Helkanor – Posada La Yegua Desbocada
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19/12/2014 at 17:18 #348333
TurinhorParticipantEl clima de la posada contrastaba con el frío exterior. Un gran hogar calentaba la sala principal.
-Yo también quiero desayunar. Una tostada y leche con miel por favor- le encargó a Baldric.
Se sentó a la mesa grande donde estaban todos. Ellos seguían hablando del dichoso medallón. No entendía porque tanto interés en algo tan vulgar, seguro que no valdría demasiado dinero.
-Podrías dejarlo fácilmente en unas dos piezas de oro…-
-Vaya- pensó- Está claro que me he equivocado
Cuando Yaiwen cogió el medallón para examinarlo Baelim estiró el cuello y lo vio. Un escalofrío le recorrió el espinazo. El adorno del medallón le trajo una mala sensación. Tan mala que se le fue de golpe el apetito y se arrepintió de haber pedido la tostada. No sabía la causa de ese malestar e intentó disimularlo, pero no lo consiguió demasiado bien, pues estaba de un color tan blanco como la leche que en ese mismo instante Baldric le sirvió.
20/12/2014 at 9:16 #348390
TejoCazador14561Participant– No-dijo Rírian, y entonces le picó la curiosidad- ¿Y vos a la joven con la bailé? Es que no sé ni siquiera su nombre.
-Y también, joven muchacho, la última vez que vi al mago rojo fue cuando me fui a acostar creo-recordó Nír. -No creo que sea prudente despertar a un hechicero, aunque si un mago ya es misterioso, dos juntos te confunden para toda tu vida.
Y ustedes caballeros, ¿han pasado buena noche, qué piensan hacer ahora?
-Yo tampoco sabía como se llamaba. No la he encontrado aún, y no creo que lo consiga-terminó con una triste cara.
-Gracias por la información, aunque no creo que me sirva de mucho. No me ha terminado de caer del todo bien el mago rojo… Y no quiero meterme en líos despertándole-dijo con una cálida sonrisa.
-Hacía tiempo que no dormía en una buena cama, ha sido una excelente noche, excepto por una pesadilla que tuve. Yo no sé qué hacer, intentaré buscar a Aiwë, el mago morado, aunque si no está por la posada, no sé por donde empezar a buscar.
Pidió una tostada y un vaso de leche, y empezó a tomar el desayuno con alegría. Escuchó el tema del medallón interesado, y le echó un vistazo, aunque no supo de quién era. Era una buena idea ir al mercado , si el montaraz quería sacar algunas monedas.
-¿Queréis que os acompañe al mercado? A lo mejor tengo que empezar a buscar al mago por allí.
20/12/2014 at 12:07 #348391
NarradorParticipant-Aquí tenéis las tostadas para todos y el vino dulce para la Elfa. Ahora le traigo a usted la leche con miel.
– Posadero, ¿sabéis si la dama sureña sigue durmiendo o quizá partió temprano?
La verdad es que no he visto a la señorita en lo que llevamos de mañana. Su puerta está cerrada. ¡Elaen! -gritó, – sube y llama a la puerta de Kira.
Al rato bajaba la muchacha e intercambiaba unas palabras con su padre. El posadero volvió a acercarse a la mesa. – Aquí está la leche. Me preguntaban antes por Kira. Dice mi hija que no hay nadie en la habitación, pero sus cosas están – dijo encogiéndose de hombros y regresando a la barra.
20/12/2014 at 13:43 #348397
BattosayParticipantBattoin arrastró su cabeza hacia las tostadas, comiendo un par de ellas, mientras oía a los demás como en una duermevela.
En ese estado percibió de nuevo ese olor que le intrigaba desde hace días, la elfa se había sentado con ellos y esta vez estaba seguro de reconocerlo. Poco a poco dejó que el olor penetrase en su cerebro mientras seguía comiendo el desayuno sin ayuda de las manos.
¡Eso es! ¡A eso huele! ¡Lo tengo! ¡No es una elfa!
En el mismo momento mordió lo que parecía una barra de pan, pero resultó ser el brazo de Dalation. El grito del montaraz despertó a Battoin de golpe, acabando con su duermevela.
Mientras se disculpaba, miraba a Yaiwen de reojo. Estaba seguro de que había soñado con ella, pero no podía recordar qué y era algo importante. Odiaba despertarse y olvidar algo importante que había soñado. Y aún encima, seguía sin saber a qué olía.
– Bueno, ¿nos vamos de excursión todos juntos? – preguntó a la mesa. – Baldric, bocatas para el viaje para todos, pago… – se dio cuenta que no llevaba pantalones. – Bueno, ahora mismo yo no.
21/12/2014 at 12:16 #348521
NeumeModerator¿Por qué le había mordido? Yaiwen estaba horrorizada. Dalation parecía anonadado todavía. Seguramente no le habría hecho daño, pero ¿acaso no era capaz tampoco de distinguir comida de una extremidad humana?
La elfa terminaba su tostada siendo consciente de que Battoin la miraba de soslayo.
-¿De excursión, a dónde? y ¿por qué?
Al escuchar a Baldric la idea de que se hubieran llevado también a Kira empezó a rondar su mente, pero la desechó. Ella no le dijo nada de la humana, sólo era el mago. Aunque si la chica estaba cerca… De pronto Yaiwen empezó a inquietarse. Prefería esperar la respuesta de Rírian sobre donde había encontrado el medallón. Si se habían llevado a ambos, a estas alturas ya estarían bastante lejos. Sin embargo, confiaba en que Kira apareciera, así las cosas se calmarían. Todo el mundo sabe que los magos aparecen y se desvanecen a su antojo. No paran mucho tiempo quietos en el mismo lugar, así que no podrían extrañarse, pero ¿y Soron?
21/12/2014 at 14:15 #348524
Fenix-OscuroParticipantUnas patas golpearon al mago rojo que se despertó de golpe y maldiciendo a todo lo que veía. Su caballo le había despertado para avisarle que ya era hora de levantarse. No muy lejos estaba Peludo, el caballo de Aiwë, muy nervioso como si presintiese algo malo, iba de un lado a otro. Y relinchaba triste. El mago le calmó canturreando unas frases en élfico. Les dejó comida y se fue a la posada, aunque el comportamiento de éste le había preocupado. Notó que era extraño que Aiwë no se hubiese despertado aún.
Llegó a la posada, se tapaba todo lo que podía con su manta ya que hacía un frío demoníaco, como si el Morgoth fuera a tragarse la Tierra. Abrió la puerta y encontró a varias caras familiares, desayunando. De pronto alguién hechó a reir y se dio cuenta que no había reparado en su mal aspecto y sus pelos revueltos.Pidió al posadero un momento para pasar al baño. Por suerte estaba disponible, se lavó la cara y el cabello. Demoró 5 minutos arreglandolo bien. Terminó sacudiendo su ropa.
-Eso me pasa por dormir en un «establo» -pensó en voz alta.Subió las escaleras, ya volvía a lucir guapo y muy elegante. Al llegar a la sala común, vio que estaban todos menos su hermano. Incluyendo al joven y apuesto Dalation el que supuestamente era amigo de él. Sin decir nada subió al cuarto de Aiwë, pero no halló nada, ni siquiera su bastón o su espada. Revolvió un poco para ver si encontraba alguna pista útil, pero no vio nada. Excepto las ropas sucias de la pasada noche. Temió lo peor. Volvió a bajar a la sala común y justo cuando iba a hablarle al joven montaraz, la hija del posadero le llamó.
-¿Es usted Sordon?
-Emm… no. ¿quizás quisiste decir «SORON».
-Sí, eso, Sordon, Soron, Solor.
-Da igual… -interrumpió ofendido el mago.
-Esto lo dejó para ud. El otro mago.Al parecer la chica era bastante atolondrada con los nombres. Soron le agradeció y pidió desayuno. El que Aiwë le dejara un mensaje era buena señal, o quizás no.
Se sentó al lado del chico y abrió el mensaje, luego de que Elaen le trajera el pedido.
-Mmm que extraño… ¿Por qué se había marchado sin más que decir? «¿Cuida a Dalation?» Así que así se llama… -entre pensamientos- ¿Cuidarlo? ¿Acaso no está bastante grande? ¿Y por que yo? ¿No te pases de listo? Ay, Aiwë, puede que no mida los coqueteos con la gente pero tampoco me ando revolcando con todo el mundo…Soron estaba tan sumido en sus pensamientos que no escuchó que el joven le había dicho «Buenos días» y le miraba timido y curioso. También la elfa le miraba de vez en cuando. ¿Sería por su cabello mojado? Ahora parecía un gran rubí brillando con toda intensidad, sumada alguna que otra gotita de agua, parecia irradiar una luz roja desde su cabellera.
Soron no habló. Se limitó a escuchar la converación que llevaban y de vez en cuando le echaba unas miradas de reojo a Dalation y a Yaiwen. Y a veces al hombre que había preparado el licor que había dejado fuera de control a su hermano. Estaba casi desnudo y con aspecto desagradable. Soron hizo una mueca de asco cuando reconoció que la risa era de ese hombre.21/12/2014 at 21:29 #348598
TejoCazador14561ParticipantEl montaraz del Bosque Blanco notó unos dientes en su brazos, e inmediatamente lo apartó. Vi a un chico al que lo conocía de vista, con cara de dormido. »Anda que confundir un brazo con una tostada…» pensó Dalation extrañado.
-Al final me dejas sin brazo-dijo con una sonrisa al chico-¿una excursión? Conozco poco fuera de Candur, aún no conozco ni el mercado, y sería divertido visitarlo.
Dalation aún mostraba cara de extrañado con la marca de los dientes de Battoin en su brazo derecho. Agarró su tostada y su taza de leche y siguió desayunando, pensando en la desaparición de Kira y Aiwë. La idea de salir de la posada y seguir explorando los territorios cerca del Bosque Blanco le entusiasmaba mucho, y rápidamente apoyó la idea de Battoin.
De repente el mago, el amigo de Aiwë al que desconocía su nombre, entró en la posada y se fue directo y se fue al baño. Después habló con una chica, y se dirigió a la mesa donde estaban todos – Hola- se limitó a decir tímido Dalation, haciendo hueco en la mesa.
21/12/2014 at 23:10 #348607
TurinhorParticipantBaelim se obligó a comer las dos tostadas, poco a poco, masticando lentamente cada bocado. Pero el medallón era lo único que ocupaba su mente, y no podía evitar echarle furtivos vistazos que lo inquietaban más y más. Entró el extraño personaje de rojo, pero todo lo que se hablaba en la mesa ni lo oía, estaba sumido en un temor irracional hasta tal punto que se echó a temblar.- ¿¿Pero qué me está pasando??- ¿¿Qué tiene que ver este medallón conmigo??- Pensaba. Un último vistazo al adorno del medallón, y de repente una imagen le vino a la cabeza. Una imagen borrosa de su pasado. Una imagen que salió de ese baúl de la mente cerrado a cal y canto, en el que se guardan las cosas que es mejor no recordar para vivir con cordura. No pudo aguantar más. Entre esa tensión y el alcohol de la noche echó todo lo que había en su estómago encima de la mesa.
-P-perdón. Ahora mismo lo limpio.- Pero ahí apareció el medallón otra vez ante sus ojos en las manos de Rírian y otra vez que devolvió sobre la mesa.
Salió corriendo muy avergonzado de la posada. Imágenes que hacía mucho tiempo no recordaba le iban llegando a la mente. Pero él no quería recordarlas. Sabía que no sería bueno para él. Rápido se dirigió a la carreta de Nír que estaba en el establo de la posada y cerrada con cadenas. Afortunadamente él aún tenía la llave que le dejó el enano durante la batalla. Abrió la carreta y buscó una cosa. La encontró. Una destilación enana de pera, manzana y frutos del bosque bastante fuerte. Serviría para un momento de crisis como ese. Devolvió una última vez en la paja del establo y se echó un largo trago a la botella. Cosa que a los siete minutos ya estaba dormido en el suelo al lado del cerdo con la botella casi vacía junto a él.
22/12/2014 at 18:34 #348649
lordnazgul9ParticipantNír se sobresaltó cuando Battoin lanzó una dentellada al antebrazo del muchacho montaraz.
-Señor posadero, alimenten a este hombre cuanto antes, está en una duermevela-dijo el enano.
– Bueno, ¿nos vamos de excursión todos juntos? – preguntó Battoin a la mesa. – Baldric, bocatas para el viaje para todos, pago… – se dio cuenta que no llevaba pantalones. – Bueno, ahora mismo yo no.
-Debes estar muy pasado, pero veo que viajar está en tu mitad enana-se rió Nír.Entonces llegó el mago rojo recién bañado y se sentó a la mesa en silencio, al lado de Dalation. Nír se quedó mirándolo, pensando en cuanto podría venderle el medallón a un hechicero. En ese momento, Baelim vomitó de repente encima de la mesa. Nír no tuvo que salvar su desayuno pues ya se lo había devorado, pero no tardó en cubrirse con un pañuelo. Baelim se disculpó avergonzadamente y salió de la posada en dirección hacia donde el enano había estacionado su carreta la noche anterior.
-¡Podrías aprovechar de convidarle lo que botaste al puerco!-se burló Nír, aunque afortunadamente el joven no escuchó. Nír volvió a ojear el medallón oriental antes de que el posadero trajera un paño húmedo para limpiar la mesa. Sus compañeros se pararon, y Nír pidió repetición del desayuno.
El enano se quedó pensando en dónde podrían pasar durante el viaje. En una racha de suerte encontraría a un conocido de Théod que recordase la proveniencia del medallón.24/12/2014 at 10:47 #348690
BattosayParticipantParecía que los demás se iban animando a ir Kibil-dûm.
– Bueno, pues los que se animen, en una hora aquí, que hay que ponerse guapo para viajar – dijo Battoin.
Se fue directo al baño, ya que parecía que los clientes de la posada estaban o en la sala común o durmiendo. Se dió un baño rápido y salió. Yaiwen todavía estaba en la sala común cuando él volvió a pasar por ahí.
– ¿Habéis visto lo limpito y aseado que voy? Para que luego digáis que los enanos somos sucios.
En su habitación se vistió de nuevo con su ropas de viaje, hizo la bolsa con sus pertenencias, se la echó a la espalda y se puso la espada al cinto. Recordó la daga que había robado a Manomartillo. Esperaba que no se hubiesen quedado con su cara en el mercado y no tener líos esta vez. Aún así, decidió guardarse la daga bajo la ropa, era mejor no tentar a la suerte.
Hizo cuentas con Baldric y pagó bastante más de lo que había pensando. Al parecer el posadero había tomado nota de todas sus excursiones a la barra del día anterior. Se recordó no volver a tomar por tonto a un posadero.
Preparado para el viaje, se giró hacia la sala común y preguntó:
– Bueno, ya es la hora, ¿quién se viene a Kibil-dûm? Podemos cantar canciones de viaje. Yo me sé una de unos elefantes, ¿alguien más se la sabe?
24/12/2014 at 13:25 #348699
TejoCazador14561ParticipantDalation escuchó las palabras de Battoin sobre el viaje al mercado -En unos pocos minutos estaré listo.
Subió las escaleras pensando qué iba a ponerse. La verdad es que sus ropas no eran nada »elegante». Buscó en su baúl algo »elegante», pero poco encontró. Miró en el armario suyo, pero se equivocó y abrió el del mago sin querer. Vio una ropa verde y amarilla, con joyas incrustadas en las mangas. No había visto un ropa así en su vida, ni siquiera en la fiesta. »Bueno, podré explicárselo cuando lo vea» pensó el montaraz, cogiendo con una sonrisa la prenda, y cambiándose. Antes se había dado una ducha y había usado una colonia de Aiwë, también utilizando su peine para ordenar su enredado pelo.
Encontró un zurrón en su baúl, y allí metió lo básico: agua, algunas cosas para comer, unos cuchillos… Se lo colgó en la cadera y empezó a armarse. Se colocó el arco y el carcaj con flechas en las espaldas, junto a sus dos dagas. Luego cogió la vaina con su espada y se la colocó en la cadera. Acto seguido, ordenó todo y bajó hasta la sala común. A lo mejor la gente no lo reconociera, parecía un gran rey.
-Yo ya estoy listo-dijo terminándose de colocar las botas-Cuando quérais.
24/12/2014 at 17:36 #348720
JRM-008ParticipantRírian estaba encantado de ir a Kibil-Dum, así que nada más terminar de desayunar subió rápidamente a limpiarse la boca y tras atarse el cuchillo comprado a Nír al cinto y el arco junto con su respectivo carcaj, bajó escaleras abajo, mientras oía a Dalation decir:
-Yo ya estoy listo. Cuando queráis.
– Lo mismo digo.- anunció Rírian.- Yo iré a por mi caballo.
Se marchó hacia el establo y fue a recoger a su hermoso caballo negro cuando vio a Baelim tirado en el suelo, durmiendo. Frunció el ceño. Recordó haberle visto vomitar varias veces en la mesa y sumó dos más dos para saber que estaba un tanto borracho todavía. Se rió y entonces vio al corcel de Kira atado.
– Que extraño, si Kira no está en Candur ¿Cómo es que estás aquí?
Pasó por encima del dormido Baelim y desató a los dos caballos para irse de nuevo a la posada. Dudó si despertar al hombre, pero decidió que si estaba dormido era porque necesitaba descansar.
Cuando llegó a la posada, dejó a los cabellos junto a la puerta y entró para anunciar:
– He encontrado al corcel de Kira solo en los establos, temo que lo ha abandonado. ¿Alguien quiere montarlo de camino a Kibil-Dum?
Se dirigió hacia Nír y le dijo:
– Por cierto, me he encontrado al tal Baelim tirado en los establos, dormido. Nos lo llevamos a Kibil-Dum o le dejamos ahí dormid. A lo mejor quiere ir también.24/12/2014 at 18:08 #348727
Fenix-OscuroParticipant-¿A dónde van todos? ¿Qué pasa aquí?
Soron no se había dado cuenta del repentino cambio de todos, incluso el de Dalation. Le susurró al oido
-¡Eh, tú! ¡Vagabundo! ¿Con que derecho usas eso? Menuda confianza entre Aiwë y tú… Por cierto, si vas a ir de viaje, debo ir contigo. No creo que a Aiwë le moleste que montes a Peludo, eso sí, la cosa es que él quiera llevarte. Es un corcel rebelde y solo Aiwë le inspira confianza.Revisó su bolsa y ya no le quedaban pociones curativas, «¡Auch! Aiwë, ahora si te necesito» -pensó triste el mago. -Al menos me quedan 3 ungüentos regeneradores.
Al ver que Dalation le miraba curioso, contestó sin mirar a nadie. -¡Que va! Tengo mi «palo» y es lo que necesito. Iré por mi caballo… ¿vienes o …? -terminó pero sin mirar al joven.24/12/2014 at 18:42 #348733
lordnazgul9Participant-Yo debo arreglar cuentas con unos socios, y enseñarle a Baelim de qué va mi negocio. De todas formas no lo he visto desde que salió. Espero que se haya encontrado una farmacia pronto-dijo Nír.
En cuanto Battoin salió, Nír partió con todo al baño y cayó casi dormido a la tina. El olor a comida que iban empacando los demás lo levantó del agua enseguida. Salió del sótano casi con la camisa pegada al cuerpo y el chaleco colgando. Mientras los demás terminaban de vestirse, Nír guardó sus otras cosas y las llevó afuera para cargar el carro. En cuanto regresó a la posada, se dirigió a Battoin.
-Creo que efectivamente tu «mitad enana» te supera. Debes haber pasado una eternidad con contusiones y moretones en la frente-observó Nír.
25/12/2014 at 11:11 #348744
NeumeModeratorYaiwen se marchó a su casa mientras algunos se aseaban y preparaban.
No le hacía ninguna gracia tener que hacer una excursión ahora, pero si esto tenía algo que ver con la desaparición de Aiwë y muy posiblemente la de Kira, pues ella no aparecía por ningún lado y su caballo seguía en Candur, la Elfa debía acompañarles. Y si le fuese posible, poner en aviso a Îbal.De camino a su casa pensó que podría aprovechar el viaje y comprar en la ciudad enana aquello que pudiera necesitar más adelante. Se recordó a sí misma que no debía llevar la pulsera de esmeraldas que había robado allí. Ni recordaba en qué puesto había sido y no quería tentar a la suerte.
Cuando estuviera lista saldría al encuentro de sus compañeros. Les alcanzaría en el camino.
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