Descripción del Personaje |
Muy parecido aun elfo de gran talla de unos 2 metros de alta, su pelo es de color negro con mechas rojo fuego y los ojos son negros enteros, es mas bello que cualquiera de los elfos que puedan pisar en la aman y arda, es sobretodo austero y arrogante por su condición de “Demonio”, Le gusta la guerra mas que nada y odia en especial a los seres mortales y a los señores de occidente. Sus armas preferidas son las espadas aunque puede usar otro tipo de habilidades mágicas. Monta un caballo negro Infernal llamado Agliareth. A veces puede adquirir la forma de una Gran Pantera negra.
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Historia del Personaje |
Al principio cuando solo Eru el único existía en el vació creo unos seres llamados los Ainur, estos fueron dotados de hermosas voces. Estos nuevos entes crearon el Ainulindalë la canción de la creación para deleitar a Eru y este les construyo las estancias llamadas los palacios intemporales, pero para entonces en aquellas hermosas voces y en la Ainulindalë había una voz que discordaba del resto, Eru enfurecido por esa discordia mando llamar al Ainur llamado Melkor, el mas hermoso y poderoso de sus hijos, su oda era para si mismo, al deseo de crear y gobernar, así Eru creo un mundo llamado Eä y allí mando 15 de sus hijos los cuales fueron llamados valar acompañados por otros Ainur de menor poder los maiar. Estos valar por orden de Eru tendría que encargarse de gobernar en Eä y para ello tendrían que estar de acuerdo, pero Melkor no quiso escuchar las palabras de su padre y así se aisló de sus hermanos y siguió cantando su propia parte de la Ainulindalë, Eru volvió a escuchar su canto y su desobediencia y castigo a todos a no poder volver a las estancias intemporales.
Así Eä se dividió en dos partes aman y arda. En aman vivían los valar y maiar, la primera morada de estos señores fue Almaren donde gracias a Aulë el herrero edificaron dos grandes lámparas llamadas Illuin y Ormal, las cuales alumbraron la tierra durante mucho tiempo haciendo que la tierra se llenara de alegría y de luz, esta época fue llamada también primavera de Arda, durante este tiempo Ariul se junto a eönwë y este fue su maestro de armas junto a otros muchos maiar, una vez eönwë no puedo enseñarle mas, su ansia por el arte de la guerra lo llevo a Tulkas y este también le enseño todo lo que sabia. Después de un tiempo de descanso fue a ver a Mandos castillo de la custodia y señor de los muertos y de el aprendió el dominio de las almas y la mente, pero los conocimientos que Ariul había adquirido no eran suficientes, y uno tras otro fue aprendiendo de cada valar lo que mas le interesaba hasta que una vez aprendido todo lo que valinor podía enseñarle, fue a ver al señor oscuro, mucho es lo que este le enseño y mucha la oscuridad que adquirió durante su aprendizaje, pues el señor oscuro aparte de innumerables habilidades como la forja, el dominio del fuego y la mente y otras muchas le enseño a odiar y todas y cada una de las creaciones de la tierra media y aman, Ariul escucho estas palabras una y otra vez y cada vez que las oía su corazón se volvía mas negro y frío. Por ese tiempo también fue cuando Yavanna creo los grandes bosques y praderas y todo tipo de pacíficos animales en el agua y en la tierra. Pero estas no fueron las únicas obras que se hicieron lejos en el norte, mientras los valar descansaban de sus tareas, los maiar oscuros se volvieron a reunir con Melkor y este edifico las imponentes montañas de hierro como un muro que cruzaba las tierras septentrionales, y debajo de estas construyo una estancia del mal, llamada Utumno y desde allí corrompió todas las creaciones de los valar, así las criaturas de Yavanna fueron deformadas y torturadas de forma que se volvieron sedientas de sangre. Cuando Melkor creyó que era lo suficientemente fuerte declaro la guerra a los valar y avanzo con su ejército y derrumbo los dos pilares de las grandes lámparas y el fuego se extendió por toda la tierra, durante el cataclismo Almaren quedo totalmente destruida. Haciendo que los valar se
Retiraran de la tierra media hacia aman y las tierras imperecederas. Mas tarde los valar crearon los dos árboles llamados Telperion y Laurelin, Melkor volvió a ver la oportunidad de causar mas daño y con ayuda de Ungolinat enveneno y destruyo los dos árboles, dando paso a las edades de la oscuridad que duraron mas de diez mil años humanos. Durante ese tiempo las hordas de Melkor asolaron la tierra media y todo cuando sus hermanos creaban era corrompido.
Las edades se sucedieron una tras otra, Melkor paso a ser llamado Morgoth por los elfos, se enfrento a ellos y a los hombres en las grandes guerras de Beleriand, durante estas guerras, otros muchos maiar corrompidos por el poder de oscuro se unieron a las fuerzas de Melkor uno de ellos y de los mas poderosos fue LördDârk, el maiar oscuro, era un orgulloso general y esto le llevaba a constantes disputas con Saruon la mano derecha de Melkor, al igual que Ariul, el también quería ser la mano derecha del señor oscuro y el odio hacía aquel Hechicero llamado Sauron era un sentimiento mutuo, “el poder llama a mas poder”, esta frase retumbo en la cabeza de Ariul durante mucho tiempo. Durante todo el tiempo que estubo luchando a las ordenes del señor oscuro, dándole la victoria una y otra vez, en su interior creció un sentimiento de recelo hacia aquel otro guerrero llama Gauthol, no le inspiraba confianza y mucho menos simpatía, se creía superior al resto y eso a Ariul no le hacia ninguna gracia. Varias disputas tubo con él por el mando del ejercito, y muchas de ellas casi acabaron con la vida de ambos, claro que como maiar que eran no podían morir propiamente dicho, así entre ellos comenzó a crecer un mutuo sentimiento de ira del uno hacia el otro.
Tras la ultima de las grandes batallas de Beleriand y el derrumbamiento de las montañas de hierro, Ariul se escondió un tiempo en las montañas azules, vivió en cuevas, mientras los elfos, los hombres y los arrogantes enanos aumentaban su numero, hacía mas de 200 años de la caída de su señor y su exilio en las montañas, todos los días maldecía a los señores de occidente, a los elfos y humanos y no menos a los orgullos enanos, siempre con sus malditas puertas cerradas, lo único que le recordaba su condición eran sus dos poderosas espadas y su negra armadura intacta a pesar de la innumerables batallas y el paso del tiempo y la única compañía de la que disponía un caballo negro llamado un caballo en apariencia pero algo distinto, sus crines eran de fuego y sus ojos rojos como la sangre, su nombre era Agliareth, el primero de su raza padre de la raza infernal de los caballos que Melkor creo para sus comandantes, junto a otras muchas criaturas.
-Bueno creo que deberíamos irnos aquí empieza hacer frío y no quisiera congelarme- Agliareth piafo como si estuviera de acuerdo con su jinete y ambos se pusieron en camino hacia… ninguna parte. Durante el viaje pudo observar la proliferación de los humanos, ya que tras la ultima guerra al parecer lo elfos se habían retirado al exilio escondidos del mundo, no tenían tratos ni con humanos y mucho menos con enanos, entonces Ariul recordó la historia del Nauglamir y lo que supuso entre estas dos razas, una enemistad que duraría para siempre.
Sus viajes por la tierra media duraron casi cien años, en los que añoro la guerra y ver el terror en los ojos de sus enemigos. Sus pasos le llevaron hasta una región llamada Mordor, infesta de orcos y de otras criaturas ancestrales como los balrogs, alli una imponente torre se alzaba en el medio, su mente retrocedió muchos años y recordó a su hermano de batalla Sauron, la verdad es que nunca le había gustado pero era el preferido de su señor, "que mas daba eso ahora es de mi mismo bando y mas tarde o mas temprano su orgulloso temple se verá seriamente dañado".
Después de su visita a Mordor poco se sabe del oscuro jinete, salvo que tomo dirección hacia Harad, no saben quien era y como consiguió pasar por el negro país pero los pocos que le vieron dicen que su mirada infundía miedo y podías ver cosas inimaginables incluso para los elfos y hombres, también se decia que el fuego retrocedia ente él… Nadie sabe ciertamente si su visión fue una pesadilla pero en las mentes de los presente nada queda en el recuerdo salvo una negra amargura y un rastro de desaliento y olvido en los que le vieron.
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