A continuación os contamos lo que pasó en la Tierra Media creada por John Ronald Reuel Tolkien el 15 de febrero.

Seguimos con la sección ‘Hoy en la Tierra Media’ con una jornada en la que una dama de los Noldor mostró parte de su poder a dos Medianos y en la que uno de los Istari regresó para cumplir la misión que le habían encomendado los Valar (ver nota 2). Una vez más insistimos en que todas las fechas de esta sección se corresponden con el Calendario de la Comarca o con el Cómputo del Rey (ver nota), y que todas ellas proceden de ‘El Hobbit‘, ‘El Señor de los Anillos‘ (incluidos los Apéndices) y los ‘Cuentos Inconclusos‘ de J.R.R. Tolkien, y de ‘El Señor de los Anillos: Guía de Lectura‘ de Wayne G. Hammond y Christina Scull, ‘The History of The Hobbit‘ de John D. Rateliff y el ‘Atlas de la Tierra Media‘ de Karen Wynn Fonstad.

Como es habitual acompañamos estos acontecimientos con citas de los libros del Profesor e ilustraciones de diversos artistas, aunque no siempre encontramos imágenes de los momentos de los que hablamos o que representen con total fidelidad lo descrito por Tolkien.

Esto fue lo que ocurrió en la Tierra Media el 15 de febrero.

 

Año 3019 de la Tercera Edad del Sol:

* Galadriel muestra a Frodo y Sam el Espejo.

* Por la noche la Compañía del Anillo es convocada por Celeborn y Galadriel. Celeborn les aconseja seguir el viaje por el Anduin.

* Frodo advierte un cambio en Boromir.

* Gandalf vuelve a la vida.

 

(Pinchad en las imágenes para verlas a mayor resolución)

(Galadriel llena el pilón del espejo, según el artista estadounidense Raoul Vitale)

“Volviéndose, la Dama Galadriel los condujo hacia las faldas del sur de Caras Galadon, y luego de cruzar un seto verde y alto entraron en un jardín cerrado. No tenía árboles, y el cielo se abría sobre él. La estrella de la tarde se había levantado y brillaba como un fuego blanco sobre los bosques del oeste. Descendiendo por una larga escalera, la Dama entró en una profunda cavidad verde, por la que corría murmurando la corriente de plata que nacía en la fuente de la colina. En el fondo de la cavidad, sobre un pedestal bajo, esculpido como un árbol frondoso, había un pilón de plata, ancho y poco profundo, y al lado un jarro también de plata.”

(‘El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo‘. Libro Segundo, capítulo 7: El Espejo de Galadriel).

 

(El Espejo de Galadriel, según la artista francesa Magali Villeneuve)

“—He aquí el Espejo de Galadriel -dijo-. Os he traído aquí para que miréis, si queréis hacerlo.

El aire estaba muy tranquilo y el valle oscuro, y la Dama era alta y pálida.

—¿Qué buscaremos y qué veremos? -preguntó Frodo con un temor reverente.

—Puedo ordenarle al espejo que revele muchas cosas —respondió ella— y a algunos puedo mostrarles lo que desean ver. Pero el espejo muestra también cosas que no se le piden y éstas son a menudo más extrañas y más provechosas que aquellas que deseamos ver. Lo que verás, si dejas en libertad al espejo, no puedo decirlo. Pues muestra cosas que fueron y cosas que son y cosas que quizá serán. Pero lo que ve, ni siquiera el más sabio puede decirlo. ¿Deseas mirar?

Frodo no respondió.

—¿Y tú? —dijo ella volviéndose a Sam—. Pues esto es lo que tu gente llama magia, aunque no entiendo claramente qué quieren decir, y parece que usaran la misma palabra para hablar de los engaños del Enemigo. Pero ésta, si quieres, es la magia de Galadriel. ¿No dijiste que querías ver la magia de los Elfos?

—Sí —dijo estremeciéndose, sintiendo a la vez miedo y curiosidad—. Echaré una mirada, Señora, si me permite.”

(‘El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo‘. Libro Segundo, capítulo 7: El Espejo de Galadriel).

 

(Frodo y Sam miran en el Espejo de Galadriel, según el artista inglés Alan Lee)

“—¿Quieres mirar tú ahora, Frodo? —dijo la Dama Galadriel—. No deseabas ver la magia de los Elfos, y estabas satisfecho.

—¿Me aconsejáis mirar? —preguntó Frodo.

—No —dijo ella—. No te aconsejo ni una cosa ni otra. No soy una consejera. Quizás aprendas algo, y lo que veas, sea bueno o malo, puede ser de provecho, o no. Ver es a la vez conveniente y peligroso. Creo sin embargo, Frodo, que tienes bastante coraje y sabiduría para correr el riesgo, o no te hubiera traído aquí. ¡Haz como quieras!

—Miraré —dijo Frodo y subiendo al pedestal se inclinó sobre el agua oscura.”

(‘El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo‘. Libro Segundo, capítulo 7: El Espejo de Galadriel).

 

Magali Villeneuve - Galadriel3

(Galadriel, según la artista francesa Magali Villeneuve)

“—Sé lo que viste al final —dijo ella— pues está también en mi mente. ¡No temas! Pero no pienses que el país de Lothlórien resiste y se defiende del Enemigo sólo con cantos en los árboles, o con las débiles flechas de los arcos élficos. Te digo, Frodo, que aún mientras te hablo, veo al Señor Oscuro y sé lo que piensa, o al menos lo que piensa en relación con los Elfos. Y él está siempre tanteando, queriendo verme y conocer mis propios pensamientos. ¡Pero la puerta está siempre cerrada!”

(‘El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo‘. Libro Segundo, capítulo 7: El Espejo de Galadriel).

 

(Galadriel con Nenya, según la artista estadounidense Ginger Opal)

“Eärendil, la Estrella de la Tarde, la más amada de los Elfos, brillaba clara allá en lo alto. Tan brillante era que la figura de la Dama echaba una sombra débil en la hierba. Los rayos se reflejaban en un anillo que ella tenía en el dedo, y allí resplandecía como oro pulido recubierto de una luz de plata, y una piedra blanca relucía en él como si la Estrella de la Tarde hubiera venido a apoyarse en la mano de la Dama Galadriel. Frodo miró el anillo con un respetuoso temor, pues de pronto le pareció que entendía.

—Sí —dijo la Dama adivinando los pensamientos de Frodo—, no está permitido hablar de él, y Elrond tampoco pudo. Pero no es posible ocultárselo al Portador del Anillo y a alguien que ha visto el Ojo. En verdad, en el país de Lórien y en el dedo de Galadriel está uno de los Tres. Este es Nenya, el Anillo de Diamante, y yo soy quien lo guarda.

Él lo sospecha, pero no lo sabe aún. ¿Entiendes ahora por qué tu venida era para nosotros como un primer paso en el cumplimiento del Destino? Pues si fracasas, caeremos indefensos en manos del Enemigo. Pero si triunfas, nuestro poder decrecerá, y Lothlórien se debilitará, y las marcas del Tiempo la borrarán de la faz de la tierra. Tenemos que partir hacia el Oeste, o transformarnos en un pueblo rústico que vive en cañadas y cuevas, condenados lentamente a olvidar y a ser olvidados.”

(‘El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo‘. Libro Segundo, capítulo 7: El Espejo de Galadriel).

 

(Galadriel, según el artista estadounidense Greg Hildebrandt)

“—Sois prudente, intrépida y hermosa, Dama Galadriel —dijo Frodo— y os daré el Anillo Unico, si vos me lo pedís. Para mí es algo demasiado grande.

Galadriel rió de pronto con una risa clara.

—La Dama Galadriel es quizá prudente —dijo—, pero ha encontrado quien la iguale en cortesía. Te has vengado gentilmente de la prueba a que sometí tu corazón en nuestro primer encuentro. Comienzas a ver claro. No niego que mi corazón ha deseado pedirte lo que ahora me ofreces. Durante muchos largos años me he preguntado qué haría si el Gran Anillo llegara alguna vez a mis manos, ¡y mira!, está ahora a mi alcance. El mal que fue planeado hace ya mucho tiempo sigue actuando de distintos modos, ya sea que Sauron resista o caiga. ¿No hubiera sido una noble acción, que aumentaría el crédito del Anillo, si se lo hubiera arrebatado a mi huésped por la fuerza o el miedo?

Y ahora al fin llega. ¡Me darás libremente el Anillo! En el sitio del Señor Oscuro instalarás una Reina. ¡Y yo no seré oscura sino hermosa y terrible como la Mañana y la Noche! ¡Hermosa como el Mar y el Sol y la Nieve en la Montaña! ¡Terrible como la Tempestad y el Relámpago! Más fuerte que los cimientos de la tierra. ¡Todos me amarán, y desesperarán!

Galadriel alzó la mano y del anillo que llevaba brotó una luz que la iluminó a ella sola, dejando todo el resto en la oscuridad. Se irguió ante Frodo y pareció que tenía de pronto una altura inconmensurable y una belleza irresistible, adorable y tremenda. En seguida dejó caer la mano, y la luz se extinguió, y ella rió de nuevo, y he aquí que fue otra vez una delgada mujer Elfa, vestida sencillamente de blanco, de voz dulce y triste.

—He pasado la prueba —dijo—. Me iré empequeñeciendo, marcharé al oeste y continuaré siendo Galadriel.”

(‘El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo‘. Libro Segundo, capítulo 7: El Espejo de Galadriel).

 

(Celeborn, según la artista estonia Ebe Kastein)

“—Ya veo que todavía no sabéis qué hacer —dijo Celeborn—. No me corresponde elegir por vosotros, pero os ayudaré en lo que pueda. Hay entre vosotros algunos capaces de manejar una embarcación: Legolas, cuya gente conoce el rápido Río del Bosque; y Boromir de Gondor y Aragorn el viajero.

—¡Y un Hobbit! —gritó Merry—. No todos nosotros pensamos que los botes son caballos salvajes. Mi gente vive a orillas del Brandivino.

—Muy bien —dijo Celeborn—. Entonces proveeré de embarcaciones a la Compañía. Serán pequeñas y livianas, pues si vais lejos por el agua, habrá sitios donde tendréis que transportarlas. Llegaréis a los rápidos de Sarn Gebir, y quizás al fin a los grandes Saltos de Rauros donde el Río cae atronando desde Nen Hithoel; y hay otros peligros. Las embarcaciones harán que vuestro viaje sea menos trabajoso por un tiempo. Sin embargo, no os aconsejarán: al fin tendréis que dejarlas, a ellas y al Río, y marchar hacia el oeste… o el este.”

(‘El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo‘. Libro Segundo, capítulo 8: Adiós a Lórien).

 

(Boromir, según el artista francés David Revoy)

“—Iré a Minas Tirith, solo, si fuera necesario, pues es mi deber —dijo Boromir y luego calló un rato, sentado y con los ojos clavados en Frodo, como si tratara de leer los pensamientos del Mediano. Al fin retomó la palabra, como discutiendo consigo mismo—. Si sólo te propones destruir el Anillo —dijo—, la guerra y las armas no servirán de mucho, y los Hombres de Minas Tirith no podrán ayudarte. Pero si deseas destruir el poder armado del Señor Oscuro, sería una locura entrar sin fuerzas en esos dominios, y una locura sacrificar… —Se interrumpió de pronto, como si hubiese advertido que estaba pensando en voz alta.— Sería una locura sacrificar vidas, quiero decir —concluyó—. Se trata de elegir entre defender una plaza fortificada y marchar directamente hacia la muerte. Al menos, así es como yo lo veo.

Frodo notó algo nuevo y extraño en los ojos de Boromir y lo miró con atención. Lo que Boromir acababa de decir no era lo que él pensaba, evidentemente. Sería una locura sacrificar ¿qué? ¿El Anillo de Poder?”

(‘El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo‘. Libro Segundo, capítulo 8: Adiós a Lórien).

 

(Gandalf el Blanco, según Sue Wookey)

“Desnudo fui enviado de vuelta, durante un tiempo, hasta que llevara a cabo mi trabajo. Y desnudo yací en la cima de la montaña. La torre de detrás había sido reducida a polvo, la ventana había desaparecido: las piedras rotas y quemadas obstruían la arruinada escalera. Yo estaba solo allí, olvidado, sin posibilidad de escapar en aquella dura cima del mundo. Allí me quedé, tendido de espaldas, mirando el cielo mientras las estrellas giraban encima, y los días parecían más largos que la vida entera de la tierra. Débiles llegaban a mis oídos los rumores de todas las tierras: la germinación y la muerte, las canciones y los llantos, y el lento y sempiterno gruñido de las piedras sobrecargadas.”

(‘El Señor de los Anillos: Las Dos Torres‘. Libro Tercero, capítulo 5: El Caballero Blanco).

 

(*) Nota importante: Aunque el Calendario de la Comarca no coincide con el calendario Gregoriano (hay una diferencia de 10 u 11 días entre uno y otro dependiendo del día en el que se celebre el solsticio de verano), hemos decidido publicar los acontecimientos según su fecha original y no adaptar las fechas a nuestro calendario (de hacerlo, el 25 de marzo del Calendario de la Comarca sería nuestro 14 ó 15 de marzo). Nos parece lo más lógico no solo para evitar confusiones sino para mantener la coherencia con el hecho de celebrar el Día Internacional de Leer a Tolkien el 25 de marzo (fecha en la que se derrotó a Sauron) y el Día Hobbit el 22 de septiembre (fecha de los cumpleaños de Bilbo y Frodo).
 

(*) Nota 2: En las primeras ediciones de ‘El Señor de los Anillos‘, en la Cuenta de los Años del Apéndice B se indica que estos eventos sucedieron el 14 de febrero. No obstante en la narración es evidente que todo esto sucedió el día anterior a la partida de la Compañía de Lórien el 16 de febrero. Por lo tanto Wayne G. Hammond y Christina Scull decidieron corregir la fecha en la edición del 50 aniversario de ‘El Señor de los Anillos‘, corrección que también aparece en la edición del 60 aniversario.

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