Entrevistamos a Carolina Jiménez, una española que trabaja como artista de efectos visuales en Weta Digital y ha trabajado en El Hobbit: Un Viaje Inesperado y ahora mismo ya está inmersa en el trabajo para La Desolación de Smaug.

En las últimas semanas se ha hablado bastante en algunos medios y blogs de Carolina Jiménez, una española que trabaja en el departamento de Layout de Weta Digital y que ha trabajado en los efectos visuales de El Hobbit: Un Viaje Inesperado y ya se encuentra metida de lleno en el trabajo para La Desolación de Smaug, segunda película de la nueva trilogía de Peter Jackson que se estrenará el próximo 13 de Diciembre. ¿Pero cómo esta joven que hace 10 años estudiaba Arquitectura ha terminado trabajando en una de las empresas punteras en el campo de los efectos visuales? Ella misma nos lo explica en la siguiente entrevista. Carolina, que se define como «infografista de profesión, escéptica de mente y científica de corazón» es una apasionada de la ciencia, en especial de la física y la astronomía, el cine y el frikismo. No en vano la han apodado «La Reina de los Frikis».

Una vez más, agradecemos de todo corazón a Carolina por habernos atendido y haber tenido la paciencia de contestar a todas las preguntas que la enviamos, y os recomendamos que la sigáis en su página de Facebook, en su cuenta de Twitter y en su blog. Pinchad en cualquiera de las imágenes para verlas a mayor tamaño.

 

-EAU: ¿Cómo conociste nuestra página web?

-Carolina Jiménez: Os conocí hace cosa de tres años gracias a las redes sociales y os he seguido desde entonces. Sois una valiosa fuente de información, de las más completas de la red.

 

-EAU: ¿Has leído El Hobbit, El Señor de los Anillos u otros libros de Tolkien? En caso afirmativo, ¿cuándo los leíste por primera vez? ¿Y cuál es el que más te gusta?

-C.J.: Leí El Hobbit cuando tenía 12 años y me gustó mucho. Pero no fue hasta que supe que Peter Jackson estaba preparándose para hacer las películas de El Señor de los Anillos que me animé a leer los libros. Me engancharon desde la primera página, y tanto las películas como los making-of de las mismas, terminaron por hacerme fan incondicional. Desde entonces los he leído los 4 varias veces, tanto en español como en inglés. Desde entonces llevo en el dedo anular de mi mano derecha un Anillo Único de plata que aún no me he quitado.

 

-EAU: Los sueños se hacen realidad si trabajas duro y nunca te rindes. Es una frase que en tu caso sin duda es completamente cierta ¿no?

-C.J.: Esa frase me ha acompañado desde niña. Le he dedicado mucho esfuerzo a ponerla a prueba, y resulta que sí, que así es.

        

-EAU: Hace poco te tatuaste esa frase en tengwar, con una caligrafía del gran Daniel Reeve. ¿Hacértelo en tengwar es un guiño a lo que ha representado en tu carrera y en tu vida El Señor de los Anillos y El Hobbit?

-C.J.: Desde luego. Aún tengo muchos sueños que cumplir, pero sin duda el más significativo de todos, y el haberlo hecho realidad, están representados en este tatuaje que me hice hace poco. Escogí el inglés como idioma para la frase y el tengwar como alfabeto para representarlo: son los dos idiomas en los que está forjado este sueño. El hecho de que el gran Daniel Reeve accediera a diseñarlo para mí ha sido la guinda perfecta para toda esta aventura, que en el fondo solo acaba de comenzar.

 

-EAU: ¿Qué lleva a una joven madrileña estudiante de Arquitectura a querer embarcarse en la industria del cine, como artista de efectos visuales? ¿Es cierto que descubriste tu vocación al ver los extras de la Versión Extendida de La Comunidad del Anillo? Háblanos un poco de tus inicios, cuando empezaste a estudiar para convertir tus sueños en realidad…

-C.J.: Mi verdadera vocación de niña era la ciencia, y mis pasiones el cine y la tecnología, pero las circunstancias familiares del momento hicieron que comenzara a estudiar Arquitectura. La carrera de arquitectura es fascinante, y me permitió formarme en dibujo clásico, dibujo técnico, historia del arte, física, química… Pero como profesión no era en absoluto a lo que yo quería dedicarme. Cuando al fin tuve la ocasión, abandoné mis estudios de Arquitectura tras varios años, y me encontré en un momento de mi vida en el que no sabía muy bien qué camino tomar. Fue el mismo año en que se estrenó La Comunidad del Anillo, y más especialmente su Versión Extendida con varias horas de extras donde la gente de Weta, a las órdenes de Peter Jackson, contaban con pasión y entusiasmo cómo habían creado aquellos maravillosos mundos para poder contar una historia que de por sí ya me entusiasmaba. Y simplemente me dije «Eureka. Eso es lo que yo quiero hacer. Si ellos pueden, yo también». De modo que busqué la mejor escuela del momento para estudiar 3D por las mañanas y varios trabajos por las tardes para poder pagarme dicha formación. Las clases me apasionaban como pocas cosas hasta entonces. Acabé aquel máster con uno de los pocos sobresalientes que se dieron aquel año y el cortometraje que realicé como proyecto fin de máster obtuvo varios premios y nominaciones nacionales durante el año siguiente. Al fin estaba en el camino adecuado, ya no había duda.

 

-EAU: Tras tu breve paso por Águila Roja, te llegó la oportunidad de trabajar con Illion Studios en la película Planet 51, ¿cómo recuerdas esos primeros trabajos?

-C.J.: Mis conocimientos en arquitectura me permitieron conseguir mis primeros empleos en el mundo del 3D en empresas de reformas, y decoración inicialmente, y más adelante en estudios de publicidad y diseño gráfico, en los que he dirigido los departamentos de 3D desde el principio. Simultáneamente creé el sello de diseño audiovisual «OK Infografía», que aún mantengo, con el que firmaba mis proyectos personales y los trabajos freelance que realizaba desde casa. Procuraba participar en cualquier proyecto, por raro o pequeño que fuera, que me permitiera adquirir experiencia y ampliar tanto mi portfolio como mis contactos con gente del sector. Uno de estos trabajos freelance me abrió más puertas de las que creía. De nuevo mi experiencia en arquitectura vino a echarme un cable y logré el encargo de realizar los edificios virtuales para la serie de TVE «Aguila Roja». Mi primer encargo para una productora audiovisual. Pero comenzó la crisis, y desgraciada o afortunadamente, según se mire, me tocó. La empresa tuvo que prescindir de mí, lo cual me obligó a buscar trabajo de nuevo y me animó a enviar mi currículum y trabajos realizados a la única empresa grande de cine de animación de Madrid en aquel momento, a pesar de sentirme aun inexperta. Así Ilion Animation Estudios me dio mi primera oportunidad en el mundo del cine, contratándome como Scene Composer y Set Dresser para el largometraje de animación «Planet 51» y fue una experiencia genial. Aprendí muchísimo, conocí a algunos de los mejores artistas en animación del momento y disfrute cada momento intensamente. Fue una experiencia valiosísima. Ya había metido la cabeza en el cine, y no pensaba sacarla.

 

-EAU: Después enviaste currículos a empresas de todo el mundo, y te respondieron nada menos que de DreamWorks, pero a pesar de tener un contrato de trabajo no conseguiste el visado para Estados Unidos. Después de esta decepción, ¿te planteaste renunciar en algún momento?

-C.J.: Sin duda el que se me denegara el visado de trabajo para ir a Dreamwors fue un bache bastante grande. Durante algún tiempo pensé que había perdido mi mejor oportunidad posible. Pero luego me di cuenta de que el hecho de que Dreamwors hubiera contactado conmigo significaba que no iba por mal camino y que nuevas oportunidades podrían llegar. Y así fue. Mi siguiente ocasión de trabajar en el cine costó más de dos años de lucha constante, pero acabó llegando. Los estudios Dr. D me ofrecieron un puesto de Final Layout Artist en la producción de Happy Feet 2. Fue sin duda el punto de inflexión para mí, el salto al cine internacional, el impulso que necesitaba. Además fue un cambio radical en muchos sentidos: nuevo proyecto, nuevo país, nuevo idioma, nuevo programa, nuevo hemisferio… Pero era la oportunidad que llevaba años esperando, así que hice una maleta y me fui a la tierra de los canguros. Aprendí muchísimo, conocí gente estupenda. Y una vez que tuve experiencia en el cine internacional en mi currículum, las cosas fueron mucho más sencillas. Tras mi experiencia australiana llegaron Prometheus, World War Z…

 

-EAU: Y entonces llegó el momento que cambió tu vida. ¿Cómo te sentiste cuando por fin Weta Digital te contestó?

-C.J.: Estaba en Londres, trabajando en MPC en World War Z y, tal y como llevaba haciendo desde que acabé mis estudios de 3D, tras actualizar mi currículum volví a mandarlo a Weta, con la diferencia de que esta vez sí contestaron. Cuando recibí el mail en el que Weta me comunicaba que estaban interesados en hacerme una entrevista, no me lo podía creer. Tras leer el mail varias veces lloré de emoción durante un buen rato y no dormí en toda la noche. Tras la entrevista Weta me hizo una oferta para incorporarme a sus filas como Layout TD, oferta que acepté sin aún podérmelo creer. Y aquí estoy, 10 años después de que empezara esta aventura, trabajando en la misma empresa, la misma saga y el mismo director que detonaron todo esto.

 

-EAU: ¿Fue una decisión fácil la que tomasteis tu pareja y tú de dejarlo todo atrás y mudaros a Nueva Zelanda?

-C.J.: La decisión llevaba tomada varios años, cuando entre los dos cerrábamos los sobres en los que metíamos mi reel y los enviábamos a todos los estudios de cine de animación y VFX del mundo. «¿Y si llaman?» «Pues si llaman nos vamos.» Los proyectos de Australia y Londres fueron de pocos meses cada uno, de modo que los emprendí sola. Pero en esta ocasión no estábamos dispuestos a pasar más tiempo separados ni a que yo viviera esta aventura sola. Este sueño era ya de ambos. Así que no, no fue nada difícil, sobre todo tal y como estaban poniéndose las cosas en España. Vendimos los coches, vaciamos el piso para alquilarlo e hicimos las maletas para venirnos juntos para acá. Y ambos seguimos hoy en día convencidos de que fue la mejor decisión posible.

        

-EAU: Desde fuera tenemos la sensación de que Nueva Zelanda es un país que vive y respira Tierra Media por todos sus poros. ¿Es así en realidad, se nota en el ambiente, entre la gente, ese amor y esa expectación que han generado estas películas?

-C.J.: No es que exista amor o expectación, es que esto es la Tierra Media, y todo el mundo lo tiene perfectamente asumido. Se ve en señales de tráfico, en marcas de vino, en librerías, en rutas de montaña, en sellos de Correos, en restaurantes… No es la única característica distintiva de Nueva Zelanda, está claro. Pero sin duda es una más y se sienten orgullosos de ella. Sobre todo en mi barrio, ya que vivimos en el apartamento que esta exactamente detrás del Teatro Embassy, el cine rescatado por Peter Jackson en el que se celebran las Premières, y con el que compartimos la pared del salón. Pudimos vivir la preparación de la première mundial, la colocación de Gandalf en su fachada, la fiesta, el estreno… Tenemos una relación especial con el Embassy y su personal, quienes me regalaron un Gandalf de cartón promocional cuando retiraron la publicidad, y ahora adorna nuestro salón.

       

-EAU: Casi todos los fans de las películas desean ir a Nueva Zelanda, ¿cómo es estar allí? Háblanos un poco del país…

-C.J.: Nueva Zelanda es un país maravilloso. No solo por la salvaje naturaleza que regala paisajes tolkenianos en cada rincón o a la vuelta de cada curva, sino por sus maravillosas gentes. El civismo y la simpatía generalizada nos sigue sorprendiendo a diario. La sencillez con la que funciona todo y lo sencillo que resulta sentirse como en casa estando tan lejos de nuestro lugar de origen. Todo el mundo sonríe, saluda y ayuda como no habíamos visto antes. Existe una gran conciencia tanto ciudadana como con la naturaleza y el respeto al medio ambiente. Es peligrosamente fácil enamorarse de esta tierra y sus gentes.

 

-EAU: Háblanos un poco de tu trabajo en El Hobbit, donde formas parte del departamento de Layout. Explícanos qué es lo que hace este departamento.

-C.J.: En el departamento de Layout nos encargamos de varias cosas a lo largo del proceso de creación de un plano. Somos un departamento muy multidisciplinar y nos encargamos tanto de hacer de enlace y seguimiento a lo largo de todo el proceso, sirviendo de enlace a los grandes departamentos especializados, como animación, modelado, texturizado o iluminación, como de hacer todas las tareas para las que no existe un departamento especifico, como el control de continuidad, el ajuste de cámaras con el plate de imagen real (llamamos plate al archivo de vídeo que importamos en los escenarios digitales perteneciente al rodaje de imagen real. El metraje del rodaje, vaya), creación de modelos de baja resolución para previsualización y sobretodo el setdressing (ambientación y decoración) y la composición de escena. Vestimos y adecuamos cada plano a la historia y a la dirección.

       

-EAU: ¿En qué escenas has trabajado especialmente?

-C.J.: La mayor parte de mi trabajo en El Hobbit ha consistido en la composición de escena y el set dressing (ambientación y decoración) de las cavernas de los Trasgos. Hemos pasado muchos meses en esas oscuras cavernas asegurándonos de que todo tenía el aspecto que debería. Yo en concreto me convertí en la experta en cuerdas del equipo, ya que me tocó atar digitalmente la mayoría de las cuerdas que sujetan entre si las tablas y palos con los que están hechos los puentes, pasarelas y estructuras de madera de la ciudad subterránea de los Trasgos. Eso y esparcir armas, huesos, trapos y todo tipo de objetos aquí y allá. Menos mal que durante algunas semanas también tuve ocasión de esparcir joyas, y monedas y objetos de oro en la sala del tesoro de Smaug, y así equilibrar un poco la cosa.

 

-EAU: ¿Qué sientes al ver esta escena?

-C.J.: ¿¿Que qué siento al ver ese vídeo?? Pues básicamente… «Ay mis cuerditas… mira, esa calavera quedó algo torcida. Uy, el trapejo aquel quedó bien al final. A ver, espera que lo pauso aquí, que hace mucho que no miro a aquel montoncito de trastos de la esquina…». Básicamente.

       

-EAU: Dos películas en las que has trabajado, Prometheus y El Hobbit: Un Viaje Inesperado estaban nominadas al Oscar a los Mejores Efectos Visuales. ¿Cómo has vivido las nominaciones, el ambiente en Los Angeles y la fiesta posterior?

-C.J.: Sin duda estar nominado a un Oscar es algo estupendo. Yo he estado doblemente nominada este año (yo y mis cientos de compañeros, claro está) por primera vez para mi, y es sin duda emocionante. Weta contaba con 3 películas nominadas nada menos, así que organizó una fiesta muy especial para que todos pudiéramos ponernos guapos y disfrutar de la gala toda la tarde. Wellington tuvo su alfombra roja y bien contentos que la pisamos, a pesar de que luego no lográramos ninguna estatuilla. Pero lo cierto es que los Oscars, al menos para mí, son más anecdotistas que cruciales. Son unos galardones bastante politizados y muchas veces no estoy de acuerdo con el criterio y las maneras de la academia. Y aunque desde fuera no lo parezca, Wellington está muy lejos de Hollywood, tanto geográfica como emocionalmente. Se agradecen mucho los reconocimientos y los galardones, sin duda, pero qué demonios, nosotros hacemos esto porque lo amamos, no por los premios.

        

-EAU: En una entrevista desvelaste que una noche coincidiste en un restaurante con Martin Freman, y que otro día conociste a Ian McKellen cuando se pasó a visitar el edificio de Weta Digital. ¿Cómo ha sido el trato con los actores del reparto? ¿Has podido conocer a Peter Jackson? Sin embargo sí has conocido a artistas y profesionales a los que admirabas desde hacía muchos años, como Alan Lee, John Howe, el propio Daniel Reeve, Gino Acevedo… ¿Hay alguien que te haya hecho una ilusión especial conocer?

-C.J.: A Peter Jackson aún no he podido conocerle, pero sí he tenido ocasión de conocer y charlar con grandes como Ian McKellen, John Howe, Alan Lee, Gino Acevedo, Daniel Reeve, Dan Hennah… Y efectivamente coincidimos en una ocasión en un restaurante mexicano cenando junto a Martin Freeman (Bilbo). Fue una feliz coincidencia que convirtió aquella cena en algo muy especial.

Alan Lee, John Howe y Daniel Reeve me firmaron y dibujaron mi viejo ejemplar de El Hobbit, mientras me temblaban las piernas de la emoción, cuyas amarillentas páginas son ahora de oro puro para mí.

Conocerlos a todos ellos ha sido increíble para mí, pero quizá quien más me ha impresionado en persona ha sido Ian McKellen. Ya le admiraba como actor, y ahora le admiro como persona. Tiene una mirada dulce e inteligente, y una presencia severa y reconfortante. Tiene mucha paciencia con todos los que revoloteamos a su alrededor según aparece, y nos saluda y habla a todos con mucho cariño.

 

-EAU: ¿Cómo es tu trabajo en La Desolación de Smaug? ¿Nos podrías contar algo sobre la película?

-C.J.: Ahora nos encontramos ya de lleno trabajando en la segunda entrega de El Hobbit, La Desolación de Smaug, de la que poco os puedo contar aún. Es todo sorpresa y como os podéis imaginar la confidencialidad por aquí es muy estricta. Sí puedo deciros que creo que os va a gustar y que desde ahora y hasta su estreno iré contándoos y enseñándoos las cosas que desde aquí nos permitan, como hice con «Un Viaje Inesperado». Sigan atentos a sus monitores.

       

-EAU: Una apasionada de El Señor de los Anillos como tú, que además ha conseguido su sueño de trabajar en El Hobbit, aún después de tantos años, ¿qué sentiste al visitar los decorados de las películas?

-C.J.: Pues hasta en eso soy afortunada porque muy pocos trabajadores de Weta Digital tienen ocasión de visitar los sets de rodaje de Stone St, cuyos hangares veo desde mi ventana en mi puesto de trabajo. Yo concretamente tuve la suerte de que el mismo Daniel Reeve me los enseñara, durante un rodaje en un set impresionante, el día que fui a verle a su despacho para hablar del diseño de mi tatuaje. Me pidió que le contara la historia tras la frase que me quería tatuar y debió emocionarle, porque me dijo, «ven, que te voy a enseñar una cosa», y tras pasar por la sección de arte, de maquetas y miniaturas, entramos en el hangar grande donde me hizo un gesto para que guardara silencio. Entendí que estaban rodando en ese mismo instante, asi que nos echamos a un lado y pude presenciar la grabación de una de las tomas más espectaculares de los sets en interiores. No me avergüenza admitir que solté dos lagrimillas. En absoluto silencio, eso sí.

 

-EAU: En los videoblogs de El Hobbit se ve y se percibe que el trabajo en los estudios Stone Street y en Weta era como el de una gran familia, en el que reinaba la cordialidad y el buen humor. ¿Lo sentías así?

-C.J.: Absolutamente. Así era cuando llegué y así sigue siendo. Se puede apreciar perfectamente en el ambiente de trabajo que estás rodeada de gente entusiasta que si no tuvieran el empleo que tienen aquí estarían haciendo exactamente lo mismo que hacen aquí, pero en sus casas. Hay también momentos tensos, mucho cansancio en ocasiones por las largas horas de trabajo al final de los proyectos… pero en general se ve pasión en todas partes, en las paredes y las decoraciones de oficinas y escritorios, en las caras de la gente, en la manera que todo el mundo ayuda a quien lo necesita, en el trabajo en equipo. Esto es realmente como se ve en los making-of. No hay ni trampa ni cartón.

 

-EAU: Bueno, y ahora háblanos del resultado final, ¿qué opinas de El Hobbit: Un Viaje Inesperado?

-C.J.: ¿Qué os voy a decir yo, siendo una de sus madres? Para mi es el niño más guapo del parque, sin duda. Aunque reconozco que mi opinión no es objetiva ni crítica. No podría. He pasado tantas horas imbuida en ella y la he visto tantas veces a pellizcos desordenados, del derecho y del revés, que soy incapaz de ser imparcial. Conozco, eso sí, muchos pequeños fallos que seguramente vosotros no veis, y que jamás confesaré por mucho que me torturéis. Supongo que esas son las dos caras de la moneda, no poder ser totalmente objetiva con el trabajo que hemos realizado. Solo puedo decir alto y claro que es mi ojito derecho, que la he disfrutado al máximo y que espero que a vosotros también os guste.

 

-EAU: Ha habido mucha controversia y muchas críticas hacia el 3D HFR, los 48 fotogramas por segundo de El Hobbit. ¿Crees que son justas? ¿Qué opinas de esta nueva tecnología?

-C.J.: Lo que nos ofrece la tecnología de los 48 fps es sencillamente más información visual por unidad de tiempo. Esto se traduce en una sensación de mucha más nitidez y realismo. Hay quien lo describe como una sensación de que todo está «más enfocado», y los colores, formas y movimientos están «más definidos». Efectos de cine a los que estamos muy acostumbrados, como el motion-blur (el desenfoque por movimiento) se minimizan, por lo que tenemos una sensación rara en la butaca del cine. A mí me pareció excitante, mientras otras personas creen que es «demasiado». Quizá solo haya que acostumbrarse. Lo que sí que se aprecia es que la experiencia 3D (con gafas polarizadas) es más natural. Combinar los 48 fps con el 3D es lo más parecido hasta la fecha con la sensación de estar metido en la película, en mi opinión. Es alta tecnología cinematográfica que hay que explorar, como cualquier otra opción que nos ofrezca el progreso, para tratar de hacer cada vez mejores películas y ampliar la experiencia de ir al cine.

 

-EAU: Muchos artistas de efectos visuales están protestando por la falta de apoyo de las productoras. ¿Crees que además de esta desconsideración por parte de la propia industria, los artistas de efectos visuales, las personas que crean mundos mágicos como el de la Tierra Media en el cine, están poco valorados por el público y los medios?
-C.J.: Pues por extraño que parezca creo que la falta de valoración y de respeto de la que ahora nos quejamos los artistas de VFX no viene de parte del público o de los medios, quienes creo que sí aprecian en gran medida nuestro trabajo, sino de ciertos sectores importantes de dentro de la propia industria cinematográfica. El avance tecnológico en el campo de los VFX ha sido mucho más rápido que la capacidad de adaptación de la industria a los mismos. El personal de VFX que participaba en la creación de una película ha pasado en pocos años de ser un grupo anecdótico a ser el grueso principal de muchas de las producciones modernas, y muchas personas importantes y poderosas de la industria no han sabido o querido valorar el cambio de funciones y méritos. Funciones cruciales que de manera tradicional le atribuían a actores, directores o productores, ahora han de ser repartidas con cientos de artistas que le dedican muchas horas a ‘fabricar’ las películas frente a un ordenador, no ya en un set de rodaje o tras una cámara. En mi opinión es muy importante que tanto la industria como el público sepan cómo se hacen las películas para poder otorgar al trabajo de cada miembro del equipo el valor técnico y artístico que merecen.

Películas como ‘La Vida de Pi’ no habrían ganado los Oscar que han ganado sin el durísimo trabajo de cientos de artistas digitales que han creado el 80% de lo que se ve en la pantalla, y que estaban siendo despedidos sin cobrar mientras los galardonados les omitían en sus discursos de agradecimiento, o los micrófonos eran silenciados cuando se les intentaba nombrar. La creación de una película es un trabajo de equipo en el que cada miembro es importante y merece ser valorado. No porque los artistas VFX trabajemos tras un ordenador nuestra tarea es menos artística o creativa, y nadie puede negar hoy en día que en muchas producciones es sencillamente imprescindible. Así que desde aquí rompo una lanza no ya por todos mis compañeros en la industria de los VFX, sino por todas las personas involucradas en la creación de una película o cualquier otra representación artística realizada en equipo: todo el mundo merece que su trabajo sea respetado y valorado en su justa medida. Y pagado, obviamente.

 

-EAU: En este sentido, tampoco hay muchas producciones que muestren en profundidad el trabajo de estos artistas, sino que la mayoría enseñan solo algo superficial. ¿Crees que iniciativas como los videoblogs de la producción de El Hobbit, los vídeos difundidos por Weta Digital o la cantidad de making of de las Versiones Extendidas de El Señor de los Anillos pueden ayudar a cambiar esta percepción y que todos valoremos y apreciemos en su justa medida el gran trabajo que desempeñáis?

-C.J.: Sin duda alguna. La función tanto de los detallados making-of como de los vídeo blogs actuales es tan significativa que a mí me cambiaron la vida. Yo soy un vivo ejemplo de que es importante y hermoso mostrar cómo se hacen las películas, el esfuerzo y el entusiasmo que se pone en el trabajo que te gusta y cómo esto influye en otras personas. Esta pasión es contagiosa y tremendamente positiva para el diálogo que supone una película entre quienes la realizan y el público que va a verla. Gracias a ese tipo de cosas todos formamos parte activa y entusiasta en la experiencia de hacer/ver cine, en la que todos somos imprescindibles, el público más que nadie.

       

-EAU: En el blog de OK Infografía te describes como Queen of the Nerds, que vendría a ser algo como la Reina de los Frikis. ¿De verdad te sientes así?

-C.J.: Lo cierto es que ese apodo, o lo que quiera que sea, me lo llamó un muy buen amigo mío, muy friki también. No debe ir desencaminada la cosa, porque me gustó mucho el término. Así que me regaló la camiseta con ese lema, la cual me pongo de vez en cuando con orgullo. Y solo provoca sonrisas.

 

-EAU: ¿Siempre has sido una apasionada de la fantasía y la ciencia-ficción?

-C.J.: Siempre. Poder visitar mundos extraños y tener aventuras fascinantes de fondo científico siempre fue una gran afición, ya que tanto la ciencia como la tecnología han sido dos de mis grandes pasiones. Me crié en la época en que la ciencia ficción y los efectos especiales para el cine empezaban a entenderse bien y a crecer exponencialmente. Poder formar parte de todo ello no ya como aficionada, sino como profesional, para mí es simplemente un privilegio.

-EAU: Después de tu homenaje a Superman, ya que también has trabajado en El Hombre de Acero, con las fotos en las que estabas caracterizada como Supergirl, ¿para cuándo una sesión homenaje a El Señor de los Anillos?

-C.J.: Más que caracterizada como Supergirl la idea era caracterizarme como chica friki admiradora de Superman, mi superhéroe favorito, usando como inspiración las dotes fotográficas de mi chico (Kerp Photography) y una sesión clásica de Edson Carlos. La experiencia creativa nos gustó tanto que ya tenemos en mente las siguientes sesiones fotográficas homenaje a diferentes obras, personajes y artistas. Y por supuesto El Señor de los Anillos está de los primeros de la lista. En cuanto vayamos teniendo ocasión nos pondremos manos a la obra y publicaremos nuestros siguientes trabajos.

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Comentarios

16 Responses to Entrevistamos a Carolina Jiménez, española en Weta Digital y artista de VFX en El Hobbit

La verdad es que hay que agradecer a Carolina su amabilidad para con esta web, y su paciencia para contestar todas las preguntas de una larga entrevista.
Ha demostrado mucho cariño con los tolkiendili de la comunidad hispano parlante, como evidencia el haber prestado sus fotos para ilustrarla.
Es muy agradable recibir un testimonio tan directo desde los mismos entresijos de la producción y el rodaje, cosa que desearía que no terminara con esta entrevista, pues sabemos que queda material pendiente para rodar y postproducir, y alguien en las antípodas que lo vivirá en primera persona.

Me encanta ver que lo primero que se ha comentado en esta noticia ha sido el esfuerzo y dedicación de Carolina por conseguir lo que ella quería xD Envidia (sana) por poder vivir en NZ y trabajar en Weta y más en El Hobbit

En fin, también es lo que pasa con ciertas fotos jaja en parte lo comprendo.
Bueno, que yo venía a darle las gracias a Batt por su chivatazo, que sin eso no habría sido posible enterarnos 😉

¡Que no vivo del aire! ¡Quiero mis honorarios!

En otro orden de cosas, yo creo que para demostrar que no está sola, Miss EAU y Miss EAU camiseta mojada podrían posar en un sesión de fotos para mostrar solidaridad con ella. ¿Votos a favor?

Seguro que ambas votarían que sí, si eso eso significa un viaje con todos los gastos a Nueva Zelanda para cotillear en las instalaciones de Weta Digital. Qué leches, si es así, yo también me apuntaba a la sesión xD

En la foto del tatuaje en el costado no tendría que haberse puesto las manos,y si la cámara hubiese estado un poco más abajo, hubiese sido mejor. 😉 muahahahahahahahahahahahaha

No seas malo anda, que Carolina es muy, muy simpática y se ha portado fenomenal con nosotros. No la vayáis a asustar ahora con vuestros comentarios 😛

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