¿Qué importantes acontecimientos tuvieron lugar en el universo fantástico creado por John Ronald Reuel Tolkien el 12 de marzo? ¡Los podéis leer a continuación!

Seguimos con la sección ‘Hoy en la Tierra Media’ con una jornada en la que una vil criatura consumó su miserable traición, en la que un valiente y noble Capitán de Gondor tuvo que retirarse ante el avance de las huestes de Sauron y en la que el terror provocado por el avance de una compañía detuvo el avance de los invasores del Sur de Gondor.

Nos gustaría insistir en que todas las fechas de esta sección se corresponden con el Calendario de la Comarca o con el Cómputo del Rey y no con el Calendario Gregoriano (ver nota), y que todas ellas las hemos sacado de ‘El Hobbit‘, ‘El Señor de los Anillos‘ (incluidos los Apéndices) y los ‘Cuentos Inconclusos‘ de J.R.R. Tolkien, y del ‘Atlas de la Tierra Media‘ de Karen Wynn Fonstad, ‘El Señor de los Anillos: Guía de Lectura‘ de Wayne G. Hammond y Christina Scull  y ‘The History of The Hobbit‘ de John D. Rateliff.

Eventos que acompañamos con pasajes de los libros de nuestro querido Profesor y con ilustraciones de diversos artistas, pero no en todas los casos encontramos imágenes que representen los acontecimientos de los que hablamos o que sean completamente rigurosas con lo descrito por Tolkien.

Sin más dilación, esto fue lo que ocurrió en la Tierra Media el 12 de marzo.

 

Año 3019 de la Tercera Edad del Sol:

* Gollum guía a Frodo y Sam hasta el Antro de Ella-Laraña. Pasan horas deambulando en la oscuridad.

* Después de que Gollum los abandone, Frodo saca la Redoma de Galadriel y se enfrenta a Ella-Laraña, que huye aterrorizada por la luz de Eärendil.

* Ante la acometida de las huestes de Mordor, Faramir abandona Osgiliath y se retira a los Fuertes de la Calzada del Rammas Echor.

* Théoden y los Rohirrim acampan bajo Min-Rimmon.

* Los Corsarios de Umbar y los Haradrim huyen hacia Pelargir al ver la llegada de la Compañía Gris y de los Muertos.

* Aragorn pide a Angbor, Señor de Lamedon, que reúna a todos sus hombres y los lleve a Pelargir.

* Los Ents derrotan a los invasores de Rohan.

 

(Pinchad en las imágenes para verlas a mayor resolución)

(Frodo, Sam y Gollum en la entrada del Antro de Ella-Laraña, según Dimitri Bielak)

«—Éste es el camino —dijo Gollum en voz baja—. Por aquí se entra en el túnel. —No dijo el nombre: Torech Ungol, el Antro de Ella-Laraña. Un hedor repugnante salía del agujero, no el nauseabundo olor a podredumbre de los prados de Morgul, sino un tufo fétido y penetrante, como si allí, en la oscuridad, hubiesen acumulado montones de inmundicias.

—¿Éste es el único camino? —le preguntó Frodo.

—Sí, sí —fue la respuesta—. Sí, ahora tenemos que tomar este camino.

—¿Quieres decir que ya estuviste en este agujero? —preguntó Sam—. ¡Puaj! Pero quizás a ti no te preocupan los malos olores.

Los ojos de Gollum relampaguearon.

—Él no sabe lo que a nosotros nos preocupa, ¿verdad, tesoro? No, no lo sabe. Pero Sméagol puede soportar muchas cosas. Sí. Ya ha pasado antes por aquí. Oh sí, ha ido hasta el otro lado. Es el único camino.»

(‘El Señor de los Anillos: Las Dos Torres‘. Libro Cuarto, capítulo 9: El Antro de Ella-Laraña).

 

(Faramir en Osgiliath, según la artista polaca Joanna Michalak)

«El cruce del Anduin estaba ahora en poder del Enemigo. Faramir se batía en retirada hacia los muros del Pelennor, reuniendo a todos sus hombres en los Fuertes de la Calzada; pero el enemigo era diez veces superior en número.

—Si acaso decide regresar a través del Pelennor, tendrá el enemigo pisándole los talones —dijo el mensajero—. Han pagado caro el paso del río, pero menos de lo que nosotros esperábamos. El plan estaba bien trazado. Ahora se ve que desde hace mucho tiempo estaban construyendo en secreto flotillas de balsas y lanchones al este de Osgiliath. Atravesaron el río como un enjambre de escarabajos. Pero el que nos derrota es el Capitán Negro. Pocos se atreverán a soportar y afrontar aún el mero rumor de que viene hacia aquí. Sus propios hombres tiemblan ante él, y se matarían si él así lo ordenase.

—En ese caso, allí me necesitan más que aquí —dijo Gandalf; e inmediatamente partió al galope, y el resplandor blanco pronto se perdió de vista.»

(‘El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey‘. Libro Quinto, capítulo 4: El Sitio de Gondor).

 

(El Antro de Ella laraña, según Dimitri Bielak)

«Pero casi en seguida encontraron una nueva dificultad. El túnel se bifurcaba, o parecía bifurcarse, y en la oscuridad no podían ver cuál era el camino más ancho, o el más recto. ¿Cuál tomar: el de la derecha o el de la izquierda? No había nada que pudiese orientarlos, pero una elección equivocada sería sin duda fatal.

—¿Qué dirección tomó Gollum? —jadeó Sam—. ¿Y por qué no nos esperó?

—¡Sméagol! —dijo Frodo, tratando de gritar—. ¡Sméagol! —Pero la voz le sonó como un graznido, y se extinguió no bien le llegó a los labios. No hubo ninguna respuesta, ni un solo eco, ni una vibración del aire.

—Esta vez se ha marchado de veras creo —murmuró Sam—. Sospecho que éste es exactamente el lugar al que quería traernos. ¡Gollum! Si alguna vez vuelvo a ponerte las manos encima, te aseguro que las pagarás.

En seguida, tanteando y dando vueltas a ciegas en la oscuridad, descubrieron que la abertura de la izquierda estaba obstruida: o era un agujero ciego, o una gran piedra había caído en el pasadizo.

—Éste no puede ser el camino —susurró Frodo—. Para bien o para mal, tendremos que tomar el otro.»

(‘El Señor de los Anillos: Las Dos Torres‘. Libro Cuarto, capítulo 9: El Antro de Ella-Laraña).

 

(Angbor de Lamedon, según la artista neerlandesa Suzanne Helmigh)

«Y allí los habitantes del Lamedon se disputaban los vados con las huestes feroces de Umbar y de Harad que habían llegado remontando el río. Pero defensores y enemigos abandonaron la lucha a nuestra llegada, y huyeron gritando que el Rey de los Muertos había venido a atacarlos. El único que conservó el ánimo y nos esperó fue Angbor, Señor de Lamedon, y Aragorn le pidió que reuniese a los hombres y nos siguieran, si se atrevían, una vez que el Ejército de las Sombras hubiese pasado.

‘En Pelargir, el Heredero de Isildur tendrá necesidad de nosotros’, dijo.

Así cruzamos el Gilrain, dispersando a nuestro paso a los fugitivos aliados de Mordor; luego descansamos un rato»

(‘El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey‘. Libro Quinto, capítulo 9: La última deliberación).

 

(La redoma de Galadriel, según un artista estadounidense conocido como watsisname)

«Lenta fue la mano hasta el pecho, y con igual lentitud levantó la Redoma de Galadriel. Por un instante titiló, débil como una estrella que lucha al despertar en medio de las densas brumas de la tierra; luego, a medida que crecía, y la esperanza volvía al corazón de Frodo, empezó a arder, hasta transformarse en una llama plateada, un corazón diminuto de luz deslumbradora, como si Eärendil hubiese descendido en persona desde los altos senderos del crepúsculo llevando en la frente el último Silmaril. La oscuridad retrocedió y la Redoma pareció brillar en el centro de un globo de cristal etéreo, y la mano que lo sostenía centelleó con un fuego blanco.

Frodo contempló maravillado aquel don portentoso que durante tanto tiempo había llevado consigo, de un valor y un poder que no había sospechado. Rara vez lo había recordado en el camino, hasta que llegaron al Valle de Morgul, y nunca lo había utilizado porque temía aquella luz reveladora.

—Aiya Eärendil Elenion Ancalima! -exclamó sin saber lo que decía; porque fue como si otra voz hablase a través de la suya, clara, invulnerable al aire viciado del foso.»

(‘El Señor de los Anillos: Las Dos Torres‘. Libro Cuarto, capítulo 9: El Antro de Ella-Laraña).

 

(Ella-Laraña, según el artista alemán Oswin Neumann)

«A corta distancia de allí, entre ellos y la abertura donde habían trastabillado, dos ojos se iban haciendo visibles, dos grandes racimos de ojos multifacéticos: el peligro inminente por fin desenmascarado. El resplandor del cristal de estrella se quebró y se refractó en un millar de facetas, pero detrás del centelleo un fuego pálido y mortal empezó a arder cada vez más poderoso, una llama encendida en algún pozo profundo de pensamientos malévolos. Monstruosos y abominables eran aquellos ojos, bestiales y a la vez resueltos, y animados por una horrible delectación, clavados en la presa, ya acorralada.»

(‘El Señor de los Anillos: Las Dos Torres‘. Libro Cuarto, capítulo 9: El Antro de Ella-Laraña).

 

(Frodo se enfrenta a Ella-Laraña, según los artista brasileños Hélcio Rogério y Ricardo Martins)

«—¡Galadriel! —llamó y apelando a todas sus fuerzas levantó el frasco una vez más. Los ojos se detuvieron. Por un instante la mirada cedió, como si la turbara la sombra de una duda. Y entonces a Frodo se le inflamó el corazón dentro del pecho, y sin pensar en lo que hacía, fuera locura, desesperación o coraje, tomó la Redoma en la mano izquierda, y con la derecha desenvainó la espada. Dardo relampagueó, y la afilada hoja élfica centelleó en la luz plateada, y una llama azul tembló en el filo. Entonces, la estrella en alto y esgrimiendo la espada reluciente, Frodo, Hobbit de la Comarca, se encaminó con firmeza al encuentro de los ojos.

Los ojos vacilaron. La incertidumbre crecía en ellos a medida que la luz se acercaba. Uno a uno se oscurecieron, retrocediendo lentamente. Nunca hasta entonces los había herido una luz tan mortal. Del sol, la luna y las estrellas estaba al abrigo allá en el antro subterráneo, pero ahora una estrella había descendido hasta las entrañas mismas de la tierra. Y seguía acercándose, y los ojos empezaron a retraerse, acobardados. Uno por uno se fueron extinguiendo; y se alejaron, y un gran bulto, más allá de la luz, interpuso una sombra inmensa. Los ojos desaparecieron.»

(‘El Señor de los Anillos: Las Dos Torres‘. Libro Cuarto, capítulo 9: El Antro de Ella-Laraña).

 

«Y así el Rey Théoden dejó el reino, y el largo camino se alejó serpeando, y las almenaras fueron quedando atrás: Calenhad, Min-Rimmon, Erelas y Nardol. Pero los fuegos habían sido apagados. Todas las tierras estaban grises y silenciosas; y la sombra crecía sin cesar ante ellos, y la esperanza se debilitaba en todos los corazones.»

(‘El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey‘. Libro Quinto, capítulo 3: El Acantonamiento de Rohan).

 

(Ramaviva, según el artista británico Mike Nash)

«—Y esas criaturas abominables quedaron más que estupefactas al vernos en la Floresta, pues nunca habían oído hablar de nosotros; aunque lo mismo puede decirse de alguna gente más honorable. Y no habrá muchos que nos recuerden, porque tampoco fueron muchos los que escaparon con vida, y a la mayoría se los llevó el río. Pero fue una suerte para vosotros, porque si no nos hubieras encontrado, el Rey de las praderas no habría llegado muy lejos, y si hubiera podido hacerlo, no habría tenido un hogar a donde regresar.»

(‘El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey‘. Libro Sexto, capítulo 6: Numerosas separaciones).

 

(*) Nota importante: Aunque el Calendario de la Comarca no coincide con el calendario Gregoriano (hay una diferencia de 10 u 11 días entre uno y otro dependiendo del día en el que se celebre el solsticio de verano), hemos decidido publicar los acontecimientos según su fecha original y no adaptar las fechas a nuestro calendario (de hacerlo, el 25 de marzo del Calendario de la Comarca sería nuestro 14 ó 15 de marzo). Nos parece lo más lógico no solo para evitar confusiones sino para mantener la coherencia con el hecho de celebrar el Día Internacional de Leer a Tolkien el 25 de marzo (fecha en la que se derrotó a Sauron) y el Día Hobbit el 22 de septiembre (fecha de los cumpleaños de Bilbo y Frodo).

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