieles a las descripciones de Tolkien.
Esto fue lo que sucedió en la Tierra Media el 22 de septiembre, o el 22 de Halimath según el Calendario de la Comarca.
Año 2890 de la Tercera Edad del Sol:
* Nacimiento de Bilbo Bolsón.
(Pinchad en las imágenes para verlas a mayor resolución)
(Bilbo Bolsón, por la artista rusa Julia Alekseeva)
“Al menos Belladonna Tuk no había tenido ninguna aventura después de convertirse en la señora de Bungo Bolsón. Bungo, el padre de Bilbo, le construyó el agujero-hobbit más lujoso (en parte con el dinero de ella) que pudiera encontrarse bajo La Colina o sobre La Colina o al otro lado de El Agua, y allí se quedaron hasta el fin. No obstante, es probable que Bilbo, hijo único, aunque se parecía y se comportaba exactamente como una segunda edición de su padre, firme y comodón, tuviese alguna rareza de carácter del lado de los Tuk, algo que sólo esperaba una ocasión para salir a la luz.”
(‘El Hobbit‘, capítulo 1: Una tertulia inesperada).
Año 2941 de la Tercera Edad del Sol:
* Bilbo y los enanos llegan a Esgaroth (ver nota 2).
(Esgaroth, por el artista estadounidense Nate Halliman)
“No lejos de la boca del Río del Bosque se alzaba la extraña ciudad de la que hablaran los elfos, en las bodegas del rey. No estaba emplazada en la orilla, aunque había allí unas cuantas cabañas y construcciones, sino sobre la superficie misma del Lago, en una apacible bahía protegida de los remolinos del río por un promontorio de roca.
Un gran puente de madera se extendía hasta unos enormes troncos que sostenían una bulliciosa ciudad también de madera, no una ciudad de Elfos sino de Hombres, que aún se atrevían a vivir a la sombra de la distante Montaña del dragón.”
(‘El Hobbit‘, capítulo 10: Una cálida bienvenida).
(Bilbo saca a los enanos de los barriles, por el artista ruso Denis Gordeev)
“—Bien, ¿estás vivo o muerto? —preguntó Bilbo un tanto malhumorado. Quizás había olvidado que él por lo menos había tenido una buena comida más que los enanos, y también los brazos y piernas libres, y no hablemos de la mayor ración de aire—. ¿Estás todavía preso o libre? Si quieres comida, y si quieres continuar con esta estúpida aventura (es tuya al fin y al cabo, y no mía), mejor será que sacudas los brazos, te frotes las piernas e intentes ayudarme a sacar a los demás, mientras sea posible.
Por supuesto, Thorin entendió la sensatez de estas palabras, y luego de unos cuantos quejidos más, se incorporó y ayudó al hobbit lo mejor que pudo. En la oscuridad, chapoteando en el agua fría, tuvieron una difícil y muy desagradable tarea tratando de dar con los barriles de los enanos.”
(‘El Hobbit‘, capítulo 10: Una cálida bienvenida).
(Bilbo y los enanos llegan a Esgaroth, por el artista estadounidense David T. Wenzel)
“De una de las casas llegaba el resplandor de muchas luces y el sonido de muchas voces. Cruzaron las puertas y se quedaron parpadeando a la luz, mirando las largas mesas en las que se apretaba la gente.
—¡Soy Thorin hijo de Thráin hijo de Thrór, Rey bajo la Montaña! ¡He regresado! —gritó Thorin con voz recia desde la puerta, antes de que el capitán pudiese hablar.
Todos se pusieron en pie de un salto. El gobernador de la ciudad se movió nervioso en la gran silla. Pero nadie se levantó con mayor sorpresa que los elfos, sentados al fondo de la sala.”
(‘El Hobbit‘, capítulo 10: Una cálida bienvenida).
Año 2968 de la Tercera Edad del Sol:
* Nacimiento de Frodo Bolsón.
(Frodo, por la artista polaca Anna Kulisz)
“—¡Tienes razón, Pa! —dijo el Tío—. No porque los Brandigamo de Los Gamos vivan en Bosque Viejo; pero son una familia rara, parece. Se divierten con botes en ese gran río, y eso no es natural; no me asombra que no salga nada bueno; pero de cualquier modo el señor Frodo es un joven hobbit tan agradable como el que más. Muy parecido al señor Bilbo, y no sólo en el aspecto. Al fin y al cabo, el padre era un Bolsón. Hobbit decente y respetable, el señor Drogo Bolsón, nunca dio mucho que hablar, hasta que se ahogó.”
(‘El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo‘. Libro Primero, capítulo 1: Una fiesta muy esperada).
Año 3001 de la Tercera Edad del Sol:
* Fiesta de despedida de Bilbo.
* Bilbo abandona la Comarca, dejándole a Frodo el Anillo y la mayoría de sus posesiones, incluido Bolsón Cerrado.
(Los fuegos artificiales de Gandalf en el cumpleaños de Bilbo, por una artista china conocida como Norloth)
“Los fuegos artificiales eran de Gandalf; no sólo los había traído, sino que los había preparado y fabricado. Él mismo disparó los más extraños, las piezas y los cohetes voladores. Hubo también una generosa distribución de buscapiés, petardos, bengalas, cohetes, antorchas, estrellitas, velas de enano, fuentes élficas, duendes ladradores y truenos; todos soberbios. El arte de Gandalf progresaba con los años.
Hubo cohetes como un vuelo de pájaros centelleantes, de dulces voces; hubo árboles verdes, con troncos de humo oscuro, y hojas que se abrían en una súbita primavera; de las ramas brillantes caían flores resplandecientes sobre los hobbits maravillados y desaparecían dejando un suave aroma en el instante mismo en que ya iban a tocar los rostros vueltos hacia arriba. Hubo fuentes de mariposas que volaban entre los árboles, columnas de fuegos coloreados que se elevaban transformándose en águilas, o barcos de vela, o una bandada de cisnes voladores. Hubo un trueno y un relámpago rojo, y luego una lluvia amarilla; un bosque de lanzas plateadas se alzó de pronto con alaridos de batalla y cayó en El Agua siseando como cien serpientes enardecidas. Y también hubo una última sorpresa dedicada a Bilbo, que dejó atónitos a los hobbits, como lo deseaba Gandalf. Las luces se apagaron; una gran humareda subió en el aire, tomando la forma de una montaña lejana, vomitando llamas escarlata y verdes. Y de esas llamas salió volando un dragón rojo y dorado, no de tamaño natural, pero sí de terrible aspecto.”
(‘El Señor de los Anillos. La Comunidad del Anillo‘. Libro Primero, capítulo 1: Una fiesta muy esperada).
(La fiesta de Bilbo, por el artista brasileño Renato Giacomini)
“Hubo una espléndida cena para todos, excepto los invitados a la cena especial de la familia que se sirvió en el pabellón. Se limitaron las invitaciones a doce docenas (número que los hobbits llamaban una gruesa, aunque el término no se considerara apropiado para contar gente) y los invitados fueron seleccionados entre todas las familias a las que Bilbo y Frodo estaban unidos por lazos de parentesco, con el agregado especial de unos pocos amigos, como Gandalf. Se incluyeron muchos niños hobbits, con el permiso de las familias, pues los hobbits no acostaban temprano a los niños, y los sentaban a la mesa junto con los mayores, especialmente cuando se trataba de conseguir una comida gratis. La crianza de los niños hobbits demandaba una gran cantidad de cereales.”
(‘El Señor de los Anillos. La Comunidad del Anillo‘. Libro Primero, capítulo 1: Una fiesta muy esperada).
(El discurso de Bilbo, por el artista ruso Denis Gordeev)
“—¡No les distraeré mucho tiempo!, —gritó Bilbo entre aplausos—. Los he reunido a todos con un propósito. —Algo en el tono de Bilbo impresionó entonces a los hobbits; se hizo casi el silencio. Uno o dos Tuk alzaron las orejas.
—En realidad, con tres propósitos. En primer lugar, para poder decirles lo mucho que los quiero y lo breves que son ciento once años entre hobbits tan maravillosos y admirables.
Tremendo estallido de aprobación.
—No conozco a la mitad de ustedes, ni la mitad de lo que querría, y lo que yo querría es menos de la mitad de lo que la mitad de ustedes merece.
Esto fue inesperado y bastante difícil. Se oyeron algunos aplausos aislados, pero la mayoría se quedó callada, tratando de descifrar las palabras de Bilbo, y viendo si podía entenderlas como un cumplido.
—En segundo lugar, para celebrar mi cumpleaños.
Aplausos nuevamente.
—Tendría que decir: nuestro cumpleaños, pues es también el cumpleaños de mi sobrino y heredero Frodo. Hoy entra en la mayoría de edad y en posesión de la herencia.”
(‘El Señor de los Anillos. La Comunidad del Anillo‘. Libro Primero, capítulo 1: Una fiesta muy esperada).
(Bilbo no le entrega el anillo a Gandalf, por la artista estadounidense Ruth Sanderson)
“—¡Bueno, si tú quieres mi anillo, dilo! —gritó Bilbo—. Pero no lo tendrás. No entregaré mi tesoro, te lo advierto.
La mano del hobbit se movió con rapidez hacia la empuñadura de la pequeña espada.
Los ojos de Gandalf relampaguearon. —Pronto me llegará el momento de enojarme —dijo—. Atrévete a repetirlo, y verás al descubierto a Gandalf el Gris.
Gandalf dio un paso hacia el hobbit y pareció agrandarse, amenazante, y su sombra llenó la pequeña habitación.
Bilbo retrocedió hacia la pared, respirando agitadamente, la mano apretada sobre el bolsillo. Se enfrentaron un momento, observándose mutuamente, y el aire vibró en el cuarto. Los ojos de Gandalf se quedaron clavados en el hobbit. Bilbo aflojó poco a poco las manos, y se echó a temblar.
—No me lo explico, Gandalf —dijo—. Nunca te había visto así antes. ¿Qué ocurre? Es mío, ¿no es verdad? Yo lo encontré y Gollum me habría matado si no lo hubiera tenido conmigo. No soy un ladrón, diga lo que diga.
—Nunca te llamé ladrón —respondió Gandalf—, y yo tampoco lo soy. No estoy tratando de robarte, sino de ayudarte. Sería bueno que confiaras en mí, como hasta ahora.”
(‘El Señor de los Anillos. La Comunidad del Anillo‘. Libro Primero, capítulo 1: Una fiesta muy esperada).
(Bilbo deja Bolsón Cerrado, por el artista inglés Joe Gilronan)
“Bilbo sacó el sobre, y justo en el momento en que lo colocaba junto al reloj, le tembló la mano, y el paquete cayó al suelo. Antes que pudiera levantarlo, el mago se agachó, lo recogió y lo puso en su lugar. Un espasmo de rabia cruzó fugazmente otra vez por la cara del hobbit, y casi en seguida se transformó en un gesto de alivio y en una risa.
—Bien, ya está —comentó—. Ahora sí, ¡me voy!
Pasaron al vestíbulo. Bilbo tomó su bastón favorito, y silbó. Tres enanos vinieron de tres distintas habitaciones.
—¿Está todo listo? —preguntó Bilbo—. ¿Todo embalado y rotulado?
—Todo —contestaron.
—¡Entonces, en marcha! —Y caminó hacia la puerta del frente.
Era una noche magnífica y se veía el cielo oscuro salpicado de estrellas. Bilbo miró, olfateando el aire.
—¡Qué alegría! ¡Qué alegría partir otra vez, estar en camino con los enanos! ¡Años y años estuve esperando este momento! ¡Adiós! —dijo mirando a su viejo hogar e inclinándose delante de la puerta—. ¡Adiós, Gandalf!
—Adiós por ahora, Bilbo. ¡Ten cuidado! Eres bastante viejo y quizá bastante sabio.
—¡Tener cuidado! No me importa. ¡No te preocupes por mí! Me siento más feliz que nunca, lo que es mucho decir. Pero la hora ha llegado. Al fin me voy.”
(‘El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo‘. Libro Primero, capítulo 1: Una fiesta muy esperada).
Año 3018 de la Tercera Edad del Sol:
* Los Nazgûl llegan al Vado de Sarn y expulsan a la guardia de Montaraces.
* Gandalf alcanza a Sombragrís.
* Frodo celebra su cumpleaños con Fredegar Bolger, Folco Boffin, Merry, Pippin.
(Dúnedain en el Vado de Sarn, por la artista belga Amelie Hutt)
“La noche ya acababa el vigésimo segundo día de septiembre cuando, de nuevo reunidos, llegaron al Vado de Sarn y las fronteras más meridionales de la Comarca. Las encontraron vigiladas, porque los Montaraces les interceptaron el camino. Pero era ésta una tarea que superaba la capacidad de los Dúnedain; y quizá aun habría sido así si su capitán, Aragorn, hubiera estado con ellos. Pero se encontraba éste ausente en el norte, en el camino del Este cerca de Bree; y hasta los corazones de los Dúnedain flaquearon. Algunos huyeron hacia el norte con la esperanza de llevarle la nueva a Aragorn, pero fueron perseguidos o muertos o dispersados por las tierras yermas.
Algunos todavía se atrevieron a defender el vado, y resistieron mientras duró la luz del día, pero por la noche el Señor de Morgul los barrió y los Jinetes Negros penetraron en la Comarca;”
(‘Cuentos inconclusos‘. Tercera Parte: La Tercera Edad. Part IV: La Búsqueda del Anillo — (i) Del viaje de los Jinetes Negros según le contó Gandalf a Frodo).
(Gandalf doma a Sombragrís, por la artista polaca Katarzyna Chmiel-Gugulska)
“—¡Muy cierto! —dijo Gandalf—. Y hay uno entre ellos que debe de haber nacido en la mañana del mundo. Los caballos de los Nueve no podrían competir con él: incansable, rápido como el soplo del viento. Sombragrís lo llaman. Durante el día el pelo le reluce como plata, y de noche es como una sombra, y pasa inadvertido. Tiene el paso leve. Nunca un hombre lo había montado antes, pero yo lo tomé y lo domé, y me llevó tan rápidamente que yo ya había llegado a la Comarca cuando Frodo estaba aún en las Quebradas de los Túmulos, aunque salí de Rohan cuando él dejaba Hobbiton.”
(‘El Señor de los Anillos. La Comunidad del Anillo‘. Libro Segundo, capítulo 2: El Concilio de Elrond).
(La fiesta de despedida de Frodo, por el artista checo Matěj Čadil)
“En la tarde Frodo dio su fiesta de despedida: una cena muy pequeña, para él y sus cuatro ayudantes, pero estaba preocupado y con poco ánimo para esas cosas. El pensamiento de que pronto tendría que separarse de sus jóvenes amigos le pesaba en el corazón. Se preguntaba cómo lo diría.
Los cuatro jóvenes hobbits estaban muy animados, sin embargo, y la reunión pronto se hizo muy alegre, a pesar de la ausencia de Gandalf. El comedor parecía vacío; tenía sólo una mesa y sillas; pero la comida era buena y el vino excelente. El vino de Frodo no se había incluido en la venta a los Sacovilla-Bolsón.
—Suceda lo que suceda con el resto de mis cosas, cuando los Sacovilla-Bolsón las tomen entre sus garras yo ya habré encontrado un buen destino para esto —dijo Frodo mientras vaciaba el vaso. Era la última gota de los viejos viñedos.”
(‘El Señor de los Anillos. La Comunidad del Anillo‘. Libro Primero, capítulo 3: Tres es compañía).
Año 3019 de la Tercera Edad del Sol:
* Saruman y Grima llegan a la Comarca.
(Saruman como Zarquino, por el artista italiano Fabio Leone)
“—¿Quién es ese Zarquino? —preguntó Merry—. Se lo oí nombrar a uno de los rufianes.
—El rufián más rufián de toda la pandilla, no le quepa la menor duda —respondió Coto—. Fue en la época de la última cosecha, hacia fines de septiembre, cuando oímos hablar de él por primera vez. No lo hemos visto nunca, pero está allá arriba, en Bolsón Cerrado; y ahora él es el verdadero Jefe, supongo. Todos los bandidos hacen lo que él dice; y lo que él dice es hachar, quemar, destruir; y ahora han empezado a matar. Y ya ni siquiera con algún propósito, por malo que sea. Voltean los árboles y los dejan tirados allí, y queman las casas y no construyen otras.”
(‘El Señor de los Anillos. El retorno del Rey‘. Libro Sexto, capítulo 8: El saneamiento de la Comarca).
Año 3021 de la Tercera Edad del Sol:
* Frodo y Sam se encuentran con la Última Cabalgata de los Guardianes de los Anillos.
* Bilbo cumple 131 años, convirtiéndose en el hobbit más longevo.
(Elfos en el Bosque Cerrado, por el artista canadiense Ted Nasmith)
“Frodo y Sam se detuvieron y aguardaron en silencio entre las dulces sombras, hasta que un resplandor anunció la llegada de los viajeros.
Y vieron a Gildor y una gran comitiva de hermosa gente élfica, y luego, ante los ojos maravillados de Sam, llegaron cabalgando Elrond y Galadriel. Elrond vestía un manto gris y lucía una estrella en la frente, y en la mano llevaba un arpa de plata, y en el dedo un anillo de oro con una gran pieza azul: Vilya, el más poderoso de los tres. Pero Galadriel montaba en un palafrén blanco, envuelta en una blancura resplandeciente, como nubes alrededor de la Luna; y ella misma parecía irradiar una luz suave. Y tenía en el dedo a Nenya, el anillo forjado de mithril, con una sola piedra que centelleaba como una estrella de escarcha. Y cabalgando lentamente en un pequeño poney gris, cabeceando de sueño y como adormecido, llegó Bilbo en persona.”
(‘El Señor de los Anillos. El retorno del Rey‘. Libro Sexto, capítulo 9: Los Puertos Grises).
(Bilbo, por el artista estadounidense Anthony Foti)
“—Y bien, señor Samsagaz —dijo—. Me han dicho, y veo, que has utilizado bien mi regalo. De ahora en adelante la Comarca será más que nunca amada y bienaventurada. —Sam se inclinó en una profunda reverencia, pero no supo qué decir. Había olvidado qué hermosa era la Dama Galadriel.
Entonces Bilbo despertó y abrió los ojos. —¡Hola, Frodo! —dijo—. ¡Bueno, hoy le he ganado al Viejo Tuk! Así que eso está arreglado. Y ahora creo estar pronto para emprender otro viaje. ¿Tú también vienes?
—Sí, yo también voy —dijo Frodo—. Los Portadores del Anillo han de partir juntos.”
(‘El Señor de los Anillos. El retorno del Rey‘. Libro Sexto, capítulo 9: Los Puertos Grises).
Año 61 de la Cuarta Edad del Sol:
* Sam parte de Bolsón Cerrado.
(Samsagaz Gamyi, por el artista estadounidense Andrew Johanson)
“El 22 de septiembre Samsagaz parte de Bolsón Cerrado. Llega a las Colinas de la Torre, donde ve a Elanor por última vez; le entrega el Libro Rojo, que queda en manos de los Belinfantes. Según Elanor la tradición cuenta que Samsagaz dejó atrás las Torres y fue a los Puertos Grises y se hizo a la Mar, último de los Portadores del Anillo.”
(Apéndices de ‘El Señor de los Anillos‘. Apéndice B: La Cuenta de los Años).
(*) Nota importante: Aunque el Calendario de la Comarca no coincide con el calendario Gregoriano (hay una diferencia de 10 u 11 días entre uno y otro dependiendo del día en el que se celebre el solsticio de verano), hemos decidido publicar los acontecimientos según su fecha original y no adaptar las fechas a nuestro calendario (de hacerlo, el 25 de marzo del Calendario de la Comarca sería nuestro 14 ó 15 de marzo). Nos parece lo más lógico no solo para evitar confusiones sino para mantener la coherencia con el hecho de celebrar hoy 22 de septiembre el Día Hobbit el 22 de septiembre y los cumpleaños de Bilbo y Frodo, o celebrar el Día Internacional de Leer a Tolkien el 25 de marzo (fecha en la que se derrotó a Sauron).
(*) Nota 2: A diferencia de lo que ocurre con ‘El Señor de los Anillos‘, no hay una cronología completa de los acontecimientos de ‘El Hobbit‘. En los libros de Tolkien apenas se dan unas pocas fechas (que Gandalf visitó a Bilbo el 25 de abril, que Gandalf, Bilbo y los enanos partieron de Rivendel el Día de Año Medio, que Bilbo y los enanos llegaron a Esgaroth el 22 de septiembre y que Bilbo volvió a Bolsón Cerrado el 22 de junio). La cronología que seguimos es una aproximación que se basa principalmente en esas fechas, en las fechas del intento de Tolkien de crear una cronología en su revisión de ‘El Hobbit‘ y aportadas por John D. Rateliff en su libro ‘The History of The Hobbit‘, en la propia narración del libro y en la cronología realizada por Karen Wynn Fonstad (una cronología basada únicamente en una estimación del tiempo que le llevó a la compañía recorrer las distancias entre unos puntos y otros).