Helkanor – Mercado de Kibil-dûm
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09/01/2015 at 21:46 #349573
TurinhorParticipant-Por cierto, habéis hecho buenas compras por lo que veo, o al menos pesadas –
-Sí, es cierto. Son para unos clientes especiales que pagan muy bien, pero no sé donde los puedo encontrar si tú pudieras ayudarme a encontrarlos…
En ese momento entró Nír llevando a Rírian
-Baelim, saca un par de alfombras y que reposen ahí. Como verán, traje a Rírian, que quedó aturdido en la plaza tras un encuentro con el líder oriental. La caravana interrumpió las negociaciones con los enanos y se dirigen al suroeste.
«Esos orientales deben de ser los que me compraron las armas, y al parecer han tenido un altercado con Rírian y Battoin. He de darme prisa si les quiero cobrar, pues me he arriesgado mucho»
Baelim observó algo que había pasado por alto Nír. Ririan tenía clavado en el hombro uno de esos shuriken que había vendido. Un escalofrío le recorrió la espalda y se mordió las uñas para calmarse el remordimiento que lo invadió. También tuvo una especie de «Deja vu» al observar el shuriken clavado en el cuerpo, como si ya hubiera visto esa misma imagen en algún otro sitio. Acto seguido Battoin volvía en sí, o eso parecía hasta que empezó a comportarse como un niño pequeño. Baelim se lo quedó mirando asombrado cuando este se le subió a la espalda y armaba un alboroto en la tienda. En ese alboroto aprovechó para esconder la caja robada en un saco para disimularla. Yaiwen se marchó un momento de la tienda y el Battoin seguía comportándose de manera extraña.
11/01/2015 at 21:18 #349675
BattosayParticipantBattoin se despertó sobresaltado y perjurando en Kuzdûl. O en algo parecido, nadie sabría decirlo, cualquie enano decente se hubiera tapado los oídos después de oir a alguien traer desde el otro lado del mar a todo el panteón de los valar.
– ¿Pero se puede saber qué &%*@ ha pasado aquí? – gritó a los que estaban en la tienda. – Primero me dan una paliza porque sí y ahora me ahogáis, ¿se puede saber de quién ha sido la feliz idea?
– Os estábais comportando como un bebé – respondió Baelim, mientras escondía algo – A la dama Yaiwen se le ocurrió la idea de metereos la cabeza en un cubo de agua.
– ¿Que se le ocurrió qué? ¡Me va a oir! – se marchó gritando de la tienda. – ¡Estaba perfectamente limpio! No tenía excusa para ahogarme en un cubo. Se quería vengar de mí, pues me va a oir. Abusar de un pobre enano con un aneurisma haciendo de las suyas. ¿Voy yo a su casa cuando está durmiendo a tirarle un cubo de agua? ¡Pues eso. que me va a oir!
A Battoin no le era difícil seguirla, entre tanto enano y oriental su peculiar olor (se seguía preguntando a qué) la delataba. Que se acabase de ir lo hacía todavía más fácil. La tenía justo delante, sólo tenía que doblar la esquina y le iba a cantar las cuarenta (y las veinte en bastos, no se iba a quedar corto).
12/01/2015 at 21:26 #349709
NarradorParticipantDos mozos de cuadra se acercaron a «El Herrero Encabronado», venían comentando el día. Cuando vieron la escena ambos se soprendieron.
– ¿Pero qué pasa hoy aquí? ¿Es que todo el mundo está loco? – dijo uno de ellos.
– Eso parece muy bien amigo – respondió el otro.
– Aquí la tienda patas arriba, en la plaza una batalla campal y en los establos una jauría de orientales con dos un hombre y una mujer atados atados.
– Y qué bella mujer.
– Yo aún diría más, ¡que mujer bella!
– Creo que será mejor que nos vayamos a beber una copa, hoy no sale nada a derechas.
– Estoy de acuerdo. Vamos a ver si encontramos algún licor oriental barato, son bebidas magníficas.
– Yo aún diría más: ¡son magníficas bebidas!Y tan rápido como entraron, salieron por la puerta.
12/01/2015 at 22:06 #349711
lordnazgul9ParticipantNír y Rórin se sobresaltaron cuando Battoin comenzaba a volver en sí hecho una furia y saltaba fuera de la tienda para vengarse de la elfa.
-Amigo, necesitaré tu ayuda para ordenar esto. Las hachas están guardadas bien en el fondo, mientras yo iré por una cerveza-dijo Nír.
El enano sacó una de las botellas y la destapó con los dientes. En ese momento escuchó a dos sujetos que pasaban por afuera.
– Aquí la tienda patas arriba, en la plaza una batalla campal y en los establos una jauría de orientales con dos un hombre y una mujer atados atados-dijo uno
– Y qué bella mujer-contestó el otro
-¡Ah, miércale!-se dijo Nír, y les echó un vistazo asomándose por encima de un mueble.
-Vamos a ver si encontramos algún licor oriental barato, son bebidas magníficas-dijo uno.Nír se enderezó.
-Rórin, socio, creo que tu posada ya está volviendo a la normalidad. Probablemente tus mozos ya están sirviendo bebidas de nuevo. Acabo de oír a dos tipos que se dirigen allá.
-¿Otra cosa de interés? Aparte no quiero que se apresuren a dejarme sin licores que vender-dijo Rórin dispuesto a dirigirse a «El Alcaudón» con su hacha de Orocarni.
-Según esos sujetos, en tus establos llevaban rehenes a los dos compañeros que desaparecieron en la mañana. Si los orientales ya están abandonando Kibil-Dûm tan pronto, es porque ya se han enterado de que buscamos a los cautivos-se dio cuenta Nír.Baelim escuchaba todo, pero no parecía pendiente de eso a los ojos de Nír y Rórin.
-Y quién podría haberles soplado eso? De alguna forma tuvieron que saberlo-dijo Rórin.
Nír se quedó quieto, pensativo.
-Alguien debe estar confabulado con ellos. ¿Recuerdas aquél hombre del que te hablé, al que enfrenté el día en que desapareció mi familia? Lo acompañaban unos orientales muy similares a estos aquél momento en Framburgo. Y al hombre del torneo lo volví a ver en el mercado, el día que partí a la ciudad de Candur. Hasta donde tengo entendido, fue un día después de que me fuí que comenzaron a instalarse los hombres de Rhûn-contó Nír.
-¿Necesitas que te contacte con mis socios que me traen los vinos del Este? Ellos podrían saber algo-dijo Rórin.
En ese momento Nír se dio cuenta que habían menos Shuriken en los sobres con los que había vuelto de Candur.
-Baelim, joven amigo, ¿a quién vendiste Shuriken este día?
12/01/2015 at 22:29 #349714
TurinhorParticipantEscuchó de dos jóvenes algo sobre dos cautivos que habían estado en la posada, un hombre y una mujer. «¿Podrían ser Yaiwën y la chica del sur?». Enseguida desechó esa idea pues el mago era demasiado poderoso para dejarse apresar pensaba, y volvió a pensar en la herida de Rírian.
Estaba ensimismado cuando Nír le preguntó
-Baelim, joven amigo, ¿a quién vendiste Shuriken este día?
-Me parece que ya te lo mencioné cuando fuiste a la pelea con el hacha. Dos orientales vinieron por aquí y me los compraron por…¡6 monedas de oro!, aquí las tienes- dijo sacándolas de su bolsita de cuero.
Por supuesto no dijo nada de su reciente robo de más shuriken, estaban bien ocultos. Esos orientales le pagarían mucho más aún, y su jefe se podría amigar con él. Siempre es bueno tener un amigo poderoso, así seguro que tendría licencia y protección para actuar en todos los garitos de Helkanor y podría comprarse un buen laúd y hacerse un músico famoso. Parecía un buen plan
12/01/2015 at 23:00 #349717
NeumeModeratorEl encuentro con Îbal había sido breve. Tenían mucho que contarse, pero no era la mejor ocasión. Al principio, el oriental se había mostrado molesto con ella, como si la culpara del alboroto creado y de algunas molestias más de la cuenta, pero ella le había tranquilizado. Le previno también sobre Soron, el segundo mago que ella no mencionó en su nota porque no había aparecido por Candur, pero Îbal no tenía noticias de él ni le sonaba nadie que hubiese estado merodeando cerca de la posada con la descripción que ella le dio.
Yaiwen había confirmado que Kira se encontraba con ellos. Se había interesado por el estado de los secuestrados y había intentado que soltara a la mujer, pero no había tenido éxito. A la medio-elfa le daba en parte pena, pues la muchacha se había encontrado en el momento menos oportuno y había sido víctima de algo que no tenía que ver con ella y ahora iba a ser vendida como esclava. Le había pedido que al menos seleccionara bien el vendedor y no dejara que cayese en manos de un cretino.
Ahora sabía también a dónde se dirigían.Yaiwen salió de entre las callejuelas para regresar a la tienda de Nír.
Cuando llegó, faltaban Rírian y Battoin, pero Nír y Baelim parecían animados.
-¿Dónde están los otros? Miedo da el loco de Battoin suelto por ahí. Espero que se le pasara el trastorno. ¿Y bien, regresamos a Candur? Aquí ya hemos estado suficiente ¿no?
13/01/2015 at 17:35 #349731
TejoCazador14561ParticipantSangre…. Mucha sangre. Una cabaña. Una voz: »Vuelve o….» y miles de persona muertas. ¿Debería de volver a la cabaña? Ya había tenido un sueño de ese estilo, y su madre y su hermana habían muerto… Eso debía de ser. Pero no encontró a nadie del grupo a quien decirlo, así que triste se fue sin decir nada…
OFF
Bueno, me retiro un par de meses por falta de tiempo. Espero volver pronto.
13/01/2015 at 22:31 #349764
BattosayParticipantJsuto antes de doblar la esquina percibió otro olor. Lo reonoció al instante, olía igual que la posada de la que le habían sacado a palos. Al instante se olvidó de Yaiwen.
Esta vez no le cogerían por sorpresa, fueran quienes fueran. Pensó un momento y trató de recordar las calles. Si daba un rodeo podría llegar desde el otro lado seiendo mucho menos visible. Se apresuró, volviendo sobre sus pasos, alrededor de los viejos edificios de piedra.
Cuando llegó vió como el hombre que vió al entrar en la posada se alejaba a paso ligero. Se deslizaba entre la multitud, ocultándose entre ella, pero sin formar parte de ella. Con solo verlo moverse Battoin se dió cuenta de que no era un hombre corriente. Aún así decidió seguirlo.
En los establos cogió un caballo, parecía fuerte y rápido. Lo que no parecía era que fuese suyo. Salió de los establos a toda velocidad. Battoin se debatió unos momentos, no sería capaz de seguirlo a pie, si no cogía un caballo lo perdería.
Finalmente cogió un caballo, pero antes dejó una moneda de plata y una nota: «Dyskulpe, debolbere el cavayo lo hantes posivle». Escribir en la lengua común no era lo suyo. Montó el caballo y dió gracias por no haber comido hoy aún.
14/01/2015 at 20:37 #349793
JRM-008ParticipantCuando Rírian salió de la tienda de Nír, paseó un poco por entre las calles para relajarse y entonces se dio cuenta de que tenía todavía incrustada el arma del oriental. Se la arrancó de cuajo y prosiguió su camino sin más miramientos. Decidió que quería ir de vuelta a Candur, pues no era corto el camino. Se dirigió al establo y entonces vio que en vez de su caballo yacía una nota que rezaba:“Dyskulpe, debolbere el cavayo lo hantes posivle” junto con una moneda de plata. Rírian se maldijo y golpeó con el puño la pared de madera, haciéndola crujir.
http://img.desmotivaciones.es/201105/cats_345.jpg
– ¿Es qué nada me puede ir peor?
Y justo entonces pisó un excremento de caballo de lleno en toda la bota. Cerró los ojos, resintiéndose el impulso de sacar a Roulon y destripar a cualquiera que se acerca.
Humillado y maloliente, volvió a la tienda de Nír y encontró a Yaiwen hablando con los demás. Llamó a l puerta y dijo:
– Nír, amigo mío, Me han robado el caballo-dijo agitando la nota- ¿Podría ir de vuelta en tu carreta?14/01/2015 at 23:52 #349807
lordnazgul9Participant-¿Y bien, regresamos a Candur? Aquí ya hemos estado suficiente ¿no?-preguntó Yaiwen. Nír la miró sospechosamente.
-No creo que pueda entrenar bien al joven Baelim en esa pútrida aldea fría. Como la tienda aguantó el paso de los misteriosos hombres del este, creo que al menos yo me quedaré para ver cómo sigue todo.En ese instante por la vitrina vio regresar a Rírian, quien dejaba un rastro de suciedad con cada paso.
-Pero bueno, ¿de qué charca regresaste?-se dijo el enano-Baelim, prepárame un trapeador, no quiero que entre embarrando la tienda de lodo. Si es que eso es lodo…
– Nír, amigo mío, Me han robado el caballo-dijo agitando la nota- ¿Podría ir de vuelta en tu carreta?-escuchó del otro lado de la puerta. El enano se dirigió hacia los establos para comprobar que tampoco se hubiesen robado a Brof y a Nube. Entonces regresó.
-No tengo provisto regresar a Candur, señor montaraz. Si es que Baelim tampoco quiere ir de vuelta, todavía está el caballo de Kira.Rírian arqueó una ceja y esperó a que el enano diese sus razones.
16/01/2015 at 22:46 #349879
JRM-008ParticipantRírian maldijo por lo bajo ante la contestación del enano. Entonces se dirigió Yaiwen.
– Bien, pues, ¿vamos los dos hacia la aldea? Si te parece bien, claro.- añadió cautelosamente.17/01/2015 at 13:54 #349883
NeumeModeratorNo sabía qué responderle. Le habría gustado decirle directamente que sí, pero porque se fueran todos con ellos. Battoin estaba perdido, seguramente molestando a alguien pero prefería saber exactamente qué pasaba con él. Y Nír le había echado una mirada de desconfianza.
Si alguno se iba hacia Framburgo, Yaiwen tendría que avisar a Îbal de que les seguían la pista.
-No me parecería mal, señor Montaraz, pero ¿y vos, Baelim? ¿Qué vais a hacer?
17/01/2015 at 19:37 #349898
NarradorParticipantVarios niños de Framburgo habían ido a Kibil-dûm, iban gritando por las calles anunciando los espectáculos que tendrían lugar en el Coliseo al día sigueinte:
– ¡Grandes gladiadores peleando hasta la muerte! ¡Torneos con los mejores luchadores de la región y parte del extranjero! ¡Y la gran atracción de los torneos! ¡La bella guerrera venida del sur! ¡Luchará ella sola contra los campeones de Framburgo! ¡A muerte! ¡Vean a la única amazona de esta parte del mundo! ¡Todo ello por una dos piezas de plata! ¡Bono de temporada ya a la venta!*
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17/01/2015 at 20:44 #349900
TurinhorParticipantRirian proponía volver a Candur. pero ya habían estado allí y quería sacarle más partido al viaje, así que cuando Yaiwen le preguntó:
-No me parecería mal, señor Montaraz, pero ¿y vos, Baelim? ¿Qué vais a hacer?
Iba a responder que le gustaría quedarse en Kibil-Dûm cuando escuchó en la calle a un niño diciendo:
-¡Grandes gladiadores peleando hasta la muerte! ¡Torneos con los mejores luchadores de la región y parte del extranjero! ¡Y la gran atracción de los torneos! ¡La bella guerrera venida del sur! ¡Luchará ella sola contra los campeones de Framburgo! ¡A muerte! ¡Vean a la única amazona de esta parte del mundo…-
Eso significa que en Framburgo va a estar lleno de gente ociosa que verá los torneos, y eso siempre es bueno para un artista itinerante que puede hacer buen negocio. Aparte de que escuchó algo de que los orientales habían llegado a Kibil-Dûm desde Framburgo lo que también condicionó su decisión fue lo de la joven guerrera del sur. Precisamente habían conocido en Candur a una bella señorita del sur, a la que le dedicó una canción, y esta había desaparecido. ¿Podría ser ella la luchadora?.
– Visitaré de nuevo la ciudad de los torneos. Me tomo como un deber divertir a los transeúntes que acuden a ver las luchas, además que no puedo dejar pasar una oportunidad así para darme un poco de renombre jeje. ¿Nír, te vienes conmigo? Yo me conozco un poco esa ciudad y te aseguró que podrás vender todas las armas. No te imaginas la cantidad de gente que busca armas para entrenarse y luchar. Y en cuanto acabe allí tengo intención de volver contigo aquí a completar los negocios.-
Miró a Yaiwen. No pareció muy contenta con la respuesta a juzgar por la mueca que hizo.
-¿Supongo que podré llevarme a Nube no? Escuchad a esos chavales, hablan de una guerrera del sur. Nosotros conocemos a una sureña que se ha perdido y que se dejó el caballo. Si llego a encontrarla se lo devolveré lo prometo.-
19/01/2015 at 13:30 #349949
NeumeModerator«Malditos mocosos» pensó la medio-elfa. Ahora sí que estaba claro, y sus compañeros empezaban a verlo también, pero… ¿qué hacía Kira en el Coliseo? Îbal no quería que se expusiera, la quería vender y para eso no podía tener rasguños o nadie la querría. ¿Se habría escapado? ¿Estaría Îbal en apuros?
-Está bien, vayamos a echar un vistazo a ese torneo. Pero será mejor que salgamos ya. Por mi no hay objeción para que se lleve a Nube, no sé qué piensa el resto – Se volvió hacia Rírian – Señor Montaraz, si quiere acompañarnos, puedo conseguirle una montura por unos días. Tengo algunas monedas de sobra para alquilar un caballo. Tal vez en el camino encontremos su corcel perdido.
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