Eärondûr Rangilion es el tercer hijo de Eärendil y Elwing y nació en Valinor durante los primeros años de la Segunda Edad. Aprendió muchas disciplinas de los Valar y los Vanyar, al igual que de sus padres; pero pasados un par de siglos decidió que quería visitar el resto de Arda para conocer a los Eldar y los Edain y así en una neblinosa mañana abandonó la costa bendecida y al poco tiempo llegó a Númenor.
Allí vivió hasta la muerte de Elros, después de la cual entró al servicio de Gil-Galad en Lindon. Durante muchos años vivió allí y en sus últimos años su trabajo era mantener comunicados Lindon con Eregion (que se encontraba cegada por los dones de Annatar). En esos años conoció a la elfa Iorethil Lindisse con la que trabó buena amistad y a la que llevó a Lindon.
Tras estallar la guerra en Eregion, Eärondûr fue el encargado de poner a salvo a Iorethil que estaba embarazada. Ambos viajaron a Númenor pero durante el viaje una tormenta destrozó el barco. Eärondûr tuvo que regresar a la guerra sin saber cuál había sido el destino de Iorethil y su hija, la cual había nacido antes de la tormenta.
Eärondûr se retiró con Elrond a Rivendel y durante un tiempo visitó asiduamente las cumbres de las Montañas Nubladas, allí encontró la amistad de las Águilas, en especial de un joven polluelo huérfano a la que llamó Thoronaina (más tarde llamada Cudesitas).
Después de tener varios sueños muy extraños, el elfo comprendió que debía viajar al sur y así lo hizo. Pero estando en Umbar escuchó una extraña leyenda númenoreana sobre una madre y una hija que llegaron a la isla en mitad de una tormenta hacía muchos años. Esto despertó en Eärondûr el recuerdo de Iorethil y su hija y partió a Númenor.
Allí consiguió encontrar a la nieta de Iorethil, la joven medio elfa llamada Isiloth Elenmíre. Ella llevó al elfo al Pelargir a ver a su abuela. Tras el encuentro los dos elfos hablaron largamente sobre los extraños sueños que ambos habían tenido ultimamente y decidieron partir al sur los tres, fue en este temprano momento cuando Eärondûr recibió su capa verde.
Embarcaron en Umbar con rumbo sur, pero antes de llegar a su destino se encontraron con más personas que les acompañaron en su viaje. Una noche, cuando navegaban cerca del centro de las Montañas Grises una tormenta volvió a destruir su barco, así fue como llegaron a Haldanóri, las Tierras Ocultas.
El grupo llegó a un extraño paraje y tras encontrarse con más elfos, hombres y con un rarísimo hobbit celebraron una reunión, y así nació el Concilio de Nan-Tasarion. Los miembros de este concilio lucharon contra la oscuridad en aquellas lejanas tierras del sur durante el fin de la Segunda Edad.
Cuando se acercaba la Tercera Edad, Eärondûr e Iorethil abandonaron el Concilio y regresaron al Pelargir. Durante muchos años ambos vivieron en Gondor viendo la decadencia del linaje Númenoreano. Iorethil trabajaba como sanadora en Minas Tirith y Eärondûr como Consejero pues era pariente de los reyes.
Casi a finales de la Tercera Edad, Eärondûr hizo un viaje a Rivendel y cuando regresó a Minas Tirith no encontró ni a Iorethil ni a Isilieldël (la joven ayudante de la elfa, descendiente de la hermosa Isiloth). El elfo pudo enterarse al fin de que ambas habían viajado al este así que decidió hacer lo mismo, pero antes viajó a las Montañas Nubladas a despedirse de Thoronaina.
Tras un accidentado viaje en el que casi pierde la vida en las ardientes arenas del Eärnar, es rescatado por Thoronaina y la joven Anarel, ambas lo llevan ante Iorethil que se había convertido junto con Isilieldel en las sanadoras del Reino Unificado, un clan que también luchaba contra la Oscuridad en Vanwendor en el lejano este.
Durante muchos años Eärondûr se une a este grupo de gente y lucha con ellos en batallas memorables como la derrota de Eärgul o la del maia Mornuroth. Pero también tiene tiempo para descubrir una fortaleza en el corazón de las Ered Meneltobas llamada Gûlninquë, donde los miembros del Reino Unificado envían el Quenta Turendir I Parma Lúmenna para que sea descifrado.
Durante estos años Eärondûr encuentra el amor y se casa con Anarel Elamarth, renunciando así a su condición de elfo y cumpliendo así con la tarea que le encomendaron los Valar en la Segunda Edad: decidir a qué linaje pertenecer.
Ya en la Cuarta Edad Gûlninquë es atacada por otro miembro del Reino, porque en su interior se escondía un poderoso objeto. Con ayuda de Silme Tindomë consiguen destruir al atacante y salvar el Libro Cifrado aunque la fortaleza de Gûlninquë nunca se volvería a utilizar (sobre todo porque se perdieron las llaves).
Eärondûr y Anarel tienen dos hijos a los que llaman Eärendil y Ancalimë; por ese tiempo Eärondûr era el encargado de formar a los ejércitos del Reino y sus alumnos le llamaban Cudaersarn, «Arco a la sombra de la piedra», pero sus hijos no eran capaces de pronunciar ese nombre y le llamaban «Cudesas».
El orgullo y poder del Reino Unificado decae en la Cuarta Edad y tras una guerra queda casi destruido y abandonado por sus habitantes. Eärondûr y Anarel permanecen junto con un puñado de allegados en el Reino Unificado debido a que Anarel ya no podía realizar ningún viaje.
Al poco tiempo Anarel muere y el Reino Unificado es abandonado, los últimos habitantes emigran al próspero Gondor y allí entierran a Anarel.
Eärondûr consigue poseer una pequeña torre-fortaleza en Tolfalas, la pequeña isla en la desembocadura del Anduin, a la que llama Sinya Gûlninquë y en la que esconde el Libro Cifrado, es a partir de esta época cuando toma el nombre de Cudesas, el Viejo Montaraz.
Los hijos de Eärondûr y Anarel entran al servicio del Rey de Gondor y debido a su alto linaje y a las grandes victorias en las antiguas guerras se le concede a Eärondûr el Señorío del Poros y el Señorío de Sinya Gûlninquë, conocidos ambos como la Marca Verde, pues se sitúan en la región de Gondor Sur, limítando con los pueblos del sur.
Y así es como Eärondûr pasa los días esperando poder reunirse con su amada Anarel la cual abandonó los Círculos del Mundo hacía ya varios años, releyendo y completando el Libro Cifrado y en compañía de Iorethil, su familia y antiguos amigos como Thinedhel, Vilendil Atanvardo, Silme Tindomë e Isilieldel nueva Senescal de Gondor.
A partir del tercer siglo de la Cuarta Edad, Sinya Gûlninquë se convierte en un importante centro cultural, pues su torre-fortaleza es reconvertida en una inmensa biblioteca donde se recogen las antiguas historias de Haldanóri, Vanwendor y todas aquellas tierras que una vez visitara Eärondûr.