Helkanor – Posada La Yegua Desbocada
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07/08/2015 at 19:48 #357372
BattosayParticipant-¿Agua? Oh, eso sí que no. Pues si que estás con el ánimo por los suelos. Posadero, dos copas de vino tinto, un poco de queso y un pastelillo de miel para mí, por favor. Creo que yo también debería comer algo. Lo último fue una manzana. Aunque realmente lo que tengo es sed y no me vas a dejar sola bebiendo ¿verdad? –dijo guiñándole un ojo. – ¿Viste que Dulvak cogió el regalo? Claro que tal vez solo lo hizo por cortesía y tengas razón, no sé, no sé. Bueno y ahora cuéntame ¿quieres?, ¿qué te pasa? Estás así desde que partimos de la Cueva. ¿Es por Zamîn? No pensé que le tuvieras tanto afecto… acaso te gustaba y por eso estás así…
– Solo los borrachos beben por la mañana, pero como aún no hemos dormido, te acompañaré – dijo guiñándole un ojo exageradamente. – Tú lo has dicho, cortesía – respondió mientras comenzaba a comer.
Dio unos pocos bocados pensativo, no sabía si contarle lo que le pasaba por la cabeza. A pesar de que Yaiwen le caía bien (la mayor parte del tiempo), apenas se conocían de unos días y no sabía hasta que punto podía fiarse ella. Pero, por otro lado, quizá hablar le ayudase. Como mejor le caía era con una copa de más. Se le ocurrió que si la conocía un poco más y le daba tiempo a beberse unos cuantos vasos de vino, quizás se animase a contarle por qué estaba tan abatido. E igual reunía valor para darle el regalo que tenía para ella, sin que ella tuviera la puntería necesaria para acertarle con una de las dagas que guardaba en a saber qué sitios.
– Nos conocemos poco para hablar de determinadas cosas. ¿Por qué no aprovechamos para ponerle remedio ahora que hay tiempo? Dime, ¿de dónde eres? – le dijo con la boca llena. – No eres de por aquí cerca, apenas se ven elfos fuera de sus tierras y no creo que tus padres se conocieran mientras uno hacía excursiones por los bosques, ¿verdad?
No sabía qué tal se tomaría la pregunta Yaiwen, en el peor de los casos se lo tomaría a mal y le dejaría en paz. Cosa que tampoco le desagradaba del todo en ese momento.
-Pts… Ptsss… -fue lo primero que emitió y esperó que el humano no se asustase -Battoin, soy yo… Aiwë, me da mucha pena esto, pero estoy en líos y necesito una mano, eh, no, tranquilo, no literalmente, verás, estaba tan mal que olvidé traer ropa para cambiarme. ¿Puedes ir a mi habitación y traerme cualquiera de mis trajes y una toalla? ¿Me sacarías de este apuro? Por favor…
Battoin miró a su alrededor, reconociendo la voz de Aiwë, pero no lo vio por ninguna parte. Se frotó el oído con fuerza pero no notó ningún cambio. Miró a Yaiwen que seguía con una amable sonrisa en la cara. La había pillado
– No sabía que te divertía hacer ventriloquia, imitas muy bien a Aiwë, ¿no me digas que tienes también un muñeco? Seguro que te ibas a reír mucho cuando le fuera a llevar la toalla y me echase del baño con truenos y relámpagos – dijo.
En otro momento habría agradecido la broma y hasta habría ido sin necesidad de engañarle, sólo para ver la reacción del mago. Pero hoy no estaba de humor. Nunca había estado tan desganado de todo, parecía un príncipe Elfo. Se llevó las manos a las orejas y comprobó que seguían siendo redondas.
08/08/2015 at 17:05 #357382
Elfo_NegroParticipantAntes que nada quería cambiar de caballo, el gran percherón, aun ser un tanto viejo, le había servido bien (tanto por sus poderosos pasos como por su facha desgarbada y su desproporcionado tamaño, formando junto al pequeño Dulvak una estampa cómica). Ahora necesitaba otra cosa, necesitaba un caballo rápido y joven, un caballo que lo llevara como el viento por tierras infestadas de orcos.
Candur, un poblacho, no era el mejor lugar para conseguir un pura sangre de patas finas y largas, pero al menos lo buscaría, y no sería el dinero lo que lo frenaría.
Llamó a un par de puertas, y todos lo enviaban al mismo caserón donde había comprado el percherón. No se había dirigido allí de primeras porque sabía que ahí no estaba el caballo que buscaba. Pero, como no parecía haber alternativa llamó al ya conocido y pesado portón. Esta vez el vendedor estaba bien despierto y recordó a Dulvak y su generosa bolsa de oro, le sonrió con una sonrisa vil.
-Querido señor, otra vez por aquí, pase, pase, no se quede fuera, hoy hace un frio horrible- Dulvak saludó y entró en la oscura casa.
–¿En qué puedo servirle, estimado señor?- continuó el “vendedor”.
-Busco otro caballo, pero uno muy diferente.
-Diga, diga lo que busca, seguro que puedo servirle.
-Bueno, buscaba algo más ligero y rápido, ¿conoce los caballos de Rohan?-
-Rohan, he oído hablar de Rohan, pero no sabía que tuvieran caballos: pero usted pida, que yo le consigo lo que quiera.
-Bufff- Dulvak se estaba impacientando. –Señor… seré directo, tengo prisa y no puedo perder el tiempo, disculpe por adelantado si le ofendo, no es, para nada, mi intención, pero debo ser claro: quiero desacerme del podenco que me vendió y comprar un caballo rápido, no uno para arar ni uno para la guerra; no quiero un caballo de campesino ni de soldado, quiero un caballo de rey… sé que aquí no encontraré un meara, pero espero poder conseguir un buan animal, joven y rápido, y no me importa pagar por él mucho más de lo que valga- Sacó su tintineante bolsa de oro y la puso sobre la mesa.
Mientras escuchaba a Dulvak, el Canduriano no paraba de hacer muecas extrañas, Dulvak estaba seguro de que no le gustaban sus palabras, pero le daba completamente igual. Las muecas se congelaron en una risa idiota al ver la bolsa, que prometía una riqueza con la que sólo había soñado.
-Vaya, vaya, vaya…- logró pronunciar. –Eh… miraré lo que puedo encontrar-
-Sí, tanto me da si está en sus cuadra o debe comprarlo primero a otra persona- cogió la bolsa de oro y la levantó, como si la sopesara. –Toda esta bolsa será suya a cambio de un buen caballo. Lo necesitaré mañana; mientras tanto me alojaré en la posada. Cuando lo tenga avíseme.Se dirigía a la Posada de la Yegua Desbocada montando el percherón negro, Sabaka correteaba entre las patas del caballo.
-Espero que el nuevo caballo al menos tenga 4 patas- se dijo a sí mismo, sin poder evitar reírse de su propia gracia.09/08/2015 at 19:29 #357429
NeumeModeratorA Battoin el sarcasmo no le quedaba muy bien, si es que era eso lo que estaba tratando. El caso es que parecía haberse olvidado del espectáculo que había montado en el cementerio y con eso le valía por ahora.
-¿No quieres hablar de si te gustaba la chica? Mmmmm vaya, entonces puede ser que yo esté más cerca de lo que pensaba. Vale, dejaremos que el fuerte caballero oculte su corazoncito. De acuerdo, responderé a alguna pregunta y así nos conoceremos más, pero tienes que contestar tú a alguna de las mías también. No, no soy de por aquí cerca, eres muy listo -le dijo mientras le robaba un trocito de pan. Baldric aun no le había traído su pedido.
De pronto, Battoin empezó a mirar a todos lados y tocarse las orejas hasta que al fin le habló de cosas que Yaiwen no entendía.
-¿Muñeco? ¿Llevar la toalla a quien? No entiendo lo de rayos y truenos, ¿de qué estás hablando, te has vuelto loco?
La medio-elfa observaba el extraño comportamiento del humano. Entonces empezó a atar cabos. -Espera, espera ¿has oído algo?
-Claro, a ti -le contestó Battoin.
Yaiwen se echó a reír.
-No, a mi no. Te han mandado un pensamiento, pero no he sido yo. Así que tenemos al mago en el baño y…¿quiere una toalla dices? -volvió a reír. -Esta si que es buena.
En ese momento Dulvak atravesaba la entrada y le saludó con la mano. El posadero traía su vino, pastelillo y queso.
-Bueno, ¿a qué esperamos, acaso vas a dejarle en remojo eternamente? Esto no me lo pierdo -añadió mientras daba un largo trago.
10/08/2015 at 8:22 #357431
Fenix-OscuroParticipantAiwë caminaba de aquí para allá, desnudo en el sótano, destilando agua, las gotas y el vapor del lugar, hacian que su piel pálida brillara más de lo normal, no sabía si Battoin habría entendido el mensaje, además no quería husmear en la mente del joven, esperaría un rato o volvería a enviarle un mensaje, pero con una señal más clara. Estaba seguro que Yaiwen habría entendido todo claramente, pero con ella se lleva poco y menos que con Battoin. En realidad estaba tratando y esforzándose por llevarse bien con ambos. Ahora sentía curiosidad sobre el joven, y estaba autocuestionándose si la medio elfa, era tan mala como aparentaba. Dejó de pensar, se escondió y miró de reojo por si escuchaba algo, pero no escuchó nada, ya le estaba dando frío y le entraban unas ganas locas de volver a meterse al agua caliente.
-¡Eru bendito! -Esos era los momentos en los que extrañaba al atrevido de su «hermano»- Esperaré un rato más o pondré en marcha el Plan B.
Volvió a pasearse por el sótano, tiritando de frío.
10/08/2015 at 19:57 #357440
NELLAParticipantKira había hecho en silencio el viaje de regreso a Candur. Cuando entraron en la aldea Battoin y Yaiwen hablaban sobre si habría un lugar donde enterrar a Zamîn. Kira escuchó a la Elfa decir que había un lugar de enterramiento a las afueras de la aldea, se dijo que acudiría mas tarde. A continuación se dirigió a la posada y dejó a Nube en los establos a cargo del mozo.
Baldric estaba en la barra preparando los primeros desayunos del día y a Kira le entró hambre, pero no comería aún, después de saludar al posadero subió a su habitación y descargó sus bolsas, entonces se dio cuenta de que llevaba con ella la bolsa de la caza tesoros, la miró sin comprender, hasta que recordó como se la había entregado Battoin al salir huyendo de la cueva. Miró en su interior con curiosidad y cogió los brazaletes que le había metido Battoin antes de salir, también había algunos objetos que parecían extrañas llaves y la brújula. Kira se quedó pensativa, no sabía que hacer con eso, después de pensárselo un rato decidió quedarse con ello, a fin de cuentas Zamîn ya no lo iba a necesitar y quizás a ella o a los demás les podría servir de algo. Lo guardó todo y salió de la posada hacia el cementerio.
Cuando Llegó allí ya estaban los demás, Battoin y Yaiwen discutían como siempre, aunque esta vez parecía mas serio pues la Elfa le estaba amenazando con la daga, prefirió no intervenir y se alejó hacia donde habían dejado a Zamîn, se despidió en silencio de la muchacha y se quedó dando vueltas por allí hasta que todo terminó.
Todos bastante afectados fueron dejando el cementerio y Kira, la última, fue tras ellos en dirección a la posada.13/08/2015 at 14:13 #357476
Dain-IParticipantBerilack se levantó de golpe, ¿Donde estaba?, en la cueva no seguro, se encontraba en una habitación.
«¿Qué me ha pasado?». Se preguntó, recordaba la expedición, el ataque orco, sentarse en las escaleras y después… La cabeza le dolía y no recordaba nada. Echando un mejor vistazo a la habitación se dio cuenta que le sonaba de algo, «¡La posada!, ¿Como habré llegado aquí? Se preguntó Se levantó de la cama y miró por la ventana, no cabía duda.Se miró al espejo, su pelo negro rizado estaba sucio y decidió darse un baño para lavarse por completo.
Después de salir de la bañera y vestirse se revisó si tenía todo, la espada, el escudo, y, la daga de rubís de su padre. Todo estaba en orden con lo que bajó las escaleras y se preparó para comer, no sabía qué hora era, pero él comería igual.
-Baldric uno huevos, tres trozos de beicon, dos de panceta y un poco de zumo, es muy temprano para cerveza- se acomodó en la silla y se empezó a preguntar qué habría pasado con sus compañeros de viaje
13/08/2015 at 20:48 #357505
Elfo_NegroParticipantEl cielo prometía un buen día, fresco y soleado, Dulvak cabalgaba despacio, la nieve crujía bajo las pezuñas pesadas del caballo, Sabaka, el perro, había estado correteando entre las patas del caballo, pero había desaparecido (Dulvak suponía que había ido “de caza”: ya era hora de comer algo). Así, con todo el día por delante, alejado muchas millas de sus preocupaciones, canturreaba unos versos que acababa de componer, era una tonadilla sencilla, de ritmos populares que contaban cosas antiguas, muy antiguas:
Ya no era un mozo
Cuando Illuin se levantó
No era un muchacho
cuando Órmal cayóLe gustaron las hierbas
muy verdes y frescas
Yavanna las amaba
a la tierra susurrabaÉl ya estaba allí
cuando las luces llegaron
Él ya estaba allí
cuando las sombras vinieronAndaba por la tierra
totalmente desnudo
no había elegido vestido
cuando empezó la guerraA los segundos venidos
el vestido les copió
Hacían mucho ruido
su risa le gustóÉl ya estaba allí.
Cuando llegó a la posada, dio orden a un mozo de que cuidaran al caballo y, acto seguido, entró en la taberna, de sus labios sonaron, no muy alto pero con voz sonora y aterciopelada, los últimos versos de la canción, los había repetido varias veces de manera maquinal, como si su pensamiento estuviera muy lejos: el vestido les copió. Hacían mucho ruido, su risa le gustó… Él ya estaba ahí”.
En la penumbra del local vió a varios de sus compañeros, les sonrió a modo de saludo y fue directo a la barra para solicitar a Baldric una habitación.14/08/2015 at 19:14 #357525
NELLAParticipantEl sol comenzaba a despuntar cuando Kira entró en la posada aterida de frio. -<En esta aldea hace mas frio que en las montañas>- pensó. Se encaminó hacía la chimenea para entrar en calor antes de subir a su habitación.
En una mesa cercana conversaban Yaiwen y Battoin, la Elfa reía divertida pero Battoin parecía confundido, aún se le veía triste, y ni siquiera hacía caso a la comida, cosa rara en él.
De pronto vio con sorpresa como Berilack, el Mediano, bajaba por las escaleras como si no hubiese salido de la posada. Desde que entró en trance en la cueva no se le había oído, fue una suerte que Battoin tropezara con él y lo cargara para ponerlo a salvo. Todo el camino de vuelta a Candur lo había hecho inconsciente y ahora aparecía ahí como si nada hubiera ocurrido. Desde luego los hobbits eran una raza excepcional.Baldric uno huevos, tres trozos de beicon, dos de panceta y un poco de zumo, es muy temprano para cerveza- se acomodó en la silla y se empezó a preguntar qué habría pasado con sus compañeros de viaje
Kira se acercó a la barra, de pronto le había entrado hambre.
-Buenos Días Señor Berilack- Dijo -Me alegra veros despierto- Añadió mientras pedía al posadero el desayuno.
En ese momento entró Dulvak y pidió una habitación
-Buenos días señor Dulvak- saludó Kira amablemente -Veo que habéis decidido quedaros en la posada-. Lo miró a esos extraños ojos que tanto la perturbaban. Parecía como si conocieran mas allá de este mundo.
15/08/2015 at 13:39 #357531
Elfo_NegroParticipantEl buen Baldric le prometió un alojamiento adecuado y le propuso algún entretenimiento mientras esperaba que le prepararan la habitación -¿algo de comer, quizá una cerveza o una jarra de dulce vino?- Dulvak comentó al camarero que no, que era muy pronto para beber y hambre… no tenía pero, quizá… sí, un buen vaso de leche sí se lo bebería con gusto.
Acodada en la barra, junto a él, estaba Kira, esperando su desayuno. Se saludaron y, cortésmente la mujer se interesó por los planes de Dulvak –Sí, estaré un día o dos aquí, luego, deberé seguir mi camino o, mejor dicho, retomar mi camino… de nuevo hacia el sur. Pero antes descansaré un poco y, por qué no decirlo, también me interesa saber un poco de todo ese extraño y luctuoso tema que envuelve la muerte de la joven Zamîn; no me pareció bien hablar de ello durante el viaje de regreso, ya que todo era demasiado reciente, pero quizá ahora a la lumbre de un fuego cálido, sea más fácil que se me desvele el misterio, del que todos, salvo yo, parecen saber bastante- miró a Kira con ojos curiosos e inquisidores, y se arrepintió de ello, a veces olvidaba que sus maneras podían parecer bruscas y demasiado directas a otras personas, así que desvió sus ojos, sólo para encontrarse con la escena curiosa que estaban protagonizando Yaiwen y Battoin –¡vaya!- pensó -había olvidado que esa elfa “me debe” una charla amistosa- y una sonrisa dulce y bondadosa nació en su rostro humano, al pensar que, aunque el mundo decaía, aún había cosas buenas en él, como compartir mesa (o barra) y unas palabras (fueran ligeras o serias) con seres ávidos de vida, seres de espíritu aventurero.
Retornó su mirada, que ahora venía acompañada de su sonrisa, a Kira –discúlpeme, a veces, mi curiosidad me convierte en un impertinente-15/08/2015 at 15:58 #357532
Dain-IParticipantBaldric acababa de servirle el desayuno a Berilack cuando Kira apareció y le saludo.
-Buenos Días Señor Berilack- Dijo -Me alegra veros despierto- Añadió mientras pedía al posadero el desayuno.
-Yo también me alegro de veros, Kira- Le respondió Berilack- ¿Que tal acabó la aventura?, después de quedarme inconsciente no recuerdo nada- Le preguntó, entonces entro a la posada un hombre, Kira le saludo, el hobbit lo recordaba del viaje, pero no había hablado mucho con él. Este se paró a hablar con Kira y Berilack siguió comiendo.
El desayuno estaba riquísimo, tanto fue así que le preguntó a Baldric por la preparación de aquellos huevos, pero este se negó argumentando que era un secreto.
Decidió salir fuera haber si le daba un poco el aire, y allí se quedó un rato, fumando de su pipa, embelesado por el frió paisaje que le rodeaba.
15/08/2015 at 16:45 #357533
BattosayParticipant-No, a mi no. Te han mandado un pensamiento, pero no he sido yo. Así que tenemos al mago en el baño y…¿quiere una toalla dices? -volvió a reír. -Esta si que es buena.
-Bueno, ¿a qué esperamos, acaso vas a dejarle en remojo eternamente? Esto no me lo pierdo -añadió mientras daba un largo trago.
Battoin se rascó la barbilla, pero recordó que no tenía barba y se rascó la cabeza. No estaba de humor para bromas y si Yaiwen quería reírse de alguien tendría que buscarse otro voluntario. Enviar pensamientos, menuda tontería…
– Está bien, vamos – dijo levantándose.
Se acercó a Baldric y le pidió una toalla. Bajó al baño seguido de Yaiwen, que caminaba con una sonrisa en la cara. Sólo había un baño ocupado, así que debía de ser el del mago. En ese momento le echó la toalla a Yaiwen encima, abrió la puerta empujándola dentro y volvió a cerrar el baño de un portazo.
– A gastarle bromas a otro – dijo.
Subió de nuevo a la posada y se dedicó a masticar su desayuno sin demasiado interés. Berilack había recuperado la consciencia, eso estaba bien, se dijo. Mientras, Dulvak y Kira estaban charlando. Le picaba un poco la curiosidad, pero no tenía nada que decir y se quedó sentado. Hasta había olvidado ya que ahora mismo, bajo la posada, iban a empezar a saltar trueños y relámpagos.
15/08/2015 at 19:13 #357551
NELLAParticipantSí, estaré un día o dos aquí, luego, deberé seguir mi camino o, mejor dicho, retomar mi camino… de nuevo hacia el sur. Pero antes descansaré un poco y, por qué no decirlo, también me interesa saber un poco de todo ese extraño y luctuoso tema que envuelve la muerte de la joven Zamîn; no me pareció bien hablar de ello durante el viaje de regreso, ya que todo era demasiado reciente, pero quizá ahora a la lumbre de un fuego cálido, sea más fácil que se me desvele el misterio, del que todos, salvo yo, parecen saber bastante-
-Para alguno de nosotros sigue siendo un misterio- Contestó Kira. -Pero es una larga historia-
discúlpeme, a veces, mi curiosidad me convierte en un impertinente-
En ese momento Baldric les dijo que el desayuno estaba listo. -¿Se lo sirvo en la mesa?- Preguntó el posadero. Kira asintió y ella y Dulvak ocuparon una mesa cerca del fuego, orilla de la que acababan de abandonar Yaiwen y Battoin. La Elfa iba contenta. -¿Que se traerán entre manos estos dos?- pensó Kira.
El Mediano, después de dar buena cuenta de su desayuno, había salido a fumar una pipa y no se veía a nadie mas del grupo en la sala común.-Como os iba diciendo- Kira retomó la conversación. -Es una larga historia… Íbal, el asesino de Zamîn, apareció en la aldea hace unos días, se trata de un Oriental, sumamente peligroso, con muchos hombres a su servicio- Kira hizo una pausa y miró a Dulvak que parecía interesado en la historia. -Sin saber como ni por qué nos secuestró a AiWë y a mi… bueno en realidad a quien querían era al Mago, pero yo estaba con él y también me llevaron.
Kira resumió a Dulvak el secuestro, la estancia en Kibil-Dûm, la huida de los orientales, con ellos dos secuestrados hacia Framburgo. Como después los vendieron a Théod, quien los separó e hizo luchar a Kira en el coliseo. Y por último como fueron rescatados por Rírian y Battoin… la lucha final con los Orientales y la intervención de los Elfos del Bosque que hizo que Íbal y sus secuaces huyeran de Framburgo.
-Lo que menos imaginaba es que fuera a aparecer otra vez por aquí- Terminó Kira. -La verdad.. no quisiera encontrarme con él- Añadió -Es un asesino y un ser despreciable-.
Dulvak la había escuchado con atención y se quedó pensativo un buen rato.
-Y… ¿Qué asuntos son esos que os requieren en el sur?- Preguntó Kira sacando a Dulvak de sus pensamientos. -Perdonad si mi curiosidad os resulta impertinente- Añadió mirándole con una gran sonrisa en el rostro.
16/08/2015 at 12:33 #357576
Elfo_NegroParticipantMientras escuchaba con atención la historia de Íbal iba dando sorbitos a su tazón de leche, saboreando su esencia viva, reponiendo sus propias fuerzas.
No sabía por qué, se esperaba algo más siniestro que la historia de un bandido y un secuestro, pero, bien mirado, era mejor así, claro.
Cuando Kira le preguntó por sus asuntos en el Sur y para ello usó su propia expresión (“Perdonad si mi curiosidad os resulta impertinente”) no pudo evitar soltar una sonora carcajada, no pudo evitar que la humana le cayera bien. Cuando hubo contenido su risotada y sólo quedaban unos restos, en forma de risa afable, la miró y la remiró, con una mirada, esta vez sí, realmente penetrante y perturbadora.
-¿Preguntais qué asuntos me requieren en el Sur? Ummm, es difícil de contestar- Pensaba a gran velocidad qué, y cómo, decir a su compañera de aventuras. –Yo vivo muy al Norte, en el Bosque Blanco y hace un tiempo…- se detuvo y se rascó la barba. -No, así no debo explicarlo. A ver… imagínate un lago de aguas tranquilas, con sus olitas habituales que se desplazan por la superficie y que regularmente llegan a la orilla, un lago que en invierno se hiela y el que en verano bulle la vida- Dulvak estaba desplegando sus dotes narrativas y Kira, subyugada a su voz envolvente, escuchaba con atención el relato. –Pues bien, imagina que en ese lago, de repente, cae una enorme piedra, se creará un estruendoso chapoteo ¿verdad? se crearán invariablemente un montón de olas concéntricas que se extenderán por el lago ¿no? Y esas olas, perturbarán la calma normal y cíclica del lago. Sí, es cierto que cuanto más lejos se encuentre uno del lugar donde ha caído la gran piedra menos perceptibles serán las nuevas ondas pero… alguien atento puede ser capaz de notarlas aunque se encuentre en una orilla lejana.- Paró y tomó un último sorbo de leche, apurando el tazón, levantándolo y luego dejándolo teatralmente sobre la mesa.
-Pues eso es lo que ha ocurrido- dijo concluyendo su narración –algo como eso es lo que está ocurriendo: desde mi lejano hogar he notado que Algo está ocurriendo hacia el Sur, no sé qué sea la «piedra» ni quien la haya «lanzado», pero temo que algo Oscuro ha nacido (o ha despertado) algo malo, muy Malo- Miró a la muchacha con ojos… quizá desafiantes. -Y quiero saber qué es-17/08/2015 at 15:39 #357597
NeumeModeratorKira se había acercado a Dulvak en la barra y les vio charlando. También observó al hobbit salir fuera.
Acompañó a Battoin hasta el sótano y dejó que el humano la empujara.
-Y luego dicen que los elfos no tenemos sentido del humor -dijo Yaiwen mientras se quitaba la toalla de la cabeza -Este humano tiene un carácter extraño, ahora no quiere reír ni comer ¿qué os parece señor mago? – le preguntó. La medio elfa bajó un poco la cabeza y se tapó los ojos con una mano para no incomodar al mago aunque tenía unas enormes ganas de reír por la situación pues aunque por escasos segundos, vio la escena al completo.
Extendió la toalla alargando el otro brazo en espera de que Aiwë la recogiera. -La próxima vez quizá tengáis que lanzar los avisos de socorro a alguien menos cabezota. No ha entendido nada ni ha querido creerme, ya habéis visto. Imagino que necesitaréis ropa también ¿verdad? Y afuera los primeros rayos de sol apenas calientan. ¿Queréis que mande a alguien a buscarla o… incluso que vaya yo misma?
«Es vigoroso este mago a pesar de la edad que sea que tenga»
17/08/2015 at 16:44 #357614
Dain-IParticipantBerilack se había quedado dormido en la entrada de la posada con la pipa en la boca, roncaba suavemente hasta que cabeceó y abrió los ojos, se restregó los ojos con las manos, y se desperezó. Hacía un poco de frio, pero decidió dar una vuelta por el pueblo.
Mientras caminaba las mujeres tendían la ropa y los niños correteaban por las calles, muchos de ellos se quedaban mirando al hobbit y después se reían. Berilack no les hacía caso. Sin saber cómo había acabado en las afueras del pueblo. La nieve cubría el suelo y las copas de los árboles, solo se oía el viento, pero de pronto oyó el inconfundible rebuzno de un burro. No llevaba la espada, de modos que utilizó la habilidad innata de su especie, el silencio.
En un pequeño claro del bosque vio de donde procedía el ruido. Un burro estaba en mitad del claro, y al lado suya un hombre tendido en el suelo, al acercarse un poco vio el color rojo de la sangre debajo del hombre. Pero no había rastro de que hubiese alguien allí, aun así se acercó con cuidado.
No, no había nadie, solo el burro, y el cuerpo de su dueño. «Pobre hombre», pensó el hobbit, el burro lo miró a los ojos, se notaba inteligencia en su mirada, y se acercó al mediano. Al principio, Berilack se echo hacia atrás, pero entonces acarició a la criatura, no parecía molestarle en absoluto la presencia del hobbit, ni que le tocara una mano extraña.
-Vamos a enterrar a tu dueño, ¿Vale?- dijo el hobbit mirando al burro, pero claro, era un burro no le iba a contestar.
De este modo el mediano empezó a echar nieve por encima del cuerpo del hombre muerto y se empezó a alejar, pero el burro le seguía, Berilack intento espantarlo haciendo ruidos, pero este no se iba.
-Bueno- dijo al fin- Como decía mi madre, a caballo regalado no le mires el diente- dijo riéndose de su propio chiste y revolviendo los pelos de la cabeza del animal, se subió encima y empezó a cabalgarlo, no había montado nunca a caballo, al menos no los había manejado , pero el burro se dejaba dirigir y era sencillo.
-Tendremos que buscar un nombre para ti- empezó el hobbit, se quedó un rato pensando y al final dijo- ¿Qué te parece Anastasio?, Es original cuanto menos- el burro rebuzno y Berilack dijo- Anastasio entonces- dijo con una gran sonrisa. De este modo se encaminaron hacia Candur.
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