¿Queréis saber qué sucedió en el universo fantástico creado por J.R.R. Tolkien el 16 de julio? ¡Lo podéis leer a continuación!

Proseguimos con nuestra sección ‘Hoy en la Tierra Media’ con una jornada en la que se produjo uno de los acontecimientos más insólitos de la Tercera Edad y que determinarían el devenir de los acontecimientos futuros. Insistimos en que esta fecha, como todas las de esta sección, se corresponde con el Calendario de la Comarca o con otros calendarios de la Tierra Media como el Cómputo del Rey (ver nota), y que todas ellas proceden de ‘El Hobbit‘, ‘El Señor de los Anillos‘ (incluidos los Apéndices) y los ‘Cuentos inconclusos‘ de J.R.R. Tolkien, y de libros de estudiosos tolkiendili como el ‘Atlas de la Tierra Media‘ de Karen Wynn Fonstad, ‘El Señor de los Anillos: Guía de Lectura‘ de Wayne G. Hammond y Christina Scull, y ‘The History of The Hobbit‘ de John D. Rateliff.

Como es habitual, nos gusta acompañar estos eventos con pasajes de los libros del Profesor y con ilustraciones y dibujos de diversos artistas. Aunque no siempre damos con imágenes que representen el momento al que nos referimos o que reflejen con total fidelidad las descripciones de Tolkien.

Esto fue lo que pasó en la Tierra Media el 16 de julio.

 

Año 2941 de la Tercera Edad del Sol:

* Bilbo y los Enanos son llevados ante el Gran Trasgo.

* Gandalf mata al Gran Trasgo y rescata a Bilbo y los Enanos.

* Bilbo encuentra el Anillo Único y juega a los acertijos con Gollum. Tras escapar, se reúne con Gandalf y los Enanos.

* Las Águilas rescatan a la Compañía de Thorin después de que fuera acorralada por los Trasgos y los Wargos.

 

(Pinchad en las imágenes para verlas a mayor resolución)

Bilbo y los Enanos ante el Gran Trasgo, según Paul Raymond Gregory

(Bilbo y los Enanos ante el Gran Trasgo, según el artista inglés Paul Raymond Gregory)

“El Gran Trasgo dio un aullido de rabia realmente horrible cuando vio la espada, y todos los soldados crujieron los dientes, batieron los escudos, y patearon. Reconocieron la espada al momento. En otro tiempo había dado muerte a cientos de trasgos, cuando tos Elfos rubios de Gondolin los cazaron en las colinas o combatieron al pie de las murallas. La habían denominado Orcrist, Hendedora de Trasgos, pero los trasgos la llamaban simplemente Mordedora. La odiaban, y odiaban todavía más a cualquiera que la llevase.

—¡Asesinos y amigos de los Elfos! —gritó el Gran Trasgo—. ¡Acuchilladlos! ¡Golpeadlos! ¡Mordedlos! ¡Que les rechinen los dientes! ¡Llevadlos a agujeros oscuros repletos de víboras y que nunca vuelvan a ver la luz!”

(‘El Hobbit‘, capítulo 4: Sobre la colina y bajo la colina).

 

Gandalf con Glamdring, según Magali Villeneuve

(Gandalf con Glamdring, según la artista francesa Magali Villeneuve)

“De repente una espada destelló con luz propia. Bilbo vio que atravesaba de lado a lado al Gran Trasgo, mudo de asombro y furioso a la vez. Cayó muerto, y los soldados trasgos, huyendo y gritando delante de la espada, desaparecieron en la oscuridad.

La espada volvió a la vaina. —¡Seguidme a prisa! —dijo una voz fiera y queda. Y antes que Bilbo comprendiese lo que había ocurrido, estaba ya trotando de nuevo, tan rápido como podía, al final de la columna, bajando por más pasadizos oscuros mientras los alaridos del salón de los trasgos quedaban atrás, cada vez más débiles. Una luz pálida los guiaba.”

(‘El Hobbit‘, capítulo 4: Sobre la colina y bajo la colina).

 

Dori carga con Bilbo, según Jake Murray

(Dori carga con Bilbo, según el artista estadounidense Jake Murray)

“Así ocurrió que ni Bilbo, ni los Enanos, ni siquiera Gandalf, los oyeron llegar, ni tampoco los vieron. Pero los trasgos los vieron a ellos, pues la vara de Gandalf emitía una luz débil que ayudaba a los Enanos a encontrar el camino.

De repente Dori, que ahora otra vez corría a la cola llevando a Bilbo, fue aferrado por detrás en la oscuridad. Gritó y cayó; y el Hobbit rodó de los hombros de Dori a la negrura, se golpeó la cabeza contra una piedra, y no recordó nada más.”

(‘El Hobbit‘, capítulo 4: Sobre la colina y bajo la colina).

 

Bilbo encuentra el Anillo, según Enrique Rivera

(Bilbo encuentra el Anillo, según Enrique Rivera)

“Se incorporó muy lentamente y anduvo a tientas hasta tropezar con la pared del túnel; pero ni hacia arriba ni hacia abajo pudo encontrar nada, nada en absoluto, ni rastro de trasgos o Enanos. La cabeza le daba vueltas y ni siquiera podía decir en qué dirección habrían ido los otros cuando cayó de bruces. Trató de orientarse de algún modo, y se arrastró largo trecho hasta que de pronto tocó con la mano algo que parecía un anillo pequeño, frío y metálico, en el suelo del túnel. Éste iba a ser un momento decisivo en la carrera de Bilbo, pero él no lo sabía. Casi sin darse cuenta se metió la sortija en el bolsillo. Por cierto, no parecía tener ninguna utilidad por ahora.”

(‘El Hobbit‘, capítulo 5: Acertijos en las tinieblas).

 

Acertijos en las tinieblas, según Darrell K. Sweet

(Acertijos en las tinieblas, según el artista estadounidense Darrell K. Sweet)

“—Sss —dijo Gollum, y en un tono más cortés: —Quizá se siente aquí y charle conmigo un rato, preciosso mío. ¿Le gustan los acertijos? Quizá sí, ¿no? —Estaba ansioso por parecer amable, al menos por un rato, y hasta que supiese algo más sobre la espada y el Hobbit: si realmente estaba solo, si era bueno para comer, y si Gollum mismo tenia mucha hambre.

Acertijos era todo en lo que podía pensar. Proponerlos y alguna vez encontrar la solución había sido el único entretenimiento que había compartido con otras alegres criaturas, sentadas en sus agujeros, hacía muchos, muchos años, antes de quedarse sin amigos y de que lo echasen, solo, y se arrastrara descendiendo y descendiendo, a la oscuridad bajo las montañas.

—Muy bien —dijo Bilbo, muy dispuesto a mostrarse de acuerdo hasta descubrir algo más acerca de la criatura: si había venido sola, si estaba furiosa o hambrienta, y si era amiga de los trasgos.”

(‘El Hobbit‘, capítulo 5: Acertijos en las tinieblas).

 

Gollum busca el Anillo, según Jake Murray

(Gollum busca el Anillo, según el artista estadounidense Jake Murray)

“Gollum maldecía y se lamentaba en las tinieblas, no muy lejos. Estaba en su isla, revolviendo aquí y allá, buscando y rebuscando en vano.

—¿Dónde está? ¿Dónde está? —sollozaba—. Sse ha perdido, precioso mío, ¡perdido, perdido! ¡Maldíganos y aplástenos, mi precioso, se ha perdido!

—¿Qué pasa? —preguntó Bilbo—. ¿Qué has perdido?

—No tiene que preguntarnos, no es asunto ssuyo, ¡no, gollum! —chilló Gollum—, perdido, perdido, gollum, gollum, gollum.”

(‘El Hobbit‘, capítulo 5: Acertijos en las tinieblas).

 

Gollum, según Álvaro Calvo Escudero

(Gollum, según el artista español Álvaro Calvo Escudero)

“Gollum veía en la oscuridad. Bilbo alcanzaba a distinguir la luz pálida de los ojos, aun desde atrás. Se levantó, dolorido, envainó la espada, que ahora brillaba débilmente otra vez, y con mucha cautela siguió andando. Parecía que no se podía hacer otra cosa. No convenía volver arrastrándose a las aguas de Gollum. Quizá si lo seguía, Gollum lo conduciría sin querer hasta alguna vía de escape.

—¡Maldito sea! ¡Maldito sea! ¡Maldito sea! —siseaba Gollum—. ¡Maldito Bolsón! ¡Se ha ido! ¿Qué tiene en los bolsillos? ¡Oh, lo suponemos, lo adivinamos! Precioso mío. Lo ha encontrado, sí, tiene que tenerlo. Mi regalo de cumpleaños.”

(‘El Hobbit‘, capítulo 5: Acertijos en las tinieblas).

 

Bilbo escapa de los túneles de los Trasgos, según Alan Lee

(Bilbo escapa de los túneles de los Trasgos, según el artista inglés Alan Lee)

“De pronto, uno de los trasgos que estaban dentro gritó: —¡Hay una sombra al lado de la puerta! ¡Algo está ahí fuera!

A Bilbo el corazón se le subió a la boca. Se retorció, aterrorizado. Los botones saltaron en todas direcciones. Atravesó la puerta, con la chaqueta y el chaleco rasgados, y brincó escalones abajo como una cabra, mientras los trasgos desconcertados recogían aún los preciosos botones de latón, caídos en el umbral.”

(‘El Hobbit‘, capítulo 5: Acertijos en las tinieblas).

 

El Anillo, según Magali Villeneuve

(El Anillo, según la artista francesa Magali Villeneuve)

“—¡Y aquí está el saqueador! —dijo Bilbo adelantándose y metiéndose entre ellos, y quitándose el Anillo.

¡Señor, cómo saltaron! Luego hubo gritos de sorpresa y alegría. Gandalf estaba tan atónito como cualquiera de ellos, pero quizá más complacido que los demás. Llamó a Balin y le preguntó qué pensaba de un centinela que permitía que la gente llegara así sin previo aviso. Por supuesto, la reputación de Bilbo creció mucho entre los Enanos a partir de ese momento. Si, a pesar de las palabras de Gandalf, dudaban aún de que era un saqueador de primera clase, no lo dudaron más. Balin era el más desconcertado; pero todos decían que había sido un trabajo muy bien hecho.”

(‘El Hobbit‘, capítulo 6: De la sartén al fuego).

 

Bilbo, Gandalf y los Enanos trepan a los árboles huyendo de los Wargos, según David Demaret

(Bilbo, Gandalf y los Enanos trepan a los árboles huyendo de los Wargos, según el artista francés David Demaret)

—¡Qué haremos, qué haremos! —gritó—. ¡Salir de trasgos para caer en lobos! —dijo, y esto llegó a ser un proverbio, aunque ahora decimos «de la sartén al fuego» en las situaciones incómodas de este tipo.

—¡A los árboles, rápido! —gritó Gandalf; y corrieron hacia los árboles del borde del claro, buscando aquellos de ramas bajas o bastante delgados para escapar trepando por los troncos. Los encontraron con una rapidez insólita, como podéis imaginar; y subieron muy alto confiando como nunca en la firmeza de las ramas.”

(‘El Hobbit‘, capítulo 6: De la sartén al fuego).

 

De la sartén al fuego, según wynahiros

(De la sartén al fuego, según una artista estadounidense conocida como wynahiros)

“Bilbo pudo oír a los trasgos que entonaban ahora una horrible canción:

¡Quince pájaros en cinco abetos

las plumas aventadas por una brisa ardiente!

Pero, qué extraños pájaros, ¡ninguno tiene alas!

¡Oh! ¿Qué haremos con estas raras gentes?

¿Asarlas vivas, o hervirlas en la olla;

o freírlas, cocerlas y comerlas calientes?

Luego se detuvieron y gritaron: —¡Volad, pajaritos! ¡Volad si podéis! ¡Bajad, pajaritos; os asaréis en vuestros nidos! ¡Cantad, cantad, pajaritos! ¿Por qué no cantáis?

—¡Alejaos, chiquillos! —gritó Gandalf por respuesta—. No es época de buscar nidos. Y los chiquillos traviesos que juegan con fuego reciben lo que se merecen.”

(‘El Hobbit‘, capítulo 6: De la sartén al fuego).

 

Las Águilas rescatan a Gandalf, Bilbo y los Enanos, según Ted Nasmith

(Las Águilas rescatan a Gandalf, Bilbo y los Enanos, según el artista canadiense Ted Nasmith)

“Entonces Gandalf trepó a la copa del árbol. El súbito resplandor estalló en su vara como un relámpago cuando se aprestaba a saltar y a caer, justo entre las lanzas enemigas. Aquello hubiese sido el fin de Gandalf, aunque probablemente hubiese matado a muchos, al precipitarse entre ellos como un rayo. Pero no llegó a saltar.

En aquel preciso momento el Señor de las Águilas se abalanzó desde lo alto, abrió las garras, se apoderó de Gandalf, y desapareció.

Hubo un clamor de cólera y sorpresa entre los trasgos. Fuerte chilló el Señor de las Águilas, a quien Gandalf había ahora hablado. De vuelta se abalanzaron las grandes aves que estaban con él, y descendieron como enormes sombras negras.”

(‘El Hobbit‘, capítulo 6: De la sartén al fuego).

 

(*) Nota importante: Aunque el Calendario de la Comarca no coincide con el calendario Gregoriano (hay una diferencia de 10 u 11 días entre uno y otro dependiendo del día en el que se celebre el solsticio de verano), hemos decidido publicar los acontecimientos según su fecha original y no adaptar las fechas a nuestro calendario (de hacerlo, el 25 de marzo del Calendario de la Comarca sería nuestro 14 ó 15 de marzo). Nos parece lo más lógico no solo para evitar confusiones sino para mantener la coherencia con el hecho de celebrar el Día Internacional de Leer a Tolkien el 25 de marzo (fecha en la que se derrotó a Sauron) y el Día Hobbit el 22 de septiembre (fecha de los cumpleaños de Bilbo y Frodo).

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