¿Qué ocurrió en la Tierra Media creada por J.R.R. Tolkien el 17 de julio? ¡Os lo contamos aquí!

Continuamos con la sección ‘Hoy en la Tierra Media’ con un día en el que una compañía llegó a las tierras de un curioso personaje. Nos gustaría recordar que todas las fechas de esta sección, se corresponde con el Calendario de la Comarca o con otros calendarios de la Tierra Media como el Cómputo del Rey (ver nota), y que todas ellas proceden de libros de J.R.R. Tolkien como ‘El Hobbit‘, ‘El Señor de los Anillos‘ (incluidos los Apéndices) y los ‘Cuentos inconclusos‘, y de libros de estudiosos tolkiendili como el ‘Atlas de la Tierra Media‘ de Karen Wynn Fonstad, ‘El Señor de los Anillos: Guía de Lectura‘ de Wayne G. Hammond y Christina Scull, y ‘The History of The Hobbit‘ de John D. Rateliff.

Unos acontecimientos que acompañamos con citas de los libros de Tolkien y con dibujos e ilustraciones de diversos artistas, aunque no en todas las ocasiones podemos encontrar imágenes que representen el momento al que nos referimos o que reflejen con total precisión las descripciones del Profesor.

Esto fue lo que pasó en la Tierra Media el 17 de julio.

 

Año 2941 de la Tercera Edad del Sol:

* Las Águilas llevan a la Compañía de Thorin a la Carroca.

* La Compañía de Thorin llega a la casa de Beorn por la tarde.

 

(Pinchad en las imágenes para verlas a mayor resolución)

La Gran Repisa de las Águilas, según J.R.R. Tolkien

(La Gran Repisa de las Águilas. Dibujo de J.R.R. Tolkien coloreado por H.E. Riddett)

“Quizá a Bilbo no se lo iban a comer, después de todo. El mago y el águila parecían conocerse de alguna manera, y aun estar en buenas relaciones. En realidad Gandalf, que había visitado a menudo las montañas, había ayudado una vez a las águilas y había curado al Señor de una herida de flecha. Así que como veis, «prisioneros» quería decir «prisioneros rescatados de los trasgos» solamente, y no cautivos de las águilas. Cuando Bilbo escuchó la conversación de Gandalf comprendió que por fin iban a escapar real y verdaderamente de aquellas cimas espantosas. Estaba discutiendo planes con el Gran Águila para transportar lejos a los enanos, a él y a Bilbo, y dejarlos justo en el camino que cruzaba los llanos de abajo.”

(‘El Hobbit‘, capítulo 6: De la sartén al fuego).

 

La Carroca, según Alan Lee

(Las Águilas dejan a Bilbo, Gandalf y los Enanos en la Carroca, según el artista inglés Alan Lee)

“Pero sobresaliendo del terreno, justo en el curso del río que allí serpenteaba, había una gran roca, casi una colina de piedra, como una última avanzada de las montañas distantes, o un enorme peñasco arrojado millas adentro en la llanura por algún gigante entre gigantes.

Las águilas descendían ahora con rapidez una a una sobre la cima de la roca, y dejaban allí a los pasajeros.

—¡Buen viaje! —gritaron—. ¡Donde quiera que vayáis, hasta que los nidos os reciban al final de la jornada! —una fórmula de cortesía común entre estas aves.

—Que el viento bajo las alas os sostenga allá donde el sol navega y la luna camina —respondió Gandalf, que conocía la respuesta correcta.”

(‘El Hobbit‘, capítulo 7: Extraños aposentos).

 

La casa de Beorn, según Jon Hodgson

(La casa de Beorn, según el artista británico Jon Hodgson)

“Al cabo de un rato llegaron a un terreno de robles altos y muy viejos, y luego a un crecido seto de espinos, que no dejaba ver nada, ni era posible atravesar.

—Es mejor que esperéis aquí —dijo el mago a los enanos—, y cuando grite o silbe, seguidme, pues ya veréis el camino que tomo, pero venid sólo en parejas, tenedlo en cuenta, unos cinco minutos entre cada pareja. Bombur es mas grueso y valdrá por dos, mejor que venga solo y último. ¡Vamos, señor Bolsón! Hay una cancela por aquí cerca en alguna parte. —Y con eso se fue caminando a lo largo del seto, llevando consigo al hobbit aterrorizado.

Pronto llegaron a una cancela de madera, alta y ancha, y desde allí, a lo lejos, podían ver jardines y edificios de madera, algunos con techo de paja y paredes de leños informes: graneros, establos y una casa grande y de techo bajo, todo de madera.”

(‘El Hobbit‘, capítulo 7: Extraños aposentos).

 

Bilbo, Gandalf y Beorn, según Michael Hague

(Bilbo, Gandalf y Beorn, según el artista estadounidense Michael Hague)

“Cerca, de pie, los esperaba un hombre enorme de barba espesa y pelinegro, con brazos y piernas desnudos, de músculos abultados. Vestía una túnica de lana que le caía hasta las rodillas, y se apoyaba en una gran hacha. Los caballos pegaban los morros al hombro del gigante.

—¡Uf! ¡Aquí están! —dijo a los caballos—. No parecen peligrosos. ¡Podéis iros! —Rió con una risa atronadora, bajó el hacha, y se adelantó. —¿Quiénes sois y qué queréis? —preguntó malhumorado, de pie delante de ellos y encumbrándose por encima de Gandalf. En cuanto a Bilbo, bien podía haber trotado por entre las piernas del hombre sin necesitar agachar la cabeza para no rozar el borde de la túnica marrón.”

(‘El Hobbit‘, capítulo 7: Extraños aposentos).

 

En casa de Beorn, según Ted Nasmith

(En casa de Beorn, según el artista canadiense Ted Nasmith)

“De modo que Gandalf dio un largo y penetrante silbido, y al momento aparecieron Thorin y Dori rodeando la casa por el sendero del jardín. Al llegar saludaron con una reverencia.

—¡Uno o tres querías decir, ya veo! —dijo Beorn—, pero estos no son hobbits, ¡son enanos!

—¡Thorin Escudo de Roble, a vuestro servicio! ¡Dori, a vuestro servicio! —dijeron los dos enanos volviendo a hacer grandes reverencias.

—No necesito vuestro servicio, gracias —dijo Beorn—, pero espero que vosotros necesitéis el mío. No soy muy aficionado a los enanos; pero si en verdad eres Thorin (hijo de Thráin, hijo de Thrór, creo), y que tu compañero es respetable, y que sois enemigos de los trasgos y que no habéis venido a mis tierras con fines malvados… por cierto, ¿a qué habéis venido?”

(‘El Hobbit‘, capítulo 7: Extraños aposentos).

 

La casa de Beorn, según J.R.R. Tolkien

(La casa de Beorn. Dibujo de J.R.R. Tolkien coloreado por H.E. Riddett)

“Estuvieron largo rato de sobremesa bebiendo hidromiel en cuencos de madera. Fuera se extendía la noche oscura. Los fuegos en medio de la sala eran alimentados con nuevos leños; las antorchas se apagaron, y se sentaron tranquilos a la luz de las llamas danzantes, con los pilares de la casa altos a sus espaldas, y oscuros, como copas de árboles, en la parte superior. Fuese magia o no, a Bilbo le pareció oír un sonido como de viento sobre las ramas, que golpeaban el techo, y el ulular de unos búhos. Al poco rato empezó a cabecear, y las voces parecían venir de muy lejos, hasta que despertó con un sobresalto.

La gran puerta había rechinado y en seguida se cerró de golpe. Beorn había salido. Los enanos estaban aún sentados en el suelo, alrededor del fuego, con las piernas cruzadas. De pronto se pusieron a cantar.”

(‘El Hobbit‘, capítulo 7: Extraños aposentos).

 

(*) Nota importante: Aunque el Calendario de la Comarca no coincide con el calendario Gregoriano (hay una diferencia de 10 u 11 días entre uno y otro dependiendo del día en el que se celebre el solsticio de verano), hemos decidido publicar los acontecimientos según su fecha original y no adaptar las fechas a nuestro calendario (de hacerlo, el 25 de marzo del Calendario de la Comarca sería nuestro 14 ó 15 de marzo). Nos parece lo más lógico no solo para evitar confusiones sino para mantener la coherencia con el hecho de celebrar el Día Internacional de Leer a Tolkien el 25 de marzo (fecha en la que se derrotó a Sauron) y el Día Hobbit el 22 de septiembre (fecha de los cumpleaños de Bilbo y Frodo).

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