
- Categoría: Mundo Tolkien
- Etiquetas: Año 120 de la Cuarta Edad, Año 2931 de la Tercera Edad, Año 3019 de la Tercera Edad, Apéndices, El Señor de los Anillos, Guerra del Anillo, Hoy en la Tierra Media, JRR Tolkien, La Búsqueda del Anillo, libros
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¿Queréis saber qué ocurrió en el universo fantástico creado por J.R.R. Tolkien el 1 de marzo? ¡Os lo contamos aquí!
Continuamos con la sección ‘Hoy en la Tierra Media’ con una jornada en la que nació uno de los personajes clave en los acontecimientos de los años finales de la Tercera Edad, en la que dos Hobbits se internaron en un terreno cenagoso y en la que un Poder se manifestó ante tres cazadores. Aclaramos que todas las fechas se corresponden con el Calendario de la Comarca o con el Cómputo del Rey (ver nota), y que todas ellas proceden de ‘El Hobbit‘, ‘El Señor de los Anillos‘ (incluidos los Apéndices) y los ‘Cuentos Inconclusos‘ de J.R.R. Tolkien, y del ‘Atlas de la Tierra Media‘ de Karen Wynn Fonstad, ‘El Señor de los Anillos: Guía de Lectura‘ de Wayne G. Hammond y Christina Scull y ‘The History of The Hobbit‘ de John D. Rateliff.
Unos acontecimientos que acompañamos con citas de los libros de Tolkien y con ilustraciones de distintos artistas.
Esto fue lo que sucedió en la Tierra Media el 1 de marzo.
Año 2931 de la Tercera Edad del Sol:
* Nacimiento de Aragorn.
(Pinchad en las imágenes para verlas a mayor resolución)
(Gilraen y Estel, según la artista polaca Anna Kulisz)
“Y aconteció que cuando hacía apenas un año que Arathorn y Gilraen se habían casado, Arador fue tomado prisionero por los Trolls de las montañas en los Páramos Fríos al norte de Rivendel, y asesinado; y Arathorn se convirtió en el Capitán de los Dúnedain. Al año siguiente Gilraen le dio un hijo, y lo llamaron Aragorn. Pero Aragorn tenía apenas dos años cuando Arathorn partió a combatir contra los Orcos con los hijos de Elrond, y pereció con un ojo atravesado por una flecha orca; y así tuvo en verdad una vida breve para alguien de su raza, pues apenas contaba sesenta años cuando cayó.
Aragorn, que era ahora el Heredero de Isildur, fue llevado entonces a vivir con su madre en la casa de Elrond, y Elrond hizo las veces de padre para él, y llegó a amarlo como a un hijo.”
(Apéndices de ‘El Señor de los Anillos‘. Apéndice A: Anales de los Reyes y Gobernantes. I. Los Reyes Númenóreanos – (v). Un fragmento de la historia de Aragorn y Arwen).
Año 3019 de la Tercera Edad del Sol:
* Frodo, Sam y Gollum comienzan a atravesar la senda de las Ciénagas de los Muertos. Por la noche aparecen las luces.
* Merry y Pippin pasan el día con Ramaviva mientras continuaba la Cámara de los Ents.
* De madrugada Saruman se aparece a Aragorn, Legolas y Gimli, y los caballos huyen. Por la mañana Aragorn encuentra el rastro de Merry y Pippin, que los lleva al bosque de Fangorn por la mañana y se encuentran con Gandalf el Blanco, y los cuatro viajan hacia Edoras.
* Faramir abandona Minas Tirith y viaja a Ithilien con una misión.
(Las Ciénagas de los Muertos, según el artista inglés Alan Lee)
“La noche concluía, pero las nubes cubrían la luna y las estrellas, y sólo una luz gris y tenue que se expandía lentamente anunciaba la llegada del día.
Al cabo de una fría hora de marcha llegaron al término del arroyo. Las orillas eran ahora montículos cubiertos de musgo. El agua gorgoteaba sobre el último reborde de piedra putrefacta, caía en una charca de aguas pardas y desaparecía. Unas cañas secas silbaban y crujían, aunque al parecer no había viento.
A ambos lados y al frente de los viajeros se extendían grandes ciénagas y marismas, internándose al este y al sur en la penumbra pálida del alba. Unas brumas y vahos brotaban en volutas de los pantanos oscuros y fétidos. Un hedor sofocante colgaba en el aire inmóvil. En lontananza, casi en línea recta al sur, se alzaban las murallas montañosas de Mordor, como una negra barrera de nubes despedazadas que flotasen sobre un mar peligroso cubierto de nieblas.”
(‘El Señor de los Anillos: Las Dos Torres‘. Libro Cuarto, capítulo 2: A través de las ciénagas).
(Saruman, según Daniel Briggs [arte conceptual de la expansión Rise of Isengard de The Lord of the Rings Online])
“De pronto Gimli alzó la cabeza, y allí, al borde mismo del resplandor del fuego, vio la figura encorvado de un anciano, un hombre apoyado en un bastón y envuelto en una capa amplia; un sombrero de ala ancha le ocultaba los ojos, Gimli dio un salto, demasiado sorprendido para gritar, aunque pensó en seguida que Saruman los había atrapado. El movimiento brusco había despertado a Aragorn y Legolas, que ya estaban sentados, los ojos muy abiertos. El anciano no habló ni hizo ningún ademán.
—Bueno, abuelo, ¿qué podemos hacer por ti? —dijo Aragorn, poniéndose de pie—. Acércate y caliéntate, si tienes frío.
Dio un paso adelante, pero el anciano ya no estaba allí. No había ninguna huella de él en las cercanías y no se atrevieron a ir muy lejos. La luna se había puesto y la noche era muy oscura.
De pronto Legolas lanzó un grito.
—¡Los caballos! ¡Los caballos!
Los caballos habían desaparecido, llevándose las estacas a la rastra.”
(‘El Señor de los Anillos: Las Dos Torres‘. Libro Tercero, capítulo 2: Los jinetes de Rohan).
(Las Ciénagas de los Muertos, según el artista noruego Henning Ludvigsen)
“—Las Ciénagas de los Muertos, sí, sí: así las llaman —cloqueó—. No hay que mirar cuando los cirios están encendidos.
—¿Quiénes son? ¿Qué son? —preguntó Sam con un escalofrío, volviéndose a Frodo que ahora estaba detrás de él.
—No lo sé —dijo Frodo con una voz soñadora—. Pero yo también las he visto. En los pantanos cuando se encendieron las luces. Yacen en todos los pantanos, rostros pálidos, en lo más profundo de las aguas tenebrosas. Yo los vi: caras horrendas y malignas, y caras nobles y tristes. Una multitud de rostros altivos y hermosos, con algas en los cabellos de plata. Pero todos inmundos, todos putrefactos, todos muertos. En ellos brilla una luz tétrica. —Frodo se cubrió los ojos con las manos.— Ahora sé quiénes son; pero me pareció ver allí Hombres y Elfos, y Orcos junto a ellos.
—Sí, sí —dijo Gollum—. Todos muertos, todos putrefactos. Elfos y Hombres y Orcos. Las Ciénagas de los Muertos. Hubo una gran batalla en tiempos lejanos, sí, eso le contaron a Sméagol cuando era joven, cuando yo era joven y el Tesoro no había llegado aún. Fue una gran batalla. Hombres altos con largas espadas, y Elfos terribles, y Orcos que aullaban. Pelearon en el llano durante días y meses delante de las Puertas Negras. Pero las ciénagas crecieron desde entonces, engulleron las tumbas; reptando, reptando siempre.”
(‘El Señor de los Anillos: Las Dos Torres‘. Libro Cuarto, capítulo 2: A través de las ciénagas).
(Merry y Pippin en Fangorn, según la artista alemana Anke Katrin Eißmann)
“El día siguiente también lo pasaron en compañía de Bregalad, pero no se alejaron mucho de la «casa». La mayor parte del tiempo se quedaron sentados en silencio al abrigo de la barranca; pues el viento era más frío, y las nubes más bajas y grises; el sol brillaba poco, y a lo lejos las voces de los Ents reunidos en Asamblea todavía subían y bajaban, a veces altas y fuertes, a veces bajas y tristes, a veces rápidas, a veces lentas y solemnes como un himno.”
(‘El Señor de los Anillos: Las Dos Torres‘. Libro Tercero, capítulo 4: Bárbel).
(Aragorn, Legolas y Gimli en Fangorn, según el artista británico Peter Xavier Price)
“—Quizá —dijo Aragorn, sonriendo—. Hay otros signos al alcance de la mano que no habéis tenido en cuenta. Estoy de acuerdo en que el prisionero era un Hobbit, y que tenía los pies o las manos libres antes de llegar aquí. Supongo que eran las manos, pues el enigma se aclara un poco entonces, y también porque de acuerdo con las huellas fue traído aquí por un Orco. Se ha vertido sangre en este sitio, sangre de Orco. Hay marcas profundas de cascos todo alrededor, y signos de que se llevaron a la rastra una cosa pesada. Los jinetes mataron a un Orco, y luego lo arrastraron hasta las hogueras. Pero no vieron al Hobbit: no estaba «al descubierto», pues era de noche y llevaba todavía el manto élfico. Estaba agotado y con hambre, y no es raro que después de librarse de las ataduras con el cuchillo del enemigo caído, haya descansado y comido un poco antes de irse sigilosamente. Pero es un alivio saber que tenía unas pocas lembas en el bolsillo, aunque haya escapado sin armas ni provisiones; esto es quizá típico de un Hobbit. Hablo en singular, aunque espero que Merry y Pippin hayan estado aquí juntos. Nada, sin embargo, permite asegurarlo.”
(‘El Señor de los Anillos: Las Dos Torres‘. Libro Tercero, capítulo 5: El Caballero Blanco).
(Aragorn, Legolas y Gimli en Fangorn, según el artista inglés Alan Lee)
“—Yo siento que el aire es pesado —dijo el Enano—. Este bosque es menos denso que el Bosque Negro, pero parece mohoso y decrépito.
—Es viejo, muy viejo —dijo el Elfo—. Tan viejo que casi me siento joven otra vez, como no he vuelto a sentirme desde que viajo con niños como vosotros. Viejo, y poblado de recuerdos. Yo podía haber sido feliz aquí, si hubiera venido en días de paz.
—Me atrevo a asegurarlo —se burló Gimli—. De todos modos eres un Elfo de los Bosques, aunque los Elfos son siempre gente rara. Sin embargo, me reconfortas. A donde tú vayas, yo también iré. Pero ten el arco bien dispuesto, y yo llevaré el hacha suelta en el cinturón. No para usarla contra los árboles —dijo de prisa, alzando los ojos al árbol que se erguía sobre ellos—. No me gustaría tropezarme de improviso con ese hombre viejo sin un argumento en la mano. ¡Adelante!”
(‘El Señor de los Anillos: Las Dos Torres‘. Libro Tercero, capítulo 5: El Caballero Blanco).
(Gandalf el Blanco aparece ante Aragorn, Legolas y Gimli, según el artista canadiense Ted Nasmith)
“El viejo era demasiado rápido. Se incorporó de un salto y se encaramó en una roca. Allí esperó, de pie, de pronto muy alto, dominándolos. Había dejado caer la capucha y los harapos grises, y ahora la vestidura blanca centelleaba. Levantó la vara, y a Gimli el hacha se le desprendió de la mano y cayó resonando al suelo. La espada de Aragorn, inmóvil en la mano tiesa, se encendió con un fuego súbito. Legolas dio un grito y soltó una flecha que subió por el aire y se desvaneció en un estallido de llamas.
—¡Mithrandir! —gritó—. ¡Mithrandir!
—¡Feliz encuentro, te digo a ti otra vez, Legolas! —exclamó el viejo.”
(‘El Señor de los Anillos: Las Dos Torres‘. Libro Tercero, capítulo 5: El Caballero Blanco).
(Gandalf y Sombragrís, según el artista británico Peter Xavier Price)
“—Hay tres —dijo Legolas, que observaba la llanura—. ¡Mirad cómo corren! Allí viene Hasufel, ¡y mi amigo Arod viene al lado! Pero hay otro que encabeza la tropa: un caballo muy grande. Nunca vi ninguno parecido.
—Ni nunca lo verás —dijo Gandalf—. Ese es Sombragris. Es el jefe de los Mearas, señores de los caballos, y ni siquiera Théoden, Rey de Rohan, ha visto uno mejor. ¿No brilla acaso como la plata, y corre con la facilidad de una rápida corriente? Ha venido por mí: la cabalgadura del Caballero Blanco. Iremos juntos al combate.
El viejo mago hablaba aún cuando el caballo grande subió la pendiente hacia él: le brillaba la piel, las crines le flotaban al viento. Los otros dos animales venían lejos detrás. Tan pronto como Sombragris vio a Gandalf, aminoró el paso y relinchó con fuerza; luego se adelantó al trote e inclinando la orgullosa cabeza frotó el hocico contra el cuello del viejo.
Gandalf lo acarició.”
(‘El Señor de los Anillos: Las Dos Torres‘. Libro Tercero, capítulo 5: El Caballero Blanco).
(Faramir, según el artista estadounidense Donato Giancola)
“Pues tengo la misión de dar muerte a todos los que encuentre en estas tierras sin autorización del Señor de Gondor. Pero yo no mato sin necesidad ni a hombre ni a bestia, y cuando es necesario no lo hago con alegría. Tampoco hablo en vano.”
(‘El Señor de los Anillos: Las Dos Torres‘. Libro Cuarto, capítulo 5: Una ventana al Oeste).
Año 120 de la Cuarta Edad del Sol:
* Muerte del Rey Elessar. Eldarion se convierte en el segundo rey del Reino Reunido de Arnor y Gondor.
(Arwen en la tumba de Aragorn, según el artista estadounidense Charles Burggraf)
“Entonces, fue a la Casa de los Reyes en la Calle del Silencio, y se tendió en el largo lecho que le habían preparado. Allí le dijo adiós a Eldarion, y le puso en las manos la corona alada de Gondor y el cetro de Arnor; y entonces todos se retiraron excepto Arwen, y allí se quedó junto al lecho de Aragorn. Y no obstante su gran sabiduría y su mismo linaje, no pudo dejar de suplicarle que se quedara todavía por algún tiempo. Aún no estaba cansada de los días, y ahora sentía el sabor amargo de la mortalidad que ella misma había elegido.”
(Apéndices de ‘El Señor de los Anillos‘. Apéndice A: Anales de los Reyes y Gobernantes. I. Los Reyes Númenóreanos – (v). Un fragmento de la historia de Aragorn y Arwen).
(*) Nota importante: Aunque el Calendario de la Comarca no coincide con el calendario Gregoriano (hay una diferencia de 10 u 11 días entre uno y otro dependiendo del día en el que se celebre el solsticio de verano), hemos decidido publicar los acontecimientos según su fecha original y no adaptar las fechas a nuestro calendario (de hacerlo, el 25 de marzo del Calendario de la Comarca sería nuestro 14 ó 15 de marzo). Nos parece lo más lógico no solo para evitar confusiones sino para mantener la coherencia con el hecho de celebrar el Día Internacional de Leer a Tolkien el 25 de marzo (fecha en la que se derrotó a Sauron) y el Día Hobbit el 22 de septiembre (fecha de los cumpleaños de Bilbo y Frodo).