La semana pasada se inauguró en el Castillo de Santa Bárbara de Alicante la mayor exposición dedicada a J.R.R. Tolkien jamás celebrada en España, y nosotros estuvimos allí con nuestros amigos de la Sociedad Tolkien Española para contaros nuestras impresiones.

Hace unas semanas os contamos con alegría que a finales de este mes de Marzo se inauguraría en el Castillo de San Bárbara de Alicante la mayor exposición Tolkiendil jamás organizada en España, una muestra que tiene el acertado nombre de La Fortaleza del Anillo: El Año de la Tierra Media en el Castillo de Santa Bárbara. La exposición, que se inauguró la semana pasada, está organizada por el Ayuntamiento de Alicante, Esatur (entidad que gestiona el castillo) y la Sociedad Tolkien Española (sin cuya generosidad este proyecto no habría visto la luz, ya que muchos de los objetos expuestos han sido cedidos por socios de la asociación) se podrá visitar durante todo un año, hasta Marzo de 2016.

(Pinchad en las imágenes para verlas a mayor resolución)

El Anillo Único ha asistido este pasado sábado en Alicante a la apertura al público de la exposición La Fortaleza del Anillo que se hospedará durante un año entero en el castillo de Santa Bárbara de la ciudad mediterránea. Hemos estado allí para comprobar sobre el terreno el mimo con el cual se ha preparado una brillante exposición sobre la obra de J.R.R.Tolkien y las derivadas artísticas que ésta ha inspirado en “otras manos”. Ciertamente se comprueba, una vez más, como extraordinarias manifestaciones culturales en los terrenos pictóricos, musicales, fílmicos, artísticos en general, y del coleccionismo se suman y complementan la universalidad del legado del profesor de Oxford.

Ya habíamos informado aquí de su inauguración, por tanto no insistiremos demasiado en cómo ESATUR y el Ayuntamiento de Alicante, con colaboraciones inestimables como la de la Sociedad Tolkien Española, han culminado este proyecto.

(Panorámica del Castillo de Santa Bárbara, obra del fotógrafo inglés Peter Byron)

Sin embargo sí hablaré de la Sociedad Tolkien Española (STE) por cuanto alrededor de una treintena de sus socios estuvieron presentes este sábado para dar brillo con sus actividades a esa primera jornada de apertura al público. Antes de relatar en que consistieron, y para que veáis el nivel de relación de la STE con la exposición, os recordaré como dato más que significativo, que los dos comisarios de la exposición, José Manuel Ferrández Bru y Fernando Frías, son nada más ni nada menos que dos socios fundadores de la STE en Elche allá por el año 1991. Con ellos pudimos hablar varias veces informalmente a lo largo del día, y entre otras cosas nos contaron anécdotas curiosas, como el cambio de ubicación de la recreación del escritorio de Bilbo y Frodo, o cómo por vías distintas e independientes a dos personas a la vez se les ocurrió la idea recrear la cueva de Gollum. En un momento del día, también pudimos hablar desenfadadamente con Jorge Rodríguez, director-gerente de ESATUR, quien conocía perfectamente la existencia de El Anillo Único y se alegró de saludarnos.

Unos pocos socios de la STE lideraron las visitas guiadas, tres por la mañana y tres por la tarde, por las distintas salas de la exposición. La visita empezaba en la “sala taberna” que consiste en dos espacios rectangulares comunicados en cada esquina y que comparten pared central. En el primero, donde se encuentra la entrada, tenemos una figura del Anillo rodeado de lava y a punto de ser engullido en la Grieta del Destino, un gran mapa de la Tierra Media sobre una pared, unas vitrinas centrales donde se exhiben armas (encontraréis a Dardo, a Andúril, la espada de Aragorn que fue forjada con los fragmentos de Narsil, espada de Elendil, con uno de los fragmentos de la cual, Isildur, hijo de Elendil cortó el dedo del Anillo de Sauron, encontraréis la espada de Éowyn, la de Théoden, rey de Rohan, el arco de Legolas, las hachas de guerra simple y doble de Gimli, etc…). Más al fondo, después de una figura tamaño real de un Uruk-hai, encontramos la figura de a Aragorn, figuras vestidas con ricos trajes de la Tierra Media a la moda élfica de los tiempos de máximo esplendor de Edhellond, y una impresionante armadura y complementos de un guerrero con el emblema de un lobo en el pecho. La figura del Ent no está en esta sala, sino en otro lugar al que después me referiré.

         

Seguidamente pasamos al rectángulo contiguo (y me he dejado algunas cosas por no alargarme y para que las vengáis a ver con vuestros propios ojos). En una de sus cartas, en la que Tolkien habla de la intención de “crear un cuerpo de leyendas más o menos conectadas, desde las amplias cosmogonías hasta el nivel del cuento de hadas romántico -lo más amplio fundado en lo menor en contacto con la tierra, al tiempo que lo menor obtiene esplendor de los vastos telones de fondo-, que podría dedicar simplemente a Inglaterra, a mi patria” también dice “Trazaría en plenitud algunos de los grandes cuentos, y muchos los dejaría esbozados en el plan general. Los ciclos se vincularían en una totalidad majestuosa, y dejaría márgenes para que otras mentes y manos hicieran uso de la pintura, la música y el teatro.” Pues bien, este segundo espacio, junto con otro que veremos más adelante, en buena parte está dedicado a esas “otras mentes y manos”. Encontramos ahí un rincón dedicado a las revistas, publicaciones y certámenes de la STE, en donde habían trípticos explicativos sobre la sociedad, y puntos de libro que podían llevarse los visitantes.

En otro rincón había un audiovisual sobre Tolkien, unas vitrinas mostraban la colección de Mónica ‘Findúriel’ Sanz de más de 80 ediciones de El Hobbit en casi tantas lenguas diferentes. Había un espacio dedicado a las diferentes adaptaciones al cine de la obra de Tolkien, así como a las manifestaciones en el orden del cómic español (Luis Bermejo) y de las referencias explícitas de la obra de Tolkien en la música de los años 60 y 70, cuando la obra del Profesor empezaba a ser conocida, pero aún no gozaba de la popularidad actual. No os sorprendáis de ver referencias a la obra de Tolkien en grupos de rock que son ya clásicos en el género, como Pink Floyd, Led Zeppelin, Black Sabath, Genesis, Camel y Rush. Finalmente, y para terminar la sala Taberna, hay una recreación de la “Rabbit Room” del pub de Oxford “Eagle&Child” donde Tolkien se reunió muchos años cada martes con los “Inklings” en los que debatían de todo, cómo no, incluyendo la creación literaria y lecturas de fragmentos de lo que unos y otros estaban escribiendo. Os diré algo que podría pasaros desapercibido, el retrato central de Tolkien está sacado del negativo original con el que se tomó la fotografía.

La visita guiada abandonaba esa parte del castillo para dirigirse a una zona próxima, la del Cuerpo de Guardia donde tenemos exposición en su planta principal, su segunda planta y el sótano. En el corto recorrido, un visitante podía toparse con un taller de baile montado por la STE, o con un “cuentacuentos” para pequeños, y no tan pequeños, contado por la poderosa voz del incomparable Paco “Lorinlor” enfundado en su traje de época carmesí.

En la entrada del edificio del cuerpo de guardia teníamos a “Imrahil” por la tarde escribiendo el nombre en tengwar de aquellos visitantes, que así lo pedían. Por la mañana había estado haciendo lo mismo en la zona del polvorín, donde también se situaba el espacio para entretenimiento de los críos. Vi por todo el recinto multitud de ellos armados con espadas fabricadas con globos hinchables, y capas con bolsas de basura. “Samus Valalme” acompañaba a “Imrahil” a la izquierda de la puerta, en una tarde particularmente productiva en dibujos a la tinta. Diría que allí quedaron, no sé si la exposición les dará algún uso, para lamento de algún visitante, que ante la proximidad (al frente de la puerta) de la tienda oficial de la exposición, preguntaba si no estaban a la venta. Franqueada la puerta se extiende un espacio que limita por la derecha con la escalera que sube a la planta superior, en cuyas paredes encontramos la colección filatélica de “Elanor” (a ver quien descubre dos ejemplares que llevan el autógrafo de Ian McKellen) y, avanzando por este espacio vemos al fondo el “photocall” con la puerta de Bolsón Cerrado con su marca dejada por Gandalf de consigna para los trece Enanos. La singularidad del día hizo que los afortunados visitantes pudieran disponer de capas aportadas para la ocasión por miembros de la STE y fotografiarse convenientemente caracterizados. A la derecha, en el hueco de la escalera, tenemos la colección de figuras de Mario Werner. En el espacio que se abre más a la izquierda, una de mis debilidades, la “mente y las manos” del admirado Tomas Hijo, quien transustancia inspiración en litografía. Una cosa es haber visto en redes sociales algunos de los ejemplares expuestos, y otra cosa es haberlos visto allí delante de tus narices, en vivo y en directo: Una auténtica maravilla.

En la planta de arriba encontramos un impresionante “Ent” de talla humana cuya paciencia admite la interminable retahíla de “selfies” y fotos que con él se hacen los visitantes, y más escondido un espacio donde se reproduce la habitación de Bolsón Cerrado en la que Bilbo y Frodo escribieron sus aventuras en su famoso “Libro Rojo de la Frontera del Oeste” gracias al cual hoy todos conocemos los señalados acontecimientos acaecidos hacia el final de la Tercera Edad. Todo un derroche de horas de los organizadores para montarlo, y una multitud de detalles y guiños por descubrir para los visitantes. Siendo eso muy importante, para mí la auténtica sorpresa agradable que encontramos en esa segunda planta es la multitud de dioramas, cada uno más fabuloso que el anterior, que constituyen la obra de Ricardo Nuñez. Y digo agradable, porque tengo que reconocer que no sabía de ella, y era la primera vez que contemplaba alguna de sus obras. Pues bien, ¡allí las tenía todas ellas! El día había amanecido espléndidamente soleado y con temperatura muy agradable, como si se hubiera querido unir al festejo, por ello no me había puesto más que una camiseta friki de manga corta, cosa que estuve a punto de lamentar al comprobar como el vello de mis brazos se erizaba conforme mi vista se explayaba en el deleite de ir descubriendo un diorama detrás del otro.

¡Id a La Fortaleza del Anillo, insensatos! Esto no se podrá volver a contemplar cuando, acabada la exposición, los dioramas vuelvan a la intimidad de su domicilio en algún lugar indeterminado de Salamanca. No os podéis perder ni Minas Tirith, ni el pueblo de Bree, ni el Balrog y Gandalf en el Puente de Khazad-dûm, ni… buffff, mejor las vais a ver. Sólo un dato más, al artista se le había llegado a conocer en un pasado por el nick de “Celebrimbor”. Nunca había visto a alguien que mejor mereciera su nick que a Ricardo Nuñez. Finalmente, la última etapa de la visita guiada consiste en descender al sótano, donde de repente os sentiréis sobrecogidos por la cueva de Gollum, de la cual quizá no logréis salir, acaso fallarais en el juego de acertijos, aunque ¡tranquilos! pues los paneles os proporcionarán una pequeña ayudita.

No me queda nada más que decir, ni nada menos. Disculpad si he sido un poco denso, o por el contrario me he dejado detalles relevantes, o quizá por ambas cosas a la vez. En cualquier caso, poco importante es lo que yo haya dicho y todo lo que he obviado. Aquí lo único importante es que no perdáis esta increíble oportunidad de que las hadas os hablen directamente a vuestros ojos.

Para más información sobre La Fortaleza del Anillo podéis visitar su página web oficial y su página de Facebook, y para cualquier duda os sugerimos también que contactéis con nuestros amigos de la Sociedad Tolkien Española a través de su página de Facebook, su grupo de Facebook y su cuenta de Twitter.

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