‘Egidio, el Granjero de Ham‘ es un “divertimento”. Inspirado en la campiña inglesa nos narra de forma amena y divertida las aventuras de un sencillo granjero que ha de hacer frente a la incursión, en sus tierras, de un despistado y avaricioso dragón. Aunque su narrativa es muy distinta a ‘El Señor de los Anillos‘, sí coincide con ella en un aspecto fundamental: en los humildes se halla la grandeza, el que se sacrifique será ensalzado.
Egidio no tenía el aspecto de un héroe. Era gordo y de barba roja y disfrutaba de una vida lenta y confortable. De pronto, un día, un gigante bastante sordo y corto de vista entró por error en las tierras de Egidio. Más por suerte que por habilidad, el granjero logró asustarlo y echarlo. La gente de la aldea lo vitoreó: Egidio el granjero era un héroe. La reputación de Egidio se extendió a lo largo y a lo ancho de todo el reino. Por tanto era natural que cuando el dragón Crisófilax visitó la comarca todos pensaran que Egidio el granjero era el único que podía combatirlo.