Helkanor – Posada La Yegua Desbocada
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lordnazgul9.
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18/08/2015 at 6:36 #357619
Fenix-OscuroParticipantHabían sucedido tantas cosas en tan rápido que no sabía como reaccionar, primero había estado vagando desnudo y con frío por el sótano esperando la respuesta de Battoin, luego la puerta se abre, escucha la voz del joven pero hace algo estúpido, tapándole la cabeza a la medio elfa, la empujó y cerró la puerta de un portazo. Rápidamente, el maia conjuró una neblina que tapaba sus intimidades, a decir verdad la situación se le hizo incómoda. No estaba tan seguro de cuánto habría visto la elfa, ni si logró cubrirse a tiempo, pero en su interior sospechaba que ella logró verle totalmente y literalmente, en bolas.
-Y luego dicen que los elfos no tenemos sentido del humor -dijo Yaiwen mientras se quitaba la toalla de la cabeza -Este humano tiene un carácter extraño, ahora no quiere reír ni comer ¿qué os parece señor mago? – le preguntó.
-Pues… no esperaba que fuera tan idiota
-La próxima vez quizá tengáis que lanzar los avisos de socorro a alguien menos cabezota. No ha entendido nada ni ha querido creerme, ya habéis visto. Imagino que necesitaréis ropa también ¿verdad? Y afuera los primeros rayos de sol apenas calientan. ¿Queréis que mande a alguien a buscarla o… incluso que vaya yo misma?
-No sé en qué estaba pensando cuando le envié ese pensamiento… debí suponer que se comportaría así.
Analizó las palabras de la elfa, era mucha información mezclada y entre esa escena íntima y la poca confianza que existía entre ambos, le hizo dudar. Pero había algo que estaba claro, Battoin no tendría que robarle nada, pero Yaiwen podría ser una visitante peligrosa entre sus pertenencias.
-Te lo agradezco mucho, mi dama -le dijo con respeto- pero iré yo mismo, ahora no sé cómo reaccionar con Battoin, ¿debería darle esos truenos y relámpagos que tanto le gustan, o debería hablar con él? Quizás necesite una terapia psíquica…
De pronto vio que la elfa le había clavado los ojos en su pecho y gracias a la neblina que él había creado, no podía ver más, aún así, un rubor casi imperceptible se formó en las mejillas del maia, la miró tratando de encontrar sus ojos, pero esta seguía hipnotizada, no reaccionó hasta que se le acercó peligrosamente y tocó sus brazos, en ese instante los ojos de ambos se encontraron, la cara de Yaiwen demostraba vergüenza, y la de Aiwë una mezcla de ternura y curiosidad. Era más alto que ella, entonces se acercó a su rostro y le besó una mejilla.
-Eso ha sido por el favor. Ahora si me disculpas, me secaré y buscaré ropa. Nadie me verá. Y luego tendré una conversación con ese tonto.
Cuando la elfa se había marchado, hizo lo que dijo, y con sus reflejos felinos, salió del baño, tapándose con la toalla, a toda velocidad hasta que llegó a su habitación, donde por fin pudo ponerse cómodo y elegante. Tomó una de las tantas vestimentas violetas que tenía y se las colocó.
A su salida, bajó a la sala principal, donde ordenó algo suculento para desayunar y pidió que se lo llevaran a la mesa de Battoin. Curiosamente, estaba solo. Puso una mano en el hombro del joven y sin mencionar una palabra esperó su reacción.
-Ya, Yaiwen, déjame en paz, no estoy de humor para bromas.
Sin decir una palabra, se sentó a su lado y le dio un abrazo colocando su mano en el hombro opuesto de Battoin.
-¿Qué tienes? No te pareces en nada al ser insoportable que conocí hace semanas. -Su voz era dulce y melancólica- Creo que ya es hora de que hables y dejes de encerrarte en esos pensamientos que te atormentan.
Había logrado provocar una confusión masiva en el chico, pues no obviamente no era Yaiwen, y Battoin no se esperaba ese lado paternal/amable del maia, aunque por fuera era muy joven, por dentro había vivido suficiente, para saber que el dolor al perder a un ser querido, es bastante difícil de sobrellevar semejante carga.
Al rato llegó su desayuno.
18/08/2015 at 23:41 #357650
NeumeModerator-Por supuesto, regresaré con el resto.
Yaiwen hizo una reverencia algo turbada aún y le dejó solo. Una lástima que no hubiera podido ir ella, le habría gustado echar un vistazo a lo que portaba. No todos los días se podía hurgar entre las cosas de un mago. «Otra vez será. Al menos ha sido agradable esta vez» pensó.
En lugar de volver con Battoin se acercó a la mesa de Kira y Dulvak. Parecía que tenían una charla interesante y profunda a juzgar por la expresión de la muchacha.
Vio que Baldric ya le había dejado su pedido en la mesa.
-Hola dama y caballero, espero no interrumpir, sólo les robaré un instante. Estamos Battoin y yo en la mesa de al lado. Aunque le vean con aire sombrío creo que todavía puede ser buena compañía el pobre -añadió en voz más baja – Tal vez me puedan ayudar a reanimarle. Me parece que desde la muerte de Zamîn se ha quedado algo alterado, así que si gustan de acompañarnos en algún momento… Claro, siempre y cuando no estuvieran entretenidos en algo secreto y tenebroso porque señor Dulvak, Kira os escuchaba… no sabría decir si fascinada o desconcertada -dijo mirando a la mujer – Además, tenemos pendiente una charla -y sonrió. -Voy a regresar a mi mesa y allí no va a faltar el buen vino. Si más tarde se quieren unir, ya saben. Miren, ya está nuestro mago también.
Les abandonó y fue a su mesa. Tenía algo pendiente que decirle a Battoin, pero esperaría a ver si con el mago reaccionaba.
Cogió el pastelillo de miel y comenzó a dar pequeños bocados mientras intercalaba sorbos del vino dulce.
19/08/2015 at 21:36 #357659
Dain-IParticipantBerilack acababa de llegar al establo, ató a Anastasio y entró.
El ambiente no había cambiado mucho. Caminó hacia la barra y vio a Yaiwen en una mesa, le sonrió, cogió una silla, la escaló, y empezó a olfatear el aire, olía a salchichas y sin pensárselo dos veces pidió cuatro, y enseguida se las sirvieron.
19/08/2015 at 22:20 #357661
BattosayParticipant-¿Qué tienes? No te pareces en nada al ser insoportable que conocí hace semanas. -Su voz era dulce y melancólica- Creo que ya es hora de que hables y dejes de encerrarte en esos pensamientos que te atormentan.
– De momento, tengo hambre – respondió sin ganas. — Ignoro a quién conocisteis hace semanas que sea insoportable, la descripción, dependiendo del momento, no es muy excluyente en este sitio.
Se tomó un bocato y masticó tranquilamente.
– Por otro lado, quizá tengáis razón con lo que debería hablar. Desde que ocurrió, no paro de pensarlo. La verdad es que viene de más lejos de lo que pensáis, la historia empezó hace varios años, cuando trabajaba en una posada para reunir algo de dinero para proseguir mis viajes. Llegó un hombre que no conocía y se sentó a la barra…
– Mozo, buenos dias.
– Hola, buenos dias. Decidme, ¿qué os pongo?
– Un cafelillo con leche.
– Y un par de magdalenas, haga usted el favor.
– Pardiez, tiene mala pata esto porque tengo aqui la bolleria que tengo todo, tengo los bilbainos, biscotera, bizcochada, cruasanes, palmeras de chocolate y aqui en este hueco normalmente tengo yo magdalenas, pero es que no me quedan, si queréis otra cosa de bolleria.
– No, deja el cafe con leche, ponme, una leche manchada con la leche fria.
– ¡Ahora mismo os sirvo!
– Y un par de magdalenas, haz el favor.
– Claro, es que a lo mejor estoy yo adormilado y no me he explicado. Es que, ¡que no hay magdalenas! Le he dado yo con cristasol a la vitrina y se ve que aquí hay un hueco. Aquí lo que tengo yo es, por que se ve: está el bilbaino, buscoteras, bizcochada, cruasanes, palmeras de chocolate y aquí en este hueco normalmente hay magdalenas. ¿Habéis leido vos a Freudmir? Porque lo mismo estáis vos en el inconsciente pensando «magdalenas, magdalenas» y vos no habéis visto todavía el hueco.
– ¡No, hombre! Que me he enterado perfectamente. Ponme un menta poleo.
– ¡Ahora mismo!
– Y un par de magdalenas, haz el favor.
– Me voy a relajar, porque se me está tensando la vena aorta y me va a dar una subida de leche… Vamos a ver, yo te lo voy a explicar despacio. Yo no he nacido dentro del bar, yo vengo de fuera y estuve ahí hasta que ya crecí y tuve inquietudes intelectuales, fui de viaje e hice de costurero, que por lo menos daba para comer, e ingeniería de atajos, que es como la de camino pero por medio del bosque, pero con los atajos siempre acabas llegando a otro lado que no querías. Alli conocí a Mari Pili, moza de buen ver, nos fuimos a trabajar a unos altos hornos y cuando nos dieron el despido no volvimos a vernos porque ella era del oeste y yo ya había estado por ahí y quería ver cosas nuevas y ella tenía morriña. Y estuve viajando un tiempo, pero el dinero se acaba, sabe usted. Claro digo… ¿y qué hago?, pues me voy a trabajar en una posada. ¿Y en qué posada voy a trabajar? En una que tenga alcohol que es lo que más triunfa. Tiene aguamiel, hidromiel, vino y cervecitas que refrescan, aunque aquí no hace mucha falta. ¿Y por las mañanas qué hace? Los alcohólicos no dan tanto dinero, así que pone desayunos el posadero, hombre inteligente. Y justo, aquí no tenía nada y se dijo «¿y si pongo bolleria?». Pues voy a poner unos bilbainos, biscotera, bizcochada, cruasanes, palmeras de chocolate… ¡Coño! si le queda un hueco…
«Ahora vos os concentráis, por la Varda del Sagrado Corazón del Rocío… Vamos a ver, ¿vos habéis visto Cuaderna Sésamo? Esto es igual, si vos estáis lejos, ¿cómo vais a estar cerca? Pues si hay hueco, ¡no puede haber magdalenas! ¿Las pinto? ¿Os pongo el hueco en el plato?
– No, deja. Ponme una manzanilla
– Ahora mismo…
– Y un par de magdalenas.
– ¡¡NO HAY!! Anoche vino una peña de enanos, doce tios que venian que era el aniversario de la peña, vinieron con las señoras, terminaron de cenar. Yo, ¿qué les pongo? Pues yo un John Collins, el otro, yo un John Lennon ¿Y las señoras? Pues yo quiero un cafelillo con leche con dos magdalenas, doce señoras, dos magdalenas, a tomar por culo los dos kilos de magdalenas. El niño del pastelero ese se habrá retrasado con el carro, yo no soy Glorfindel para saber donde está el del carro porque yo no soy vidente, yo tengo más de dos dientes. O sea sería estúpido decir «sí, tengo magdalenas», pero no me sale de los huevos, ¡¡ES QUE NO HAY!! ¿Usted me ha visto cara de Galadriel «acompañeme, era una sorpresa». ¡¡No hay magdalenas! ¿Las pinto? ¿Qué hago, os pongo el hueco a la plancha?
– No, ponme las dos magdalenas solas.Entonces le puse un par de sobaos pasiegos porque me había dado cuenta de que el pobre hombre no veía demasiado bien
– ¿Comprendéis ahora la gran carga que pesa sobre mis hombros? Fui incapaz de servir a ese hombre como se merecía y le engañé para no cumplir con mi deber. Y desde aquel momento no puedo sobrellevar la culpa.
Esperaba que eso dejase al mago sin ganas de hablar, ¿por qué todo el mundo quería hablar con él ahora y no cuando él tenía ganas?
20/08/2015 at 6:52 #357677
Fenix-OscuroParticipantEscuchó la historia del joven aunque no estaba del todo convencido. Entonces una frase se le vino a la cabeza «Si la montaña no viene a Mahoma…»
-Baldric, esto está delicioso, tráeme lo mismo para este joven.
Al cabo de un rato, el posadero había llevado la misma comida a Battoin.
-Come
Battoin lo miró confuso y se quedó sin habla.
-Anda come -le acercó más el plato y comió una parte del suyo- Esto está buenísimo, por cierto…
Aprovechando que el resto estaban distraídos y ocupados en sus asuntos. Aiwë estableció una conexión psíquica con Battoin.
-Bien, debo admitir que no me gusta verte así, no me preguntes el por qué, ahora mismo estoy en tu mente, si no quieres hablar… puedes mostrarme aquello que te aqueja.
Entonces la cara de Battoin cambiaba de colores, parece que se estaba dando cuenta que la voz que escuchó mucho antes, provenía realmente de un llamado de auxilio del maia, y no eran inventos de la medio elfa. Aiwë sonrió.
-Creo que podemos decir que no me conoces realmente. Solo quiero ayudarte, pero si tanto deseas aislarte en la soledad, vete lejos, muy lejos, donde nadie te encuentre, y donde no preocupes a nadie, porque mientras te quedes aquí, todos estaremos mal por ti.
En la imagen mental Battoin estaba sentado en el suelo, su cara era mezcla de enojo y tristeza, frente a él, estaba el maia, quien le tendía la mano.
-¿Me acompañas o te quedarás ahí en el rincón?
23/08/2015 at 23:09 #357770
BattosayParticipantBattoin veía al mago en su mente y, a la vez, sentado a su lado en la mesa.
-Bien, debo admitir que no me gusta verte así, no me preguntes el por qué, ahora mismo estoy en tu mente, si no quieres hablar… puedes mostrarme aquello que te aqueja.
Cuando se dió cuenta de lo que pasaba, sintió como un súbito ataque de ira subía por su estómago hasta la garganta. Se levantó de un salto, desenvainando la espada y cayó sobre el maia. Le apretó la parte afilada de la espada contra la garganta.
– Escúchame bien, mago – dijo. – Mi cabeza es mía y de nadie más. Vuelve a intentar entrar en ella sin mi permiso y, en lugar de morado, vestirás de rojo sangre. Si es que la sangre de los magos es roja.
Soltó al mago y volvió a sentarse.
— Y, segundo, aquí ninguno somos niños, hemos crecido hace tiempo. Si quieres hablar, deja ese tono condescendiente. Tu ayuda es bienvenida, tu caridad puede irse a dónde mejor le parezca – miró al mago. – ¿Quieres volver a empezar?
24/08/2015 at 7:14 #357775
Fenix-OscuroParticipantLa reacción de Battoin lo tomó desprevenido pero no para tanto, sin que él se diera cuenta debido al ataque de ira, apoyó su bastón en el pecho de su adversario justo en la zona del corazón.
Escúchame bien, mago – dijo. – Mi cabeza es mía y de nadie más. Vuelve a intentar entrar en ella sin mi permiso y, en lugar de morado, vestirás de rojo sangre. Si es que la sangre de los magos es roja.
Los ojos de Aiwë se tornaron fríos y siniestros, pero su voz seguía aparentando calma.
-Tu comportamiento es denigrante, tus compañeros de viaje están preocupados por ti y tu respondes tal cual niño mimado. Está bien, haz lo que quieras, de todas formas no he visto nada y no me interesa explorar la mente de alguien tan… lamentable.
Battoin seguía cegado por la ira. Aiwë todavía tenía la espada en la garganta, el frío de ésta empezó a hacerle enojar.
-¿Crees que es fácil matarme? ¿Crees que solo puedo ver la mente? ¿Has pensado en que puedo obligarte a matarte con tu propia arma o algo aún peor? Y sin embargo no siento placer en eso. Solo intententaba comprenderte y ayudarte, y has confundido y enviado todo al garete. ¿No será que estás furioso debido a tus fracasos con el oriental? ¿O a tus promesas incumplidas?
El maia permanecía desafiante, si Battoin hacía el mínimo movimiento se llevaría la sorpresa del año, jamás se percató que Aiwë solo necesitaba una motivación para perforarle el pecho.
Soltó al mago y volvió a sentarse.
Aiwë se quedó esperando un rato en el suelo, esperando que Battoin cambiara de opinión pero la respuesta que obtuvo terminó reavivando el rencor que ya sentía desde que se conocieron, por todas las veces que el maia intentaba ayudarlo y éste le rechazaba o se burlaba.
— Y, segundo, aquí ninguno somos niños, hemos crecido hace tiempo. Si quieres hablar, deja ese tono condescendiente. Tu ayuda es bienvenida, tu caridad puede irse a dónde mejor le parezca – miró al mago. – ¿Quieres volver a empezar?
-No, gracias -replicó poniéndose de pie- Tengo cosas mejores que hacer que atender los problemas de un idiota con complejo de enano y que no puede enfrentar las cosas que suceden, y peor aún, que rechaza la ayuda y maltrata a sus amigos. Tú y tu estúpida espada puede irse también a donde mejor les plazca.
Los ojos del maia volvieron a su normalidad y su voz volvió a una eterna calma.
-La próxima vez que vuelvas a colocar ese trozo de metal cerca de mí, te acordarás de mi nombre el resto de tus días, tu ira te ciega tanto, que matarte sería demasiado fácil y aburrido.
Sin decir más, se fue a la mesa donde estaban desayunando Dulvak, Kira y Yaiwen quienes se habían sobresaltado al ver la reacción de Battoin.
-Buenos días. -se sentó al lado de la medio elfa y le susurró- La próxima vez te haré caso acerca de ese idiota. Esta vez ha sido la gota que derrumbó el vaso, no pienso intentar ayudarlo ni una vez más, ni aunque esté muriendo, no me interesa.
Todos lo miraban con ojos como platos.
-Baldric, tráeme otro desayuno, que me han echado a perder el anterior.
24/08/2015 at 14:01 #357776
JRM-008ParticipantTras el entierro, Rírian entró en la posada con un sabor amargo en la boca. Aquel entierro le recordaba demasiado a la muerte de su familia, por lo que sin dar explicaciones se marchó a su habitación y tras quitarse su ropas y dejar la armadura en un rincón, se tumbó en la cama y cerró los ojos.
Cuando los abrió, supuso que no había pasado mucho tiempo. Se sentí un poco mejor y decidió que lo más recomendable sería comer un poco y hablar con el maia sobre el reciente poder adquirido de Roulon. Bajó las escaleras con la espada en el ciento y escondida bajo la capa cuando vio a Battoin prácticamente encima de Aiwë. Fue a desenfundar Roulon cuando vio que el mago no estaba siquiera un poco tenso por el repentino ataque.
-La próxima vez que vuelvas a colocar ese trozo de metal cerca de mí, te acordarás de mi nombre el resto de tus días, tu ira te ciega tanto, que matarte sería demasiado fácil y aburrido.
Cuando el mago se fue, Rírian legó hasta Battoin y tras sentarse en la silla que había ocupado Aiwë, le quitó suavemente la espada.
– Venga, ya está, tranquilo. Ha sido un día muy complicado para todos, lo mejor es dejarlo estar.- observó al hombre fijamente- ¿Te encuentras bien, Battoin?25/08/2015 at 12:17 #357784
NeumeModeratorViendo que la tensión subía por momentos, y cuando Battoin terminó de contar su extraña historia, la medio-elfa cogió su copa y lo que quedaba del pastelillo y regresó con Dulvak y Kira. Estaba segura que mago y humano podrían resolver sus diferencias sin estorbar, aunque cuando pudiera le preguntaría a Battoin por los sobaos. Jamás había escuchado acerca de ellos. ¡Qué nombre tan inquietante! Le venían a la mente muchas preguntas.
-Hola otra vez – dijo sentándose -espero que no os importe, pero es que creo que necesitan espacio. Vaya, me he dejado el queso en la otra mesa. Si gustan puedo pedir más vino y pastelillos. -«Igual para ellos es un poco pronto para tomar vino, Yaiwen» – O… una taza de leche, té…
Vio pasar a Berilack y como el pequeño hobbit le dedicó una sonrisa.
No sabía si sus compañeros de mesa prestaban atención a lo que ocurría al lado o no, pero ella de vez en cuando captaba parte de la conversación de espaldas como estaba. Y luego dejó de escuchar, pero no se dio la vuelta.
-Caramba, ese pequeño sí tiene apetito por las mañanas -dijo en referencia a Berilack y sus cuatro salchichas.
Entonces oyó un estruendo, sillas moverse y por la cara de Dulvak y el grito ahogado de Kira supo que algo no iba bien. Battoin había desenfundado… ¿desenfundado? Tuvieron unas palabras que por suerte no fueron a mayores. Quizá no era buena idea intervenir. Además Battoin no la había creído y recordaba ese segundo empujón que le dio. El humano estaba cogiéndole costumbre a eso de empujarla y no le hacía gracia tampoco.
Rírian se acercó hasta Battoin. «Quizá con él se tranquilice» pensó.-Buenos días. -se sentó al lado de la medio elfa y le susurró- La próxima vez te haré caso acerca de ese idiota. Esta vez ha sido la gota que derrumbó el vaso, no pienso intentar ayudarlo ni una vez más, ni aunque esté muriendo, no me interesa.
-Baldric, tráeme otro desayuno, que me han echado a perder el anterior.-Y a mi otro pastelillo, por favor.
Miró al mago. -Bueno, hay que reconocer que la transmisión de pensamiento puede resultar… puede resultar extraña si no se ha vivido antes. Seguramente sea su primera vez. Los enanos son muy tercos además -añadió verificando que Nír no estaba cerca – Quizá Rírian pueda tener una charla de hombres… yo no consigo entender qué le ocurre -dijo en voz baja para todos – creí que sería por Zamîn, incluso llegué a pensar que le gustaba o que le tenía un aprecio especial, pero no me lo ha confirmado ni negado así que no sé qué pensar. Desde luego su actitud es extraña desde entonces, desde que Î… -¿Y si era por Îbal y no por Zamîn? No, no tenía sentido -desde que bueno, pasó todo aquello. Ya hablará cuando quiera, supongo -dijo mirando a Battoin. -Bueno, pensemos en algo más agradable o interesante… porque justo antes de unirme con la dama y el caballero, ambos estaban enfrascados en una conversación que parecía muy interesante -dijo guiñando un ojo a Dulvak -quizá quisieran compartir algo con nosotros…
25/08/2015 at 16:42 #357786
Elfo_NegroParticipantVarios compañeros de la aventura en la cueva del dragón se habían ido sentando a la mesa, probablemente interesados por alguna palabra cazada al azar de la conversación entre Dulvak y Kira; fue entonces cuando a Dulvak se le ocurrió la idea hacerlos participes en lo que, muy fácilmente, podía convertirse en una peligrosa misión.
¿Por qué lo hizo? Sería difícil de decir, quizá simplemente fuera parte de un juego malvado, quizá consideró apropiado rodearse de las distintas razas de Arda en lo que suponía sería una búsqueda que podía afectarlas a todas o, pura y simplemente, siguió un impulso dictado por un oscuro Destino, un Destino, una razón de ser que, unos 35.000 años después de aparecer en la Tierra Media, aún seguía sin conocer.
Invitado por un guiño de Yaiwen y, fuera la que fuera la causa que movía su espíritu, repitió, más o menos, lo que había contado a Kira, pero le añadió ingredientes de aventura, de reto, todo lo que se le ocurrió que pudiera hacer atractivo un largo viaje por tierras lejanas plagadas de peligros. No cayó en la tentación de mentir ofreciendo tesoros o poder, pero minimizó el riesgo y embelleció lo que sabía apasionaba a los humanos y tentaba a los elfos, pasaba desapercibido a los enanos y horrorizaba a los Hobbits: Conocer los desconocido y… La Aventura.25/08/2015 at 21:01 #357798
Dain-IParticipantBerilack acababa con su segunda salchicha cuando Yaiwen se acercó a Dulvak y Kira, que estaban hablando cerca suyo, no puedo evitar escuchar lo que le contaba a Yaiwen.
26/08/2015 at 1:30 #357800
NELLAParticipantY esas olas, perturbarán la calma normal y cíclica del lago. Sí, es cierto que cuanto más lejos se encuentre uno del lugar donde ha caído la gran piedra menos perceptibles serán las nuevas ondas pero… alguien atento puede ser capaz de notarlas aunque se encuentre en una orilla lejana.-
Kira escuchaba con atención las palabras de Dulvak, subyugada por la suave voz del hombre.
Pues eso es lo que ha ocurrido- dijo concluyendo su narración –algo como eso es lo que está ocurriendo: desde mi lejano hogar he notado que Algo está ocurriendo hacia el Sur, no sé qué sea la “piedra” ni quien la haya “lanzado”, pero temo que algo Oscuro ha nacido (o ha despertado) algo malo, muy Malo- Miró a la muchacha con ojos… quizá desafiantes. -Y quiero saber qué es-
Kira se disponía a preguntar a Dulvak sobre ese «algo Oscuro» cuando Yaiwen apareció junto a ellos.
Hola dama y caballero, espero no interrumpir, sólo les robaré un instante. Estamos Battoin y yo en la mesa de al lado. Aunque le vean con aire sombrío creo que todavía puede ser buena compañía el pobre -añadió en voz más baja – Tal vez me puedan ayudar a reanimarle. Me parece que desde la muerte de Zamîn se ha quedado algo alterado, así que si gustan de acompañarnos en algún momento… Claro, siempre y cuando no estuvieran entretenidos en algo secreto y tenebroso porque señor Dulvak, Kira os escuchaba… no sabría decir si fascinada o desconcertada -dijo mirando a la mujer – Además, tenemos pendiente una charla -y sonrió. -Voy a regresar a mi mesa y allí no va a faltar el buen vino. Si más tarde se quieren unir, ya saben. Miren, ya está nuestro mago también.
Dulvak y Kira se miraron tras la interrupción de la Elfa, pero no se movieron de sus asientos. -¿Cuando habláis de algo oscuro?- prosiguió Kira -¿Os referís a la sombra de aquel que dicen «El sin nombre»?. En mi tierra se cuentan numerosas leyendas sobre él, aunque mi familia desciende de Númenor y siempre ha afirmado que no se trata de ninguna leyenda, si no de algo real-. Kira esperó la reacción de Dulvak, pero éste parecía distraído. Siguió su mirada y vio como en la mesa de al lado discutían Battoin y Aiwë.
Hola otra vez – dijo sentándose -espero que no os importe, pero es que creo que necesitan espacio. Vaya, me he dejado el queso en la otra mesa. Si gustan puedo pedir más vino y pastelillos
Yaiwen apareció de nuevo, al parecer huyendo de la discusión de esos dos. Kira y Dulvak dieron la bienvenida a la Elfa a su mesa y se disponían a probar los pastelillos cuando vieron, con sorpresa, como Battoin y Aiwë habían pasado de la discusión a, el primero, desenfundar la espada y el segundo la vara.
A los pocos minutos se relajaron y el Mago fue a sentarse en su mesa, mientras Rírian intentaba calmar a Battoin.
Bueno, pensemos en algo más agradable o interesante… porque justo antes de unirme con la dama y el caballero, ambos estaban enfrascados en una conversación que parecía muy interesante -dijo guiñando un ojo a Dulvak -quizá quisieran compartir algo con nosotros…
-Bueno… ya estamos casi todos- pensó Kira
29/08/2015 at 4:37 #357942
lordnazgul9ParticipantEl enano abrió la puerta del salón principal, sentándose en una mesa cercana para acomodarse la barba. Los demás hablaban de una nueva aventura.
-Baldric, un pollo con pimientos rojos. Ojalá con un pan de miel si se puede.
Nír se sobresaltó un poco al oír sobre un miedo sin nombre, un oscuro que a Kira al parecer atemorizaba mucho, más o menos como cuando a los enanos de las Ered Mithrim les hablaban sobre Scatha, pero esto parecía ser algo más antiguo y poderoso que un dragón sin extremidades.
En cuanto Nír recibió un platillo con el pan de miel como entrada, se sentó con los demás, a esperar que le trajeran el pollo.
29/08/2015 at 10:39 #357943
Elfo_NegroParticipantEntre las idas y venidas de algunos que parecían interesarse por lo que se hablaba en la mesa, Kira dejó escapar una pregunta -¿Os referís a la sombra de aquel que dicen “El sin nombre”?- Durante unos instantes, la pregunta quedó sin contestación pero, al fin debía contestarla. –Querida Kira- comenzó, pero se dirigía a todos los que le escuchaban. -me preguntáis por la naturaleza del Mal que he sentido y si tiene algo que ver con el que llamais “El sin nombre” (curiosa forma de llamar a alguien que tiene tantísimos nombres). La verdad es que no lo se, hay muchas cosas oscuras en la Tierra Media, cosas antiguas y peligrosas, muchas están relacionadas con ese… con ese que se auto denominaba Tar-Mairon pero que no es más que “El aborrecido”, pero Gorthaur cayó hace mucho tiempo: hay otras cosas, que se arrastran, que se esconden en las tinieblas, que no tienen amo ni señor y que son igualmente malvadas. Algo se remueve en la Tierra Media, algo que es mejor… cómo decirlo… sí, un sabio oriental dijo algo como:
“Ordena las cosas
antes que se hayan desordenado.
Un árbol que apenas se puede abrazar
nació de una minúscula raíz”
Quiero decir que, ahora, que parece que Algo está despertando, es el momento de averiguar de qué se trate, antes de que se haga grande y peligroso.
Dulvak vió que una sombra gris se extendía sobre la frente de quienes le escuchaban, no eran cosas insignificantes las que se hablaban ahí, así que pensó que sería mejor aliviar un poco el ambiente siniestro que habían creado sus palabras.
-Pero eso… eso sólo fue una piedra, una piedra perturbando un lago de paz, ¡sí! hay que averiguar de qué se trata, pero el mundo es hermoso, está cubierto de antiguos bosques y de altas montañas de aire fresco y puro, el mundo está lleno de seres sabios y hermosos dispuestos a compartir su sabiduría y sus cantos; y hacia el sur la belleza se expande en colores y sonidos de vida desbordada: Mirkwood, Lothlórien, Minas Tirith,… las aguas antiguas del Rio Grande. Un viaje con una misión, pero no una misión guerrera, ni de saqueo, sólo un viaje para descubir si ha pasado algo, para saber cómo anda el mundo, y sin duda una misión no más peligrosa que internarse en la cueva de un dragón- levantó las cejas, divertido, en señal de complicidad con sus compañeros y continuó para acabar. -y sin duda con mejores paisajes que los páramos de Forodwaith-Dulvak calló, esperando que sus últimas palabras sirvieran para amortiguar los sentinientos que el simple nombre de Gorthaur pudieran haber dasatado y que sus compañeros compartieran en parte su, casi siempre, visión positiva del mundo, de un mundo aún vivo y siempre con cosas que compartir.
01/09/2015 at 0:49 #357974
pablouyParticipantBeregond miro hacia el cartel de madera de la puerta, «La Yegua Desbocada» decía en letras blancas sobre la madera pero pudo notar otro nombre mas viejo tallado en la madera del cartel «La Elfa Briosa»
«Con este frío prefiero el nombre viejo» pensó mientras se le escapaba una leve sonrisa.
El viaje y la nieve no le habían permitido sonreír tanto y su cara lo notó, le dolieron las mejillas producto del viento helado del norte al que no estaba acostumbrado.Entró a la posada buscando calor y descanso «Primero el frío, luego lo que siga», tomó asiento cerca del fuego y levantó la mirada; extrañas caras podía ver aunque ninguna que le llamara la atención o al menos eso pensaba cuando..
-¡Amarillas!- exclamó en voz baja no pudiendo ocultar del todo sus pensamientos, «¿Por qué alguien usaría botas amarillas en un lugar como este? Algo raro hay o soy un orco» miro de nuevo al extraño personaje y sus compañeros de mesa.
«2 mujeres, un hombre que parece mayor de lo que es y un enano mas el de las botas hacen 5; un grupo de mercenarios quizás o de algún circo itinerante viendo las pintas y cualquiera sea el caso deben de tener mejor información de esta zona».
Mas tarde les preguntaría si tenían conocimiento de movimientos de orcos por la zona pero primero..
-Camarero, una jarra de vino y unas papas calientes si no es mucha molestia- dijo mientras dejaba unas monedas en la mesa -Y una habitación si es posible, nada caro pues no tengo mucho conmigo, con que tenga una cama y un baúl estoy cómodo».Estiró las piernas sobre la mesa, costumbre que ni su madre en casa ni su padre en la compañía pudieron quitar, y estirando las manos cerca del fuego se puso a esperar la comida.
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