A continuación podéis leer lo que pasó en la Tierra Media creada por J.R.R. Tolkien el 23 de mayo.

Seguimos con la sección ‘Hoy en la Tierra Media’ con una jornada en la que una compañía cruzó un famoso vado y llegó a la Última Morada al este del mar donde fue recibida por unos alegres Elfos. Queremos dejar claro que todas estas fechas se corresponden con el Calendario de la Comarca u otros calendarios de la Tierra Media como el Cómputo del Rey (ver nota y nota 2), y que todas ellas proceden de ‘El Hobbit‘, ‘El Señor de los Anillos‘ (incluidos los Apéndices) y los ‘Cuentos Inconclusos‘ de J.R.R. Tolkien, y de libros de estudiosos Tolkiendili como el ‘Atlas de la Tierra Media‘ de Karen Wynn Fonstad, ‘El Señor de los Anillos: Guía de Lectura‘ de Wayne G. Hammond y Christina Scull, y ‘The History of The Hobbit‘ de John D. Rateliff.

Unos acontecimientos que nos gusta acompañar con pasajes de los libros de Tolkien y con distintas ilustraciones, pero no siempre encontramos imágenes que representen los momentos de los que hablamos o que sean fieles a las descripciones del Profesor.

Esto fue lo que pasó en la Tierra Media el 23 de mayo.

 

Año 2941 de la Tercera Edad del Sol:

* La Compañía de Thorin vadea el Bruinen y llega a Rivendel.

 

(Pinchad en las imágenes para verlas a mayor resolución)

(La compañia vadea el Bruinen, según la artista rusa Julia Alekseeva)

«Una mañana vadearon un río por un lugar ancho y poco profundo, resonante de piedras y espuma. La orilla opuesta era escarpada y resbaladiza. Cuando llegaron a la cresta, guiando los poneys, vieron que las grandes montañas descendían ya muy cerca hacia ellos. Parecían alzarse a sólo un día de cómodo viaje desde la falda más cercana. Tenían un aspecto tenebroso y lóbrego, aunque había manchas de sol en las laderas oscuras, y más allá centelleaban las cumbres nevadas.

—¿Es aquella la Montaña? —preguntó Bilbo con voz solemne, mirándola con asombro. Nunca había visto antes algo que pareciese tan enorme.

—¡Desde luego que no! —dijo Balin—. Esto es sólo el principio de las Montañas Nubladas, tenemos que cruzarlas de algún modo, por encima o por debajo, antes de que podamos internarnos en las Tierras Ásperas de más allá.»

(‘El Hobbit‘, capítulo 3: Un breve descanso).

 

(El valle de Rivendel, según el artista canadiense Ted Nasmith)

«Llegaron tan de repente al borde mismo de un declive abrupto, que el caballo de Gandalf casi resbaló pendiente abajo.

—¡Aquí está, por fin! —anunció el mago, y los otros se agruparon en torno y miraron por encima del borde. Vieron un valle allá abajo.

Podían oír el murmullo del agua que se apresuraba en el fondo, sobre un lecho de piedras; en el aire había un aroma de árboles, y en la vertiente del otro lado brillaba una luz.

Bilbo nunca olvidó cómo rodaron y resbalaron en el crepúsculo, bajando por el sendero empinado y zigzagueante hasta entrar en el valle secreto de Rivendel. El aire era más cálido a medida que descendían, y el olor de los pinos amodorraba a Bilbo, quien de vez en cuando cabeceaba y casi se caía, o daba con la nariz en el pescuezo del poney. Todos parecían cada vez más animados mientras bajaban.»

(‘El Hobbit‘, capítulo 3: Un breve descanso).

 

(Los Enanos llegan a Rivendel, según el artista inglés Alan Lee)

«Siguieron adelante, guiando a los poneys, hasta que llegaron a una buena senda, y así por fin al borde del mismo río. Corría rápido y ruidoso, como un arroyo de la montaña en un atardecer de verano, cuando el sol ha estado iluminando todo el día la nieve de las cumbres. Sólo había un puente estrecho de piedra, sin parapeto, tan estrecho que apenas si cabía un poney, y tuvieron que cruzarlo despacio y con cuidado, en fila, llevando cada uno un poney por las riendas. Los Elfos habían traído faroles brillantes a la orilla y cantaron una animada canción mientras el grupo iba pasando.

—¡No mojes tu barba con la espuma, padre! —le gritaron a Thorin, que de tan encorvado iba casi a gatas—, Ya es bastante larga sin necesidad de que la mojes.

—¡Cuidado con Bilbo, no se vaya a comer todos los bizcochos! —dijeron—. ¡Todavía está demasiado gordo para colarse por el agujero de la cerradura!»

(‘El Hobbit‘, capítulo 3: Un breve descanso).

 

(*) Nota importante: Aunque el Calendario de la Comarca no coincide con el calendario Gregoriano (hay una diferencia de 10 u 11 días entre uno y otro dependiendo del día en el que se celebre el solsticio de verano), hemos decidido publicar los acontecimientos según su fecha original y no adaptar las fechas a nuestro calendario (de hacerlo, el 25 de marzo del Calendario de la Comarca sería nuestro 14 ó 15 de marzo). Nos parece lo más lógico no solo para evitar confusiones sino para mantener la coherencia con el hecho de celebrar el Día Internacional de Leer a Tolkien el 25 de marzo (fecha en la que se derrotó a Sauron) y el Día Hobbit el 22 de septiembre (fecha de los cumpleaños de Bilbo y Frodo).
 

(*) Nota 2: A diferencia de lo que hizo con ‘El Señor de los Anillos‘, Tolkien no llegó a hacer una cronología completa de ‘El Hobbit‘, únicamente dio unas pocas fechas concretas (la fecha de la llegada de Gandalf a Bolsón Cerrado, el día en que Elrond leyó las runas lunares o la llegada de Bilbo y los Enanos a Esgaroth). Por tanto, la cronología que hacemos es principalmente una cronología aproximada, realizada a partir de las propias descripciones del libro y las fechas que aparecen publicadas en ‘The History of The Hobbit‘ (la cronología que hizo Tolkien para la revisión del libro que hizo en los años sesenta y no llegó a terminar) y las del ‘Atlas de la Tierra Media‘ (las cuales son un cálculo aproximado en base a las distancias). Aunque obviamente las cronologías de ambos libros no coinciden (a veces ni coinciden con lo descrito por Tolkien en ‘El Hobbit‘), por lo que intentamos solventar las discrepancias y encontrar el equilibrio.

Imágenes relacionadas:

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