Helkanor – Mercado de Kibil-dûm
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02/01/2015 at 18:41 #349196
NarradorParticipantFuera de la posada se empezaba a formar demasiado alboroto. En otro lugar hubiera matado a los vistantes, pero los enanos eran de los que aceptaban que los extranjeros se tomasen la justicia por su mano en sus ciudades. Esta vez sería mejor optar por el sigilo.
Ordenó a sus hombres que recogieran todo y saliesen discretamente por atrás.
– ¿Qué hacemos con los prisioneros? – preguntó uno de sus hombres.
– Atadlos amordazadlos y os los lleváis también. En Framburgo pagarán bien por una mujer joven y por el mago… Por él sacaramos mucho más si encontramos el comprador adecuado.Dos de los Sardaukar entraban en la posada con la armas que habían ido a comprar. Îbal las cogió para sí. Uno de sus hombres hablaba del pequeño dependiente que les había tocado. Recordó a cierto artista que se les había escapado una vez cerca del Bosque Negro, siempre le habían llamado la atención los Hobbits y por eso lo recordaba. Pero había cosas más importantes que hacer y olvidó enseguida al mediano.
– Yo distraeré a esta gente, mientras vosotros escaparéis, no es ciudad donde podamos montar un espectáculo, los enanos son demasiado orgullosos para ello. Me reuniré con vosotros lo antes posible, pero tengo cosas y visitas que hacer aquí. Espero que a mi vuelta no haya ningún contratiempo que lamentar o yo mismo añadiré uno.
Salió de la posada. Sus hombres lo vieron y al momento se retiraron siguiendo sus órdenes. Un hombre con una espada, un enano corriendo y multitud de curiosos. Le encantaban los curiosos, no hacían más que facilitar su trabajo. Una multitud eran más efectiva que cualquier plan, siempre permitían escabullirse sin mayores problemas.
Sus hombres no necesitaban más que un par de minutos para desalojar la posada. Vió que el hombre de la espada llevaba su medallón, un descuido por su parte que sería solventado en un momento. Se acercó a él con paso tranquilo, cuando estuvo a un par de metros de distancia, dio una rápida zancada a un lado. Cogió a uno de los curiosos y lo lanzó contra el montaraz. Este, sorprendido, tropezó y cayó bajo el desdichado espectador, soltando la espada y el medallón. îbal lo cogió al vuelo.
La muchedumbre reaccionó como esperaba. Empezó a correr en todas direcciones. Rápidamente se camufló entre ella y desapareció. Tardarían bastante en tranquilizar a todo esa gente y cuando a alguien se le ocurriera mirar en la posada sólo encontrarían los cadáveres de los dueños. Mientras tanto se cambiaría y buscaría algo de información en la ciudad. Demasiadas cosas saliendo mal y demasiada gente molestando. Esperaba que fuese casualidad, en caso contrario Yaiwen tendría que explicar demasiadas cosas.
02/01/2015 at 20:37 #349221
JRM-008ParticipantRírian se sintió bastante humillado al tener encima a un hombre que no conocía de nada encima suya para que aquel desgraciado cogiese su medallón. Rírian apartó a la persona que tenía encima rápidamente, agarró a Roulon y se incorporó. El hombre desconocido le había robado el medallón y se había escabullido entre la multitud cual fantasma. Maldijo y enfundó a Roulon se fue corriendo tras aquel hombre, no pasaría por alto tal humillación.Fue apartando a la muchedumbre conforme avanzaba, y por un segundo le pareció ver al hombre, pero le perdió de vista. Decidió que la única forma de encontrarlo sería elevarse y ver más allá de tres palmos. Así que cuando llegó a la plaza se subió a la elevación de piedra que había en ella y empezó a usar su vista de montaraz. Tras varios minutos, no encontró nada, y se dio por vencido. Pero entonces divisó al hombre caminando con paso tranquilo. Rápidamente sacó su arco y cargo una de las flechas. Apuntó y acto seguido disparó uno de los proyectiles, que rozó la nariz del hombre.
– ¡Tú! ¡Que sepas que yo nunca fallo con el arco, porque esa era una flecha de advertencia! Ese medallón era mío, y además de exigirte que me lo devuelvas, ladrón, quiero que me digas si tienes algo que ver con la desaparición de una mujer joven de Candur. Y quiero que lo hagas ya.02/01/2015 at 21:42 #349261
lordnazgul9ParticipantEl enano no había dado ni diez pasos cuando salió el aparente líder de la banda, desalojando la posada y valiéndose de un testigo para derribar a Rírian, quien alcanzó a recuperar su espada, pero no el medallón. La gente comenzó a huir en medio del caos. Nír estaba por avanzar de nuevo con el hacha cuando el bulto pesado de un tipo que huía a la carrera le dio en la cabeza. Se incorporó enseguida, enfundando su hacha, pero no encontró ni a Rírian ni al líder de los orientales. Miró hacia la plaza y los comerciantes enanos que se habían reunido a negociar con los ocupantes orientales se habían dispersado, y el representante de los hombres avanzaba desapercibido hacia la posada. En eso se topó con Rórin.
-¿Qué grajos ha pasado aquí?-preguntó el enano pelirrojo.
-Uno de mis compañeros tuvo una «discusión» con el jefe de los orientales. Han desalojado tu posada y la mayoría de los demás hombres se dirigen hacia allá.-informó Nír.
-Serán desgraciados…-se dijo furioso Rórin-Espero que te queden hachas en la tienda. Vamos a divertirnos como en los viejos tiempos.
-Calmado, socio-le detuvo Nír. -Al parecer son en realidad esclavistas-susurró. -Estamos buscando a dos compañeros que desaparecieron esta mañana en la aldea de Candur. No deben ser una banda aislada, tienen que estar esparcidos por el resto de Helkanor y posiblemente más al sur en Rhovanion, a la altura de Framburgo-dijo acordándose de sus memorias.
-Sólo querían negocios-dijo Rórin. -Los herreros y vendedores de armas se estaban volviendo ricos gracias a la demanda, y los demás productos eran todos muy apreciados por los llegados de Rhûn.
-Sabes algo de su líder?-preguntó Nír. -Lo vi desaparecer en medio del gentío, y un amigo mío lo estaba persiguiendo.Antes de que Rórin contestase algo, oyeron un grito desde la estatua de Dáin.
– ¡Tú! ¡Que sepas que yo nunca fallo con el arco, porque esa era una flecha de advertencia! Ese medallón era mío, y además de exigirte que me lo devuelvas, ladrón, quiero que me digas si tienes algo que ver con la desaparición de una mujer joven de Candur. Y quiero que lo hagas ya.
-Maldición-se dijo Nír.
-Ese es-dijo Rórin apuntando al objetivo del montaraz.02/01/2015 at 21:45 #349262
TurinhorParticipantRecostó al aturdido Battoin en una butaca y siguió al cargo de la tienda. Llegaron más clientes, entre ellos un hombre corpulento con una armadura espléndida que andaba buscando unos guanteletes específicos que le permitiesen articular el dedo meñique. Ese hombre era Theod, aunque Baelim no lo conocía, y se llevó una decepción al no encontrar esos guanteletes en «El Herrero encabronado»
– Iré a buscarlo a la tienda de Flóin Manomartillo, ese sí que es un buen vendedor de accesorios de armadura, y tiene de todo. Sea fabricado por él o importado. No como vos, que no sabíais ni lo que era un guantelete-
El hombre se marchaba de la tienda airado. «Así que Floin Manomartillo tiene de todo» pensó Baelim. «Ojalá sea cierto, a lo mejor puedo conseguir más de esos shuriken…»
Se giró y vio a Battoin menos aturdido sobre la butaca. Lo sacudió un poco para que abriese los ojos y le dijo.-Voy a buscar una cosa, enseguida vuelvo. Vigila la tienda y no te muevas de aquí hasta que regrese ¿vale?-
Aunque no obtuvo respuesta, Baelim abandonó “el Herrero Encabronado” y siguió furtivamente a Theod para hallar a Flóin Manomartillo. Este se encontraba en una tienda bastante más grande que la de Nír. Dos tenderos se ocupaban de las ventas y Flóin estaba en la fragua al exterior. Un guardia mercenario vigilaba la tienda con cara de pocos amigos.
Baelim se dirigió hacia Flóin.-Perdone señor, estoy buscando unos…- El enano le cortó la frase
-¿No ve que estoy trabajando? Haga el favor de preguntarle a los vendedores que para eso les pago.Con una mueca Baelim entró en la tienda. Había armas de todo tipo. Armaduras y herramientas. También había esculturas y mecanismos automatizados. Preguntó a la vendedora. (Solo la diferenció por el vestido, sino la habría tomado por señor enano)
-Estoy buscando unos “shuriken”, ¿tienen de esos aquí?-
La enana hizo un gesto negativo.-No me suena el nombre, ¿Me puedes describir lo que buscas?-
-Pues…Son como unas estrellitas de metal que se lanzan…
-Espera un segundo. Voy a preguntar-A Baelim no se le escapó la mirada que hizo hacia su bolsa de dinero. “Así que esto va a valer lo suyo, bueno primero intentaré regatear”
-Apareció Flóin Manomartillo y sin más miramientos le dijo- 15 monedas de oro por el pack entero.-
Se estremeció- Perdón, ¿He oído 15 monedas de oro?, Antes de nada me gustaría verlas.
Flóin sacó una cajita del armario igual a la que él mismo había vendido a los orientales con 30 de esos shuriken.- “Ya sé dónde la guarda”-. El enano no admitía regateos y Baelim rechazó la oferta. Fingió que se interesaba por otra cosa y esperó a que no hubiera nadie en ese mostrador por un momento. Cuando llegó ese momento Baelim se abalanzó sobre el armario y abriéndolo con una ganzúa extrajo la caja que deseaba. Cerró la puertecilla y se marchó de la tienda como si no pasara nada. El guardia no se había dado cuenta.06/01/2015 at 0:38 #349418
NeumeModeratorHabía conseguido llegar a la posada donde estaba Îbal, pero no había podido acceder. Justo cuando iba a entrar reconoció a alguien en las cercanías.
Las cosas se estaban complicando. Battoin había entrado y alterado los ánimos de los mercenarios. Sintió pena por él cuando le vio aterrizar en el suelo, pero estaba en el lugar adecuado en el momento menos oportuno. Vio como Rírian y Nír le recogían.
Aquel momento no era el mejor para hablar con su viejo «amigo» así que decidió esperar a encontrar otra oportunidad.Se dirigió cargada con todas sus compras a la tienda de Nír, no sin antes pararse en unos cuantos puestos más, hasta que vio la ocasión de sustraer en uno un anillo de oro con una amatista. Los despistes de los vendedores se pagaban caros.
Al llegar al Herrero Encabronado, comprobó que el enano no estaba pero sí Battoin y solo.» ¡Qué extraño!» pensó. Revisó la tienda para verificar que no había nadie más.
El humano entreabría los ojos de vez en cuando. Yaiwen le pasó la mano delante del rostro de un lado a otro para ver su reacción.-Señorita, quiero que me atiendan – gritó una voz a su espalda
-Lo siento, no se encuentra el dueño en estos momentos. Regrese más tarde.Volvió a centrarse en Battoin. Sacó de su bolsa un pequeño frasco y lo abrió colocándolo bajo la nariz del humano.
-Respira fuerte, anda. Esto te acabará de espabilar. ¿Qué te ha pasado, y cómo es que estás solo aquí? Sería muy fácil que asaltaran la tienda ahora mismo. «Sería muy fácil para mi robarle algo, tanto que no tiene gracia».06/01/2015 at 1:09 #349422
lordnazgul9Participant-Rórin, anda al Herrero Encabronado a asegurar la tienda y para que los orientales no tomen nada. Tengo una colección de hachas de Orocarni en el sótano, tan exclusivas que ni siquiera Flóin sabe como se crean. Si quieres te presto una-dijo Nír.
Rórin se dispuso a avanzar pero se detuvo extrañado.
-Tranquilo, no te cobraré-aclaró Nír-El enano pelirrojo continuó su camino.Nír se quedó detrás de la fuente. De a poco la muchedumbre que escapaba iba transformándose en una multitud de curiosos que rodeaban al líder oriental y a Rírian. Nír se arrepintió de haber venido con su hacha. El mithril era tan escaso que no tenía precio, y los ojos de los orientales lo cotizan mucho. No se arriesgó a sacar su arma otra vez. Habían muchos hombres del lado del jefe.
Se giró hacia la dirección de su tienda para llamar a Rórin, pero el otro enano ya se había apresurado.
Rórin alcanzó el Herrero Encabronado, pero no encontró a Baelim, a quien había visto junto a Nír cuando recién llegaban. En su lugar habían un humano aturdido y una elfa.
-No osen sacarle nada a mi amigo!-desafió Rórin entrando por la puerta y amenazándolos con una lanza de la tienda, evaluando el lugar con la vista para asegurarse de que la mercancía de Nír estaba a salvo.
06/01/2015 at 13:32 #349427
NarradorParticipantUn shuriken surgió de entre la multitud acertando a Ririan en un hombro, haciéndole perder el equilibrio y arrojándolo al suelo. Îbal aprovechó, esta vez sí, para desaparecer.
Mientras tanto, sus Sardaukar habían atado y amordazado a Aiwë y Kira, sacándolos con discreción de la posada. El bullicio les ayudo a pasar desapercibidos, llegando a sus caballos sin que nadie reparase en ellos. Montaron rumbo a Framburgo sin más testigos que algún mozo de cuadras despistado que no se había enterado del altercado de la posada.
06/01/2015 at 16:41 #349432
JRM-008ParticipantRírian cayó al suelo con un golpe sordo, mientras su arco cayó al suelo y su espalda crujió. Ahogó un gritó e intentó incorporarse, pero el dolor era demasiado agudo. llamó a Nír, pero este estaría demasiado lejos. Maldijo de nuevo y se juró a sí mismo que aquel hombre pagaría por humillarla ya dos veces.
Mientras tanto, siguió tirado en el suelo.06/01/2015 at 17:15 #349438
TurinhorParticipantRápido se dirigió a «El herrero encabronado» con la caja apoderada oculta por la capa. Una vez dentro se encontró con un enano de pelo anaranjado que amenazaba a Yaiwen y a Battoin con una lanza.
-Ejem.., ¿que está haciendo usted blandiendo ese arma en mi tienda?
-¿Su tienda?, me parece que no. «El Herrero encabronado» pertenece a mi amigo Nír, y que yo sepa no suele hacer tratos con ladrones..-Dijo Rórin apuntando ahora con la lanza a Baelim.-¡No somos ladrones!. Nír me dejó al cuidado de la tienda y ellos dos son amigos, nada más.
-¡Claro que sois ladrones!, He visto a la elfa con ánimos de llevarse algo de aquí,… y esa caja que tratas de ocultar, ¿De dónde la has sacado?- Esto cogió de imprevisto a Baelim que no supo qué responder. -Pensabais que ibais a engañarme eh, pues os he pillado- Dijo acercando más la lanza a Baelim- Es un delito robar en la tienda de un comerciante de Kibil-Dûm, y estoy harto de los delincuentes.-Baelim miró a Yaiwen que estaba detrás de Rórin y le pidió ayuda con la mirada. No quería probar las oscuras mazmorras de kibil-Dûm ni por un día.
07/01/2015 at 11:48 #349454
NeumeModerator«-No osen sacarle nada a mi amigo!»
Una voz que pretendía parecer temible les estaba amenazando a ella y al humano. Yaiwen frunció el ceño. De dónde habrá salido y quién se ha creído que es, pensó la medio-elfa. Iba a contestarle de malos modos cuando llegó Baelim por detrás.
Aprovechó que había dejado de apuntarles directamente a ellos para levantarse con el sigilo característico de los elfos, acercarse al enano pelirrojo y darle una patada en el tendón de la corva que le hizo flojear las piernas. Le desarmó y con la propia lanza le dio un fuerte golpe en la sien que le dejó inconsciente.Yaiwen tiró la lanza al suelo.
-¿Ha dicho que era amigo de Nír? -preguntó
-Así es -respondió Baelim.
-Pues menudos amigos se busca. Ni he tocada una pieza y ya me están acusando, que mal educados pueden llegar a ser los Naugrim. Si pregunta nuestro compañero, él no llegó a decir que era su amigo y como no sabemos su nombre todos pensábamos que venía a robar; no me apetecía recibir reprimendas de semejante criatura, y menos cuando no he hecho nada malo. Este acto fue para proteger su tienda ¿os parece? Si tenéis alguna idea mejor, os escucho -dijo mientras regresaba al lado de Battoin. -Por él no hay problema, no creo que se haya enterado con detalle de lo que ha pasado – añadió burlona. -Por cierto, habéis hecho buenas compras por lo que veo, o al menos pesadas -dijo dirigiendo su mirada al cofre.07/01/2015 at 19:32 #349485
lordnazgul9ParticipantNír encontró un caballo abandonado en medio de la estampida, y con un poco de esfuerzo subió a Rírian encima. El enano sujetó al animal de las riendas el camino al Herrero Encabronado. El jefe de los orientales había desaparecido y los demás abandonaban la ciudad.
-Espero que ningún oriental haya llegado a tocar de nuevo la tienda-dijo Nír, aunque Rírian no le escuchó.
Nír llegó al Herrero Encabronado y encontró a Yaiwen y Baelim junto a Rórin, inconsciente.
-¿Pero qué acaban de hacer acá? Es una herrería, no un club de lucha-se sorprendió Nír.
El enano bajó a Rírian y en cuanto entró a la tienda lo dejó recostado junto a Battoin, quien ya comenzaba a reaccionar. Tomó un plato de bronce y golpeó a Rórin en la frente, despertándolo de golpe.
-¿Qué hizo?-preguntó Nír, y se dio cuenta de la lanza que estaba en el suelo.
-Estábamos protegiendo tu tienda-dijo Baelim. -Nadie llega a un puesto saltando de la vitrina y amenazando a la gente con la mercancía, menos tratándola de ladrones.
-El pobre está hiperventilado porque los orientales ocuparon su posada y se llevaron sus cosas. No me extraña que haya querido defender esta tienda. Admito que es algo bruto, sobretodo con los elfos.Nír dejó el plato y la lanza donde correspondían.
-Baelim, saca un par de alfombras y que reposen ahí. Como verán, traje a Rírian, que quedó aturdido en la plaza tras un encuentro con el líder oriental. La caravana interrumpió las negociaciones con los enanos y se dirigen al suroeste.07/01/2015 at 23:01 #349488
BattosayParticipantBattoin comenzó a despertarse. Le costaba fijar la vista, pero finalmente lo consiguió y Yaiwen fue lo primero que vio.
– ¡Mami! 😀 – dijo al tiempo que se lanzaba a sus brazos.
Yaiwen cayó de culo con Battoin colgando de su cuello, que empozó a reirse a carcajadas. Acto seguido rodó sobre sí mismo poniéndose a cuatro patas. Comenzó a gatear por toda la tienda. Cogió un par daecuchillos y lso lanzó al aire. Se acercó a Turinhor y se le subió a la espalda.
– !Mira nene! ¡Nene gande! ¡Jajajajajajajajaja! 🙂
En ese momento vio a Rorin acostado en el suelo, no ocurriéndosele mejor cosa que sentarse encima de él a dar saltos sobre su estómago. El enano se despertó a gritos que asustaron a Battoin que salió corriendo a esconderse tras Yaiwen.
– Zeñó azuzta nene. Zeñó malo – dijo haciendo pucheros mientras de tapaba con la capa de Yaiwen y se chupaba el dedo gordo.
08/01/2015 at 1:33 #349490
lordnazgul9ParticipantBattoin se levantó repentinamente, empujando a Yaiwen, Baelim y Rórin, comportándose de forma muy infantil. Nír se mantuvo parado, perplejo.
-Parece que le reiniciaron la memoria-dijo Nír. -Voy a tener que importar más mercancía de Rhûn, sobretodo mangos de hacha-dijo pensando en sus acreedores como Flóin.Desde donde estaba acurrucado Battoin podría ver a Nír casi como una figura paternal, por lo que procuró alejarse.
-No se cómo noqueaste a Rórin, pero ahora sería más conveniente que lo repitas con este lunático-dijo Nír en busca de una lanza.
Battoin se desasió de la capa de la elfa y gateó hacia donde Nír guardaba sus bebidas.
-¡No! ¡Justo ahí no!-corrió Nír a proteger su cerveza. -¡El tío Rórin se va a molestar si te lo tomas!-dijo el enano agarrándolo de las botas mientras pedía a Baelim que recogiera lo que botaba.
08/01/2015 at 18:51 #349529
NeumeModeratorYaiwen se había llevado las manos a la cara cubriéndose el rostro mientras negaba con la cabeza.
«-No se cómo noqueaste a Rórin, pero ahora sería más conveniente que lo repitas con este lunático-dijo Nír en busca de una lanza.» había dicho el enano
-Con un golpe seco en la sien – respondió ella. – Pero si le dejamos inconsciente no podemos estar seguros de que no acabe peor de lo que está ahora… ¿os imagináis si de pronto piensa que es un pájaro o una ardilla?La medio-elfa echó un vistazo alrededor. -Esto parece una Casa de Curación más que una tienda.
Ya se estaba cansando, además tenía un asunto pendiente y corría prisa, más con el bullicio que se oía de fondo.
-Necesito un cubo grande señor enano – le dijo a Nír.
El enano le proporcionó uno que valdría para la causa. Yaiwen salió con él y a los pocos minutos regresó con el cubo lleno de agua bien fría. Agarró a Battoin de una oreja y le arrastró un poco más de lo que lo había hecho Nír, lo suficiente para alejarle del todo de las bebidas alcohólicas.
-Mami te va a espabilar muy prontito ya verás que bien, porque de lo contrario, mami te va a echar al foso de las bestias. Ven, ponte de rodillas.
Agarró la cabeza de Battoin por la melena y se la hundió en el cubo de agua y le aguantó así unos segundos. -Ayudadme -les pidió al resto – este niño se ha alimentado muy bien.
Entre todos volvieron a meterle la cabeza de nuevo y contaron hasta 10.Battoin sacó la cabeza respirando agitadamente.
-Espero que haya vuelto en sí – les dijo a Baelim y Nír. Yo ahora tengo que irme, me queda por comprar una cosa, pero regresaré lo antes posible.
No necesitaba nada, pero tenía que dar con Îbal. Había alboroto fuera, cerca de la plaza, pero no le vio. Se escabulló entre las callejuelas.
09/01/2015 at 18:49 #349571
JRM-008ParticipantRírian despertó de su inconsciencia mientras Nír caminaba por la tienda y Battoin yacía a su lado, con la cara empapada en agua.
– ¿Pero qué…?
Entonces se acordó de el por qué estaba allí.
– Maldito oriental, me las pagará ya verás…Ah, Nír, gracias por traerme aquí.-dijo inclinando la cabeza.- Y en cuanto a ti-se volvió hacia Battoin- de nada por defenderte de esos bárbaros eh.
Le empujó suavemente en el hombro. Luego se levantó y tras saber que tenía a Roulon en el cinto y su arco y se dispuso a salir de la tienda. -
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