¿Queréis saber qué sucedió en la Tierra Media creada por J.R.R. Tolkien el 11 de marzo? ¡Lo podéis leer aquí!

Continuamos con la sección ‘Hoy en la Tierra Media’ con un día en el que el Bosque de Oro fue atacado, en el que el Señor de Gondor envió a su hijo a intentar recuperar la antigua capital del reino, y en el que dos Hobbits continuaron ascendiendo las Montañas de la Sombra y en el que una miserable criatura fraguó su traición. Una vez más queremos aclarar todas las fechas de esta sección se corresponden con el Calendario de la Comarca o con el Cómputo del Rey y no con el Calendario Gregoriano (ver nota), y que todas ellas las hemos sacado de ‘El Hobbit‘, ‘El Señor de los Anillos‘ (incluidos los Apéndices) y los ‘Cuentos Inconclusos‘ de J.R.R. Tolkien, y del ‘Atlas de la Tierra Media‘ de Karen Wynn Fonstad, ‘El Señor de los Anillos: Guía de Lectura‘ de Wayne G. Hammond y Christina Scull  y ‘The History of The Hobbit‘ de John D. Rateliff.

Unos acontecimientos que acompañamos con citas de los libros de Tolkien y con ilustraciones de distintos artistas, aunque por desgracia no en todos los casos somos capaces de encontrar imágenes que representen los momentos a los que nos referimos, o que reflejen fielmente todo lo descrito por Tolkien.

No nos entretenemos más, y esto fue lo que ocurrió en la Tierra Media el 11 de marzo.

 

Año 3019 de la Tercera Edad del Sol:

* Frodo, Sam y Gollum empiezan la ascensión de la Escalera de Caracol, la segunda de las escaleras de Cirith Ungol.

* Gollum se escabulle mientras Frodo y Sam duermen y visita a Ella-Laraña. Al regresar y ver dormido a Frodo, debate consigo mismo y está a punto de arrepentirse de su traición.

* Se celebra un importante Consejo en Minas Tirith, en el que pese a las objeciones de Faramir prevalece la opinión de Denethor de retomar Osgiliath.

* Denethor ordena a Faramir ir a Osgiliath.

* La Compañía Gris, seguida por los Muertos, alcanza Linhir y entra en Lebennin.

* El Folde Este de Rohan es invadido desde el norte por un ejército de Orcos y Orientales al servicio de Sauron.

* Lothlórien es atacado por primera vez por Orcos procedentes de Dol Guldur.

 

(Pinchad en las imágenes para verlas a mayor resolución)

(Las escaleras de Cirith Ungol, según Robert Goldsmith)

«Más y más allá proseguía la escalera, siempre sinuosa y zigzagueante, hasta que por fin, luego de un último tramo corto y empinado, desembocó en otro nivel. El sendero se había alejado del paso principal en la gran hondonada, y ahora seguía su propio y peligroso curso en una garganta más angosta, entre las regiones más elevadas de Ephel Dúath. Los Hobbits distinguían apenas, a los lados, unos pilares altos y unos pináculos de piedra dentada, entre los que se abrían unas grietas y fisuras más negras que la noche; allí unos inviernos olvidados habían carcomido y tallado la piedra que el sol no tocaba nunca. Y ahora la luz roja parecía más intensa en el cielo; no podían decir aún si lo que se acercaba a este lugar de sombras era en verdad un terrible amanecer o sólo la llamarada de alguna tremenda violencia de Sauron en los tormentos de más allá de Gorgoth.»

(‘El Señor de los Anillos: Las Dos Torres‘. Libro Cuarto, capítulo 8: Las escaleras de Cirith Ungol).

 

(Faramir, Imrahil y Denethor, según la artista alemana Anke Katrin Eißmann)

«—Sin embargo —dijo Denethor—, no convendría abandonar a la ligera las defensas exteriores, el Rammas edificado con tanto esfuerzo. Y el Enemigo tendrá que pagar caro el cruce del río. No podrá atacar la ciudad ni por el norte de Cair Andros a causa de los pantanos, ni por el sur en las cercanías de Lebennin, pues allí el río es muy ancho, y necesitaría muchas embarcaciones. Es en Osgiliath donde descargará el golpe, como ya lo hizo una vez cuando Boromir le cerró el paso.

—Aquello no fue más que una intentona —dijo Faramir—. Hoy quizá pudiéramos hacerle pagar al enemigo diez veces nuestras pérdidas, y sin embargo ser nosotros los perjudicados. Pues a él no le importaría perder todo un ejército pero nosotros no podemos permitirnos la pérdida de una sola compañía. Y la retirada de las que enviemos lejos sería peligrosa, en caso de una irrupción violenta.»

(‘El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey‘. Libro Quinto, capítulo 4: El Sitio de Gondor).

 

(Gandalf y Faramir, según la artista polaca Joanna Michalak)

«Entonces todos guardaron silencio, hasta que al cabo habló Faramir: —No me opongo a vuestra voluntad, Señor. Puesto que habéis sido despojado de Boromir, iré yo y haré lo que pueda en su lugar… si me lo ordenáis.

—Te lo ordeno —dijo Denethor.

—¡Adiós, entonces! —dijo Faramir—. ¡Pero si yo volviera un día, tened mejor opinión de mí!

—Eso dependerá de cómo regreses —dijo Denethor.

Fue Gandalf el último en hablar con Faramir antes de que partiera para el Este.

—No sacrifiques tu vida ni por temeridad ni por amargura —le dijo—. Serás necesario aquí, para cosas distintas de la guerra. Tu padre te ama, Faramir, y lo recordará antes del fin. ¡Adiós!»

(‘El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey‘. Libro Quinto, capítulo 4: El Sitio de Gondor).

 

(Samsagaz, según el artista estadounidense Matthew Stewart)

«—A mí no me gusta nada de aquí: piedra y viento, hueso y aliento. Tierra, agua, aire, todo parece maldito. Pero es el camino que nos fue trazado.

—Sí, es verdad —dijo Sam—. Y de haber sabido más antes de partir, no estaríamos ahora aquí seguramente. Aunque me imagino que así ocurre a menudo. Las hazañas de que hablan las antiguas leyendas y canciones, señor Frodo: las aventuras, como yo las llamaba. Yo pensaba que los personajes maravillosos de las leyendas salían en busca de aventuras porque querían tenerlas, y les parecían excitantes, y en cambio la vida era un tanto aburrida: una especie de juego, por así decir. Pero con las historias que importaban de veras, o con esas que uno guarda en la memoria, no ocurría lo mismo. Se diría que los protagonistas se encontraban de pronto en medio de una aventura, y que casi siempre ya tenían los caminos trazados, como dice usted. Supongo que también ellos, como nosotros, tuvieron muchas veces la posibilidad de volverse atrás, sólo que no la aprovecharon. Quizá, pues, si la aprovecharan tampoco lo sabríamos, porque nadie se acordaría de ellos. Porque sólo se habla de los que continuaron hasta el fin… y no siempre terminan bien, observe usted; al menos no de ese modo que la gente de la historia, y no la gente de fuera, llama terminar bien. Usted sabe qué quiero decir, volver a casa, y encontrar todo en orden, aunque no exactamente igual que antes… como el viejo señor Bilbo. Pero no son ésas las historias que uno prefiere escuchar, ¡aunque sean las que uno prefiere vivir! Me gustaría saber en qué clase de historia habremos caído.

—A mí también —dijo Frodo—. Pero no lo sé. Y así son las historias de la vida real. Piensa en alguna de las que más te gustan. Tú puedes saber, o adivinar, qué clase de historia es, si tendrá un final feliz o un final triste, pero los protagonistas no saben absolutamente nada. Y tú no querrías que lo supieran.»

(‘El Señor de los Anillos: Las Dos Torres‘. Libro Cuarto, capítulo 8: Las escaleras de Cirith Ungol).

 

(Frodo, según Kara Williams)

«Ah, Sam si supieras… —dijo—, de algún modo oírte me hace sentir tan contento como si la historia ya estuviese escrita. Pero te has olvidado de uno de los personajes principales: Samsagaz el intrépido. ‘¡Quiero oír más cosas de Sam, papá! ¿Por qué no ponen más de las cosas que decía en el cuento? Eso es lo que me gusta, me hace reír. Y sin Sam, Frodo no habría llegado ni a la mitad del camino ¿verdad, papá?’

—Vamos, señor Frodo —dijo Sam— no se burle usted. Yo hablaba en serio.

—Yo también —dijo Frodo—, y sigo hablando en serio. Estamos yendo demasiado de prisa. Tú y yo, Sam, nos encontramos todavía atascados en los peores pasajes de la historia, y es demasiado probable que algunos digan, al llegar a este punto: ‘Cierra el libro, papá, no tenernos ganas de seguir leyendo.'»

(‘El Señor de los Anillos: Las Dos Torres‘. Libro Cuarto, capítulo 8: Las escaleras de Cirith Ungol).

 

(Gollum y Ella-laraña, según Dagmar Jung)

«—Veremos, veremos —se decía Gollum, cuando predominaba en él el humor maligno, mientras recorría el peligroso camino que descendía de Emyn Muil al Valle de Morgul—, veremos. Puede ser, oh sí, puede ser que cuando Ella tire los huesos y las ropas vacías, lo encontremos, y entonces lo tendremos, el Tesoro, una recompensa para el pobre Sméagol, que le trae buena comida. Y salvaremos el Tesoro, como prometimos. Oh sí. Y cuando lo tengamos a salvo, Ella lo sabrá, oh sí, y entonces ajustaremos cuentas con Ella, oh sí mi tesoro. ¡Entonces ajustaremos cuentas con todo el mundo!

Así reflexionaba Gollum en un recoveco de astucia que aún esperaba poder ocultarle, aunque la había vuelto a ver y se había prosternado ante ella mientras los Hobbits dormían.»

(‘El Señor de los Anillos: Las Dos Torres‘. Libro Cuarto, capítulo 9: El Antro de Ella-Laraña).

 

(La Compañía Gris, según el artista estadounidense Jef Murray)

«Cabalgamos durante todo un día de luz, y al día siguiente no amaneció, y continuamos cabalgando, y atravesamos el Ciril y el Ringló; y el tercer día llegamos a Linhir, sobre la desembocadura del Gilrain.»

(‘El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey‘. Libro Quinto, capítulo 9: La última deliberación).

 

(Pillaje de Orcos, según el artista español Diego Gisbert Llorens)

«El nuevo ejército que nos fue anunciado se ha adelantado a ellos, y ya llega desde el otro lado del río, a través de Andros, por lo que parece. Es poderosísimo: batallones de Orcos del Ojo e innumerables compañías de Hombres de una raza nueva que nunca habíamos visto hasta ahora. No muy altos, pero fornidos y feroces, barbudos como Enanos, y empuñan grandes hachas. Vienen sin duda de algún país salvaje en las vastas tierras del Este. Ya se han apoderado del camino del norte, y muchos han penetrado en Anórien. Los Rohirrim no podrán acudir.»

(‘El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey‘. Libro Quinto, capítulo 4: El Sitio de Gondor).

 

(Las escaleras de Cirith Ungol, según el artista británico Peter Xavier Price)

«Gollum los miró. Una expresión extraña le apareció en la cara. Los ojos se le apagaron, y se volvieron de pronto grises y opacos, viejos y cansados. Se retorció, como en un espasmo de dolor, y volvió la cabeza y miró para atrás, hacia la garganta, sacudiendo la cabeza como si estuviese librando una lucha interior. Luego volvió a acercarse a Frodo y extendiendo lentamente una mano trémula le tocó con cautela la rodilla; más que tocarla, la acarició. Por un instante fugaz, si uno de los durmientes hubiese podido observarlo, habría creído estar viendo a un Hobbit fatigado y viejo, abrumado por los años que lo habían llevado mucho más allá de su tiempo, lejos de los amigos y parientes, y de los campos y arroyos de la juventud; un viejo despojo hambriento y lastimoso.»

(‘El Señor de los Anillos: Las Dos Torres‘. Libro Cuarto, capítulo 8: Las escaleras de Cirith Ungol).

 

(Lothlórien, según el artista español Emilio Rodríguez)

«Tres veces Lórien había sido atacada desde Dol Guldur, pero además del valor de ese pueblo élfico, el poder que había en esa tierra era demasiado grande para que alguien pudiera conquistarla, a no ser que Sauron hubiera ido allí él mismo. Aunque los hermosos bosques de las fronteras fueron tristemente dañados, se rechazaron los asaltos;»

(Apéndices de ‘El Señor de los Anillos‘. Apéndice B: La Cuenta de los Años. La Tercera Edad – Los Grandes Años).

 

(*) Nota importante: Aunque el Calendario de la Comarca no coincide con el calendario Gregoriano (hay una diferencia de 10 u 11 días entre uno y otro dependiendo del día en el que se celebre el solsticio de verano), hemos decidido publicar los acontecimientos según su fecha original y no adaptar las fechas a nuestro calendario (de hacerlo, el 25 de marzo del Calendario de la Comarca sería nuestro 14 ó 15 de marzo). Nos parece lo más lógico no solo para evitar confusiones sino para mantener la coherencia con el hecho de celebrar el Día Internacional de Leer a Tolkien el 25 de marzo (fecha en la que se derrotó a Sauron) y el Día Hobbit el 22 de septiembre (fecha de los cumpleaños de Bilbo y Frodo).

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